Crítica The Casting of Frank Stone

Ganándose un nombre en el género

Supermassive Games es uno de los pocos estudios de los que no me pierdo absolutamente ningún juego que realicen. Con una fórmula muy marcada desde sus comienzos, con Until Dawn, título que en mi opinión aún no han conseguido superar, pasando por otros tantos proyectos de menor o mayor escala. Su primera obra me pareció redonda, con montones de giros de guion y una historia bien contada, personajes estridentes, pero que no te dejaban indiferente, y un apartado técnico con el motor décima que a día de hoy se sigue viendo increíble.

Más tarde se separaron de su exclusividad con Sony, desarrollando una saga de juegos antológicos llamada The Dark Pictures. Dentro de esta serie hay cuatro juegos, donde House of ashes es el mejor, seguido por Little Hope, The Devil in Me y Man of Medan, el peor con bastante diferencia y el primero de todos en publicarse. Todos ellos vinieron bajo el sello de Bandai Namco. Toda la serie The Dark Pictures cuenta con historias más cortas de lo que fue Until Dawn, con un precio también reducido, pero con un lanzamiento mucho más acortado entre entregas. Esto hace que no lleguen a alcanzar el grado de complejidad y desarrollo que sí pueden conseguir con más tiempo y recursos.

Antes de hacer The Casting of Frank Stone, se decantaron por The Quarry, un juego tan grande como Until Dawn y con una premisa similar, donde un grupo de monitores de campamento se enfrentan a los horrores ocultos del bosque. Este último fue publicado por 2K Games. Todas estas aventuras de terror las he jugado a 2 jugadores, ya que desde su segundo título te permite jugar en cooperativo, asignándose cada uno unos personajes y pasándose el mando cuando toque. Al final, son juegos que se prestan mucho a compartirlos con otra persona para debatir todas las decisiones de vida o muerte en las que te ves envuelto. Se están ganando un merecido hueco en el género del terror con decisiones sin prácticamente competencia que les haga tambalearse. Luchan constantemente contra sí mismos, siempre en búsqueda de superar su primera obra. ¿Lo habrán conseguido con The Casting of Frank Stone?

Una historia enrevesada pero bien contada

Antes de continuar con la segunda temporada de The Dark Pictures, con el juego Directive 8020 ambientado en el espacio, han hecho un alto en el camino para crear The Casting of Frank Stone. Se trata de un spin-off de Dead By Daylight, algo muy importante a tener en cuenta, ya os contaré por qué. Está publicado por Behaviour Interactive, los mismos que desarrollaron DBD. En los últimos nueve años han pasado por cuatro publishers distintos, algo que complica bastante mantener una cierta coherencia y calidad, ya que además han sido capaces de sacar seis juegos en los últimos cinco años. Es un ritmo altísimo, aunque parece que ya tienen la fórmula completamente dominada y al menos todos mantienen un nivel visual y de producción bastante alto.

En The Casting of Frank Stone viviremos una historia algo diferente a anteriores entregas. Aquí estaremos alternando entre tres líneas temporales diferentes, viendo así algunos personajes de jóvenes y de adultos. Esta es la parte que más me ha gustado de la trama, ir detectando quién es quién y por qué está en esa situación en el futuro si hacía aquello otro en el pasado. Aun así, he de decir que los personajes no me han parecido tan interesantes como la trama en sí. Ya que esto último me parece su punto fuerte. Está bastante bien contada para la cierta complejidad que tiene, puesto que hablamos de muchos saltos temporales constantes y elementos sobrenaturales nunca antes utilizados por este estudio.

Todo comienza en 1963, con el sheriff de Cedar Hills, Sam Green, yendo a la acería en busca de un niño desaparecido. Es ahí donde encuentra a su captor, Frank Stone, quien es abatido a tiros por el policía. Esto es el clásico prólogo de todos los juegos del estudio, donde tus decisiones no tienen importancia, pero que funciona bien a modo de tutorial. Tras esto, tenemos otras dos líneas temporales, 1980 y 2024. En 1980 la trama gira en torno a un grupo de jóvenes que buscan grabar una película de terror. Esto les va llevando poco a poco a terrenos más sobrenaturales, descubriendo ciertos secretos que habría sido mejor no sacar a la luz. Es una parte fundamental para entender la trama del futuro, con un toque muy ochentero y donde la parte adolescente que suelen tener todos los juegos de Supermassive, entra en escena.

Por último tenemos la actualidad, donde una señora llamada Augustine Lieber reúne a tres personas que tienen fragmentos de la cinta que se rodó en 1980. No haré ningún destripe más de la historia, ya que merece mucho la pena ir descubriendo poco a poco hacia donde va girando. Yo descubrí parte del pastel antes de tiempo, aunque creo que te dan bastantes pistas durante todo el juego. Apuntar que obtuvimos el final bueno en la primera partida, con solo un par de muertes de personajes controlables. Con esto, pudimos ver incluso una escena postcréditos. Decir que la primera reacción fue de que nos estaban tomando el pelo. Esto sucedió porque no sabíamos nada de la historia de DBD, por lo que nos pilló muy de imprevisto. Investigando un poco, nos dimos cuenta de que el final tenía todo el sentido del mundo y mejoró bastante nuestra percepción del mismo.

Un portento algo desaprovechado

En lo técnico mantiene el sobresaliente nivel de todos los juegos del estudio, pero llevándolo un puntito más allá. Sobre todo en unas animaciones faciales muy buenas, consiguiendo que los personajes se sientan más reales y menos robóticos que en anteriores ocasiones. Los escenarios brillan sobre todo en interiores como tiendas, o la mansión de Augustine. Sin embargo, tanto los exteriores como la acería, se vuelven monótonos e incluso feos. Hay una sensación constante en el juego de quedarse a medias en muchos aspectos. Los personajes tienen una representación muy cuidada, desde el pelo, pasando por la ropa y rasgos faciales. Todo esto lo convierte en prácticamente una película interactiva, con muy buen doblaje al castellano como vienen acostumbrando. Es por todo esto que son experiencias tan disfrutables, porque están hechas con un mimo muy poco frecuente en la industria.

Sin embargo, todo esto se ve algo truncado por un apartado jugable más pobre que en otras entregas. Las decisiones se mantienen como siempre, con dos vías posibles y donde solo algunas pocas tienen especial relevancia. Los quick time events aparecen muchas veces de la nada, teniendo un tiempo muy corto para pulsar un botón en el momento justo. Hay que medir mucho más que en otras ocasiones, dándole un puntito de tensión que no le viene mal. Y no le viene mal porque tiene una escasez de terror alarmante. Su género es el terror, pero la sensación de amenaza es prácticamente inexistente, excepto en el final. Solo hay un villano en todo el juego, un elemento que puede amenazar a tus personajes. Esto provoca que en cuanto le localizas y sabes de sus puntos débiles, la sensación sorpresa se esfuma como el calor en octubre.

Y esto me ha parecido un gran problema durante todo el juego. Hay algunas fases de “combate” en las que hay que utilizar la cámara para apuntar al espectro y así frenar su amenaza. Son sencillísimas y una vez lo has hecho un par de veces, la pequeña sensación de angustia desaparece para convertirse en rutina. Sin embargo, esto no sería un problema si no hubiera una clara falta de inspiración en las secciones de exploración. Son simples como siempre, aunque tiene algún añadido como buscar componentes para reparar generadores, en clara referencia a DBD. También hay secciones de mover ciertos puzzles, como mover contenedeores, al más puro Uncharted, que no pasan de la pequeña anécdota.

Uno de los fallos más grandes de la exploración son los coleccionables. En este juego existen unos abalorios, que son como pequeñas figuritas que no sirven para nada y que se te marcan donde están al dar a un botón. También existen unos muñecos de distintos monstruos, todos ellos pertenecientes al universo de DBD. Esto sí es algo más gracioso y que merece la pena por la pura curiosidad, ya que incluso alguno de ellos te da un pequeño susto. Por otro lado, están los típicos documentos que te dan contexto del universo y pistas de la historia principal. Me han parecido menos inspirados que otras entregas y que aportan poquito en general. Por último y más importante, los escenarios son extremadamente sosos. Técnicamente, muy buenos como ya he comentado, pero lugares como la acería, que se lleva gran parte de la fase jugable del juego, están tremendamente poco inspirados.

Aun así, la posibilidad del cooperativo, convierte estos momentos más aburridos y donde apenas pasa nada, en tiempo de debate. En ese caso, uno de los dos integrantes controlará a 3 personajes y el otro solamente a 2. Aun así está bien equilibrado, ya que alguno del primer trío sale poco en pantalla. Esto genera momentos muy divertidos, donde cabe la posibilidad de matar un protagonista del otro jugador y lleva a conflictos fuera del propio juego. Es una forma de disfrutar el juego ideal, como cuando te pones a ver una película mala de terror solo por las risas y e ir comentándola con snacks en mano.

Conclusión

The Casting of Frank Stone se queda a medias entre una aventura grande como Until Dawn y The Quarry y una más acotada como la serie The Dark Pictures. Su duración así lo estima, durando unas seis horas sin rejugar para completar nuevos finales. Siendo estos muy parecidos entre ellos, donde tus decisiones solo tienen importancia en quién sobrevive al final de la partida. Muy potente en lo visual, pero con clara falta de inspiración tanto en lo jugable como en lo artístico de su zona principal. Una vez conocida la historia, no es un juego que me invite a volverlo a jugar, algo que con otras aventuras del estudio no me ha pasado.

Con esto, sigue siendo una aventura muy divertida en general, sobre todo compartiéndolo con otra persona. La historia es realmente buena y bien conectada, algo difícil, ya que pretende contar bastante en poco tiempo. Los personajes no tienen suficiente peso, y se diluyen demasiado según avanza la historia, quedando como meros títeres para contar la trama principal. El terror es anodino y te llevarás muy pocos sobresaltos, así que si lo que buscas es una experiencia que te haga tener pesadillas y volver a dormir en la cama de tus padres, este juego no es lo que buscas.

Seguiremos manteniendo nuestras ganas de jugar más aventuras de Supermassive, ya que no bajan el nivel y es algo muy difícil con el ritmo de lanzamientos que tienen. Tienen una forma de hacer videojuegos muy marcada, sin salirse nunca del guion, quizás es el momento de ir un paso más allá y sorprendernos como ya lo hicieron hace nueve años. En cualquier caso, aquí estaremos para seguir tomando decisiones de vida o muerte.