Atención: la siguiente crítica contiene spoilers y está fundamentada en opiniones personales.
¿A quién se le ocurrió la brillante idea?
Snow White o Blancanieves llegó el pasado 21 de marzo de 2025 a las salas de cine. Era una película condenada a fracasar mucho antes de estrenarse. Parcialmente, por su participación en la cultura woke y por las polémicas declaraciones de sus dos actrices protagonistas, Rachel Zegler y Gal Gadot. La película dura una hora y cuarenta y nueve minutos. Se hace un poco larga a la mitad, porque sientes que la trama no avanza. Corresponde a los géneros de fantasía, musical y aventura.
El guion viene de la mano de Erin Cressida Wilson y de Greta Gerwig, que dirigió en 2023 el exitazo que fue la película de Barbie. La dirección presenta a Marc Webb, que también dirigió The Amazing Spider-Man 1 en 2012 y The Amazing Spider-Man 2: Rise of Electro en 2014; el reinicio de la franquicia del trepamuros protagonizado por Andrew Garfield y Emma Stone. A cargo de la música están Pasek & Paul, un dúo de compositores estadounidenses.
¿Cuál es el problema de Disney?
Lo cierto es que, aparte de las declaraciones de Rachel Zegler, no me ha desencantado la cinta tanto como pensé que lo haría. Como muchos otros live actions que Disney se ha empecinado en hacer en los últimos diez años, Blancanieves tiene sus controversias y sus cambios respecto a la historia original. Ya pasó con “La sirenita” o con “Peter Pan & Wendy”. El público se divide en tres bloques; las nuevas generaciones, que no han crecido tan arraigadas a las versiones antiguas de las películas de Disney y son realmente el target de la peli, los adultos que vivieron una infancia rodeada de cuentos de hadas y princesas y aquellos a los que no les importa un comino.
A mí me es indiferente que le cambien la raza, el país, la religión y el atuendo a la protagonista. Las películas de las princesas de Disney nunca han sido mi fuerte. Como a todos los niños, me gustaban y las disfrutaba. Pero, llegados al punto de la adultez, no podría darme más igual que hicieran una película de Aladdín (ya existe) o de Frozen. Aunque, no soy para nada cómplice de la cultura de la cancelación que está devorando a la industria del cine ni de la inclusión forzada que se propaga como la pólvora. Me explico.
Tomemos como ejemplo el live action de Mulán, película de 2020. La actriz protagonista encaja a la perfección con la descripción de Mulán que se da en los libros y con la apariencia que tiene en la cinta animada de 1998. Si dicho personaje hubiese sido interpretado por una actriz afroamericana o caucásica, en vez de por una asiática, las personas se habrían echado encima de los responsables. Siguiendo por esa misma línea, yo vi La sirenita de 2023 y me gustó bastante. Sé que en la versión original Ariel es blanca y pelirroja y no se parece en nada a Halle Bailey. Aun así, la película es entretenida y las canciones aceptables. Lo mismo ocurre con Blancanieves, aunque yo la situaría varios puntos por debajo en cuanto a calidad si la comparamos con The Little Mermaid.
Respondiendo a la pregunta del título, el problema de Disney es que está buscando reinventarse de la forma equivocada. No es ningún secreto que sus producciones más antiguas albergan escenas racistas, machistas, problemáticas y poco recomendables para niños. Pero, están ambientadas en otra época y, por más avergonzados que nos sintamos, no podemos borrar el hecho de que el mundo fue así en otro tiempo. Por ejemplo, en Peter Pan aparecen personajes fumando. Eso se debe a que en aquel entonces se fumaba en todas partes; en los aviones, en los bares, hospitales, consultas médicas, colegios… A día de hoy, que un personaje salga con un cigarrillo en la boca en una serie dedicada al público infantil, es impensable. De hecho, muchas cadenas censuran los cigarros y las palabras mal sonantes cuando la programación se emite en horario infantil.
Tal vez no soy muy entusiasta de esta censura actual, porque crecí sin ella. Respecto a Disney, opino que, en vez de aferrarse a lo antiguo y empeñarse en remodelarlo, deberían centrarse en nuevos proyectos y retomar esa animación 2D clásica. Desde Enredados de 2010, todas las películas que han ido sacando están animadas en 3D. Lo cual es a gusto de cada consumidor. Personalmente, disfruto muchísimo más de la animación de La Bella Durmiente de 1959 que de la de Frozen 2 de 2019.
La Blancanieves original
Snow White o Blancanieves, nombre que se le da por ser tan blanca como la nieve y no por sobrevivir a una tormenta helada, es un cuento original de los hermanos Grimm. Se publicó por primera vez en 1812. Si pincháis aquí, accederéis a la página de la que yo he sacado el relato original. La obra tiene marcadas diferencias con la versión endulzada de Disney. En primer lugar, cuando la Reina Malvada envía al cazador para que mate a Blancanieves y le pide que traiga su corazón como prueba, no es el corazón lo que ambiciona, sino el hígado y los pulmones. Las intenciones de la mujer son comerse los órganos de Blancanieves. Como el cazador le perdona la vida, lo que ingiere en realidad son el hígado y los pulmones de un cerdo.
Por otro lado, la anciana bruja no solo le lleva una manzana envenenada a Blancanieves. También le ofrece una cinta y un peine encantado. Los tres objetos tienen la finalidad de asesinar a Blancanieves para que la Reina Malvada sea la mujer más hermosa del reino. Sin embargo, ninguno funciona. Por último, Blancanieves no recibe un beso de amor eterno que la salve de su maldición. El príncipe convence a los enanos para que le regalen el ataúd de cristal en el que yace Blancanieves y este se cae y se quiebra en mil pedazos. El trozo de la manzana envenenada que reposaba en el interior de Blancanieves sale despedido y la princesa despierta.

Mi parte favorita es el destino de la Reina Malvada. En la película de 1937, la bruja caía por un precipicio y se mataba. No es un mal final, considerando lo mala persona que era. Se parece bastante al final de Gastón en La Bella y la Bestia de 1991. En el cuento de los Grimm, la mujer asistió a la boda de Blancanieves y el príncipe y la obligaron a calzarse unos zapatos que habían sido calentados al rojo vivo. La reina no se los pudo quitar y tuvo que bailar con ellos puestos hasta que le llegó la muerte. En el siglo diecinueve, los cuentos (no sé si para niños o no) eran mucho más gráficos y viscerales que hoy en día.
Una princesa Disney
La película de Disney de Blancanieves data de 1937. Evidentemente, hay muchas cosas que no han envejecido bien. Pero, debemos recordar que han transcurrido casi noventa años desde su estreno y que el mundo ha evolucionado mucho desde entonces. Nunca ha sido de mis películas favoritas. De hecho, no soy capaz de recordarla al cien por cien. La habré visto en repetidas ocasiones y, aun así, la tengo un poco borrosa. Lo que tengo más presente es el cuento narrado a viva voz.
Lo único reprochable que distingo en la cinta, ya que lo demás me parece apropiado para niños, es que Blancanieves caiga rendida a los pies de su príncipe encantador. Como ya he mencionado, estamos hablando de otra época y otras costumbres. Rechina bastante con la forma de vida contemporánea y con la sociedad moderna. Tal vez, en aquel entonces, la mayor aspiración o sueño para una mujer era enamorarse, casarse con un buen hombre y criar a sus hijos juntos. Lo vemos en Blancanieves, en Cenicienta, en La Bella y la Bestia, en La Bella Durmiente… Esperar a que un maravilloso príncipe se atraviese en tu camino, no tiene de malo. Pero, la forma de contarlo no es la más acertada.
Tal y como argumentó Rachel Zegler en una de sus tan sonadas entrevistas; “Blancanieves no está esperando a su príncipe. No necesita que la salven, ya que ella es su propia heroína.” Cuando escuché las declaraciones pensé que Rachel estaba siendo pretenciosa y arrogante. Sin embargo, tras ver la película, he comprendido que la actriz simplemente estaba exponiendo detalles de la película. Esto no quiere decir que mi simpatía hacia Rachel Zegler crezca. Sigo pensando que le vendrían bien un par de clases de humildad y que no está de más mostrar un poco de respeto por tus compañeros de reparto y su trabajo.
La película, protagonizada por Rachel Zegler y Gal Gadot, no le hace ni justicia ni sombra al legado de una princesa Disney como Blancanieves. No es tan mala como vaticinaba y me temía, pero sigue teniendo muchas taras. Puestos a hablar de películas de acción real de Blancanieves, la de Blancanieves y la leyenda del cazador, estrenada en 2012 y protagonizada por Kristen Stewart, Chris Hemsworth y Charlize Theron, es cien mil veces mejor que la recién llegada en 2025.
La trama de Blancanieves
La trama es lo que solían decir las abuelas cuando de niño te sentabas a la mesa y no te gustaba la comida; “son lentejas o las comes o las dejas”. Empieza medianamente bien. Nos pone en contexto del pasado de Blancanieves (Rachel Zegler) y nos aclara con mucha perspicacia que su nombre no proviene de ser tan blanca como la nieve, sino de haber nacido y sobrevivido en medio de una gran nevada. Los padres de Blancanieves componen una parte muy importante de su identidad y acarrean el peso de muchas de sus decisiones futuras. Como sucede en todas las películas ideadas por Walt Disney, la madre de Blancanieves enferma y muere.
Al cabo de un año, el rey contrae nupcias con otra mujer que llega a palacio de forma despampanante y escandalosa. La nueva reina y madrastra de Blancanieves parece ser buena persona, recta, justa y noble, pero las apariencias engañan. No es más que una arpía, una bruja que pretende deshacerse de su marido y apoderarse del reino. Cuando lo logra, degrada a Blancanieves a ser una mera criada y acapara todas las riquezas para sí misma. La Reina Malvada (Gal Gadot) recluta un ejército que aposta a las puertas del castillo, somete a los aldeanos y campesinos a duros tributos y se pasa los días contemplándose en su Espejo Mágico y preguntándole quién es la mujer más hermosa del reino. El espejo siempre responde con un “vos, majestad” y alguna rima. Hasta que, un día, Blancanieves sustituye a la envidiosa reina.

Aquí la película intenta algo que funciona bien y, al mismo tiempo, me parece excesivamente pasteloso. Blancanieves comienza a ser la mujer más hermosa del reino cuando despierta su verdadero yo. Nos quieren demostrar que, contrario a lo que la Reina Malvada pueda pensar, la belleza no depende de la apariencia física, sino de los sentimientos. Como Blancanieves, además de ser hermosa por fuera, alberga unas emociones tan puras y sinceras, es la princesa más bella del reino. La reina no es capaz de contener su ira y envidia.
Blancanieves desafía a la reina e intenta hacerle ver las condiciones en las que subsisten sus súbditos. Las súplicas y plegarias de la princesa caen en agua de borrajas. La reina está convencida de que los plebeyos no necesitan bondad, generosidad y tartas de manzana, sino una mano de hierro dura e impenetrable. Compara a Blancanieves con una flor, que rápidamente se marchita y se torna en polvo, y a sí misma con un diamante, endurecida, resiliente, resplandeciente e indestructible. Este aspecto se le inventan en la versión de 2025, ya que en la película original no existe. Supongo que sirve para darle un poco más de personalidad a la Reina Malvada.

Esos son los antecedentes de una trama que girará en torno a la huida de Blancanieves, el descubrimiento de su verdad y su desarrollo como persona. Blancanieves empieza siendo una chiquilla asustada que cumple con sus obligaciones sin rechistar y que agacha la cabeza. Un día, recupera su voz y recuerda todo lo que sus padres le inspiraron y enseñaron y decide que ha llegado el momento de actuar. Como legítima heredera al trono, tratará de rescatar a su reino y de vencer a la Reina Malvada.
Cambios innecesarios
Hacen dos cambios bastante importantes que, aunque no me parecen del todo malos, no acaban de convencerme. El primero es que los siete enanitos son también criaturas mágicas. Su condición mágica les resulta muy útil para encontrar minerales en la mina, pero no llega a explorarse más allá de eso. Los creadores tomaron la polémica y controversial decisión de que los enanitos fueran hechos a ordenador, con un CGI que no se ve mal. Sin embargo, esto molestó a varios actores con enanismo, que se pronunciaron al respecto, y a diversos espectadores entre los que me incluyo. La necesidad de elaborar a los enanitos a ordenador se sitúa en algún punto entre cero y nada.
El segundo cambio es que le quitan al príncipe su condición de noble y le convierten en una especie de Robin Hood. No es que me parezca mal que el interés amoroso de Blancanieves sea un vagabundo y ladrón, que se da un aire a Flynn Rider de Enredados. Lo que ocurre es que no veo el objetivo, la necesidad y el fin de modificar el origen del príncipe. Podrían haber quitado toda la parte primitiva, heroica y anticuada de la historia del príncipe y Blancanieves, pero deciden eliminar por completo al príncipe y reconstruirle. Lo verdaderamente molesto de esto es que el personaje de Jonathan (Andrew Burnap), que se llamaba Florian en la película original, está creado para enaltecer y destacar a Blancanieves.

Me parece una buena relación amorosa que, como ya he dicho, se usó en Enredados con Flynn Rider y Rapunzel. Allí tenía sentido. En blancanieves no tiene ni pies ni cabeza que borren al príncipe de la historia y lo reemplacen por un Robin Hood cutre, que vive en los bosques y lucha en nombre del rey. A parte de pasarse por el Arco del Triunfo todo lo relacionado con el príncipe, cambian por completo la dinámica entre los personajes.
Lo que sí pienso que es un punto muy positivo del live action es que le dan algo de sentido y trasfondo a la historia de Blancanieves y de Jonathan, cosa que en la peli de 1937 no sucede. Resulta creíble que Blancanieves y Jonathan se vayan enamorando poco a poco, hasta llegar a ese beso de amor verdadero.
Conclusión
La versión de Blancanieves de 2025 no es tan mala como anticipaba. Mejora algunos aspectos con respecto a la película original de 1937 y, pese a lo antigua y oxidada que ha quedado esa cinta, logra empeorar otros. Hace un muy buen trabajo difundiendo los mensajes de nobleza, justicia y bondad a través del personaje de la princesa. Abusa de los cambios y de las novedades en un filme que no pedía a gritos modernizarse. Algunos cambios son oportunos, bien recibidos y aportan algo al resultado final. Pero, la mayoría están ahí para recibir aprobación y aceptación social.
La parte musical me pasa tan desapercibida como en todos los live action de Disney. Las canciones y la música son buenas, pero demasiado olvidables. Están bien compuestas y se amoldan a la historia sin esfuerzo. Sin embargo, no le llegan ni a los talones a los temazos de Wicked. Honestamente, de las películas en acción real que Disney ha sacado en los últimos años, las únicas canciones que se me han pegado y me han parecido muy buenas son las de Los Descendientes, especialmente de la primera entrega.
Blancanieves es ese remake que nadie había pedido y que se ha estampado brutalmente en taquilla tras la fecha de su estreno. No sé cómo alguien pudo imaginar que la película funcionaría lo suficiente como para planificar otras propuestas que explorasen el pasado de la Reina Malvada (eso sí habría sido interesante). A veces me pregunto si los de Disney están ciegos o no quieren ver, ya que solo hay que prestar un poco de atención a las redes sociales y a la respuesta del público para darse cuenta de que la mayoría no quiere más live actions de películas antiguas. Tras el fracaso sin precedentes de Blancanieves, Disney ha pausado el desarrollo del live action de Enredados que estaban haciendo. Por fin hacen algo razonable.
Un ejemplo de un live action bien ejecutado y de una propuesta decente, aunque yo era muy reticente al principio, es la película de Mufasa por dos sencillas razones. Primero, te cuenta una historia que no se había explorado antes como es la de los orígenes y vida de Mufasa. Segundo, no altera, modifica ni rehace una obra ya existente. Aporta algo nuevo, frescura y amplia un universo por el que los fans sienten mucho cariño. Disney, en su empeño por borrar determinadas escenas, conductas y comportamientos inapropiados de sus películas y de su expediente, que, insisto, algunas tienen casi cien años de antigüedad, está cavando su propia tumba.
Lo Mejor:
- ✅ El contexto que se le da a la relación entre Blancanieves y el príncipe.
- ✅ Conocer un poco más sobre el pasado de Blancanieves.
- ✅ La caracterización y vestuario de la Reina Malvada.
Lo Peor:
- ❌ Los enanitos hechos a base de píxel y teclado.
- ❌ Los cambios innecesarios y forzados para modernizar una historia que no necesitaba ser deconstruida.
- ❌ La personalidad básica y aburrida de los personajes.
- ❌ Ese aire blanco, censurado y de perfeccionismo que Disney insufla en todas sus producciones, provocando que se eche en falta un poco de la oscuridad de las pelis originales.