It: El misterio de Derry (Eso)

Derry se sitúa en el estado de Maine, en la región de Nueva Inglaterra. Es el típico pueblo americano en el que parece que nunca pasa nada. Lo hemos visto en mil películas, series y libros. Es un recurso común, ya que estos lugares tienen una especie de magnetismo y aura atrayente de la que carecen las grandes ciudades. Lo bueno de estas poblaciones es que son lo suficientemente pequeñas para que todos se conozcan entre sí y que están lo bastante concurridas como para que los vecinos no se enteren de que la casa de enfrente tiene nuevos inquilinos.

Creo que es más sencillo escribir o contar una historia de un lugar con estas características, porque presentas un espacio medianamente controlado, le añades una leyenda o misterio más viejo que los cimientos del pueblo e introduces a unos personajes que se conocen de toda la vida, pero que, por la razón que sea, no han tenido contacto hasta entonces. Con eso ya tienes material suficiente para un libro, como es el caso que nos atañe con It (Eso, en España), y para una miniserie de diez episodios o de más de cien (por ejemplo, Crónicas Vampíricas y el emblemático pueblo de Mystic Falls).

Los orígenes de Derry

Derry, como sabemos por la recopilación de información que hace Mike Hanlon, se fundó hacia el 1740 por la Compañía Derrie. Se trataba de un grupo de unos trescientos colonos ingleses, que, para 1741, desaparecieron sin dejar rastro. Ahí empiezan los festines de Eso, porque los humanos han llegado a Derry. Los humanos, con sus deliciosos temores y sus tontas preocupaciones, se han instalado directamente en la garganta de Eso, sin reparar en los ojos plateados que les vigilan desde la oscuridad y las fauces naranjas que salivan mientras encandila a sus presas.

Aquí se nos da el primer indicio de que Derry es un lugar maldito. Desde 1741 en adelante, se inician unos ciclos que se repiten cada veintisiete o veintiocho años. Comienzan con una muerte pequeña e insignificante en comparación con las catástrofes que vendrán después. Por ejemplo, el asesinato de George Denbrough en 1957. Este hecho da el pistoletazo de salida a una gran cantidad de asesinatos no resueltos y no investigados, porque esa es la influencia que It ejerce sobre Derry. Mantiene a sus habitantes en la inopia, en una burbuja aislada o en un trance hipnótico. Son conscientes de lo que ocurre, pero no pueden reaccionar. Por lo tanto, lo que pasa en Derry se queda en Derry, tanto en 1741, que no existían comunicaciones de ningún tipo, como en 1985, que ya habían nacido los medios de comunicación.

Los ciclos empiezan con una muerte cualquiera y finalizan con una gran tragedia. Es como si Eso se despertase con hambre, se desperezase y saliese de su madriguera para ir de caza. Sin embargo, antes de retirarse por otros veintisiete años e irse a dormir, se da un atracón por todo lo alto, porque sabe que tardará en volver a alimentarse.

Así ocurrió en 1930, cuando la Liga de la Decencia Blanca le prendió fuego al Black Spot. El Black Spot era una taberna o cantina, construida por y para soldados, donde los negros tenían reservado el derecho de admisión. Los blancos no querían que los negros entrasen en sus tugurios y se acercasen a sus mujeres, así que les dieron un lugar cochambroso y destartalado para que se reuniesen. Los soldados negros acondicionaron ese lugar y lo bautizaron como el Black Spot. El Black Spot se volvió tan popular que empezó a contar con música en directo y a llenarse hasta los topes de gente que venía a beber y bailar. Soldados y personas de todas las razas y colores acudían a divertirse allí.

El propio padre de Mike, Will Hanlon, que pertenecía a la Compañía E de Derry, colaboró en su construcción. Will es quien le contaría a su hijo la historia del Black Spot, años y años después. Por lo visto, soldados de alto rango y miembros secretos, aunque no tan secretos, de la Liga de la Decencia Blanca le prendieron fuego al lugar. Aquella noche, el padre de Mike, salvó la vida de milagro. También vio algo extraño, que le narraría a su hijo en una habitación de hospital varias décadas después. Will presenció un pájaro gigante. Una criatura que no se parecía a ningún animal conocido, que no parecía real. En 1958, Mike se toparía con la misma ave monstruosa.

En 1906, tuvo lugar el final de otro ciclo con la explosión de la Fundición Kitchener. Este acontecimiento fue de los más tristes, ya que murieron ochenta y ocho niños. Estaban buscando huevos de Pascua por las instalaciones, cuando la fundición saltó por los aires. Eso se alimentó y volvió a hibernar. En 1958, Mike visitaría las ruinas de la fundición. Will Hanlon solía animarle a explorar lugares extraños, poco frecuentados y con historia. Allí, Mike, vería a la misma ave que su padre divisó en 1930, en el incendio del Black Spot, y se ocultaría en una chimenea caída para evitar que el pájaro le atrapase.

Los orígenes de Derry se remontan a cuando Eso llegó a La Tierra en una bola de fuego. Igual que un meteorito. Conocemos con exactitud, gracias a Richie y Mike, el instante en que ese habitante del espacio exterior se coló en nuestra atmósfera. Los Perdedores hacen un pozo de humo en su refugio de Los Barrens. Es decir, prenden una fogata, se meten los siete por la trampilla y cierran la puerta. Se supone que el humo permite a la gente ver cosas, como si fueran sueños lúcidos. Los únicos que resisten el humo son Richie y Mike. Se mantienen cogidos de la mano mientras sienten que la estancia se ensancha y viajan atrás en el tiempo.

Abren los ojos en Los Barrens de otra época. El paisaje es similar. La vegetación es más frondosa y extensa y el río sigue pasando por el mismo sitio. Hay animales de toda clase. Derry no existe aún y, probablemente, los humanos tampoco. Aquel lugar es de antes, de mucho antes. Richie y Mike notan que el entorno percibe una presencia hostil y presencian como una bola de fuego inmensa atraviesa el cielo. Aquella cosa gigantesca toca tierra y origina un incendio, devorando todo a su paso. Mike y Richie saben de algún modo que esa roca, ese meteoro, es Eso. Richie lo expresa mejor. Asegurando que, no sabe cómo, pero tiene la sensación de que Eso vino de fuera.

Eso es vida alienígena y llega a Derry mucho antes que los humanos, antes de que Derry se llame Derry. Es lícito que el monstruo se crea el dueño de esas tierras. Parece ser que Eso dormita hasta la llegada de los humanos. Cuando se asientan en Derry, empiezan a construir los cimientos del pueblo sobre la madriguera de Eso. Con lo cual, se puede afirmar que Derry es una extensión de la aterradora invención de Stephen King. Es como si las calles, las casas, los edificios y los comercios formasen parte de su cuerpo. Eso es Derry y Derry es Eso.

El corazón de Derry

El corazón de Derry, el centro de toda la magia y el horror, se encuentra en las cloacas. Allí se extienden los dominios de Eso, el puente hacia su coto privado de caza. Se nos describen dos entradas hacia la madriguera; una, por la estación de bombeo de Los Barrens, y, otra, por el sótano de la casa de Neibolt Street. En 1958, Los Perdedores ingresaron, guiados por Ben Hanscom y Eddie Kaspbrak, por la estación de bombeo. En 1985, volverán a entrar por el mismo sitio con más dificultad, debido a que han transcurrido veintisiete años y algunos han crecido, otros han adelgazado y a otros se les ha caído el pelo.

Zack Denbrough le explica mejor a Bill la cuestión de las cloacas. El alcantarillado de Derry se construyó hace tiempo y no se conservan planos verídicos de cómo es la infraestructura y los caminos allí abajo. Podría haber tuberías, conductos y aberturas que no figuran en los planos. Con lo cual, el que descienda por aquella peste infernal debe tener un sentido de la orientación envidiable (Eddie), muy buena memoria y mucha suerte. Cuando llueve mucho, las alcantarillas tienden a inundarse. Las casas de la zona corren el riesgo de que se les inunde el sótano y de sufrir fugas repentinas de agua por el sumidero o por el retrete. Entonces, se envía a algún operario a solucionar la avería y, según dice Zack, no sería el primero en perderse.

Nosotros sabemos que más de uno ha muerto en las cloacas, porque, cuando Los Perdedores se adentran en ellas, se topan con un esqueleto que lleva los jirones de un uniforme de trabajo puestos. Los restos pertenecerían al operario de obras del alcantarillado. Lo que desconocemos es si murió porque se desorientó y se perdió en aquel laberinto, o si fue Eso quien se lo encontró de frente y le arrancó la vida.

A mi modo de entender, las cloacas se construyeron cuando Eso ya había excavado sus propios túneles. Por lo tanto, muchos de los atajos, desvíos y caminos ocultos son obra de Eso. También puede ser que, al comenzar las obras de la infraestructura subterránea, aprovechasen parte de esos conductos que nadie entendería cómo habían llegado allí.

La cuestión es que las alcantarillas son la casa y el refugio de Pennywise. El corazón de las cloacas, el corazón de Derry y el corazón de Eso, son tres factores en uno. Son como una misma pieza de puzzle que puede encajar en tres lugares distintos.

La destrucción de Derry

El apartado final, para el cual es necesario leer y comprender qué es el corazón de Derry, es su destrucción. Esta parte me parece muy razonable y lógica. Cuando lo leí, lo primero que pensé fue que tenía sentido. Encaja a la perfección con el entramado que Stephen King ha construido durante mil quinientas páginas de texto.

Hablo, por supuesto, de la derrota de Eso y la paulatina e inevitable devastación que se desata en Derry. En el enfrentamiento final entre Eso y Bill, Beverly, Ben, Eddie y Richie, en Derry empieza a caer un diluvio universal. A pesar de que el hombre del tiempo había anunciado un día soleado y de cielos despejados. La situación va in crescendo. Las rachas de viento son cada vez más fuertes, la lluvia más violenta y el pueblo empieza a inundarse. Los habitantes se muestran sorprendidos, pero a la vez convencidos de que es imposible que se repita una inundación tan horrible como la de 1957, cuando Georgie fue asesinado.

Cuando los chicos matan a Pennywise finalmente, el centro de Derry comienza a desmoronarse. Un terremoto se extiende por las calles del pueblo, provocando grietas en el pavimento, que las cloacas vean la luz por primera vez en siglos y que edificios enteros se derrumben como en un juego de jenga. Parece que, al morir Eso, Derry está muriendo también. De hecho, los efectos del terremoto perduran durante varios días y más edificios caen. Se menciona que el alcalde promete reconstruir el pueblo, pero no nos queda claro si lo hará.

A eso me refería al mencionar que tiene sentido. Si Derry es Eso, del mismo modo que Eso es el corazón de Derry, es evidente que si uno muere el otro también lo hará. Me parece una metáfora y un modo brillante de concluir la historia. Me gustaría aún más que Derry no se reconstruyese y que quedase deshabitado, porque sería la confirmación definitiva de que It ha muerto para siempre. Aunque, no niego que me hubiera leído otras mil quinientas páginas de Eso aterrorizando a la gente.

Sabemos que Eso se ha ido, porque el velo hipnótico, con el que mantenía a las personas embelesadas y a Derry aislada del mundo, se ha levantado. Muchas personas empiezan a optar por marcharse, otras sienten que despiertan como de un largo sueño. La noticia de la inundación y el derrumbamiento del centro de Derry se esparce como la pólvora. Cosa que no había ocurrido con ninguno de los asesinatos y masacres de los últimos trescientos años.

Los Perdedores empiezan a perder la memoria otra vez y saben que se distanciarán, saben que no volverán a verse. Vemos la última conversación, el último reencuentro. Si la evolución de Derry de 1958 a 1985 y el paso de la infancia a la adultez de Los Perdedores me entristeció, no se me ocurre otra palabra que no sea desgarrador para describir el final de esa amistad.

Leer ese final me dolió como si estuviese perdiendo a mis propios amigos. El hecho de ver como una amistad tan hermosa, sana y mágica como la de Los Perdedores se esfuma tras la muerte de Eso, casi te hace desear que It no hubiera muerto. Pero, en lo que a finales se refiere, es perfecto. Para mi, no es un final feliz. Si hubiese sido un «y fueron felices y comieron perdices«, todos se habrían mantenido en contacto y no habrían perdido los recuerdos. Sin embargo, la amistad de Los Perdedores nació impulsada por It y para acabar con ella. Así que es lógico que, una vez haya sido erradicada, esa amistad se disipe como la bruma, porque su propósito ya ha sido completado. Y, repito, el final de Derry tiene aún más sentido si piensas que Eso era, esencialmente, los cimientos del pueblo.