Tim Burton is back
Oficialmente, se puede decir, Tim Burton está de vuelta. Y no lo hace por no haber estado haciendo películas los últimos años, todo lo contrario. Está de vuelta por reencontrarse con la clave para darle frescura a una fórmula que parecía encallada. Es irónico hablar de frescura al tratarse de una secuela de una cinta de hace más de tres décadas, pero así son los temas de ultratumba. Tras realizar una serie de productos que, a mi entender, no estaban a la altura de sus mejores obras como ‘Pesadilla antes de Navidad’(aunque en esta no fue director), ‘Eduardo Manostijeras’ o ‘Big Fish’.
Sin embargo, sí hubo una serie reciente que devuelve la esperanza de ver a un Tim Burton en buena forma. No es otra que la serie ‘Miércoles’ con la que parece que se inicia un oscuro tándem entre Burton y Jenna Ortega, a quien trae de vuelta en esta película. Pero no estamos aquí para hacer un monográfico del director, ya habrá tiempo para eso. Vamos a centrarnos en el regreso verdaderamente importante. Bitelchús está aquí y la cuestión es, ¿has sido tú quien ha nombrado su nombre 3 veces para que vuelva 36 años después?

Un Hollywood sin ideas
El estado actual de HollyWood es algo desesperanzador. Todo se ha convertido en rescatar franquicias en forma de secuela, reboot o remake para acceder a la nostalgia que todos tenemos siempre por aquellas obras que nos hicieron felices de pequeños. Pero esto al final lo que provoca es que los jóvenes de hoy en día consuman productos de otra época que funcionan únicamente como medio conductor hacia el pasado. No habrá un ‘Cazafantasmas’, ‘Rey León’ o ‘Indiana Jones’ de esta generación porque se tira constantemente de las ideas de las originales para traer de vuelta cameos o Easter eggs con los que sacar media sonrisa a aquellos que vieron esas películas en ese momento. En resumen, hacen falta muchas más ideas originales. Nuevos iconos que representen a las nuevas generaciones y no estrujar siempre a los mismos hasta que no les den el rédito esperado.
Después de esto, ¿cómo vengo a defender que Bitelchús Bitelchús me ha parecido una película divertidísima con ideas frescas? Para empezar he de decir que la nostalgia no juega ningún papel en mi visión sobre el filme. La primera parte la vi este mismo año al conocer la existencia de una secuela y así ir preparado para verla en el cine. Me gustó bastante. Con esta sí que se me quedó la sensación de que el mundo de los muertos que creó Tim Burton podía dar aún más de sí para explotarse en una secuela. Por eso, tras acabarla, mis ganas de ver su segunda parte aumentaron bastante.
Vuelta a Winter River
Bitelchús Bitelchús comienza 36 años después de los sucesos de la anterior película, donde el loco demonio fue derrotado por Lydia Deetz (Winona Ryder). Tras todo este tiempo, Lydia presenta ahora un programa de entrevistas sobrenaturales llamado Ghost House. En él, da buen uso de su poder de ver a los muertos. Lydia tiene una hija llamada Astrid, interpretada por una Jenna Ortega, que encaja como un guante en este universo. Esta recela bastante de su madre al ser escéptica con su poder y al sentir que se le está yendo cada vez más la cabeza.

Por otro lado, tenemos a Delia, la madre de Lydia, interpretada por Catherine O’Hara. Quien nos regala varios de los momentos más graciosos de toda la cinta. Estas 3 generaciones de la familia Deetz, vuelven a Winter River tras el fallecimiento de Charles. Charles es el marido de Delia. El actor no ha podido aparecer en escena por problemas con la ley. Tim Burton lo aprovecha para introducirle en la película de forma magistral sin mostrar su rostro.
A partir de aquí se abren varias subtramas disparatadas. Esto crea una sensación algo anárquica, pero que en mi opinión le sienta muy bien a este universo en concreto. Una de ellas, la que me parece la más desaprovechada y que se desinfla a medida que llega el final, es la de Delores, exesposa de Bitelchús. Tras reconstruir los fragmentos de su cuerpo, comienza la búsqueda de su anterior marido con fines nada buenos. Delores tiene la capacidad de absorber las almas de los muertos, esto da pie a uno de los momentos más duros de toda la película.
Los muertos tiran del carro
Si en la primera película lo mejor era el mundo de los muertos y todas las geniales ideas que contiene, en esta segunda parte no iba a ser menos. Con la vuelta a los efectos prácticos y maquillajes alocados, Tim Burton crea una atmósfera fascinante donde estás deseando que vuelva la trama a este mundo para ver con qué te va a sorprender. Ver a la gente fallecida de mil formas diferentes, desde mordeduras de tiburón, contaminación por radiación nuclear o estrangulamiento de serpiente. Por los buenos momentos y risas que da el mundo de los muertos, a veces siento que la trama de los vivos resta algo de ritmo y redunda mucho en el mismo tema familiar sin aportar en exceso.

Michael Keaton como Bitelchús vuelve a brillar en cada aparición que tiene. A mí me recuerda al genio de Aladdín en un mal día. Se saca de la chistera miles de trucos y gags por escena, con diálogos mordaces y alguno subido de tono para una película que contaba con público infantil en mi sala. Tiene varios momentazos, de los que destaco uno en el que habla en italiano rememorando su pasado con Delores en blanco y negro y otro cantando y bailando que provocan querer más de él en pantalla y menos de otros personajes.
Al haber tanta subtrama, la aparición de personajes secundarios se hace indispensable, y aquí hay algunos bastante buenos. A resaltar el personaje de Willem Dafoe, Wolf Jackson, un actor de películas detectivescas y policíacas que, de tanto meterse en el papel, se acaba creyendo el jefe de policía del mundo de los muertos. También tiene bastante relevancia Justin Theroux como Rory, el pretendiente de Lydia. El cual, se me ha hecho bastante cargante en la mayoría de la película, aunque esa era la intención. No me puedo olvidar de Bob. Ese grandullón de cabeza chiquitita y ojos saltones que me traería al mundo de los vivos para ser su colega por siempre.
Este es el camino
En conclusión, Bitelchús Bitelchús es una más que digna secuela de un universo que aún tenía tierra que desenterrar. De hecho, esta secuela, como mínimo, está al nivel de la original, algo complicado al devolver a la vida un producto con tanta aura a clásico. Se ve que cada uno de los actores que participan y el propio director, se lo han pasado de miedo rodando cada escena. Ojalá Tim Burton siga con este nivel y se atreva con nuevas ideas, manteniendo su marcado estilo que tantos buenos momentos nos ha dado en otra época.