Crítica de El Escudero Valiente

Amor a primera vista

La primera vez que se mostró Plucky Squire en el Devolver Direct de 2022, sentí un flechazo. Uno de esos juegos que con un par de minutos te conquistan, entrando de lleno en la lista de más esperados. Han pasado más de dos años desde su anuncio y durante ese tiempo no se me ha salido de la cabeza. Sabiendo del buen ojo de Devolver Digital, estaba claro que si algo no le iba a faltar es originalidad y calidad. Aunque ellos actúan de editores, por lo que el crédito de verdad hay que dárselo al nuevo estudio llamado All Possible Futures, dirigido por James Turner y Jonathan Biddle.

Para explicar el porqué de este amor a primera vista, hay que hablar un poco de lo que se mostró en dicho tráiler. Aquel personaje metido en un cuento con un apartado artístico delicioso, donde era literalmente como ver un libro en movimiento. Con vista y controles tipo Zelda acababa con enemigos y realizaba interesantes puzzles y minijuegos. Pero eso no fue lo que realmente me voló la cabeza. Cerca del final del video, el Escudero Valiente sale de las páginas para adentrarse en el mundo real, cambiando totalmente de estilo gráfico y moviéndose por un entorno tridimensional. Fue en ese preciso instante donde flashbacks de It Takes Two o Toy Story, uno de mis videojuegos y una de mis películas favoritas, me atravesaron la mente como un cohete. Lo tenía claro, este juego estaba hecho para mí.

Ideal para los niños

El entrar por primera vez al juego, me recordó a aquellas mañanas del 25 de diciembre donde, con toda tu ilusión, te levantas de la cama tras no poder dormir de los nervios para abrir tus nuevos regalos. Ese momento de probarlos y experimentar con ellos es el más mágico de todos. Algo muy parecido ocurre en El Escudero Valiente. Las primeras horas son, sin duda, las más especiales y divertidas. Aunque he de decir que me parece que han destapado demasiadas sorpresas en avances y tráileres anteriores. Es una experiencia en la que saber lo mínimo aumenta el disfrute muchísimo, ya que su gran valor es la alta capacidad de sorpresa cada pocos minutos.

La historia es simple como lo que es, un cuento infantil. De hecho esto es algo a resaltar, me parece un juego ideal para los más pequeños de la casa. Los juegos para niños no tienen que ser malos, simples como una alfombra y cutres, deben ser originales, creativos y divertidos. Esto es algo que hacen muy bien sagas como Super Mario o Kirby, son para todos los públicos, pero con buenos diseños de niveles, muy cuidados técnicamente y contienen sorpresas y mecánicas nuevas cada poco tiempo. El Escudero Valiente cumple todo esto con creces.

Todo comienza con el cuento llamado El Escudero Valiente abriéndose en el cuarto de Sam, un niño que se divierte leyendo este tipo de libros y practicando al mismo tiempo a hacer sus propios bocetos. Dentro de las páginas nos encontramos nosotros, un héroe llamado Jota, que no solo usa la espada, sino que es escritor, al igual que en un futuro puede serlo Sam. La trama del cuento es la clásica del mal contra el bien.

El mal está encarnado en Gruñonzón, el cual está harto de perder una y otra vez contra Jota, por lo que se revela y le lanza fuera del cuento con un nuevo poder que ha descubierto. Jota, contará con la ayuda de Pip, un pequeño ratón, Violeta, una aprendiz de maga, Crash, un troll de las montañas y BarbaLuna, el mago más poderoso de todo el reino de Moyo. Juntos, tendrán que derrotar al malvado brujo que pretende hacerse el protagonista de la historia.

Lo más interesante de la historia seguramente sea la autoconsciencia que van teniendo poco a poco los personajes de que son literalmente protagonistas de un cuento. Esto provoca algunos buenos momentos de rotura de la cuarta pared, dotándole de originalidad a una historia de lo más clásica. Jota actúa con algo en mente constantemente, hacer que Sam siga leyendo El Escudero Valiente para inspirarle a crear sus propios dibujos e historias. El objeto principal y real de la aventura es que el niño no pierda la ilusión, y eso se transmite genial al jugador, pudiendo funcionar muy bien en los niños que jueguen con Jota.

Jugar con juguetes

El Escudero Valiente es como abrir tu baúl de juguetes y ponerte a jugar cinco minutitos con cada uno. Como ya he comentado antes, el juego inicia siendo una especie de Zelda clásico. Comienzas con una espada y vas acabando con enemigos con movimientos muy simples. Sin embargo, poco a poco se van introduciendo nuevas mecánicas que te hacen experimentar con todo el escenario. Una de ellas es la de coger palabras del libro y cambiarlas de frase, haciendo que por ejemplo una puerta que estaba cerrada se abra, o que una viga que era de metal sea de diamante. Son pequeñas mecánicas que rompen constantemente con la monotonía, convirtiéndose en el gran aliciente de seguir avanzando. Aunque he de decir que muchas de ellas se usan muy poco y no se profundiza nada en ellas.

Sin duda, la idea principal y más desarrollada de toda la aventura es la de salir y entrar del cuento. A través de unas espirales verdes, podrás pasearte por el cuarto de Sam y acceder a zonas tanto de dentro como de fuera del libro que antes eran inaccesibles. Hay momentos en los que necesitarás habilidades del mundo real para poder modificar el cuento a tu antojo. Es entonces cuando te da cierta libertad en el entorno 3D para explorarlo y obtener dichos objetos.

Estas fases es donde más se experimenta con la capacidad de entrar en superficies planas, no solo en el cuento. Es mejor obviar detalles de ellas, ya que su principal valor es la impredecibilidad. Solo decir que están muy bien implementadas y visualmente no bajan el nivel. Las texturas de cada objeto del cuarto dan gusto verlas, haciéndote sentir de verdad como un juguete que cobra vida. Da la sensación de que todo se puede tocar, las tazas se ven brillantes y lisas, el libro tiene rugosidad en la portada y se ven los pelillos en las alfombras. Todo esto suma y mucho en la inmersión fuera del cuento.

Los combates son simples y no evolucionan demasiado, aunque hay una tienda que te vende nuevas habilidades y mejoras. Al principio parece que hay poca cantidad de enemigos diferentes, pero a medida que avanzas van apareciendo nuevos, lo cual se agradece para darle algo de variedad al combate. De hecho, el sistema no se aprovecha para jefes finales, siendo estos en su mayoría minijuegos con mecánicas únicas para ellos. Son todos bastante divertidos y suman en la sensación de variedad que hay en las 7-9 horas que dura.

Los momentos más retantes vienen en los puzzles. Algunos de ellos te harán pensar durante unos minutos antes de lograr completarlos, convirtiéndose en los únicos instantes que frenarán un poco tu avance. El juego es fácil y sencillo de completar, no he llegado a morir en toda la aventura y a veces he echado en falta que me apretara un poquito aunque sea. Esto no es malo per se, no todos los juegos tienen que suponer un reto, aunque esto me ha provocado una pequeña sensación de aburrimiento en alguna fase concreta.

El mayor desafío opcional se encuentra en buscar todos los coleccionables, los cuales son muy interesantes. Se tratan de bocetos y diseños previos del juego que tenían los creadores, en los que se detallan pequeñas curiosidades del desarrollo. Hay alguno muy oculto y son perdibles en cuanto a que no puedes volver hacia atrás en la historia. Aun así, si te ha faltado alguno, puedes rejugar los capítulos una vez terminado el juego.

Visualmente, se aprecia desde el primer minuto que es una delicia, pero no lo es menos en su rico apartado sonoro. La música te transporta directamente a su mundo de fantasía y te provoca una sensación de buen rollo constante. Además, se adapta perfectamente a lo que estás viendo en pantalla, siendo más misteriosa, frenética o alegre dependiendo del capítulo y ambientación en el que estés. A esto se le suma un buen doblaje en castellano del narrador de la aventura, que aumenta aún más la inmersión.

Un primer cuento esperanzador

Como primera obra del estudio indie All Possible Futures es muy buena. Una agradable y divertida aventura que mezcla muchas ideas en una batidora a la que quizás le ha faltado un poquito de sal. Se hace algo corta y sencilla, dejando la sensación de que no acaba de explotar del todo. Hay quizás un exceso de conversaciones que no aportan en demasía y cortan el ritmo de la aventura demasiadas veces. Habría gustado algo más de libertad y no estar tan encorsetado, sobre todo fuera del libro. Aun así, artísticamente es tan apabullantemente bueno, que te olvidas mientras juegas de la mayoría de sus defectos.

Es una experiencia de las que cada vez hay menos en los videojuegos. Va al grano, te expone decenas de mecánicas y minijuegos diferentes, acompañándolo con un empaque visual y sonoro a la altura de muy pocos indies. Es por eso que deseo una continuación más grande y ambiciosa, pero sin perder la esencia que la hace única. Me ha parecido un muy bueno primer tomo y ojalá veamos más historias que nos hagan juguetear con los ecos de nuestra niñez.