Subir y bajar de las nubes
En los últimos años, Annapurna Interactive es una de las editoras de juegos indies que mejor ojo está teniendo. Prácticamente, todo lo que toca tiene calidad, y eso es mucho decir, ya que cada vez son más y más los títulos que vienen bajo su sello. Algunos de los más recientes pueden ser Stray o Cocoon, ambos con presencia en los The Game Awards, u otros más antiguos como Outer Wilds o Journey. Con este bagaje, cada vez que antes de un tráiler aparece su nombre, tus sentidos se centran a sabiendas de que algo de calidad está a punto de aparecer. Es el caso de Neon White.
Neon White salió el 16 de junio de 2022 para Nintendo Switch y PC solamente. Poco a poco ha ido apareciendo en el resto de dispositivos, llegando recientemente a servicios como Game Pass. Le tenía echado el ojo desde hace tiempo, ya que las referencias que me llegaban eran de un juego de muy alta calidad. Es el primer proyecto de Angel Matrix, una pequeña compañía estadounidense que ya solo con este juego se ha hecho un hueco en la industria, obteniendo varias nominaciones a premios, entre ellas 3 a The Game Awards. Es el momento de ver si todo lo bueno que se dice de él, se corresponde con la realidad.

Se podría decir que en Neon White conviven dos almas completamente opuestas entre ellas, pero cohesionadas entre ellas a la perfección. Se trata, por un lado, de un frenético shooter en primera persona centrado en el plataformeo y una visual novel con grandes dosis de humor. La unión de dos géneros que a priori atraerían a tipos de público tan distintos, aquí se dan la mano para ofrecer una experiencia donde en un momento estarás en la nube haciendo piruetas a la velocidad de la luz, como en varias conversaciones para desentrañar tu pasado a modo de imagenes y texto plano. Vamos a pasar a diseccionar ambos sistemas.
El primero y más llamativo para el público general es el gameplay. Se basa en pequeños niveles de no más de un minuto de duración en su mayoría, en los que hay que llegar al final del nivel lo antes posible, al mismo tiempo que eliminas a los demonios que hay por el camino. Completar cada una de las misiones no tiene mucha dificultad y tampoco es lo más interesante de la propuesta. El merme del asunto, como diría José Mota, radica en repetir y repetir para bajar los tiempos lo máximo posible. Al menos hasta conseguir la medalla platino, la mejor de las cuatro posibles; bronce, plata, oro y platino.
Este pique contigo mismo para superarte y superar a los demás en la clasificación global, no sería tal si la sensación a los mandos o ratón y teclado, no fuera fantástica. En mi caso he optado por teclado y ratón, me parece lo ideal, ya que es muy rápido y la precisión del ratón no me la da un mando. Aun así, es totalmente disfrutable de ambas formas. La base jugable es coger las diferentes cartas de arma que hay por el nivel y usarlas a tu favor para matar y avanzar por el nivel. Cada una de ellas dispara de una forma diferente, pero lo verdaderamente interesante es lo que ocurre cuando las descartas.

Cuando das al clic derecho del ratón, en este caso, la carta de arma que tienes, de las cuales solo puedes tener dos distintas y tres de cada tipo, hace un efecto especial. Comienzas con la pistola, una carta amarilla con la que puedes disparar balas de una en una y su efecto es el de un salto extra. Esto te permite hacer un doble salto, muy útil para multitud de situaciones. Otro ejemplo es el fusil, una carta azul que inflige más daño y te permite hacer un dash hacia adelante al desecharla.
Con esta base, que en los primeros niveles es muy sencillo, se irán añadiendo cada vez más cartas dando mucha variedad de movimientos distintos. Aunque al principio parezca que puede ser algo confuso, en realidad es bastante sencillo y accesible y al poco que repitas dos o tres veces un nivel serás capaz de sacar los niveles en la máxima puntuación.
Aparte del reto de tiempo, existe un coleccionable por misión, los cuales son regalos para los otros neons y personajes de la historia. Estos están ocultos y muchos de ellos sin una guía a mano nunca podría haberlos encontrado, algo que me ha molestado un poco, aunque he acabado recogiendo todos. Es aquí donde entra el elemento social de visual novel. La historia comienza cuando White, el protagonista, se despierta en el cielo sin recordar nada de su vida anterior. Poco a poco irá conociendo a personajes como Neon Red o Neon Yellow con quien tiene un pasado en el mundo de los vivos. Es una trama que está bastante bien, mantiene el interés durante toda la aventura, aunque acaba siendo algo cliché.

El punto fuerte está en los diálogos secundarios. Realmente las conversaciones obligatorias son escasas, cada 5 niveles suele haber alguna, pero no son nada extensas. Sin embargo, la cantidad de encuentros opcionales sí la he sentido más abundante. Desde el Hub central, podrás hablar con cada uno de los personajes y darles los regalos que has conseguido en los niveles. A cada uno le corresponde un presente distinto, el cual desbloquea no solo un diálogo que suele ser humorístico, sino también misiones secundarias. Estas misiones son bastante buenas y mantienen el nivel de las principales. En ellas no hay coleccionables ni medallas, aunque llegar al final de las mismas es más desafiante que las obligatorias.
La estética del juego lo mola todo. Me ha dado cierto aire a Persona 3 Reload, sobre todo en ese toque azul del cielo en muchas fases. El diseño de los personajes es superestilizado y tienen todos mucha personalidad. Esto hace que las partes de visual novel sean muy agradables a la vista, con algunas animaciones muy divertidas a modo de cómic que le dan fluidez y no son simplemente imágenes estáticas entrelazadas. Esto, acompañado con un humor que da en el clavo en varios momentos, crea una atmósfera que hace que los niveles y sus interludios sea una experiencia muy original y amena durante sus 12-15 horas de duración.

Todo en lo visual tira más a lo minimalista. Los escenarios no tienen mucho detalle, tampoco los enemigos ni los personajes. Sin embargo, esto le viene de perlas a la jugabilidad. Todo es claro todo el tiempo, no hay ruido en la imagen y sabes en todo momento de donde vienen los disparos y adonde ir. El diseño de niveles ahí tiene gran parte de culpa, hay atajos por todos lados, los enemigos están colocados al milímetro para encadenar saltos inverosímiles y batir los niveles de mil formas diferentes. Esto hace que cada run veas algo nuevo, una rendija que no habías atisbado y la cual restará varios segundos al crono final.
Para acabar, Neon White ha cumplido todas las buenas expectativas que traía consigo. La sensación a los mandos es increíble, tienes el control total de lo que haces y acabas sintiéndote el ser más ágil del cielo. La historia no resta, suma a una propuesta de las más originales de los últimos años. La industria indie está en auge y poco a poco está pasando por delante de grandes superproducciones que caen exceso de contenido insulso y repetitivo. Ojalá Angel Matrix traiga nuevas propuestas así de frescas y nos vuelva a subir a las nubes.