Crítica de Ant-Man (2015) – Una original película de robos

El MCU sigue creciendo antes de la Fase 3

Ant-Man fue un pequeño paso más del MCU en convertirse en un universo donde quepan todos los grandes héroes de la historia de Marvel. Tras presentarnos a los cuatro Vengadores principales en sus respectivas películas y juntarlos con otros como Viuda Negra u Ojo de Halcón, el siguiente objetivo era presentar nuevos héroes sobre los que cimentar los próximos grandes eventos. Ya nos introdujeron un año antes a Los Guardianes de la Galaxia con una magnífica película cargada de acción y comedia. Es ahora cuando llegaba el momento de Ant-Man, un personaje que tendrá bastante relevancia tanto en los eventos globales, como en el mundo cuántico, uno con bastante importancia en Marvel. Además, pone fin a la Fase 2 del MCU, la más floja en mi opinión.

Aunque esto es irse bastante adelante en el tiempo, pues esta primera película tenía ambiciones mucho menores. Algo que es de sus puntos fuertes y que la convierte en la mejor de una trilogía que va claramente de más a menos. No deja de ser una película de atracos, pero con cierto toque superheroico y fantástico que mezcla de maravilla, como vamos a contar más adelante.

Está dirigida por Peyton Reed, conocido por otras películas de comedia y por ser suya la trilogía completa de Ant-Man. Consta con el menor presupuesto de todo el MCU junto a su secuela, Ant-Man y la Avispa. Con 130 mil millones logró recaudar más de 518 mil millones, algo más bajo que las anteriores películas a ella, pero buenos números para ser un personaje nuevo para el público general.

Una de las curiosidades en torno a la película, es que Edgar Wright, director de películas muy divertidas como la famosa Trilogía del Cornetto (Shaun of the Dead, Hot Fuzz y The World’s End) iba a ser director y guionista de la película. De hecho, trabajó en ello durante varios años antes de separarse del proyecto por “diferencias creativas”. Aun así, se le reconoce en los créditos como guionista, algo que quizás sea indicativo del porqué esta primera es la mejor de toda la trilogía.

Uno de los grandes aciertos es el casting de Paul Rudd para interpretar a Scott Lang. Tiene esa gracia natural de ser ridículo, pero entrañable, que hace imposible que te caiga mal el personaje. Está muy mimetizado con él, tanto que al verlo en otra ficción siempre me viene a la mente su papel como Ant-Man. Contar con un actor tan grande como Michael Douglas para hacer de Hank Pym es un auténtico lujo. Esto es algo a lo que nos tiene acostumbrados Marvel Studios para ciertos personajes secundarios. También me parece buena la elección de Evangeline Lilly como Hope, pues todos la recordamos en su papel en Perdidos y la picaresca y carácter que sacaba por aquel entonces, aquí también asoma de vez en cuando.

*A partir de aquí, vamos a entrar en la trama para hablar de ella con spoilers. Si queréis una opinión más concreta y sin spoilers, id directamente a la conclusión.

Robar para sobrevivir

El inicio de la película demuestra lo bien cohesionado que está el MCU. Se trata de una conversación en 1989 entre Hank Pym, Howard Stark, la Agente Carter y el antiguo director de S.H.I.E.L.D. Mitchell Carson. Aquí vemos que la organización tiene como objetivo replicar la fórmula Pym para encoger objetos o personas. Esto es algo que enfada a un Hank que promete no contarle el secreto de su fórmula a nadie.

Lo que verdaderamente merece la pena de la película, es cada aparición de Scott Lang. Es el personaje más carismático con diferencia de la película (seguido de cerca por su amigo Luis). Su objetivo de reincorporarse a la vida laboral tras estar en prisión no será fácil para él. Ni siquiera para un puesto en una heladería. Esto le lleva a cometer un robo a priori sencillo para conseguir dinero para la manutención de su hija. La trama familiar de Scott se basa en el amor por su hija, pues la mujer y su nuevo marido son bastante desagradables con él. La niña, Cassie, es muy mona y sigue viéndole como un héroe, algo que inspirará a Scott para ser mejor persona.

Por otro lado, Hank ha sido despedido de su propia empresa, Pym Technologies, por Darren Cross, el villano de la cinta y antiguo alumno, y Hope, su hija. El objetivo del villano es utilizar la tecnología de reducción para crear un traje llamado Chaqueta Amarilla, muy útil en el combate militar. La misma trama de siempre, el villano de turno queriendo utilizar los éxitos científicos de otro para sus fines bélicos. Es algo muy manido y lo peor de la película, pues Darren no impone ni tiene carisma suficiente para ser mínimamente memorable.

El objetivo de Hank será encontrar a alguien capaz de ser el nuevo Ant-Man para así robar la Chaqueta Amarilla a Darren y que no la utilice para fines poco éticos. La forma de hacerlo me parece una idea genial. Se deja robar en su propia casa, aunque no se lo pondrá fácil, pues habrá cerraduras muy difíciles de sortear. Scott, ayudado por su nuevo equipo ladrones algo pringados: Luis, Dave y Kurt, logra sortear las pruebas con mucha astucia, pues aparte de ladrón es ingeniero eléctrico. Decepcionado, lo único que encuentra es el traje de Ant-Man. Es aquí donde comienza la mejor parte de la película, su transformación a héroe.

Aprendiendo a ser Ant-Man

La película durante la primera hora no tiene ni un ápice de acción ni de elementos superheroicos. Es a partir del momento en que Scott Lang se hace con el traje que la película gira hacia cómo dominarlo para conseguir ejecutar el robo final. La primera vez que prueba el traje lo hace sin querer y en la bañera. Cada una de las transformaciones en esta película me parecen muy bien llevas, mejor que en cualquiera de las próximas apariciones del personaje. Verle enano con la bañera llenándose como si fuera un tsunami es muy espectacular. Además, la secuencia completa nos lleva por una discoteca con pies que parecen de gigante, una huida de una rata y la absorción de una aspiradora. Son momentos cotidianos que para Scott son terribles amenazas por su diminuto tamaño. Recuerda inevitablemente a películas como Cariño, he encogido a los niños (1989).

Su entrenamiento no será como el de cualquier otro superhéroe, pues no solo deberá dominar sus nuevos poderes, sino que tendrá que aprender a controlar a las hormigas. Unas compañeras que se convierten en uno de los elementos más originales de la cinta. Hay de muchos tipos: carpinteras muy útiles para volar, arquitectas que construyen estructuras con sus cuerpos o las hormigas locas, que conducen la electricidad. Desde la perspectiva de Ant-Man parecen hasta adorables, además, están muy bien representadas a nivel visual, con buenos efectos digitales.

Durante este entrenamiento, surgirá una relación amorosa entre Hope y Scott, pues el roce acaba haciendo el cariño. Tienen química y se ve en cada pique que tienen. Además, la relación padre-hija mejorará cuando Hank le cuenta a Hope la verdad de la desparición de su madre. No está muerta, sino que está atrapada en el mundo cuántico desde que se hizo subatómica para frenar un misil que viajaba contra los Estados Unidos. Esta trama se retomará en Ant-Man y la Avispa, por lo que esto era un simple adelanto de lo que se venía.

La última fase del entrenamiento es la que más gracia tiene, pues se trata de utilizar todos los conocimientos que ha adquirido para robar prototipo de señuelo para rastreadores ubicado en un viejo almacén de Stark. Sin embargo, lo que ve al llegar es que ese edificio no pertenece a Stark, sino a Los Vengadores. Además, quien está vigilando el edificio no es otro que Falcon. Se da un combate que es de lo mejor de la película entre dos futuros Vengadores. También funciona como pequeño adelanto de lo que será Capitán América: Civil War, pues ahí se darán de mamporros entre todos los superhéroes. Es un combate muy divertido que termina con la victoria de Scott, pues consigue robar lo que quería y cortocircuitarle las alas.

Con Scott ya listo como Ant-Man, solo queda sumar a los pringados ladrones del principio para ejecutar el plan y robar la Chaqueta Amarilla para frenarle los pies a Darren Cross. Un traje que ya está listo, pues ha conseguido pulir la tecnología de reducción para crear un arma muy poderosa. Y, como suele ocurrir en las películas, los planes nunca salen como se preveían.

Un plan no es bueno si no falla

El plan final nos demuestra una vez más que esta película es de robos, con incluso un toque de espionaje estilo Misión Imposible aunque con un equipo más torpe. A destacar el uso de las distintas hormigas para llegar hasta el objetivo: las arquitectas para hacer una pequeña balsa por las tuberías; las carpinteras para volar desde el lavabo al sistema eléctrico; las hormigas gigantes para deshacerse de los guardias y, por último, las eléctricas para freír el sistema y poder acceder a la Chaqueta Amarilla.

Un buen plan en el que participan todos, ya sea para distraer a Darren Cross, preparar la huida o encargarse de algún que otro guardia. Sin embargo, el villano descubre a Ant-Man y da inicio a una espectacular persecución. Darren huye en helicóptero mientras que van sucediendo locuras cada vez más grandes. Una de ellas es la primera vez que vemos la tecnología de aumento en acción, pues Hank tiene un llavero con un tanque que consigue hacer enorme para escapar del edificio a tiempo. Y lo digo porque hay una bomba a punto de estallar.

Al final no resulta nadie herido y todos huyen antes de que la bomba se trague, literalmente, el edicio de Pym Technologies. Lo único que queda es el esperado combate final entre Ant-Man y Chaqueta Amarilla. Uno que comienza en el helicóptero en el que está huyendo Darren. Momento en el que vemos por primera vez el traje del villano en acción. Me parece buen diseño, acorde a lo que estamos viendo en el MCU, una mezcla entre lo clásico con toques modernos que queda muy bien en pantalla. El combate es de lo mejor de la película, pues tiene escenas épicas y absurdas al mismo tiempo, dependiendo de la perspectiva que nos den. Cuando se centra la cámara en ellos desde cerca, se ve un combate frenético, con Darren lanzando láseres y Scott esquivándolos todos.

Sin embargo, cuando lo vemos desde fuera, se siente muy ridículo porque parece la pelea de dos pulgas. El momento en el que luchan en una maleta con multitud de objetos dentro y Darren pone la canción Desintegration de The Cure sin querer, es maravilloso. La pelea termina en el cuarto de Cassie, pues Darren la quiere usar como rehén. Este combate es delirante, pues se realiza en las vías del tren Thomas de Thomas y sus amigos.

Rayos láser, un ejército de hormigas, lanzamiento de vagones e incluso tecnología de aumento contra el pobre Thomas, que se convierte en un tren de verdad. Lo mejor es lo que ve Cassie desde fuera, pues parece como si sus juguetes hubieran cobrado vida como en Toy Story. También me recuerda a videojuegos como El Escudero Valiente o It Takes Two en los que el cuarto de un niño se convierte en un mundo enorme con el que poder experimentar.

Como no podía ser de otra forma, la manera de derrotar a Darren es hacerse mucho más pequeño para poder colarse en su traje y destruirlo desde dentro. Lo mismo que hizo Janet, la madre de Hope cuando saboteó el misil. El riesgo que esto conlleva es hacerse subatómico y entrar en el mundo cuántico, uno del que es casi imposible salir. Es justo lo que ocurre, por lo que vemos por primera vez este mundo, que no nos dará demasiadas alegrías en las posteriores películas. Consigue salir porque le quedaba una última cápsula de aumento, algo que inspirará en el futuro a Hank.

Scott se reconcilia con su exmujer y nuevo marido y recibe una gran noticia de su amigo Luis. Ha sorprendido tanto a Falcon en aquel combate, que le invita a unirse a Los Vengadores. Además, como escena postcréditos, tenemos una escena de la próxima película, Capitán América: Civil War, donde vemos que Falcon pedirá ayuda a Ant-Man para que se una a su bando. Muy buena forma de enlazar al personaje con el próximo evento y que daba muchas ganas de verle allí por el buen sabor que deja en esta película.

Conclusión

Ant-Man daba punto y final a una Fase 2 del MCU bastante por debajo del resto. Aun así, esta película es de las que mejor funcionan, pues nos presenta un personaje lleno de carisma como es Scott Lang a quien interpreta un Paul Rudd que parece haber nacido para el papel. No es una historia grandilocuente de salvar el mundo, sino más bien, una trama frenética de robos y atracos con cierto toque superheroico y fantástico. Es muy ligera de ver, cargada de humor y escenas de acción basadas en la reducción del protagonista y su relación con las hormigas. Cada una de las transformaciones es una maravilla visual, pues vemos el mundo desde una perspectiva distinta, ofreciendo muchas posibilidades, a cada cual más loca.

Ver a Ant-Man esquivar tacones de una discoteca, huir del agua de un grifo o luchar subido en el tren de juguete Thomas, son momentos delirantes que alternan con cierta épica cuando los vemos desde sus ojos. Los secundarios funcionan muy bien, desde Hank Pym interpretado por el gran Michael Douglas, hasta la química que se crea entre Hope y Scott. Además, aparece uno de los secundarios con más gracia, Luis, y sus historias rocambolescas. El villano, por otro lado, se siente falto de inspiración, con un plan muy manido de utilizar la tecnología con fines militares y que no acaba ni imponiendo ni teniendo un ápice de carisma.

Esta primera película de Ant-Man es la mejor de una trilogía que irá, claramente, de más a menos. Donde más brillará el personaje a partir de ahora, es en los eventos globales, empezando por Capitán América: Civil War, de la que tenemos un pequeño adelanto como escena postcréditos. El MCU seguía creciendo no con cantidad, sino con calidad, pues entre Los Guardianes de la Galaxia y ahora Ant-Man, se iban forjando nuevos héroes para salvar La Tierra en la próxima Fase 3.