♫Bajo el mar♫
Si hay un género que se ha puesto de moda en los últimos años, ese es el SoulsLike. Desde el primer título de From Software de este tipo, Demon Souls, pasando por el que fue la real explosión, Dark Souls, muchos juegos han querido trasladar las ideas de esta saga a otras ambientaciones. Desembocando en la creación de un nuevo género nuevo. Another Crab’s Treasure se suma a esta corriente pero dándole algunos giros de tuerca.
Muchas compañías han sacado SoulsLikes al mercado, pero muy pocos se han acabado acercando a la calidad de From. Se podrían contar con los dedos de una mano realmente. En esa lista podrían entrar Lies of P, Nioh o Remnant. Incluso, la saga Star Wars Jedi, aunque para mí no encaja del todo en esta categoría al catalogarlo más como juegos de aventura. Todos ellos tienen algo en común; una ambientación oscura y decadente. Como si al tratarse de este género en concreto tuviese que venir de serie con una depresión pegada a él. Aggro Crab Games, la desarrolladora tras el título, cambia esto y nos lleva a otro extremo, uno más luminoso, gracioso y divertido.
El juego comienza con nuestro protagonista tranquilamente en su casa. Una concha en la que encaja perfectamente y dónde es feliz sin que nadie le moleste mientras se pasa los días sin hacer nada. Toda esa calma se rompe cuando aparece una cabeza de tiburón de juguete y le roba su concha. Dando comienzo, así, a la aventura de Krill por recuperar su casa a través del vasto océano.
Su búsqueda se complica al ver que los cangrejos y otras criaturas marinas están convirtiéndose en una especie de zombis que intentarán acabar con su vida. Así, nuestro inocente protagonista, que solo quiere vivir una vida tranquila alejado de la gentuza marina, se arma de un tenedor para acabar con todo lo que haya a su paso y que entorpezca su misión.
La aventura inicia bastante accesible, te pone todos los tutoriales necesarios para que vayas aprendiendo las mecánicas, de las cuales muchas son heredadas del género. Tienes bloqueos, esquivas, fijación de objetivos, golpe normal y fuerte, curaciones que se regeneran en conchas en las que puedes subir el nivel de tus cuatro estadísticas principales. Hasta la moneda del juego, los microplásticos, se pierden al morir pero puedes recuperarlos si acudes a la misma zona dónde caíste. Todos estos tropos del género están aquí, pero más simplificados y accesibles que en el resto. Ya que, sobre todo, quiere ser una aventura que atraiga al público que nunca ha probado esta clase de videojuego por su alta dificultad.
Como añadido principal tenemos la mecánica de los caparazones. Al ir desnudo, Krill, encontrará decenas de objetos por el escenario que usará de concha, desde latas, tapones, botellas de vino, campanas… hasta algunos que son referencias a otros juegos como Among Us o Cult of the Lamb. Los combates contra bosses son retadores y originales. Aunque, a medida que avanzaba la aventura, mi personaje llegaba a ser tan fuerte que derrotarlos no me costaba más de dos intentos. De un par de golpes les bajaba la mitad de la vida. Salvo a uno de ellos que me costó bastante, hasta que me di cuenta de que tenía un objeto en el inventario que anulaba gran parte del daño que hacía.
El apartado que más me ha gustado es la ambientación. Cada escenario está minuciosamente cuidado a nivel de detalles. Ves todo tipo de basura que han dejado los humanos esparcida por el fondo del océano, utilizada para crear un muy buen diseño de niveles, con muchos lugares escondidos que explorar y buena recompensa para el jugador que lo haga.
Por los escenarios te podrás encontrar enemigos normales, que reaparecen al entrar en una concha lunar, y, bosses opcionales, que te darán buena cantidad de microplásticos y algún objeto especial. Entre los que se encuentran: las reliquias que permiten mejorar tu tenedor en el herrero, polizones que serán mejoras pasivas que tendrás mientras tengas un caparazón equipado, cristales morados que usarás para mejorar a Krill en un árbol de habilidades que te dará acceso, entre otras habilidades, al parry, del cual he abusado durante todo el juego porque es realmente fácil de atinar y te permite contraatacar con mucha fuerza.
Siguiendo con el diseño de niveles, tenemos una zona bastante amplia en la que perderse. La cual da a otras algo más cerradas pero con muchos recovecos que tendrán diferentes biomas que darán una vuelta de rosca al diseño artístico. Ir por el océano en la vida real debe ser una experiencia sobrecogedora y muy silenciosa. En este caso, no lo es. Debido a una agradable banda sonora, que te acompañará durante las caminatas en las que vas explorando. Aunque, a veces, desaparece de manera repentina y no vuelve hasta pasado un tiempo. Una pena, porque los temas de este juego me ponen de muy buen humor.
Por sacarle un poco de punta, me ha parecido que la aventura va un poco de menos a más. Aunque, puede ser más apreciación personal al ver que los niveles finales tienden más a la oscuridad. Cosa que, viendo la historia, es normal. Sin embargo, me parecen menos inspirados, siendo más planos y feos. La movilidad del personaje por estos escenarios se mantiene genial. El gancho ayuda a atravesar los niveles mucho más rápido y también te sirve de arma ofensiva. El poder nadar durante unos instantes antes de caer al suelo también te saca de bastantes aprietos y te permite surcar las profundidades con mucha libertad. Hay algunos bugs que afean el resultado final. La compañía está sacando parches a la velocidad de la luz, por lo que intuyo que, la mayoría, quedarán solucionados.
Con todo, Another Crab’s Treasure me parece una entrada ideal al género Souls. Mantiene las principales virtudes del mismo, pero reduciéndole dificultad y complejidad, y dotando de un carisma especial al mundo, personajes y diálogos, haciendo del conjunto una aventura muy simpática y que entra muy fresca ahora que se acerca el verano.
8
