Crítica de Black Panther (2018): El exitoso legado de Chadwick Boseman

Black Panther llega al MCU con un éxito absoluto

Había ganas. Tras la espectacular aparición de Black Panther en Capitán América: Civil War (2016), a la mayoría nos entró mucha curiosidad por saber más del personaje. Esa estética que mezcla lo natural con la tecnología más puntera llamaba mucho la atención. Aunque lo que más me intrigaba, era conocer Wakanda a fondo.

La película llegaba en el mejor momento del MCU, pues justo después de esta vendrían las películas lo cambiarían para siempre, Vengadores: Infinity War y Endgame. Aunque de esto hablaremos en próximas críticas, no seáis impacientes.

Ahora bien, lo que nunca imaginé es que fuera a ser tan exitosa, tanto en crítica como en recaudación. Es la película mejor valorada de todo Marvel Studios en Rotten Tomatoes, con un 96%, y fue nominada a 7 Premios Óscar. De los cuales, uno era a ‘Mejor Película’ y fue ganadora a ‘Mejor Banda Sonora’, ‘Mejor Diseño de Vestuario’ y ‘Mejor Diseño de Producción’. Además, es la séptima película del MCU con mayor recaudación mundial, obteniendo más de 1.334 millones de dólares con un presupuesto de 200 millones.

Ryan Coogler es el director de la cinta de su secuela, Black Panther: Wakanda Forever. Director muy vinculado siempre a Michael B. Jordan, quien aparece en casi todos sus largometrajes. Muy centrado en la acción, con las dos primeras entregas de Creed y de Black Panther, le dio un nuevo giro a su carrera con una película que mezcla el terror, el musical y la crítica social en una de las mejores películas de este 2025, Los Pecadores.

Aunque el protagonismo se lo lleva el querido y difunto Chadwick Boseman. Fue una nueva elección de cast impecable. No solo por lo que nos dio en la pantalla, que es uno de los mejores y más grandes superhéroes del cine, sino como persona fuera de ella. Siempre implicado en labores sociales y ayudando con todo lo que podía a gente necesitada. Ocultó su cáncer de colon al mismo tiempo que visitaba a niños tan enfermos como él. Siempre agradecido a todo lo que dio, y por eso esta reseña va dedicada a él.

Wakanda y su mitología, lo mejor de la película

Si hay algo que me encanta de la película, es cómo representan Wakanda, los territorios, ropas, armas y sus gentes. Es una pasada ver un país que mezcle la tecnología más avanzada del planeta con las tradiciones tribales africanas. Desde un principio nos dejan claro que su principal fortaleza es el Vibranium, un metal muy resistente y con unas propiedades muy especiales. Al ser tan codiciado, inventaron una barrera para ocultar la nación, haciéndola completamente invisible al resto de los humanos.

Dentro, podemos encontrar naves voladoras, grandes rascacielos y edificios muy avanzados entre la vegetación típica africana. Está muy bien traído a pantalla, pues aunque todos los fondos son CGI, se nota muy pulida y te sumerge de lleno en este rico universo. Lo mismo ocurre con el vestuario. En este caso sí es real y encaja como un guante en todos y cada uno de los personajes que aparecen en pantalla. Y es que no solo tienen un conjunto durante toda la película, sino que dependiendo del lugar donde estén, se adaptan al mismo.

Por ejemplo, en la selección del próximo Black Panther, les vemos con ropa más clásica, sin presencia de tecnología, pues es un ritual antiguo. En el consejo, llevan trajes y ropa más noble y en combate viran hacia la tecnología y el uso de Vibranium. Una auténtica maravilla lo que consigue el equipo de vestuario en esta película.

Para que todo este castillo de naipes no se derrumbe, existe la figura del Black Panther. Es el protector de Wakanda, aunque también es una figura política que actúa como Rey de la nación. T’Chaka era quien ostentaba el cargo, hasta que falleció en Capitán América: Civil War por una bomba puesta por el Barón Zemo. Tras esto, la responsabilidad cayó en su hijo, T’Challa. Ya le vimos actuar como Black Panther en esta película, buscando venganza por la muerte de su padre, aunque demostró ser un Rey digno y le perdonó la vida, dejándola en manos de la justicia.

Ahora bien, este derecho hereditario se puede romper en la ceremonia oficial del nombramiento de Black Panther. Allí, se reúnen las seis tribus y, si una desea enviar a un guerrero que la represente para intentar ser el nuevo Black Panther, es el momento de hacerlo. Incluso la misma a la que pertenece el propio T’Challa podría mandar un contendiente. Lo que ocurre aquí, es que la Tribu Jabari envía a su líder, M’Baku, a enfrentarse a un T’Challa que se despoja del poder de Black Panther para que el combate sea más justo. Pues de otra forma, tendría fuerza, velocidad, resistencia y agilidad aumentadas.

Tras un intenso combate cuerpo a cuerpo en una ubicación idílica, rodeada de cascadas y con la multitud mirando, T’Challa se alza, oficialmente, como Black Panther. Por cierto, la forma de adoptar el poder del Black Panther, ingiriendo una Hierba de corazón que te hace entrar en el Plano Astral para hablar con tu conexión fallecida más fuerte, es precioso. Es una escena que me recuerda directamente a El Rey León (1994) y cómo Mufasa habla con Simba a través de un vínculo irrompible.

Con unos ideales muy robustos de nobleza y liderazgo, Chadwick Boseman representa un verdadero Rey. Se me ocurren pocos actores que pudiesen igualar lo versátil que se muestra, siendo feroz y ágil en batalla, pero templado y reflexivo cuando hay que llevar la batuta. Es una pena que nos dejara tan pronto, pues tenía visos de convertirse en uno de los mejores personajes de todo el MCU.

Erik Killmonger y su idea de liderazgo

Erik Killmonger es el personaje más interesante y profundo de toda la película. El origen de sus ganas de venganza contra la familia de T’Chaka se remonta a 1992 en Oakland, California. Él era un chico más de barrio, cuando un día, su padre, N’Jobu, es asesinado por el Rey T’Chaka, su tío. Claro está, que viéndolo sin contexto, parece que el malvado era Black Panther. Sin embargo, la realidad es que el padre de Killmonger robó Vibranium para ayudar a su barrio a salir de la discriminación, la droga y la pobreza.

Dicho así, pareciera que su causa es noble y justa. El problema viene cuando su idea es utilizar el Vibranium para conquistar el mundo, haciendo de Wakanda una nación que mande sobre las demás. Esto es una idea que T’Chaka no iba a aceptar, por lo que N’Jobu decide traicionarle e intenta acabar con su vida, algo que le cuesta la suya propia. Erik, sintiéndose traicionado y con los mismos ideales que su padre, se va haciendo más fuerte en su paso por el ejército americano, a cargo de múltiples operaciones clandestinas que le llevaron a tener el apodo Killmonger.

Michael B. Jordan se hace con el papel desde su primera aparición. Esta mezcla con Ryan Coogler sigue funcionando igual de bien, tanto en Creed, en Los Pecadores, o aquí mismo. Su aspecto es mucho más atlético que el de Chadwick Boseman, con unas rastas que le dan un aspecto de soldado implacable. Su plan para encontrar Wakanda, es a través del mafioso contrabandista Ulysses Klaue, a quien ya vimos en Vengadores: La era de Ultrón comerciar con el Vibranium Wakandiano. De hecho, se le ven las secuelas de encontrarse con Ultrón al no tener brazo.

Después de fingir y jugar un poco a ser Bonnie y Clyde robando en museos algunos artefactos Wakandianos, llega finalmente a Wakanda para retar a T’Challa por el trono. En un combate mucho más apagado, pero duro que el que tuvo con M’Baku, acaba finalmente perdiendo ante el poderío físico de Erik. Uno al que se le ve su arrogancia y egoísmo al decidir acabar con todas las flores que conceden el poder de Black Panther para ser él el único que pueda serlo. Es su idea de liderazgo, aplastar todo lo demás que no vaya en su favor.

El retorno del Rey de Wakanda

Todo héroe que se precie tiene siempre un momento de caída. Para Black Panther, fue el momento en que le dieron por muerto. Tras aquel combate de Killmonger, casi no lo cuenta. El giro aquí es que quien lo salva es su primer rival en la película, M’Baku. Aunque antes de su regreso, me quiero centrar en qué ha estado haciendo hasta este momento. Como actual Rey, su objetivo pasó a ser pararle los pies a un Ulysses Klaue que está robando varias riquezas wakandianas y quien ni siquiera su padre pudo frenar.

Para ello, lleva a cabo alguna misión muy divertida, estilo James Bond, con la ayuda de Okoye, líder de las Dora Milaje, guardianes personales de T’Challa y Nakia, su amante. Es en esta secuencia donde ocurre una de las mejores escenas de acción de la película, en una persecución en coche donde brillan todos ellos. Además, Shuri, su hermana, les ayuda a distancia, incluso conduciendo un coche. Es una joven muy inteligente y casi siempre está de broma. Es el mejor secundario de la cinta, rebosa carisma cada vez que aparece y lleva toda la parte tecnológica de Black Panther.

Otro secundario que se une a su equipo es Everett K. Ross, interpretado por el siempre agradable de ver, Martin Freeman. Es un agente de la CIA y tiene el mismo objetivo que T’Challa, detener a Ulysses Klaue. Al final, acaba uniéndose a Black Panther tras ser herido y curado en Wakanda. Es un personaje que no destaca especialmente y funciona más de alivio cómico que otra cosa. Mucho más descafeinado que lo que hace con Watson en la serie Sherlock (2010).

Pues bien, el resultado de esta primera mitad de película de T’Challa, es que se ha convertido oficialmente en Black Panther, pero ha fallado en su primera misión, cosa que sí ha conseguido hacer Erik Killmonger. Esto provocará que la Tribu Fronteriza se ponga de lado de este último. Con T’Challa vivo y tras ingerir la última Hierba del Corazón que quedaba, la cual robó su novia Nakia, sirviendo como última esperanza para Wakanda. Con los dos bandos bien diferenciados, dará comienzo la batalla final por el trono de la nación.

La batalla que reafirmó el trono de Wakanda

Killmonger contra T’Challa, un combate final que se ha ido gestando durante toda la película. Esta vez los dos con el poder y traje de Black Panther y con su propio ejército. Es un batalla que sirve como pequeño aperetivo de la que veremos en Vengadores: Infinity War, aunque de esto ya habrá tiempo de hablar. Lo mejor es ver las armas que utiliza cada personaje: la Fronteriza con sus capas que sirven de escudo y enormes rinocerontes con Vibranium incorporado, las Dora Miraje y sus afiladas lanzas, Shuri y sus Guanteletes de Vibranio o Nakia y sus cuchillas de púas. Es una batalla muy original por todos estos elementos, aunque le falta un toque más de épica.

Sobre todo en el enfrentamiento entre ambos líderes. Acaban alejándose del resto y cayendo a una zona de trenes donde muere definitivamenter Killmonger por una puñalada. Nunca me ha gustado que el antagonista tenga los mismos poderes que el héroe, ni use un traje similar. Se hace algo confuso seguir el combate por esto mismo, además de que no es nada espectacular. La muerte de Killmonger es anticlimática y nos quita un personaje que podría haber dado para bastante más.

Lo que sí me gusta es la canción cuando finaliza el combate. Y es que la banda sonora está perfecta para ambientar más aún Wakanda y todo lo que sucede dentro de ella. También es un gesto muy bonito el que hace T’Challa al final, creando el primer centro de ayuda Wakandiano en el barrio en el que murió su tío y vivió Erik. Por último, vemos en la primera postcréditos como crea los primeros enlaces con el resto de países del mundo, dando a conocer su avanzada tecnología en pos de trabajar todos como una única nación. Este es el legado que dejará T’Challa y Chadwick Boseman al MCU.

En la segunda escena postcréditos, tenemos el enlace que no podía faltar al próximo evento, Vengadores: Infinity War. Con Bucky recuperado y con un nuevo brazo creado con Vibranium, está listo para la batalla más dura de los héroes más poderosos de La Tierra, hasta la fecha.

Conclusión

Black Panther fue un éxito rotundo en crítica y recaudación para un personaje que ya llamó por completo la atención en su primera aparición en Capitán América: Civil War (2016). Nominada a 7 Óscar y ganadora de 3, logró obtener más de 1.334 millones de dólares en taquilla. Con un Chadwick Boseman que encajaba en el papel como nadie, tenemos a un protagonista noble y lleno de liderazgo en su primera misión como Rey de Wakanda.

Una nación que es lo mejor de la película. Ver una ciudad tan avanzada tecnológicamente gracias al Vibranium alzarse sobre las extensas sabanas africanas, es una auténtica pasada a nivel visual, gracias en gran parte a un CGI muy cuidado. También destaca la enorme variedad de vestuario de calidad que tienen los personajes. Cada tribu tiene distintas variantes para cada situación, haciendo que se sienta una nación completamente viva. A todo esto, le ayuda una banda sonora deliciosa y que ambienta cada escena de forma única.

El villano, Erik Killmonger, es uno de los mejores que nos ha dado el MCU. Interpretado por un Michael B. Jordan que llega a superar en carisma al propio Chadwick Boseman en alguna ocasión. Es duro, egoísta pero con unos ideales muy claros impuestos por su padre. Nos da algunas muy buenas escenas de acción en una película que no carece de ellas. El final se me hace muy apresurado y anticlimático para un personaje que podría haber tenido un recorrido mucho más largo.

Es una auténtica pena que Chadwick Boseman nos haya durado tan poco. No solo por el buen papel que hace en Marvel, pues se preveía uno de los más importantes durante mucho tiempo, sino por la persona que era. Siempre preocupado por distintas causas sociales, aun cuando sufría en silencio una enfermedad muy dura que estaba acabando con él poco a poco. Su verdadero legado es ese, las personas a las que ha ayudado y a todas a las que ha inspirado. Por eso, esta pequeña crítica va dedicada a su figura. Wakanda por siempre.