Crítica de SILENT HILL 2 Remake

Remakes como entrada inmejorable a sagas históricas

En los últimos años, la proliferación de los Remakes en el mundo de los videojuegos es una absoluta realidad. Hay gente que está en contra de ellos, pues prefieren que los estudios más punteros centren todos sus esfuerzos en crear nuevas historias que calen en las nuevas generaciones. Yo, por el contrario, estoy muy a favor de ellos. Pero lo estoy de aquellos bien trabajados, tanto, que tienen identidad propia a pesar de basarse en su totalidad en un juego ya existente. Esto me ha permitido entrar en sagas, no por su última entrega, sino por una de las primeras, pero adaptada a los nuevos tiempos.

Este fue el caso de Resident Evil 2 Remake, con el que me metí definitivamente en la franquicia, hasta tal punto de que no me salto ninguno desde entonces. Lo mismo ocurrió con Final Fantasy VII Remake, pues nunca jugué al original, pero esta reinvención me maravilló y hace que muera de ganas por jugar a Rebirth en PC. Estos dos no solo se centran en mejorar el apartado gráfico, sino que expanden la idea original y modifican la base, aunque los intangibles que les hicieron grandes hace años siguen presentes.

Después tenemos los Remakes que se centran en dar un lavado de cara gráfico completo, aunque no modifican en exceso el núcleo jugable. Casos como los Remakes de Shadow of the Colossus, Dead Space o TLOZ: Link’s Awakening también me permitieron descubrir auténticas joyas por primera vez. Es por eso que cada vez que veo el anuncio de un Remake de un juego que nunca he jugado, me llevo una alegría, pues suelen salir muy bien.

Todo esto es lo que me ha vuelto a suceder con SILENT HILL 2 Remake. Mi experiencia con la franquicia es la nada más absoluta. Nunca había jugado antes a un Silent Hill, pues cuando estaban en el auge, allá por la época de Playstation 2, yo era más de plataformas que de terror. Tampoco tenía edad para juegos que te llevan tan al límite en lo psicológico como este. De hecho, recuerdo ir al videoclub más cercano a mi casa y huir de sus carátulas, no les di ni media oportunidad. No era el momento, por suerte, siempre hay una segunda oportunidad.

Bloober Team fue el elegido por Konami para hacer realidad el sueño de mucha gente: traer de vuelta a una leyenda del terror. La elección del estudio no gustó a muchos, pues su historial es un tanto irregular. Hicieron grandes obras como Observer: System Redux o el primer Layers of Fear, al mismo tiempo que decepciones como Blair Witch, Layers of Fear 2 o The Medium, hacían titubear su reputación. Sin embargo, han cogido al toro por los cuernos y nos han traído su mejor trabajo hasta el día de hoy. Esto es así, pues habría entrado, sin duda, en nuestro top mejores juegos de 2024 si lo hubiese jugado antes.

He de decir que mi relación con los juegos de terror es algo tóxica. Los disfruto y me mantienen atrapado, con ganas siempre de volver a ellos, pero a la vez los sufro demasiado jugándolos. Lo he pasado mal con muchos de ellos. Entre los que más están Resident Evil 7, Resident Evil 2 Remake, cuando te persigue El Tyrant, y con el terrorífico Madison. Puedo decir, desde ahora, que en puesto número uno se acaba de colocar SILENT HILL 2. Bienvenidos a la reseña más terrorífica hasta la fecha de una experiencia que me ha estado atormentando durante varios días, incluso en mis pesadillas.

En la búsqueda de Mary, nada es lo que parece

La premisa de la historia es conocida por casi todos. James Sunderland, un hombre que ronda la treintena y que cumple con el fenotipo de protagonista de survival horror, pues viste igual que personajes como Alan Wake, Ethan Winters(Resident Evil VII & VIII) o Sebastian Castellanos(The Evil Within 1 & 2), visita un pueblo de lo más encantador(en algún momento lo fue) llamado Silent Hill. Allí, al igual que los personajes antes mencionados, tendrá como objetivo encontrar a su esposa, Mary.

Sin embargo, lo que he sentido jugando con James es muy diferente a los antes mencionados. Desde el primer momento, la sensación es de que algo no iba bien. No sabía si por su estado psicológico o por la influencia del pueblo maldito, pero todo lo que hacía me parecía carecer de sentido. Esto es algo muy bien tratado a nivel argumental, así que no revelaré nada más, aunque la historia original tenga casi 24 años.

James pronto se encontrará con el primer personaje secundario del juego, Ángela. A ella le seguirán varios más, siendo tremendamente interesantes todos ellos, pues guardan un misterio que te perturbará una vez conocido. Hay pocos personajes, y aunque la mayoría del tiempo vamos solos, lo he sentido un juego bastante coral en lo argumental. Es decir, todos tienen una historia detrás muy interesante y bien llevada, siempre con un aura de misterio de no saber por dónde van a salir. No sabes si son buenos, malos, si existen o no. No conoces sus motivaciones y no entiendes por qué hay apenas 4 o 5 personas viviendo en este pueblo.

Resolver todos estos interrogantes, es uno de los grandes alicientes para quien, al igual que yo, no conozca la historia del juego de Playstation 2. Además, el juego cuenta con hasta ocho finales, alguno de ellos nuevos de esta versión. Para ver todos, hay que completar el juego varias veces, aunque siempre queda la opción de verlos online. Cada uno aporta una visión y puede cambiar totalmente tu percepción de la historia.

En conclusión, toda la parte argumental atrapa desde el primer momento, pues está llena de misterios y secretos que se van desvelando cerca de la recta final. No encontraréis muchos detalles del origen de Silent Hill, pues en esto profundizan otros juegos como Silent Hill Origins, sino que descubriréis eventos aterradores de unos personajes verdaderamente atrapantes.

Ambientación de pesadilla

Dejando un poco de lado la parte argumental, vamos a centrarnos en lo que me ha parecido su valor diferencial respecto a otros Survival Horror que he jugado. No es otro apartado que su ambientación. Pasear por las neblinas calles de Silent Hill es una experiencia muy especial. Apenas ves lo que hay a dos metros de distancia, los edificios se te aparecen delante de ti, imponentes cuando lo que había un segundo antes era la nada. El pueblo es un personaje más, seguramente el más importante, y sabe comunicarse contigo de tal forma que nunca sepas por dónde te va a salir.

Los primeros compases son de descubrimiento y poco agobiantes. Entras en varias tiendas del pueblo, realizas algunos puzles y tienes algún combate ocasional. No hay vida, el único personaje con el que hablas es Ángela y estaba en las afueras, desde ahí vas a solas con una única idea: encontrar a Mary. Sin embargo, esta sensación de falsa libertad, pues no es posible recorrer todas las calles de Silent Hill desde el principio, sino que tendrás un camino marcado con ciertos lugares opcionales, pronto desaparecerá en el primer nivel cerrado del juego.

Se trata de unos apartamentos en los que comienza esa sensación de claustrofobia que no hará más que aumentar en niveles posteriores. El detalle de cada pasillo y habitación aporta una inmersión fantástica. A esto se le suma un diseño de sonido tremendo, basado en pequeños ruidos grotescos o extraños, acompañados de sutiles melodías que vienen y van, se intensifican y se relajan. Quizás no exista ningún peligro, pero el juego te mantiene siempre alerta por lo que escuchas, más que por lo que ves.

Esta ambientación, tan atrapante y onírica, pronto se comenzó a sentir angustiosa y aterradora. Tanto, que mis sesiones de juego no excedían las 2 horas de juego por lo mal que lo he llegado a pasar en ciertos puntos. Es desde el nivel del hospital donde todo gira y se vuelve más oscuro y tenso. Desde ahí, Silent Hill no será lo mismo, pasando por fases como la cárcel o el laberinto, donde el terror sube a otro nivel. He tenido dolor de estómago jugando toda esta segunda mitad de juego de la tensión constante con la que te desafía. Pues si al principio no podías diferenciar que había a dos palmos de tus narices por la niebla, en este caso será por la opaca oscuridad y una linterna que apenas ilumina lo que tienes en frente.

Todo este diseño artístico está cimentado bajo un apartado gráfico espectacular. Lo que ha conseguido Bloober Team con Unreal Engine 5 es una barbaridad que apenas hemos visto, a día de hoy, en la actual generación. Los edificios cuesta diferenciarlos, en estático, de una imagen real. Las calles, tanto de día como de noche, la iluminación que se cuela de las ventanas del exterior y que poco a poco va desapareciendo para volverse oscuro, pero sugerente y lo bien recreados que están los interiores, hacen que te sientas dentro de Silent Hill.

Las animaciones faciales también están a muy buen nivel. Recuerdo las críticas que hubo en los primeros tráileres con las caras de Ángela y James, sin embargo, una vez dentro del juego, esta sensación desaparece. Detalles como el del rostro de James, que va poco a poco demacrándose, con ojeras y una sensación muy palpable de cansancio, dan empaque al juego. Las cinemáticas lucen genial y el doblaje al inglés concuerda perfectamente con los personajes.

Como apunte, hemos jugado en su versión de PC con gráficos en alto con una RTX 3080 y un procesador Ryzen 7 3700x. El rendimiento ha sido bueno en general aunque tiene problemas de stuttering debido a un motor que no le sienta nada bien el PC. Sobre todo aparece al descubrir nuevas zonas, aunque a medida que avanzas, estos problemas se van diluyendo, aunque no desaparecen del todo.

Combates y puzles, cal y arena

A nivel jugable, estamos ante el clásico Survival Horror en tercera persona que se hace hoy en día. Muy inspirado en Resident Evil 2 Remake, tendremos combate cuerpo a cuerpo y a distancia. En el cuerpo a cuerpo el juego funciona muy bien, aunque algunas hitboxes de los enemigos pueden fallar y ser más imprevisibles de la cuenta. Las animaciones en este sentido no están al nivel del resto del juego, pero no llegan a lastrarlo.

En cuanto al combate a distancia, tendremos armas como la pistola o la escopeta que son básicas a más no poder. La sensación en el gunplay no es del todo satisfactoria, algo que concuerda con el personaje que llevamos, pues es un hombre normal y corriente que no tiene experiencia de tirador. Además, tenemos la esquiva, muy útil en cualquier situación y que te sacará de múltiples aprietos. Sin embargo, este combate poco satisfactorio no sería un problema si no fuera por la excesiva cantidad de enemigos que hay a lo largo de la aventura.

He acabado con 402 enemigos en total. Me parece una cantidad excesiva que se agrava por la poca variedad de ellos que hay. Esto es más acusado a medida que llegamos a las zonas finales, pues hay algunas repletas de estas horribles criaturas. Aun con todo, no he llegado a morir en todo el juego en dificultad normal. Las balas y curaciones me han acabado sobrando, por lo que si buscáis un reto, recomiendo subirle un punto el nivel de dificultad. Esto provoca que la duración se extienda más de lo normal en el género. En mi caso han sido 13 horas, aunque la media son 15, bastantes en comparación a las 8 que duraba el juego original.

Otra cosa muy diferente son los jefes finales. Todos tienen formas diferentes de afrontarlos y son verdaderamente terroríficos en su mayoría. Sobre todo si conoces el por qué de su diseño. Es aquí donde el combate gana más enteros, aunque varios serán esponjas de balas que no serán problema si habéis ahorrado en munición.

No todo va a ser combatir, de hecho debería ser algo secundario. El juego está repleto de puzles obligatorios para avanzar en la aventura. No me he llegado a atascar en ninguno y al mismo tiempo me han parecido bastante ingeniosos y variados. Es una parte de los survival horror que me encanta, y aquí está llevada a las mil maravillas. Encontrar x llave para abrir cierta puerta que te desbloquea una pista para resolver un puzle previamente encontrado que, sumado a un objeto que está en otro piso de arriba, hace una combinación que desbloquea un cofre que contiene una llave que te hace avanzar. Es una sensación constante de descubrimiento que te hace sentir inteligente aunque realmente no lo seas ni un poco.

No solo encontrarás pistas de puzles, balas y munición por los escenarios. También existen varios coleccionables que aportan a dar contexto tanto del pueblo en general, como de ciertos personajes y lugares concretos. Es por esto que querrás explorar cada rincón pues siempre habrá una recompensa de algún tipo.

Conclusión

Bloober Team ha logrado con Silent Hill 2 no solo su mejor videojuego hasta la fecha, sino uno de los mejores de 2024 y un nuevo referente en cuanto a Remakes se refiere. La materia prima ya era excelente, sobre todo en cuanto a la historia y su desarrollo. Sin embargo, aquí se sube el nivel gracias a un impresionante apartado visual, tanto gráfico como artístico, creando una ambientación única en el mundo de los videojuegos. Los neblinosos pasos iniciales pronto se convertirán en una oscura tortura catalizadora de tus peores pesadillas. El motor Unreal Engine 5 consigue que veamos el pueblo de Silent Hill como nunca antes, pues hay momentos que cuesta distinguirlo de la realidad.

El diseño de sonido es una barbaridad que te sumergirá de lleno en unos escenarios rebosantes de detalle y que te crean tanta incomodidad que he llegado a sufrir físicamente mientras lo jugaba. Los puzzles son ingeniosos y divertidos, aunque el combate es solamente funcional y hay un exceso de enemigos repetitivos que solo es aliviado por unos buenos jefes finales. Es el videojuego que más me ha llevado a un estado de tensión angustiosa durante más tiempo. Es por esto, que solo si tenéis el valor suficiente os recomiendo que os adentréis a descubrir qué ocultan Silent Hill, sus gentes y vosotros mismos.