Una lección de buen fan service
El multiverso dentro del MCU estaba floreciendo en series como Loki o What If…?, pero no fue hasta la llegada de Spider-Man: No Way Home donde explotó definitivamente. Al final, esta nueva saga no es la multiversal por nada, y hacía falta que empezaran a llegar los primeros productos que explotaran un concepto que siempre me ha parecido tener tanto potencial como peligro de romper ciertas reglas del MCU que ya conocíamos.
Las expectativas eran inmensas. Para empezar, el final de Spider-Man: Lejos de casa (2019) es uno de los mayores cliffhangers que hemos tenido nunca en una película de superhéroes. La identidad de Peter Parker era revelada a todo el mundo por Mysterio, por lo que el público necesitaba saber cómo saldría de esta nuestro trepamuros favorito.
Ahora bien, lo que realmente hizo explotar las redes fue el primer tráiler de la película. En él aparecía Doctor Octopus interpretado nuevamente por el mítico Alfred Molina y una granada lanzada por el Duende Verde junto a la legendaria risa de Willem Dafoe. Solo con esto, la película no necesitaba más marketing y eso que esto era solo la punta del iceberg.
Rumores y filtraciones aumentaban las ganas de que llegase el día de ir al cine. Al final, Spider-Man: No Way Home me parece el único evento que hemos tenido en estas fases 4 y 5 del MCU. Este caldo de cultivo culminó con una taquilla histórica, convirtiéndose en la tercera película de Marvel Studios con mayor recaudación de su historia, solo por detrás de Vengadores: Endgame y Vengadores: Infinity War.
Cosechó más de 1.921 millones dólares con una inversión de 200 millones. Esto refleja lo positivo que ha sido tanto para Sony como para Marvel Studios que llegaran a un acuerdo para utilizar al personaje dentro de este universo. Spider-Man: No Way Home lo tenía absolutamente todo para ser un éxito, y así fue.
Jon Watts seguía contando con la confianza de Kevin Feige para culminar su trilogía antes de dar paso a la etapa de Destin Daniel Cretton. Sus películas han ido, claramente, de menos a más, concluyendo con la mejor cinta del trepamuros dentro de este universo. Y lo mejor, y de lo que hablaremos más adelante, es que creo que ha dejado al personaje en un punto perfecto para hacer con él lo que se quiera.
* A partir de este punto habrá SPOILERS de la trama de Spider-Man: No Way Home. Si queréis una opinión sin ellos, saltad directamente a la conclusión.
Un clímax desde su inicio
Spider-Man: No Way Home no deja respiro desde el primer minuto. Comienza justo donde acabó la anterior, con Peter Parker desubicado al ver que su mundo se viene abajo porque todos conocen que es Spider-Man. Ya hemos visto en esta franquicia lo que le cuesta lidiar con este tipo de problemas, por lo que este, el más grave al que se ha enfrentado, iba a cambiar su vida para siempre.
El primer cameo, y uno de mis favoritos, es el de Matt Murdock (Daredevil) como abogado de Peter. Una pena que apenas dure un minuto su intervención y no sea de gran ayuda para Peter. Eso sí, no niego la ilusión que me hizo volver a ver a Charlie Cox interpretando al personaje. Lo mejor de esta aparición, es que confirmaba que volveríamos a tener a Daredevil en su propia serie llamada Born Again.

La vida de Peter es un infierno. La opinión pública está en su contra por creer que él acabó con el héroe Mysterio, las cámaras le siguen a todos lados, los alumnos de su instituto le rodean y ha tenido que mudarse con su tía May a Long Island a una vivienda más segura. Ahora bien, lo peor de todo es que sus amigos también se están viendo afectados por esta revelación. Todas las universidades rechazan a Ned, MJ y al propio Peter por lo sucedido, siendo esto lo que le lleve al límite definitivamente.
Hasta aquí, me parece un muy buen primer acto. Es muy dinámico y muestra perfectamente las consecuencias en Peter de que todo el mundo conozca su identidad secreta. El problema lo tengo más con lo que llega justo después.
La inmadurez, nuevamente, como catalizador de la trama
Peter Parker parece no aprender. Tras dos películas en las que sus errores provocan la mayoría de desastres que le ocurren y que luego el mismo arregla, vuelve a caer con la misma piedra. Entiendo que le vaya a pedir ayuda a Doctor Strange (aunque le sale de ver un muñequito de un brujo en una decoración de Halloween), pues es un hechicero que ha visto capaz de hacer cosas imposibles. Ahora bien, que se haya olvidado de que ya no tiene la Gema del Tiempo porque se destruyeron tras lo de Thanos, me parece la primera absurdidad. ¿Tan poca memoria tiene?
Strange acepta a hacer un hechizo que Wong ya le avisa que puede ser muy peligroso, aunque esto no sorprende porque ya ha ignorado varias veces sus recomendaciones. El hechizo trata de hacer olvidar a todo el mundo que es Spider-Man, incluidos sus seres queridos. Por mucho que Strange le advierta a Peter que no lo altere mientras lo lanza, este no deja de sacar más y más nombres de personas que no quiere que se olviden de quién es realmente. Que digas un par vale, pero que no dejes de hablar mientras ves cómo se resquebraja todo, es de una sandez que me escama.

Me parece lo peor de la película, junto a otras conveniencias de guion, pues que toda amenaza que llega es provocada por el propio Spider-Man, siendo su objetivo arreglar lo que ya ha estropeado. Seguimos viendo al mismo Peter de películas anteriores cuando pensaba que en esta veríamos una madurez mucho mayor.
Una vez aceptado esto, aunque resignado, empieza el Rock and Roll.
El regreso de los villanos más emblemáticos de las películas de Spider-Man
A partir del fallo en el hechizo de Strange, comienza el baile de apariciones estelares que, todos los que hemos crecido con las películas de Spider-Man, nos hicieron saltar de la butaca. El primero y el mejor combate de la película tiene, es Doctor Octopus. Por mucho que esta escena ya se dejó ver en los tráileres, es un enfrentamiento muy bueno gracias a ser a plena luz del día y al tener un alto grado de épica.
Al final, el Dr. Octopus es el mejor villano que hemos visto en una película de Spider-Man, por lo que verle de vuelta, nuevamente con Alfred Molina, es de los mejores fan service que podemos tener. El desconcierto por ver que no es su Peter Parker y por la nanotecnología que es capaz de controlar sus tentáculos, deja al bueno de Otto fuera de juego. Aunque aquí, las estrellas llegan en pareja y justo antes de que Strange le devuelva a Sanctum Sanctorum, aparece el Duende Verde con la misma indumentaria que utilizó en Spider-Man (2002).

Si no estabas en una nube en este momento, quédate porque aún queda. El plan de Strange, y muy sensato, es el de devolver a todos los que han incurrido en este universo al suyo. Todo el mundo que conocía que Peter Parker es Spider-Man en los dos universos de las dos franquicias más grandes del personaje en el cine, han entrado en este. Ahora bien, llegan los que más convienen al guion. No aparece ninguna mujer (MJ o Gwen Stacy) ni ciertos villanos como Venom (¿tema de licencias?). Aunque el resto de protagonistas sí llegan y con bastante protagonismo.
Lagarto, de The Amazing Spider-Man (2012) está ya capturado y el próximo objetivo es Electro que se encuentra en un bosque lleno de torres eléctricas. Este combate breve y demasiado oscuro, sirve para traer de vuelta al personaje de Jamie Foxx en The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro (2014) y al Hombre de Arena de Spider-Man 3 (2007), que también aparece por sorpresa.

El último es el Duende Verde, el cual se lo encuentra la Tía May de pura casualidad (otro recurso forzado) e incita a Peter a que cuide de él y le recupere. Norman Osborn es un personaje con doble personalidad, por lo que su parte más vulnerable y humana se ve como un pobre desvalido, pero su parte tenebrosa es el villano más sádico del trepamuros.
Los mejores momentos de la película llegan en las pequeñas conversaciones entre personajes de distintos universos. En este caso de los villanos. Una situación que me gusta especialmente, y que es vital para lo que va a buscar Peter a partir de ahora es cómo se dan cuenta de que en su universo están muertos. Es una especie de Matrioshka en la que Otto sabe que Norman murió en la primera película, pero el Hombre de Arena sabe que Otto también murió ahogado en la segunda. Lo mismo ocurre con Electro que sabe lo que le ocurrió a Electro en la primera de The Amazing Spider-Man.
Aquí Peter se da cuenta de que si los devuelve a su universo, los está devolviendo a la muerte. Sí, me parece que buscar la redención de todos ellos y curarlos para que dejen de ser villanos es un acto muy heroico. Aunque este concepto es muy ambiguo: ¿a qué momento temporal volverían?, ¿si justo estaban a punto de morir, no morirían igualmente? Hay que aceptar, según las reglas que propone la película, que si los cura, sobrevivirían, pero deja ciertas dudas.
El momento más duro para este Peter Parker
Estas ganas de hacer el bien, llevan a Peter a un enfrentamiento contra el Dr. Strange por conseguir la Máquina de Kadavas, necesaria para revertir el hechizo y enviarlos de nuevo a casa. Este combate en la dimensión espejo es muy bueno, aunque siento a Strange demasiado nerfeado. Visualmente, esta dimensión sigue siendo muy espectacular, con trenes rodeando en el cielo a Peter y este último utilizando la geometría para crear una tela de araña apoyada en rocas. Como si fuera una araña cazando a un mosquito.
El error que comete, nuevamente, Peter es confiarse en exceso de personas que son claramente villanos. Quiero decir, mostrarles tecnología Stark como si nada e invitarles a casa de Happy como si fueran amigos de toda la vida vuelve a ser muy necio. Al único que consigue recuperar es a Otto, que como recordamos en Spider-Man 2 (2004), era buena persona antes de que sus tentáculos le controlasen emocionalmente. Se pasa al lado de los héroes, por lo que el Doctor Octopus deja de ser un villano definitivamente.

Peter demuestra ser un genio y crea curas para todos ellos, aunque Electro tiene ciertas dudas de si realmente quiere perder unos poderes que pueden ser ilimitados. Ahora bien, el que desencadena este conflicto es Norman Osborn, ganándose al Hombre de Arena, a Electro y a Lagarto para su causa de seguir siendo villanos pero en este universo.
Este enfrentamiento vuelve a ser muy bueno, aunque, de nuevo, demasiado oscuro en lo visual. El Duende demuestra una fuerza increíble y consigue derrotar en el cuerpo a cuerpo a Spider-Man, dejándole casi aturdido. Tía May le clava por la espalda una cura que no hace ningún efecto, siendo este su último servicio.

No hemos visto a este Peter Parker sufrir la muerte del tío Ben ni recibir las mítica frase de la responsabilidad. Sí, la muerte de Tony Stark le marcó, pero ni mucho menos como lo va a hacer la de la tía May. Es una escena muy dura, pues vemos a May temblar con la mirada perdida durante bastante tiempo, con Peter desconociendo el estado de gravedad en el que estaba.
Es de los momentos más duros del MCU, que finaliza con May diciéndole que «Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad». Tenía que ocurrir. Su llanto es el de todos los que fuimos al cine sin saber que esto ocurriría. Esto es un punto de ruptura que necesitaba el personaje desde hace tiempo. Preciosa la fotografía posterior de Peter subido a un rascacielos con heridas, lágrimas en los ojos y la lluvia cayendo. Piel de gallina.
El regreso soñado
No había mejor forma de cambiar el drama por euforia. Es como pasar de que le metan un gol a tu equipo de fútbol en el último segundo y el VAR lo anule por fuera de juego. Ned, por obra y magia del destino (una nueva conveniencia), logra crear portales con el Anillo de Honda del Dr. Strange. Deseando que vuelva Peter Parker, trae por error a otro muy distinto al de su universo. Se trata del Spider-Man de Andrew Garfield, que en cuanto se quita la máscara, me cuesta pensar en una sala de cine que no explote en aplausos e incluso gritos.
Es el momento que todo el mundo estaba esperando desde que entró a la sala, aquel en el que empecemos a ver desfilar a los otros Spider-Man que han poblado el cine durante este siglo. Además, la escena es muy graciosa, con MJ desconfiando de él instándole a que gatee por el techo y a la abuela de Ned pidiéndole que quite las telarañas del techo. Es aquí donde brilla la película, creciendo exponencialmente tanto en calidad como en emoción en esta segunda mitad.
Instantes después, la sala volvió a explotar. Tobey Maguire aparecía, este sin el traje a la vista, pero con el mismo rostro amable y despistado que tenía en la trilogía de la infancia de muchos (me incluyo). No se le notan tanto los años, aunque cuenta con los clásicos achaques de llevar más de 20 años balanceándose por Nueva York.

La primera conversación entre los tres Spider-Man es la más profunda. Voy a llamarles como los actores para diferenciarlos mejor que ellos que luego nos liamos. Andrew y Tobey ya han pasado por esto, la frase de la responsabilidad y la muerte del tío Ben. Saben perfectamente que una parte oscura que no tenía hasta ahora puede crecer, y no hay nadie mejor que ellos para hacerle entrar en razón y seguir por la senda del héroe.
La química entre ellos es deliciosa, de hecho, ojalá hubiesen estado desde el principio de la cinta para tener más minutos de ellos en pantalla. Las bromas sobre cómo lanza las telarañas Tobey, confundirse cuando alguien llama a Peter Parker o tratar por encima la muerte de Gwen Stacy y el matrimonio de MJ y Tobey son momentos únicos. No dejan de ser apenas 30 minutos divididos en tres escenas: tratar la pérdida de la tía May, fabricar las curas en el laboratorio y la batalla final.
Una batalla que deja imágenes para el recuerdo
La batalla final sucede sobre la Vengadora de la Libertad, nombre que se le dio tras cambiar la antorcha por el escudo del Capitán América. Sinceramente, no me parece el mejor escenario que se podría utilizar, pues son todo andamios y, sobre todo, de noche. Este Spider-Man tiene demasiadas escenas de acción en plena oscuridad y esta en concreto deja imágenes para el recuerdo más por lo que significan que por cómo quedan visualmente.
Las dos mejores secuencias son muy claras. La primera es la unión de los tres Spider-Man en un mismo plano. El momento en el que empiezan a balancearse y aterrizan al mismo tiempo, es para aplaudir en la sala de cine, como así fue en la mayoría de salas. Verles actuar juntos, coordinar movimientos y vencer uno a uno a villanos míticos del personaje te vende la película por completo.

La segunda mejor escena la tiene el Spider-Man de Andrew Garfield. MJ cae por la destructiva irrupción del Duende Verde y es Andrew quien, tras no llegar por Gwen Stacy en The Amazing Spider-Man 2, esta vez sí consigue rescatar a MJ. Con ver sus lágrimas cuando la coge, entendemos todo. Es de los guiños más elegantes y mejor hechos que se podían hacer.
Más allá de estas dos escenas que son de las mejores de todo el MCU, echo en falta alguna más que cierre de forma épica este crossover tan especial. Con todo, es un final que pasa volando, que se disfruta cada minuto y que acaba con una buena lección que hará evolucionar al Peter Parker de Tom Holland.

Su ira se desboca contra la cara del Duende Verde y cuando está a punto de acabar con él con su propio aerodeslizador, Tobey le frena y le reconduce por el camino en el que siempre debe prevalecer Spider-Man. Muchos sufrimos cuando el Duende le apuñala por la espalda, pero por suerte se recuperará y no nos llevamos el trauma de ver al Spider-Man de nuestra infancia morir en el cine.
Un final que deja un lienzo en blanco
El multiverso se está resquebrajando y centenas de villanos están a punto de aparecer para acabar con Peter Parker. Lo que decide es sacrificarse y hacer olvidar a todo el mundo quién es Peter Parker. Esto significa que nadie le conocerá, ni sus amigos ni Los Vengadores, nadie. Los errores tenían que tener consecuencias, siendo estas más grandes de las que imaginaba: perder a la tía May y a todo el mundo que le quiere.
Es un nuevo mazazo para un Peter que piensa en un primer momento hacerles recordar a sus amigos quien es, aunque sea empezando de nuevo su relación. La escena de la cafetería en la que habla con unos MJ y Ned felices por haber sido aceptados en el MIT, es tan dura como bonita. Él entiende que no le necesitan para ser felices y sin su presencia no sufrirán situaciones como las que hemos tenido en esta película.

Toma la elección más generosa, aunque no cerraría la puerta a que se reencuentren en el futuro. Con lo que me quedo es con la última escena. Por fin le vemos con un traje hecho por él, viviendo solo en un piso con el casero en frente y balanceándose por las calles de Nueva York. El Spider-Man más callejero está aquí y será en Spider-Man: Brand New Day donde veamos esta nueva etapa tan ilusionante del personaje.
Existen dos escenas postcréditos. La primera es la aparición del Venom de Tom Hardy pasando por este universo y volviendo al suyo, aunque dejándose una gota de simbionte que puede dar lugar a simbiontes en este universo. La segunda es un tráiler de la que fue la siguiente película del MCU, Doctor Strange en el Multiverso de la Locura.
Conclusión
Spider-Man: No Way Home venía a demostrar por qué el multiverso tiene tanto potencial en el cine. Era la primera película de esta saga que se centraba en él, dejando claro que las posibilidades son infinitas. Algo que siempre me ha parecido un arma de doble filo, pues la falta de límites puede crear excesos en cameos y tramas alocadas, restándole importancia a crear una buena historia.
Es el gran evento de Marvel Studios para las fases 4 y 5, y al mismo tiempo el cierre de la primera trilogía de Tom Holland como Spider-Man. Un cóctel que aseguraba un éxito que superó incluso las más optimistas expectativas. Es la tercera película más taquillera del MCU, y es que traer de vuelta personajes de todas las películas de Spider-Man en acción real de este siglo es un lujo para los fans del personaje.
La sensación desde el principio es la que tuve con Vengadores: Infinity War, pues comienza y acaba siendo un clímax. Son dos horas y media muy ligeras gracias a todas las sorpresas que Jon Watts, director de la cinta, nos lanza cada pocos minutos. Esta velocidad viene, en parte, sustentada en ciertas conveniencias del guion que pueden sacarte de la película. Aunque como dije en la crítica de Superman (2025), lo que se busca aquí es emocionar y se me ocurren muy pocas películas del género que lo consigan más que esta.
No es perfecta, y como vimos en Una película de Minecraft (2025), que la gente aplauda o grite de emoción en el cine, no significa necesariamente que la obra sea buena. Con todo, si eres fan del personaje saldrás en volandas del cine, pues tiene guiños muy elegantes a la trilogía de Tobey Maguire y a la de Andrew Garfield, que te harán saltar alguna lagrimita.
El final deja al Peter Parker de Tom Holland en una situación inmejorable para explotar su versión más callejera, desquitándose de tanta tecnología y creando su propio legado: solo él, su ciudad y su sentido de la responsabilidad. Spider-Man: Brand New Day será la próxima parada, teniendo un reto mayúsculo por delante: estar a la altura de la película más emocionante del personaje hasta la fecha.
Lo Mejor:
- ✅ Volver a ver a villanos míticos como el Duende Verde o Doctor Octopus interpretados por los mismos actores.
- ✅ Un festival de cameos a cada cual más delicioso para los fans de Spider-Man.
- ✅ El final deja a Peter Parker con posibilidades infinitas sobre cómo continuar su camino en próximos proyectos.
- ✅ El ritmo es frenético desde el primer minuto, con muy buenas escenas de acción.
- ✅ Hay tres momentos que son inolvidables para los fans del personaje.
Lo Peor:
- ❌ Multitud de conveniencias de guion.
- ❌ Peter Parker parece no aprender de sus errores, siendo el principal culpable de todo lo malo que ocurre en la cinta.
- ❌ La batalla final deja a deber en cuanto a épica con toda la materia prima que había.