IMPORTANTE. La siguiente crítica contiene spoilers y está fundamentada en opiniones personales. Si no habéis visto Pearl, retroceded. Si queréis ir directos a la parte sin spoilers, bajad a la conclusión.
La trilogía de X se compone por tres peliculones, en orden de estreno: X (2022), Pearl (2022) y MaXXXine (2024). En mi opinión, las tres entregas, siendo Pearl la mejor y MaXXXine la más floja, representan mis favoritas del género slasher y de terror. Nada que ver con el slasher de mercadillo que nos pusieron en Pretty Little Liars: Original Sin y con Rose La Sangrienta, que no le hace ni sombra a Pearl (los fans de PLL me entenderán). Las tres han sido dirigidas y escritas por Ti West. Pearl le supuso el premio a mejor director en el Festival de Sitges.
Mia Goth es la estrella principal de X. Afortunadamente, no se parece en nada a Pearl, pero se lleva las tres pelis de calle. Lo que más me sorprendió de X es que Mia Goth interpreta dos papeles; el de la actriz porno y futura estrella de cine, Maxine, y el de la anciana y desequilibrada Pearl. Sigue sin entrarme en la cabeza cómo una sola persona puede dar vida a dos personajes de una forma tan magistral y creíble para la audiencia. En especial, la representación de Pearl. En 2022, Mia Goth ganó el premio a mejor actriz por Pearl en Sitges. Si bien su punto álgido lo muestra en X, no decepciona en ninguna de las otras entregas. Mia Goth mantiene una disciplina y un nivel de interpretación espectaculares.
Si hablamos de la saga de X en orden cronológico, primero iría Pearl, después X y, por último, MaXXXine. En Pearl, nos cuentan la historia de una joven muchacha, cuyo marido la ha abandonado por acudir al frente de la Primera Guerra Mundial, que sueña con ser bailarina y actriz y que padece unos delirios bastante preocupantes. Al principio, Pearl es una muchacha normal y corriente, pero las injusticias, sus patologías y sueños truncados acabarán por trastornarla al punto de no retorno.
Pearl (2022)
Nos situamos en 1918, año en que concluye el conflicto de la Primera Guerra Mundial. Pearl (Mia Goth) es una joven con una gran pasión por el baile y la actuación. Le encanta arreglarse, retocarse y ponerse vestidos bonitos que acentúen su efímera juventud. A su madre, Ruth (Tandi Wright), no le hace ninguna gracia que su hija quiera ser «una de esas mujeres», ya que son una familia humilde y tradicional. Su padre (Matthew Sunderland), de quien no nos mencionan el nombre, está enfermo, completamente paralizado y anclado a una silla de ruedas y requiere de cuidados constantes. El destino de Pearl es cuidar a sus padres, ser granjera, alimentar al ganado y aguardar a que su reciente marido, Howard (Alistair Sewell), retorne de la guerra de una pieza. Para añadir más leña al fuego, hay una epidemia de gripe española que aterroriza a Ruth.
El atuendo de Pearl y su aspecto me recuerdan un poco al de Dorothy en El Mago de Oz. Su peinado, el peto, las camisas y vestidos de cuadros, la granja y los paisajes de Kansas, el deseo de Pearl por escapar de la granja, en vez de por regresar a casa, y la posterior aparición de un espantapájaros con sombrero. Pearl podría ser perfectamente una versión sangrienta y oscura del cuento de Frank Baum. Si le añades un toque de rosa, verde y los vozarrones de Ariana Grande y Cynthia Erivo, tienes un Wicked en potencia. Ya veremos si Pearl encuentra su camino de baldosas amarillas o si acaba descuartizando al mago.
El primer indicio que nos dan de que algo no funciona bien en la cabeza de Pearl es cuando un ganso extraviado se cuela en el granero y ella le acuchilla con una horca. Pearl pasa mucho tiempo en el granero con sus animales. Habla con ellos, actúa para ellos y los trata como si fueran el exquisito público de uno de sus shows. Podría decirse que los animales son sus únicos amigos, porque su familia no la ayuda, no la entiende y tampoco hace esfuerzo alguno por comprenderla. En la escena de la muerte del ganso, Pearl, les está dando un monólogo sobre como algún día abandonará la granja y será famosa. Se desquita con la pobre ave, cuyo único pecado es interrumpir los delirios de Pearl.

Se dirige con la horca y el cadáver del ganso aún caliente al lago de su propiedad, donde reside un caimán, al que ella ha apodado como Theda, que también aparecerá en X. El reptil de fauces colosales es otro amigo de Pearl y se irá comiendo a sus víctimas durante los años venideros. Engulle al ganso como si se tratase de un caramelo y regresa a su vida subacuática. La joven retorna a casa y se dispone a ayudar a su madre a preparar la cena.
Ruth, que es una señora que ha tenido una vida miserable y piensa que su hija se merece el mismo tipo de vida, le dice que es una ingrata y una egoísta por albergar sus propios sueños. En mi opinión, lo que la importuna no son las aspiraciones de Pearl, sino que esta pueda triunfar y que su éxito la conduzca lejos de la granja. Ruth ve en Pearl a una copia de sí misma, mano de obra gratuita y una asistenta personal. Es una mujer muy dura y severa, tanto consigo misma como con su hija.
Pearl coge un periódico de la mesa y lee la noticia en portada de que los aliados han tomado Francia. Se ilusiona, ya que aquello puede suponer el pronto regreso de Howard a su hogar. Alimenta a su padre y le suministra la medicación. Después, le lleva al baño para asearle y aprovecha para darse una ducha. Le relata que, al día siguiente, irá al pueblo a comprar medicinas para él y que de paso visitará el cine para ver algunas películas. Su madre irrumpe en el cuarto de baño y le advierte que se proteja y use mascarilla en el pueblo, porque ha habido un repunte de casos y contagios por gripe española.
Si los espantapájaros hablasen…
En su excursión al pueblo, Pearl, utiliza el dinero que le ha sobrado de las medicinas para asistir al teatro. Disfruta de una de esas películas en que los personajes bailan y bailan incansablemente. Las protagonistas parecen las bailarinas de una cajita de música. Aquel es el sueño de Pearl en su máximo esplendor. Algún día, ella quiere estar en esa pantalla interpretando, danzando, cantando y siendo feliz. Conoce al proyeccionista (David Corenswet) que, al igual que su padre, carece de un nombre que no se asocie a su profesión. Comparte con él sus sueños y su historia y el chico se compadece de ella. Le obsequia un fragmento de la película para que no se olvide de la importancia y la naturaleza de sus sueños y la invita a visitarle la próxima vez que acuda al pueblo. Se ofrece a proyectar una película solo para ella, halagándola soberanamente.
Pearl pedalea alegremente por el camino de regreso a casa. Una traidora ráfaga de viento arrastra el fragmento de VHS y ella se detiene a buscarlo. Se adentra en los campos de maíz hasta toparse con un espantapájaros, luciendo un sombrero de copa y atado a un palo. A Pearl se le ocurre la brillante idea de bajar al espantapájaros y de emplearlo como compañero de baile. Danzan por el pasto y ella vuelve a presentar otro de sus extraños delirios. Besa al espantapájaros y se imagina que es el proyeccionista. Después, procede a apartarse y a gritarle que está casada y que su marido está en la guerra. Aun así, en una escena bastante bizarra, Pearl termina aliviando sus frustraciones sexuales con el muñeco de paja.

Ruth riñe a su hija por haberse puesto un sombrero que podría estar infectado de gripe y la envía directa a la ducha. Pearl continúa experimentando brotes de psicopatía, que van más allá de asesinar animales con una horca, e intenta pellizcar y estrangular a su padre para comprobar si todavía siente dolor. Su padre se encuentra en un estado catatónico que no le permite reaccionar a ningún estímulo y aquello molesta tremendamente a su hija, que lo toma por un maniquí sin vida. Le deja tranquilo al reparar en la respiración trémula e irregular del hombre. Si hay algo que pesa más a Pearl que no poder presentarse a castings y convertirse en una actriz famosa, es tener que cargar con un padre inválido y paralizado.
Su madre le pide cuentas por las vueltas del dinero que le entregó para comprar medicinas. A lo que Pearl responde que se lo gastó en golosinas. En realidad, lo utilizó para ir a ver películas al cine. Ruth le da un sermón sobre la escasez de dinero, la dureza del trabajo, la enfermedad incurable de su padre y el declive constante del mundo y Pearl acaba huyendo a su cuarto. Se pone a rezar, como Bart Simpson cuando quería aprobar un examen, o que nevase al día siguiente para no ir a la escuela de Springfield, y una estrella fugaz atraviesa el firmamento. Sin embargo, el deseo de Pearl no se cumplirá como ella espera.
Las esperanzas de Pearl
La cuñada y única amiga de Pearl, Mitzy (Emma Jenkins-Purro), acude a visitarla a la granja. Les entrega un cochinillo asado, con manzana en la boca incluida, como regalo. Conversan un rato sobre Howard, que es hermano de Mitzy, y comentan la ausencia de cartas y de noticias por parte del soldado en el frente. Ambas se muestran bastante preocupadas por él. Parece ser que Howard era la vía de escape de Pearl de la granja y de su insoportable vida a merced de sus padres. Pero, sus aspiraciones se vieron truncadas con el estallido de la Primera Guerra Mundial y el reclutamiento masivo de hombres en edad de luchar, y se vio obligada a retornar a su antigua vida.
Mitzy le anuncia que se realizarán unas audiciones en el pueblo para un espectáculo de baile navideño y que la elegida viajará en una gira por varias ciudades importantes interpretando el número. Su cuñada planea presentarse y Pearl no va a ser menos, sobre todo pensando que, como ese es su sueño, es imposible que no la escojan. Las amigas acuerdan apuntarse juntas a la audición a escondidas de sus madres. No sabemos si la madre de Mitzy accedería a que su hija actuase encima de un escenario para una multitud, pero conocemos la respuesta que Ruth le escupiría a Pearl.
Esa misma noche, Pearl, le roba un vestido a su madre, se engalana con el sombrero de copa del espantapájaros y se escapa de casa. Le hace una pequeña visita a su amigo el proyeccionista y comparte con él la noticia de la audición. Probablemente, el proyeccionista es la primera persona en la que Pearl piensa a la hora de hablar sobre su futura oportunidad, porque fue el único en alentar y respaldar los sueños de una chica atolondrada. Pearl tiene el nimio y ligero problema de que jamás ha actuado para una audiencia que no fueran sus animales. El proyeccionista la anima a seguir sus sueños y la convence de que es capaz de hacer lo que se proponga.
Aunque, el proyeccionista no es un alma cándida y benefactora que ayuda a la primera chica triste y desamparada que se cruza en su camino. Al igual que todas las personas de ese mundo que tanto odia Pearl, alberga segundas intenciones. Él pone una película que dice haber descubierto en Francia y que corresponde a la industria pornográfica de aquel entonces. Según él, ese tipo de cine será el futuro de los actores. Insiste con el argumento de que Pearl puede lograr sus sueños sin importar el coste y promete que él vería cualquier película que ella protagonizase. Ella no se muestra muy interesada. Expresa que su único deseo es que sus padres fallezcan para escapar de la prisión en la que vive y ser libre. Reitera su hastío por el mundo y se marcha a casa antes de que el proyeccionista decida reproducir otra cinta del mismo género.
La carnicería ha comenzado
El hecho de que Pearl quiere ver a sus progenitores muertos ya no es un secreto para los espectadores y tampoco es algo que la propia Pearl se moleste en ocultar. Conduce la silla de ruedas de su padre hasta el muelle que se erige sobre los dominios del caimán, Theda. Se dispone a tirar a su padre al lago, porque piensa que es un cadáver viviente y que sobrevivir en ese estado no merece la pena. Imagínate el grado de locura que tiene para preferir matar a su padre a abandonarle. Afortunadamente, ya que el padre es el único ser inocente de toda la peli, es interrumpida por Ruth.
La situación se tuerce cuando su madre le pide explicaciones por haber asistido al cine el día en Pearl fue al pueblo a buscar las medicinas de su padre. Pearl aprovecha el momento y le dice a su madre que se va a presentar a una audición de baile. Repite el mismo discurso que le impartió el proyeccionista. Argumenta que debe intentarlo ahora que es joven y que cuenta con el físico, las aptitudes y las oportunidades de convertirse en una estrella. Promete que, si fracasa, retornará a la vida en la granja y se quedará con ellos para siempre.
Ruth, amargada, indignada y encolerizada, le responde con una negativa. Se burla de los sueños de su hija y le espeta que se encuentra enferma. Le recrimina que no posee conocimiento alguno de la vida, ya que ella se casó muy joven para ser feliz y acabó cargando y haciendo de madre de su marido inválido. La mujer defiende la necesidad de mantener a Pearl aislada y recluida en la granja, ya que no solo vive en un mundo insano de fantasía, sino que también es peligrosa y padece episodios delirantes. Ruth es consciente de que algún día Pearl cometerá un acto atroz y de que las demás personas apreciarán su verdadera y retorcida naturaleza. Confiesa que ambos están asustados de su propia hija y que ella sabe que Pearl quiere verlos muertos.
A Ruth se le va un poco la cabeza. Saca un cuchillo y le sugiere a Pearl que termine el trabajo, que los mate a ambos y que se marche, pero le asegura que fracasará. Pearl recalca que no quiere acabar igual que su madre y Ruth le da una bofetada. La situación escala a los golpes, mientras que el padre las contempla impotente desde su silla. El vestido de la madre de Pearl se aproxima tanto a la chimenea que empieza a arder y el fuego se esparce rápidamente. Ruth se transforma en una bola de llamas y gritos y su piel queda deforme y abrasada. Aparentemente está muerta, o eso piensa Pearl. Así que la arrastra por los pies y la encierra en el sótano para que nadie descubra el cuerpo.

Pearl se marcha de la granja y se presenta en la puerta del proyeccionista. Ambos dan rienda suelta a la tensión acumulada entre ellos, a la atracción latente y la pasión y se acuestan. Cuando Pearl se despierta apresurada por la audición y por preparar su número de baile, el proyeccionista se ofrece a llevarla a casa. Error. Pearl accede y vuelven juntos a la granja. Ella entra primero. Se cerciora de que su madre esté muerta del todo y se disculpa con su padre por haberle dejado solo. Le limpia y le acicala para que parezca medianamente presentable frente al proyeccionista.
Suben al cuarto de Pearl y, mientras están retozando sobre la cama, el proyeccionista escucha unos ruidos extraños provenientes del piso inferior. Desciende al comedor y se topa con los restos de la cena esparcidos por el suelo. Pearl explica que, probablemente, el perro habrá jugado con la comida en su ausencia y se lleva al chico fuera de casa. Se dirigen al establo, donde Pearl le presenta uno por uno a todos sus animales. El proyeccionista se interesa por saber el nombre del perro de Pearl, pero ella le contesta que no tiene perro. Entonces, todos los instintos del pobre chico le piden que huya, que abandone aquel lugar y no mire hacia atrás. Ella no entiende qué ha hecho mal y le pregunta si ya no la quiere. El proyeccionista solo puede balbucear que le está asustando y avanzar robóticamente hacia su automóvil.
Pearl no puede permitir que se marche así. Le asesina con la misma horca con la que despedazó al ganso al comienzo de la película. Se desquita clavandósela en el pecho, en el estómago y, para rematar, en la cabeza. Después, arroja su cadáver a las aguas del lago para alimentar a su caimán. El proyeccionista ya no vivirá para lamentarse y maldecir el día en que Pearl se cruzó en su camino.
Pearl vuelve al interior de la vivienda, abre la puerta del sótano y se da cuenta de que su madre sigue con vida. Ha reptado por los escalones hasta alcanzar la entrada. Le dice que no piensa fracasar como ella y la empuja escaleras abajo. Ruth acabará muriendo convertida en un montón de carne achicharrada y putrefacta. Por si la matanza fuera escasa, Pearl busca a su padre y le asfixia con una alhomada. Antes de morir, al hombre se le escapan unas lágrimas, demostrando que por más incapacitado y enfermo que estuviera seguía teniendo sentimientos.
La audición
Pearl se reúne con Mitzy en el lugar donde se celebra la audición. Mitzy se encuentra preocupada y nerviosa por el resultado de su interpretación y por no ser lo suficientemente buena. Pero, Pearl, tiene una seguridad indestructible y la certeza absoluta de que será la elegida entre todas las candidatas. Hay una gran cantidad de muchachas y la mayoría salen llorando de su actuación frente los jueces. A Pearl le da igual, porque piensa que ninguna de esas jovencitas puede compararse a ella. Mitzy, en cambio, se compadece de ellas.
Los sueños y las estrellas tienen algo en común; mueren de la misma manera. Llega el turno de Pearl y Mitzy le desea suerte. Pearl se sitúa sobre la «x» blanca y lo da todo. Baila, sonríe y actúa de maravilla. En su mente, está compartiendo escenario con soldados de la Primera Guerra Mundial y detrás de ellos hay un campo de batalla. Parece como si estuviesen celebrando el fin de la guerra.
Uno de los jueces toma la palabra y le dice a Pearl que baila bien, pero que han decidido no quedarse con ella. Están buscando una belleza norteamericana, con bucles dorados, una amplia sonrisa y movimientos gráciles. Pearl es todo lo contrario. Su sonrisa desaparece, las lágrimas empiezan a correr por su rostro y se queda congelada en el escenario. El fulgor de sus ojos se apaga como el de una estrella con destellos intermitentes que está anunciando su funeral.
Mitzy consuela a Pearl y se ofrece a llevarla a casa. Una vez allí, Pearl la invita a pasar y a sentarse en el comedor. Mitzy le sugiere a su cuñada que se imagine que ella es Howard y que se desahogue con ella. Pearl, sin ganas ni necesidad de fingir más, destapa su verdad. Confiesa que no se enamoró de Howard cuando le conoció, pero que supo que había tomado la decisión correcta al aceptar su propuesta cuando él le presentó a su familia. La familia de Howard era adinerada y aquello suponía para Pearl una vía de escape de la vida en la granja.
Sin embargo, Howard era mucho más sencillo y humilde de lo que aparentaba y prefirió cambiar su negocio familiar por la granja. Pearl se planteó dejarle, pero se dio cuenta de que esperaba un bebé. Abortó sin decir nada a nadie, ya que, como le explica a Mitzy, jamás quiso ser madre. Entonces, Howard se marchó a la guerra y la dejó sola en la granja y el odio de Pearl creció y creció.También asegura ser consciente de que algo no va bien en ella y de que su madre tenía razón. Declara haber asesinado animales pequeños y débiles, otros de mayor tamaño y, finalmente, confiesa ser la autora de las muertes de sus padres y del proyeccionista. Mitzy palidece e intenta poner en práctica la misma estrategia que el proyeccionista. De repente, tiene mucha prisa por marcharse o la están esperando en algún sitio.

Claro que, Pearl, ve a través de su actuación. Sabe que Mitzy está aterrorizada y le pregunta si piensa que está loca. Mitzy niega apresuradamente con la cabeza y Pearl la felicita por obtener el papel en las audiciones. Su cuñada se sorprende, porque no le había contado nada para no entristecerla más. Responde con un escueto gracias, una sonrisa tirante y le dice que espera que pueda ir a ver alguna función suya. Pearl intenta retirar las verdades que ha vomitado sobre Howard y le balbucea a Mitzy que si que quiere a su hermano. Mitzy asiente frenética y avanza hacia la salida. Pero, ya es demasiado tarde.
Mitzy se abalanza sobre el camino de grava y empieza a alejarse de la condenada granja. Pearl sale al porche. Sobre las tablas de madera descansa el cochinillo, que Mitzy le obsequió días atrás, infestado de larvas y gusanos. Uno pensaría que, Pearl, ha caminado hasta el patio delantero para despedirse de su cuñada y agitar la mano mientras contempla como su figura se difumina en la distancia. Pero, ella es una mujer de armas tomar y no puede tolerar que Mitzy se marche con el conocimiento que ella misma le ha proporcionado. Pearl agarra un hacha que estaba clavada en la hierba y empieza a perseguir a su amiga. Mitzy corre y grita en vano, porque nadie la oye. Pearl la apuñala por la espalda y Mitzy termina descuartizada y siendo comida de caimán.
¡Howard existe!
Pearl arrastra el cadáver de su madre y lo sienta a la mesa. Mueve la silla de su padre hasta el hueco contiguo y prepara una última cena para los tres. Coloca en el centro el cochinillo agusanado que le regaló su cuñada y se sienta a bendecir la mesa. Al día siguiente, los soldados supervivientes de la guerra vuelven a casa. Un jovencísimo Howard entra por la puerta para saludar a su esposa y se encuentra con una escena propia de la Psicosis de Hitchcock. Los cuerpos en descomposición de sus suegros le dan la bienvenida desde la sala de estar. Pearl aparece con una jarra de limonada en la mano y expresa lo mucho que le ha echado de menos. Con una sonrisa desquiciada y ojos llorosos, el rostro de Pearl nos anuncia el final de la película y da paso a los créditos.

Para saber qué pasa después tendremos que ver X.
Conclusión
Como he mencionado en la introducción, Pearl es la mejor entrega de la trilogía X. X fue una película brillante, pero los orígenes de la anciana Pearl son insuperables. En esta cinta comprendemos el porqué Pearl estaba obsesionada con su físico, la juventud perdida y con esa jovencita llamada Maxine. Casualmente, y no porque sean interpretadas por la misma actriz, Pearl y Maxine comparten un parecido alarmante. Y, no solo físicamente. Eso puede apreciarse a simple vista. Sin embargo, sus motivaciones, sueños y esperanzas muestran una similitud increíble.
La Maxine que se dedica a la industria para adultos es como la Pearl que baila y canta en su granero frente a una audiencia bovina. La Maxine que se acicala y viste prendas caras es idéntica a la Pearl que roba vestidos a su madre y se maquilla a escondidas. La única diferencia real entre Pearl y Maxine es que Maxine pudo escapar a tiempo, mientras que Pearl se vio consumida y atrapada por la vida en la granja. Los sueños de Pearl están condenados a no cumplirse. Pero, Maxine no va a conformarse con una vida que no merece.
El personaje de Pearl me produce cierta empatía. Ha tenido una vida muy dura, demasiadas responsabilidades y una madre terrible. Es alguien que aborrece su existencia al extremo de casarse con el primer hombre que conoce, a pesar de no amarle, con tal de escapar de ese lugar que la está asfixiando paulatinamente. Ruth le dice en varias ocasiones a su hija que vive en un mundo de fantasía constante. Se puede pensar que Pearl tiene muchos pájaros en la cabeza e ilusiones de papel, pero, realmente, su único delito es soñar con ser bailarina y actriz.
El principal problema de Pearl, aparte de su enfermedad, es que tiene una madre amargada, retorcida y de aspiraciones frustradas. En un principio, ella busca el permiso y la aprobación de Ruth. Pero, al final, se cansa de ser ninguneada, menospreciada y explotada. Su manera de decir basta es permitiendo que su madre se abrase y agonice en el sótano hasta morirse. Pearl acaba siendo víctima de sus propias decisiones y circunstancias. No estamos hablando de alguien que se niegue a aceptar una vida con la que no está conforme, sino de una persona que es incapaz de hacerlo. Pearl no puede consentir ni soportar que otros abracen el sueño que le pertenece por derecho en su cara.
La lástima que siento por Pearl muere enseguida. En realidad, mi tristeza se refleja en la de una joven que busca cumplir sus sueños y solamente se encuentra con obstáculos. A ella se le dan opciones y escoge exterminarlas a punta de hacha y horca. Así que, podemos afirmar que Pearl es otra víctima de su propia enfermedad y de su instinto asesino. El único aspecto que cambia es que no se ha troceado a sí misma y arrojado al lago. Se ha convertido en la fiel hija de su madre y sus sueños rotos la perseguirán para el resto de sus días.
Pearl es una película muy recomendada para todos los amantes del terror y del género slasher. Si tenéis buen estómago y os gustan las escenas sangrientas, Pearl es una cinta que debe estar en vuestra lista de películas pendientes. Si, al igual que yo, apreciáis un desarrollo de personaje en condiciones y una historia decente, os gustará como Ti West y Mia Goth han escrito y construido a la risueña y psicópata Pearl.