Crítica de Indiana Jones y el Gran Círculo

La gran aventura de Indie en los videojuegos

Indiana Jones es uno de los personajes más carismáticos de la cultura popular. Su trilogía original es la más querida del género de aventuras, y sirvió de referente para varias sagas de videojuegos que vinieron más adelante. Tomb Raider o Uncharted no existirían tal y como son sin la existencia de nuestro arqueólogo favorito. Sin embargo, en este medio le ha costado más triunfar, sobre todo en los últimos años, pues el personaje también ha perdido tirón en el cine. Las nuevas generaciones no tienen nostalgia por el personaje y piensan en otros aventureros cuando hablamos de este género. Uno, que también siento que se está perdiendo, pues tanto en el cine como en videojuegos escasean cada vez más este tipo de propuestas.

Indiana Jones en el videojuego ha pasado por varias etapas. Una de las más recordadas son sus aventuras gráficas, destacando por encima de todas Indiana Jones and the Fate of Atlantis, una de las más queridas experiencias Point and Click. Después, me gustaría destacar dos juegos a los que tengo especial cariño: Lego Indiana Jones y Lego Indiana Jones 2. He de admitir que no vi las películas hasta hace bien poco, aun así, conocía más o menos la historia gracias a estos encantadores juegos de LEGO. Eran muy divertidos, llenos de puzzles y humor, que me entretuvieron durante horas en cooperativo durante mi infancia.

El último videojuego previo a este Indiana Jones y el Gran Círculo, fue en 2009. Ha llovido mucho desde entonces y parecía imposible que fuera a renacer el personaje nunca más. Sin embargo, la aparición de la película Indiana Jones y el dial del destino, que me parece un buen cierre para el personaje, y el anuncio de MachineGames de crear un juego original de Indiana Jones, reavivaron una llama casi apagada. ¡Y vaya si ha merecido la pena rescatar esta IP! Indiana Jones merecía una aventura así en el videojuego y el videojuego necesitaba una aventura de Indiana Jones. Y ya adelanto que algo que me ha fascinado es que sabe ser única, pues no se asemeja a las aventuras de Lara Croft o Nathan Drake modernas.

Un simulador de Indiana Jones

Lo primero que te deja boquiabierto nada más iniciar el juego es su espectacular apartado visual. Es de los mejores de la generación, sobre todo gracias a unos escenarios cuidados al detalle, además de ser variados y enormes muchos de ellos. Quizás las expresiones faciales no me hayan convencido del todo, sobre todo las de Indiana. Es raro, pues me recuerda a las que tenía en la última película cuando le rejuvenecen con CGI. Sin embargo, no es nada que te saque de la aventura, pues están bien la mayoría del tiempo. A esto hay que sumarle una banda sonora deliciosa, con temas nuevos y otros ya míticos que se reservan para los momentos más álgidos de la aventura. Apuntar también un excelente trabajo de doblaje al castellano, que suma mucho en la inmersión.

El juego tuvo cierta polémica cuando se destapó que sería en primera persona. Algo que me parece absurdo, pues ya sabíamos de antemano que MachineGames destaca por ello en la saga Wolfenstein. Una vez jugado, puedo decir que es un acierto completo. Y lo es porque tiene mucho de Immersive Sim. Es decir, tiene bastante sigilo y las misiones pueden ser ejecutadas como nosotros queramos. Por ejemplo, podemos acabar con todos los guardias uno a uno usando las armas que encontremos por el escenario, o acabar con ellos a tiros, aunque sea mucho más complicado. El control es intuitivo y agradable, aunque en los tiroteos flojee más, pues el juego busca que uses la pistola solo en situaciones desesperadas.

Hay que decir que la IA de los enemigos no es la más avispada con la que me he topado. Es fácil burlarles en sigilo y tardarán mucho en verte, aunque esto se puede arreglar aumentando la dificultad, si buscamos una experiencia más desafiante. Esto no es algo que me importe en lo personal, pues no me gustan los juegos de sigilo y con este sí he disfrutado de este factor. Es verdad que habré muerto una o dos veces en toda la aventura, pero en un juego de estas características prefiero avanzar cómodamente, pues su valor lo encuentro en otras facetas.

Indiana no sería él mismo sin su látigo. Este lo utilizaremos para multitud de situaciones, tanto en combate, como en plataformeo y puzzles. Está muy bien implementado y da mucho gusto utilizarlo. Además, el sistema de físicas es de los mejores que he visto, dándote la opción de hacer todo tipo de virguerías. Con todo esto vemos que controlar a Indiana Jones es una experiencia muy divertida, tanto por lo visual como por las opciones que nos da a los mandos.

Unos escenarios con vida propia

Si algo destaca en Indiana Jones y el Gran Círculo son sus escenarios. Durante la aventura visitaremos todo tipo de biomas, desde El Vaticano, con sus espectaculares iglesias y calles llenas de vida, hasta lugares helados como el Himalaya, zona llena de acción. Estos se distinguen mucho entre ellos, y la forma de afrontarlos cambia drásticamente. La primera gran zona es El Vaticano, este funcionará como un pequeño mundo abierto en el que hacer tanto misiones principales, como secundarias y otros secretos. La libertad es total desde el principio, y la sensación de exploración es lo mejor que te da el juego.

Estos escenarios están llenos de pasadizos ocultos, rincones secretos, tesoros y puzzles opcionales muy satisfactorios de hacer. Todas estas tareas te darán puntos de experiencia que podrás gastar en habilidades pasivas u activas permanentes que encontrarás en los libros. Estos libros son la recompensa más importante del juego, y están esparcidos por todo el mapa. Además, hay algunos vendedores que te ofrecerán otros tantos. Este es el sistema de progresión del juego, uno del que te beneficias si exploras cada lugar al máximo.

Todas las misiones secundarias merecen la pena. Es decir, el contenido secundario es de muy alta calidad, tanto, que algunas de ellas mejoran a las de la trama principal. Es que, de hecho, varias de ellas están relacionadas directamente con la trama principal del juego, dándote más contexto de los personajes y sucesos que está ocurriendo en la aventura. Son pocas, pero buenas, un método de hacer secundarias que se debería extender en el resto de videojuegos.

Los puzzles, por otro lado, han sido de mis momentos favoritos con el mando en las manos. Son originales y, aunque no tienen gran dificultad, son muy divertidos, jugando mucho con el escenario y todos sus elementos. Aquí meto tanto los principales como los secundarios, pues están ambos al mismo nivel. Entrar en cuevas y templos y resolver todos sus entresijos encantará a todos los fans de las aventuras.

Ahora bien, no todos los escenarios del juego son tan grandes como El Vaticano. Hay algunos que son más lineales y se centran más en la acción, dándote un respiro de tanta exploración y yendo más “a cuchillo”. Se agradecen, pues son los más espectaculares de la aventura y un soplo de aire fresco que sirve para soltar toda la adrenalina. Funcionan genial como clímax y son más según avanza la aventura, dando la sensación de que poco a poco va perdiendo el toque Immersive Sim y va mutando a una aventura de acción más convencional. En lo personal, me gusta este desarrollo, pues la historia va pidiendo más de esto segundo que de lo primero en las fases finales.

Una historia al nivel de la trilogía original

Aún no he hablado de la historia, y el motivo es porque siempre es mejor descubrirla por uno mismo. No haré spoilers, obviamente, pero sí que pondré en contexto lo que os encontraréis. La introducción es un homenaje a En busca del arca perdida que hará las delicias de los más nostálgicos. Después de esto comenzará nuestra aventura, por lo que esta se sitúa entre la primera y la segunda película. Estamos en el año 1937 e Indiana está de vuelta a la Universidad Marshall, donde ejerce de profesor tras dejarlo con Marion Ravenwood. Allí, es atacado por un gigante llamado Locus, quien roba una momia de gato. Pronto descubrirá que todo está relacionado con el Gran Círculo, una reliquia dividida en diferentes lugares del mundo que los Nazis están buscando para dominar el mundo.

El villano principal es Emmerich Voss, un arqueólogo y ocultista que está detrás del Gran Círculo. Es un personaje muy histriónico y confiado, es sádico y le gusta jugar con sus presas. Es un gran enemigo que nos pondrá las cosas difíciles hasta el final. Nuestra gran aliada será Ginetta “Gina” Lombardi, quien está investigando a Voss por la desaparición de su hermana Laura. Gina se ha convertido en mi personaje femenino favorito de toda la franquicia. Tiene grandes dotes para la acción y aventura, además tiene grandes momentos de humor y sus motivaciones están bien escritas. Una gran sorpresa que nos acompañará durante la mayor parte de la historia.

Los personajes secundarios son bastante buenos y permiten dar forma a una historia que se pone cada vez más interesante, llegando a un final inesperado pero potente. Hay que decir que es la clásica historia de Indiana Jones, es decir, hay toques de fantasía muy exagerada, así que hay que ir con la mente abierta. Me parece una trama al nivel de las originales, algo que no han podido hacer las últimas dos películas. La duración de la aventura, si vas a piñón, no está por encima de las 16 horas. Sin embargo, es un juego que pide a gritos tomárselo con calma y explorar cada escenario, subiendo la duración hasta las 24 horas, que es lo que he tardado en completar el juego haciendo todas las secundarias aunque dejándome algunos tesoros.

Conclusión

Indiana Jones y el Gran Círculo es la aventura definitiva del personaje en el mundo de los videojuegos. MachineGames ha realizado un trabajo espectacular, dándonos un Immersive Sim que sabe mutar a la acción y aventura cuando el guion lo requiere. Tiene de todo: grandes puzzles, escenarios enormes, variados y bien diseñados, situaciones de sigilo divertidas, fases llenas de acción explosiva, una buena historia con grandes personajes y un contenido secundario tan bueno como el principal. Todo esto con un apartado audiovisual impresionante, al que se le suma un fantástico rendimiento tanto en PC, donde lo hemos jugado, como en consolas, donde no baja de los 60 FPS en ninguna versión.

Hemos tardado mucho en ver un videojuego a la altura de su leyenda, pero por fin está aquí, justo cuando estaba en uno de sus peores momentos. Ojalá esto acerque a las nuevas generaciones a un personaje icónico, aunque los que seguro que lo disfrutarán son los que lo hicieron con la trilogía original. Un gran tanque de oxígeno para el género de aventuras, el cual estaba en horas bajas tras la desaparición de Uncharted y Tomb Raider. Ha llegado en el último mes del año y ha conseguido meterse en el tercer puesto de nuestra lista de mejores juegos del año, con eso se dice todo.