Un universo en caída libre
Podemos afirmar, a día de hoy, que el universo de villanos de Sony es un auténtico fiasco. La idea era atractiva, hacer películas de los mejores enemigos del Trepamuros y centrándose en ellos como protagonistas. Sin embargo, no poder utilizar a Spider-Man no ha sido lo que más ha lastrado estas películas. Es verdad que a día de hoy no son muchas, tenemos la trilogía de Venom, Morbius y Madame Web, esta última centrada más en heroínas que en villanos. Estas dos últimas directamente son de las peores películas del género, un completo desastre en todos los niveles que no se entiende cómo tuvieron luz verde. Las de Venom, en gran parte por Tom Hardy, al menos se dejan ver. Dentro de poco estrenarán Kraven: The Hunter y los primeros tráileres no nos permiten ser muy optimistas.
Con estas, el futuro del Universo compartido de Spider-Man de Sony, sin Spider-Man, no es muy halagüeño. Aun así, hay una serie que está siendo rodada ahora mismo llamada Spider-Noir, con Nicolas Cage de protagonista que sí me provoca interés real. Además, hay que decir que las dos películas de SpiderVerse con Miles Morales de protagonista son auténticas joyas, habiendo creado un estilo artístico desde 0 que está creando cada vez más tendencia. Ambas son de las mejores películas de animación de la historia, teniendo el fin de la trilogía para 2025. Un camino por el que Sony sí debería tirar.
Centrémonos más en la trilogía de Venom, la cual inició todo este universo compartido lleno de decepciones con su primera película en 2018. Mis expectativas en un principio eran altísimas, uno de los mejores villanos de todo Marvel, interpretado por un Tom Hardy en estado de gracia, ¿qué podía salir mal? Pues casi todo. Lo que podría haber sido un Venom desatado y despiadado fue convertido en un mal chiste. Bromas sin gracia constantes y una historia sosa. Todo fueron ojalás con aquella película, algo que se ha mantenido en las dos siguientes.
Venom: Habrá matanza nos traía a otro de los grandes villanos de Spider-Man, Carnage, interpretado por el gran Woody Harrelson. Aunque seguía con la tónica de la anterior película, en la que Venom es un chiste constante e intimida menos que mi abuela con una zapatilla, la disfrute de cierta manera en el cine. Se me pasó volando y al menos pasé un buen rato de cine palomitero, con unas escenas de acción divertidas entre estos dos simbiontes. Es mi favorita de las tres, la menos mala.
Llegamos por fin a lo que parece que será el final del trayecto de Tom Hardy como Venom. ¿Ha conseguido ir a peor, como cada partido del Atleti fuera de casa? ¿O, por el contrario, ha conseguido cerrar con dignidad, algo que parecía imposible, la saga de nuestro simbionte favorito?
*Habrá spoilers de Venom: El último baile a partir de aquí.
Knull, un villano Knullo
La película comienza con él, el gran villano de Venom para cerrar su arco, se llama Knull y es el dios de los simbiontes. De primeras me pareció lo más imponente que ha tenido todo el universo de Sony. Rodeado de monstruos y atrapado en su trono, con cabello blanco y sin mostrar el rostro en toda la película. Con una voz penetrante, envía a sus esbirros, los Xenófagos, a dar caza a Venom, ya que es la llave que puede abrir su prisión. Esto se debe a Venom es un códice, esto se crea cuando un simbionte revive a un humano, algo que crea una unión entre ambos muy potente. Este suceso ocurrió en la primera película, por lo que al menos da cierta sensación de cohesión.
Knull está encerrado por los simbiontes, quienes le atraparon muchísimos años atrás. Venom fue uno de ellos, por lo que conoce perfectamente la amenaza que tienen en frente. Estos Xenófagos tienen un diseño bastante molón, siendo los perfectos exterminadores de simbiontes. Son como una aspiradora que tritura todo lo que pasa por su boca, aniquilando cada molécula simbionte que entra por ella. Ya sabemos que a poco que exista una pequeña gota, los simbiontes son capaces de regenerarse por completo de nuevo. Por eso son tan amenazadores para su raza estos Xenófagos.
Knull como villano, en esta película se queda corto, no, cortísimo. No sale en ningún momento de la prisión, aparece en dos escenas contadas y encima su plan fracasa estrepitosamente. Recuerda un poco a las primeras apariciones de Thanos, con la sutil diferencia de que este aparecía en postcreditos, plantando una semilla que florecerá varias películas después. Está claro que no es el final de Knull, así se ve en la primera escena postcréditos. Es simplemente una carta de presentación para que sepamos que existe. No sabemos si será utilizado en el MCU o, por el contrario, quedará atrapado en este universo de Sony, al igual que lo está en su prisión. Sea como fuera yo quiero ver más de él porque su presencia es imponente y lo que nos han mostrado no es ni la punta del iceberg.
Imperium, simbiontes bajo tierra
El área 51 está en pleno proceso de desmantelamiento para alejar a los turistas que van a cotillear, al mismo tiempo que una base llamada Imperium se erige justo debajo de la misma. De esta forma, se mantienen completamente ocultos tanto de los humanos como de otro tipo de seres. Aquí es donde se concentran la mayoría de intrascendentes personajes secundarios.
Por un lado, tenemos a la Dra. Teddy Payne, interpretada por Juno Temple, a quien todos queremos por su papel en Ted Lasso haciendo de Keeley. Es la científica que más desarrollo tiene de todos. A través de un pequeño flashback nos explican qué es lo que tanto la atormenta. Un rayo le cayó a ella al mismo tiempo que le cogía la mano a su hermano, lo que provocó que la descarga se le transfiriera a él y provocara su muerte. Aparte, el brazo de Teddy quedó paralizado permanentemente.
Esta base está centrada en la investigación de los simbiontes. Tienen montones de ellos encerrados para hacerles pruebas. Por lo que se ve, todos los científicos allí presentes disfrutan bastante de su trabajo, estando muy implicados, sobre todo la Dra. Teddy y su compañera Sadie Christmas. También tenemos a la otra cara visible de esta organización, Rex Strickland, un militar que cumple el trabajo de campo que le requieren los científicos, en este caso capturar a Venom.
Al final, el uso real que tiene Imperium, es el de tener varios simbiontes que den pie a una gran batalla en la que todos se unan a Venom y a Eddie. Tras ser todos liberados, estos se adhieren al científico que más cerca tienen, dando lugar a una especie de spiderverse de Venom, teniendo cada uno un color y habilidades únicas. Entre ellos destacan el simbionte verde, que absorbe a Sadie Christmas, capaz de transformar sus brazos en todo tipo de armas. También tenemos a la Dra. Teddy, quien ya tiene en su poder su propio frasco con un simbionte eléctrico. Decide romperlo para obtener sus poderes que la permite moverse a la velocidad del rayo. Un colofón final que acaba con todos los simbiontes devorados, excepto el de la Dra. Teddy y el propio Venom.
Una Road Movie muy irregular
Toca hablar de la trama y personajes centrales de la película. Todo lo que rodea a este dúo está a muy bajo nivel, tanto el villano como los personajes secundarios. Sin embargo, si hay algún motivo para llegar a disfrutar a ratos es de Venom y Eddie. Todo comienza con una visita a un bar Mexicano del universo del MCU, al cual accedieron en la anterior postcreditos debido a los acontecimientos de Spider-Man: No Way Home. Sin embargo, este suceso no ha tenido relevancia alguna.
La expectación que levantó aquella escena de Venom lamiendo la pantalla donde aparecía el Spider-Man de Tom Holland ha quedado en la nada más absoluta. Solo ha dado para un par de chistes referenciando a las gemas del infinito. Tras esto, vuelven a su universo, donde son criminales buscados por la desaparición de Patrick Mulligan, quien realmente está en Imperium debido a que tiene un simbionte en su organismo.
Aquí comienza una Road Movie que tiene, en un principio, el objetivo de esconderse de la ley mientras viajan hacia Nueva York para limpiar su nombre. Este viaje se encuentra con el contratiempo tanto de los Xenófagos como de Imperium. En estos enfrentamientos es donde se ven las mejores escenas de la película. La primera comienza en el avión que les conducía hacia Nueva York, el cual es atacado por un Xenófago que les hace caer en el desierto. Aquí, venom le explica a Eddie todo el tema de Knull y por qué les busca. También explica que él los necesita a ambos vivos y que si uno muere, el códice lo hace con él.
Venom decide poseer a un caballo en una divertida secuencia que culmina con el enfrentamiento contra Imperium. En este caso será en un río, donde Venom aprovechará para transformarse en varios animales, como peces o incluso una rana. Es mi escena de acción favorita de la película, ya que también se une a la batalla un Xenófago que tritura humanos sin pestañear. Tras esto, la película entra en un largo valle donde el ritmo baja al mínimo durante 20-25 minutos.
Venom y Eddie conocen una familia que viaja en caravana para visitar el Área 51 antes de que la desmantelen. Estos se unen a ellos en un viaje hippie rumbo a Las Vegas, lugar donde la vergüenza ajena se vuelve a apoderar de la película. No voy a comentar mucho más de esta familia, ya que no aportan nada a la trama, salvo hacer que Eddie se replantee su vida y si es posible volver a tener una normal.
Una vez en las vegas comienzan varias escenas de comedia que acaban con Venom y la Sra. Cheng, quien se está forrando en el casino, bailando. Una escena que insulta a la inteligencia de los espectadores, directamente. Saben perfectamente que los Xenófagos son capaces de detectarles solo si se transforman en Venom en su forma completa. Pues bien, parece que no dan más de sí, ya que Venom acaba haciendo justo eso, solamente para bailar, lo que provoca el ataque de un Xenófago y el posterior secuestro por parte de Imperium a Venom y Eddie. Un despropósito que nos lleva al último acto.
¿El final?
Llegamos a la gran batalla final entre Xenófagos y simbiontes. El objetivo es mantener a salvo a Venom para que no obtengan el códice. Toda la secuencia se produce en el Área 51 bajo la noche. Obviamente, esto se hace por temas económicos, haciendo que ciertas partes de la acción sean demasiado confusas por la oscuridad del escenario. Es un festival de CGI que acaba, como no podía ser de otra manera viendo el título de la película, con la «muerte» de Venom.
Cuando Venom y Eddie están rodeados y todo parece perdido, el simbionte hace un acto superheroico, sacrificándose por su mejor amigo. Absorbiendo a todos los Xenófagos en su cuerpo, se planta bajo una ducha de ácido que poco a poco va acabando tanto con él, como con los monstruos que tiene en su interior. Es aquí donde quiero abrir un paréntesis para explicar por qué no me ha conseguido remover este sacrificio nada por dentro. Tom Hardy no me ha transmitido emoción alguna durante toda la película. Noto que ya no cree en lo que está haciendo, con el piloto automático puesto. En la despedida final, donde ambos se «dan la mano», a él se le ve cara de circustancia, de no saber qué hace ahí. He notado eso constantemente, por lo que si a él le da igual la muerte de su colega, a mí también.
Tras estos hechos, donde también muere Rex Strickland ayudando a activar el tanque de ácido, Eddie despierta en Nueva York. Recibe un indulto, por lo que su nombre está completamente limpio y puede comenzar una nueva vida. Como última escena, tenemos un compendio de recuerdos con Venom durante estas tres películas, pasando por la cabeza de Eddie mientras se dirige a la Estatua de la Libertad que tanto quería visitar Venom. Esta galería de imágenes deja a las claras todos los momentos ridículos que nos ha dado esta trilogía, aunque si eres uno de los pocos a los que le ha gustado, te puede incluso emocionar un poco.
Tras quedarnos varios eternos minutos para ver la última postcréditos, nos encontramos con una pequeña porción de Venom saliendo de un frasco y poseyendo una cucaracha. Venom no está muerto y Sony sigue teniendo vía libre para explotar el personaje, esta vez, imagino, sin Tom Hardy.
Conclusión
Venom: El último baile sigue el camino de sus anteriores películas, empeorando a la segunda pero mejorando la primera. Es un quiero y no puedo constante. La mayoría de chistes tienen poca gracia, la emoción final es bastante descafeinada y solo algunas escenas de acción merecen la pena. Es cine palomitero, por lo que si vas con pocas expectativas te puede entretener, ya que no es una película que se haga larga o pesada. Tiene un villano que podría haber dado mucho juego y esperemos que lo dé en un futuro próximo.
Es la trilogía de lo que pudo ser y no fue. Viendo la escena postcréditos, tienen una nueva oportunidad de hacer justicia con el personaje y darnos al Venom que todos merecemos. El universo de Sony parece que sigue sin rumbo, con algunas películas que son hasta duras de ver durante más de 10 minutos seguidos. Aun así, aquí estaremos para destacar tanto lo bueno como lo malo de ellas. Ojalá este último baile sea un verdadero punto y aparte para uno de los personajes más emblemáticos de la Casa de las Ideas.
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