El universo de Harry Potter de cerca
Como amante empedernida de las obras de J.K. Rowling, del universo de Harry Potter y casi todo lo relacionado con él, visitar Universal Studios en Orlando o los estudios de grabación de Londres son algunos de los sueños que tengo pendientes por cumplir. El evento de Harry Potter The Exhibition era lo más cercano a esas dos ambiciosas ilusiones para un ciudadano de clase media de Madrid. Todos sabemos que un viaje a Orlando puede costarte gran parte de tus ahorros. La experiencia de Londres resulta menos costosa, al menos para alguien que resida en España. Y, aun así, sigue siendo abusiva y teniendo un precio muy inflado. Eso sin contar la cantidad de merchandising que te pondrían en la cara y las tentaciones a las que acabarías sucumbiendo.
Harry Potter The Exhibition, que acaba de cerrar sus puertas este 16 de marzo de 2025, ofrecía una experiencia que me atrevo a definir como irrepetible. A pesar de que, como he mencionado, no he visitado los estudios de Londres ni Universal Studios. Me reservo esos dos viajes para cuando llegar a fin de mes no suponga una carrera contrarreloj. Considero que la exhibición de Madrid no tiene nada que envidiar a los dos magnates, titanes y pesos pesados del mundo mágico. Aunque ya ha concluido y se trasladará a otras partes del mundo, estoy convencida de que la exposición regresará a España, si no a Madrid, a otras ciudades de la península. El éxito que ha tenido, el capital que ha movido y mi intuición me dicen que así será.
En Madrid, se ubicaba en Paseo de las Delicias, 61. Al lado de la estación de metro y RENFE de Delicias y muy próxima al planetario. Llegar hasta allí fue toda una odisea de trenes. Como bien sabréis los que seáis de Madrid o alrededores, entrar a Madrid en coche es un caos. Un lío de semáforos, atascos, tráfico y retenciones. Eso sin hablar de las zonas de bajas emisiones o del aparcamiento. Lo de conducir por Madrid se lo dejo a los valientes, yo prefiero moverme en transporte público.
La exhibición tenía un parking que, desde luego, no se acercaba en plazas a la afluencia de visitantes. De hecho, cuando fuimos había vehículos mal estacionados y repartidos por una especie de descampado para aprovechar todo el espacio posible. Definitivamente, no ir en coche a Harry Potter The Exhibition fue un acierto. Aparte de que, la misma calle por la que se accedía, hacía al mismo tiempo de vía de entrada y salida y parecía imposible que dos coches cupiesen a la vez por aquel estrecho camino.
El Espacio Ibercaja Delicias mantuvo la exhibición de Harry Potter del 4 de octubre de 2024 al 16 de marzo de este año. Cuando yo fui, Harry Potter The Exhibition, compartía la localización y el emplazamiento con El juego del calamar: The Experience. Una experiencia que ronda los 60 minutos de duración en la que te enfrentarás a las distintas pruebas a las que hacen frente los jugadores del Juego del Calamar. Así que, como bonus, me llevé hacerme una foto junto a una escultura gigante de la niña de luz roja, luz verde. Pero, como no estamos aquí para hablar de Netflix ni de Squid Game, vamos a lo que interesa.

El valor de una experiencia inigualable
Harry Potter The Exhibition ha sido mi primera toma de contacto con una exposición que albergue material y objetos originales de las películas. Además de una experiencia tan interactiva, didáctica, mágica y divertida como esta. Para empezar, quiero resaltar algunos aspectos positivos y otros negativos. Obviando lo increíble que es la exposición, uno de los factores que convierte la experiencia en una mucho más grata es el personal. La amabilidad, eficiencia, profesionalidad y capacidad de meterse en el papel de los trabajadores es de agradecer. Había personal más que suficiente para atender a todos los visitantes y facilitar que el tiempo de espera se redujera al mínimo.
Después del infierno que viví en Portaventura, donde había a lo sumo dos trabajadores por atracción e incluso uno, el verano pasado, valoro mucho más que contraten al personal necesario para hacer frente a la afluencia de personas. Mientras que en el parque temático de Tarragona, por más espectacular y bonito que sea, las colas son insufribles, en Harry Potter The Exhibition no te importa esperar diez o quince minutos para sacarte una foto, porque sabes que las mecánicas avanzan todo lo rápido que pueden.
El único aspecto negativo que le encuentro es el abuso monetario. Te quieren cobrar cerca de quince euros por hacerte una foto con Hogwarts de fondo y ocho por una audioguía que te ahorra leer las parrafadas de los carteles. Es cierto que no te ponen una pistola en la cabeza para que lo compres, pero opino que debería de estar incluido en el precio final. A diferencia de la MARVEL Universe of Super Heroes, situada en IFEMA, no hay taquillas gratuitas para guardar tus pertenencias. En la exhibición de Marvel metes una moneda, que recuperas al irte, y no tienes que estar cargando con tus cosas durante todo el trayecto.

Una vez atajados esos dos temas, vamos con la parte más divertida y especial de la experiencia. Al entrar, te entregan una pulsera que deberás devolver a la salida. Tienes que introducir tus datos, tales como nombre y correo electrónico, y aceptar una de esas políticas de privacidad que casi nadie lee. Eliges tu casa de Hogwarts, el diseño de tu varita y la forma de tu Patronus. Te sacan una foto que irá asociada a tu pulsera y aparecerá en el resto de pantallas cada vez que completes un juego.
La llegada a Hogwarts
Después de hacerte con tu ticket dorado hacia el mundo mágico, entras a una sala en la que te ponen un vídeo cortito en el que te dan la bienvenida a Hogwarts. Principalmente, aparecen escenas de Harry Potter y la Piedra Filosofal. Tales como Harry moviéndose por Kings Cross, Harry conociendo a Hermione y Ron o Hagrid anunciándole a Harry que es un mago. Además, en esa estancia hay un apartado que simula una cámara de Gringotts con una primera edición de Harry Potter y la Piedra Filosofal.
En la siguiente sala, te encuentras con el primer juego interactivo. Si pasas la pulsera por el lector, podrás distinguir tu nombre entre los personajes que se divisan en el gigantesco Mapa del Merodeador, fabricado por Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta, que decora las paredes. Esto me pareció de lo más original y creativo. ¿Qué fan de Harry Potter no querría ver su nombre flotando junto al de Ronald Weasley con Peter Pettigrew en el bolsillo? Al fondo de la habitación hay una maqueta 3D del castillo de Hogwarts en todo su esplendor.

Después de que los trabajadores de Harry Potter The Exhibition nos den un par de directrices, nos expliquen algunas normas y pregunten cuál es ese famoso hechizo que sirve para abrir puertas y cerraduras. Al grito de Alohomora, usado por primera vez por Hermione en Harry Potter y la Piedra Filosofal para acceder a uno de los cuartos del ala este del tercer piso, las puertas de la exposición se abren. Avanzamos por un pasillo decorado con múltiples cuadros de célebres personalidades del mundo mágico y de Hogwarts. Entre ellos destacaría el cuadro de la Señora Gorda, que custodia la entrada a la sala común de Gryffindor, junto a la cual me hice mi fotografía de rigor.

El interior de Hogwarts
A continuación, nos topamos con el sombrero seleccionador y nos podremos tomar una foto con él. Los más pequeños quedarán como esos alumnos de primer año a los que el sombrero les cubre prácticamente toda la cabeza. Después hay cuatro bifurcaciones, que representan las distintas puertas que conducen a las cuatro casas de Hogwarts. Nosotros empezamos a explorar por Gryffindor y dejamos lo mejor para el final, Slytherin.
En la parte de Gryffindor, nos encontramos con la ropa original que Harry, Ron y Hermione llevaron en la película de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban durante el rescate de Sirius Black y Buckbeak. Hay carteles informativos que nos ilustran sobre en qué se inspiraron los diseñadores de vestuario y cómo confeccionaron los trajes, pero hablaremos de esto más adelante. También podemos ver la Espada de Gryffindor con su hoja plateada y los rubíes engastados en la empuñadura.
En Hufflepuff, está el vestuario de nuestra querida Nymphadora Tonks en Harry Potter y la Orden del Fénix, el uniforme de un miembro de la Casa Hufflepuff y el de Cedric Diggory, participante del Torneo de los Tres Magos.

En Ravenclaw, tenemos la ropa que Luna Lovegood lleva a su incursión al Ministerio de Magia en Harry Potter y la Orden del Fénix, con su inseparable edición del Quisquilloso, revista dirigida y publicada por su padre, Xenophilius Lovegood, y el uniforme que usa Cho Chang en Harry Potter y el Misterio del Príncipe.
Slytherin, mi casa por excelencia, alberga el traje negro que Draco Malfoy lleva en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, y el vestido de Bellatrix Lestrange. También podemos ver las varitas de Draco y Bellatrix expuestas junto a las prendas de vestuario. Además, hay una pequeña sección sobre Harry Potter y el Legado Maldito en la que nos encontramos los uniformes de Hogwarts de Scorpius Malfoy y Albus Severus Potter.
Un detalle muy chulo es que las cuatro casas están conectadas entre sí. Desde la zona de Gryffindor, puedes ver los articulos de Hufflepuff o de Slytherin. Los carteles que detallan todo lo que hay detrás de los vestuarios y la ambientación son interesantes de leer. Pero, tienen tanta letra y son tan extensos que, al cabo de un rato, acaban por marearte. Por eso decía al principio que las audioguías deberían de incluirse de forma gratuita con la experiencia.
Seguimos por la siguiente parada en Hogwarts, el Gran Comedor. Una salita con dos mesas equipadas con utensilios y las míticas velas flotantes. En una esquina podemos ver el traje que Gilderoy Lockhart usó en el club de duelo en Harry Potter y la Cámara Secreta.

Por último, la sala de las varitas, que es espectacular. Aquí, podemos ver diversas varitas de personajes y leer información sobre ellas. Hay un juego interactivo que consiste en lanzar un hechizo, concretamente Wingardium Leviosa, y que sumará puntos a la casa que hayamos escogido. Sin duda, lo mejor de esta sala son las varitas a escala colosal. Mi preferida fue la de Lord Voldemort, que se asemeja a un dedo índice huesudo.
Las asignaturas
Este es el tramo más original y largo de Harry Potter The Exhibition, ya que podemos ver varias salas tematizadas con las materias generales que tienen los alumnos de Hogwarts.
La primera es la clase de Herbología, impartida por Pomona Sprout, y se ambienta en los invernaderos. Recuerda mucho a la película de Harry Potter y la Cámara Secreta, que es en la que tiene más protagonismo la materia de Herbología. Nos encontramos con macetas y mandrágoras, que ya sabemos que son un ingrediente muy útil para elaborar pociones, que se pueden extraer del tiesto tirando de ellas y emiten su clásico grito. Además, hay expuesto un uniforme típico de Herbología con sus guantes y orejeras de protección.

En segundo lugar, el aula de Pociones nos recibe con pantallas y calderos. Podremos elegir una poción, como Felix Felicis o Amortentia, y fabricarla con los ingredientes adecuados. Si lo hacemos bien, se sumarán puntos a nuestra casa. Hay estantes repletos de frascos con ingredientes para pociones que simulan el armario privado, la despensa de Severus Snape. También se exponen los trajes originales de Severus Snape en Harry Potter y la Piedra Filosofal y de Horace Slughorn en Harry Potter y el Misterio del Príncipe.

La tercera estancia es la de Defensa Contra las Artes Oscuras, asignatura favorita de Harry. La clase está ambientada en el aula que preparó el Profesor Lupin en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban. Tenemos distintas pantallas, caracterizadas como el mítico armario en el que Remus encerró al boggart, en las que podemos escoger nuestro peor miedo, lanzar el encantamiento Riddikulus y ganar puntos para nuestra casa. Merece la pena detenerse a observar el raído y maltrecho traje que Remus Lupin vistió en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban. Como dato curioso, el estado de las ropas de Lupin y su apariencia famélica y desnutrida se deben a que, por su condición de hombre lobo, se le dificulta el encontrar un empleo remunerado.
Por último, la clase de Adivinación de la Profesora Sybill Trelawney está muy bien recreada. Tenemos los tapetes, cojines y mesas redondas que se ven, sobre todo, en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban. Si te aproximas a la bola de cristal que hay sobre la mesa y miras en su interior, te saldrá una profecía aleatoria de tu futuro. Podemos ver en exposición la taza de té en la que a Harry le apareció el mal presagio del Grim, un perro grande y negro que porta un significado de muerte. La Profesora Trelawney y su afición por predecir una muerte distinta cada año, confundieron el Grim con un destino terrible e inevitable para Harry cuando, en realidad, era la forma de animago de su padrino, Sirius Black, y no un Grim.

El Torneo de los Tres Magos
Esta sala es de las más impresionantes de toda la exhibición. Hay una escultura enorme del colacuerno húngaro al que se enfrentó Harry en Harry Potter y el Cáliz de Fuego en su primera prueba del Torneo de los Tres Magos. A su lado, reposa el huevo dorado, cuyo misterio, tuvieron que descifrar los participantes para la segunda prueba del torneo. Tras una vitrina, lucen impecables los ropajes de los cuatro campeones; Víctor Krum, Cedric Diggory, Fleur Delacour y Harry Potter. Para concluir, no hay que perderse la copa que recibiría el vencedor del Torneo de los Tres Magos y el Cáliz de Fuego, que da nombre al cuarto libro y película, en el que los aspirantes arrojaban sus nombres para formar parte del torneo.

El Bosque Prohibido
En esta zona se encuentra la cabaña del medio gigante y guardián de las llaves y los terrenos de Hogwarts, Rubeus Hagrid. Me quiero detener un momento para destacar que la cantidad de detalles y objetos que hay en esta parte es abrumadora. Podemos ver el interior de la cabaña, la dimensión de los muebles y utensilios que pertenecían a Hagrid y hacernos una foto en su sofá. Lo malo es que, al haber mucha gente esperando, tienes la presión indirecta de darte prisa y no te puedes parar todo lo que te gustaría a analizar todo con ojo crítico, ya que valdría la pena quedarse más de media hora en este rincón.

Atravesando la cabaña, salimos al Bosque Prohibido. Donde, podremos conjurar nuestro Patronus y ganar puntos para nuestra casa, y, si nos fijamos bien, distinguiremos criaturas mágicas, tales como acromántulas u hombres lobo, en las paredes. Me gusta que hayan juntado la cabaña de Hagrid y el Bosque Prohibido en una misma zona. Tiene sentido, porque su ubicación real está muy próxima. Pero, también es un acierto muy grande, teniendo en cuenta la fascinación y el amor que Hagrid siente por las criaturas mágicas.
El campo de Quidditch
El Campo de Quidditch es, de lejos, la sala más divertida y con más cola de todas. Hay un juego, que nada tiene que ver con conseguir puntos para tu casa. Consiste en encestar la quaffle por alguno de los seis aros. Personalmente, recomiendo esperar la fila y no perderse la experiencia, ya que pocas veces en la vida podrás decir que has jugado al quidditch de una manera tan realista como esta. Ni siquiera volando en escoba en el videojuego de Hogwarts Legacy. El tiempo que te tires esperando depende de lo que la gente acapare el juego. Cuando yo fui, hubo quienes tardaron sus buenos cinco minutos y quienes lanzaron un par de bolas y dejaron paso al siguiente.

Hay una parte en la que te puedes sacar una foto fingiendo que montas en escoba, que queda bastante chula. El traje de Newt Scamander y su infinito maletín te saludan desde una vitrina y, mi parte favorita, un traslador. No es otro que la vieja y ajada bota que utilizan Harry, los Weasley y los Diggory para teletransportarse a la final del mundial de quidditch entre Irlanda y Bulgaria. Si tocas la bota, esta te llevará a una ubicación aleatoria, como si fuera un traslador auténtico.
El Ministerio de Magia
Extrañamente, ya que no es la zona que más destaca en las pelis o en los libros, el Ministerio de Magia fue la parte que más me gusto de Harry Potter The Exhibition. Tiene muchísimo detalle. Desde una pared que simula una chimenea con destellos de polvos flu a otra decorada con los decretos de Umbrige en Harry Potter y la Orden del Fénix. Podemos ver la puerta del despacho de Dolores Umbrige con el ojo mágico de Ojoloco Moody y su interior.
Es increíble lo perfectamente recreado que está el despacho de la villana más temida y cruel de Harry Potter, incluso más que el propio Voldy. Con su mesita, la butaca, los platos de gatos, el color rosa esparcido por toda la estancia y la frase I must not tell lies (no debo decir mentiras), que Umbrige le hace escribirse a Harry tropecientas veces en el dorso de la mano.

Para mí, lo mejor de la zona del Ministerio de Magia es la cabina de teléfono roja, típica de Inglaterra, en la que puedes descolgar el auricular y hacerte una foto. La cabina es una de las muchas entradas camufladas al edificio, tal y como nos muestran Harry y Arthur Weasley en Harry Potter y la Orden del Fénix.

El número 4 de Privet Drive
La casa de los Dursley con ese recibidor y la, tan famosa e incómoda, alacena de debajo de las escaleras nos esperan. Podemos entrar al cuarto y ver el mundo tal y como lo veía Harry desde su interior. Cuando te metes allí, es como si te estuvieras adentrando en la vida del Harry de diez años que malvivía con sus tíos y sufría las vejaciones de su primo. Hay varios muebles y objetos que, si no recuerdo mal, son idénticos a los que aparecían en la peli.
Las paredes están engalanadas con cuadros de la familia Dursley en los que, evidentemente, no hay ni rastro de Harry. Esto es un puntazo si tenemos en cuenta que, en los libros, se describe con mucha insistencia que la casa de los Dursley estaba repleta de distintos retratos de Dudley, enmarcando sus etapas de crecimiento, y de cuadros familiares, pero que no había pista alguna de que en esa casa residiese otro niño.
Luces y sombras
Atravesamos la Cámara de los Secretos, cuya entrada se encontraba en el baño de Myrtle la llorona, y en la pared aparecen distintos mensajes que salían en Harry Potter y la Cámara Secreta, como; «La Cámara de los Secretos ha sido abierta. Enemigos del heredero, temed.» Llegamos al postre de la exposición, que es todo lo relacionado con la Batalla de Hogwarts y las Reliquias de la Muerte. Nos encontramos con algunos horrocruxes, como el diario de Tom Riddle con el colmillo del basilisco incrustado, la copa de Hufflepuff y la tiara de Ravenclaw, y con el traje que Voldemort utilizó en la primera parte de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.

Las Reliquias de la Muerte están expuestas en una vitrina con la forma del símbolo de las reliquias. La capa se representa como un triángulo, la varita como una línea recta y la piedra de la resurrección como un círculo. Dintinguimos la varita de saúco que perteneció a Dumbledore, la piedra de la resurrección y la capa de invisibilidad que ni se ve, ni brilla por su ausencia, porque directamente no está. Como chiste, me parece divertido que no podamos ver la capa, pero me hubiera gustado que pusieran la original que se muestra en las películas.
En la última sala y cierre de Harry Potter The Exhibition, está la ropa que Hermione, Harry y Ron lucieron en la Batalla de Hogwarts. Acompañado de un escenario en el que dos personas se pueden sacar una foto como si fueran los protagonistas del enfrentamiento final entre Harry y Voldemort. Al salir, te topas con uno de los trajes de Dumbledore y con un pensadero, al que te puedes aproximar y ver tu propio rostro reflejado. Antes de despedirte, verás una pantalla con los cuatro relojes de las casas de Hogwarts y los puntos que todas las personas que han acudido a la exposición han sumado para sus casas. Gryffindor era la clara vencedora. En segundo lugar, Slyterin, y, por último, Ravenclaw y Hufflepuff.
La tienda
La tienda que, si te inclinabas un poco, se podía ver desde el exterior de la exposición, era tal y como imaginaba. Mi única queja es la de todo el mundo; el precio de los artículos. Yo me compré tres imanes que estaban en oferta y una taza. La taza me costó 18 euros y tiene el escudo de Hogwarts grabado y su lema; «Draco Dormiens Nunquam Titillandus«. Un buen detalle era que, si te gastabas más de treinta euros, te regalaban una cerveza de mantequilla. Aunque, no llegué a bebérmela, porque no me gusta. Como consejo, no os compréis bolsas en estos sitios, ya que tienen un precio más que abusivo.
Había todo tipo de objetos. Ropa, como el jérsey navideño de Ron, agendas, cuadernos, tazas, vasos, camisetas, sudaderas, mochilas, bolsos, varitas, dulces típicos de Harry Potter como las ranas de chocolate y las grageas, y un sinfín más de frikadas. En lo personal, no me compré y no me compraría nada excesivamente caro en un lugar así. Me parece absurdo que se venda más caro solo por el hecho de tratarse de un evento único. El hecho de que una varita, que no deja de ser un trozo de madera pulida, te pueda costar casi cien euros me parece vergonzoso. Quitando la parte del dinero, por lo menos la tienda era amplia y tenía variedad de productos.
Conclusión
No voy a decir nada que no haya dicho ya en la reseña. Harry Potter The Exhibition fue y ojalá que vuelva a ser una experiencia inolvidable. Creo que es una aventura necesaria e imprescindible para todo fan de Harry Potter. Comprender la cantidad de esfuerzo, trabajo y pequeños detalles que hubo tras la elección de vestuario y el diseño de objetos es alucinante. Uno pensaría que una capa es solo una capa y que unas botas con hebilla solo sirven para caminar y no mojarse con la lluvia. Error. Resulta que esa capa se fabricó de un modo específico, porque Severus Snape tenía una personalidad lúgubre y tenebrosa similar al manto de oscuridad de su larga capa. Las botas con hebilla se diseñaron al milímetro, porque en el siglo XVI las brujas llevaban un calzado parecido.
Esos dos ejemplos que he mencionado son casos ficticios. Pero, se asemejan bastante a la información que se nos proporciona en todos los carteles de la exposición. Una tormenta de curiosidades y detalles abrumadora. Lo único que puedo decir al respecto es que me encantó detenerme a leer cada aspecto informativo, pero que, al cabo de un rato, dejé de hacerlo puesto que tanta letra estaba empezando a marearme. Habría estado bien tener una audioguía a mano.
Con deciros que Harry Potter The Exhibition posee una duración aproximada de hora y media y que nosotros nos pasamos tres horas allí metidos, os lo digo todo. ¿Merece la pena? Sí. ¿Repetiría la experiencia? También. Si nos léeis desde otra parte del mundo y la exposición se acerca a vuestro país de residencia, no os la perdáis. Si sois de España y no habéis tenido oportunidad de verla, aprovechad si retorna a alguna capital española o alrededores. No os arrepentiréis de invertir vuestro tiempo y dinero en Harry Potter The Exhibition.
Lo Mejor:
- ✅ La cantidad de objetos, detalles y salas que hay en la exposición.
- ✅ La ambientación del lugar, desde luces y sonidos hasta música.
- ✅ El aforo está muy bien controlado y no llegan a formarse aglomeraciones en ningún momento.
- ✅ La amabilidad, dedicación y el trabajo increíble del personal.
Lo Peor:
- ❌ Que la audioguía no se incluya de forma gratuita, ya que se echa en falta.
- ❌ El atraco a mano armada que son los productos de la tienda.