El padre y rey de los Souls ha vuelto para reafirmarse
Nunca he sido gran fan del género Souls, hasta dar con Dark Souls 3. Aquel título me enseñó a cómo afrontar este tipo de juegos, a rodar, ver patrones de jefes y a que es mejor huir de los enemigos pequeños a enfrentarlos cada vez que respawneas. El primero que completé fue Bloodborne y he de decir que no fue una experiencia que me encandilara. No me apetecía jugar y, aunque avanzase con cierta facilidad, su mundo tan opresivo me rechazaba constantemente.
Poco a poco he ido asimilando y disfrutando cada vez más de estos mundos y ahora soy un fan más de los millones que hay ahora mismo. FromSoftware ha pasado de ser una compañía que hacía juegos para un nicho muy concreto, a vender 25 millones de copias en su último título. Y es que, aunque Elden Ring me pasó por encima, mi juego favorito de la compañía sigue siendo Sekiro: Shadows Die Twice. Aquel baile de parrys me parece de las experiencias más gratificantes que he tenido nunca en un videojuego.
Centrémonos en Elden Ring. Antes he dicho que me pasó por encima, y es que aquel inmenso mundo donde cada paso que dabas significaba descubrimiento es una vivencia que solo Zelda: Breath of the Wild y su secuela Tears of the Kingdom pueden igualar. Que te soltaran en el Necrolimbo y de un solo vistazo al horizonte vieses, que todo lo que tus ojos alcanzaran era explorable, ya te daba a entender que ibas a estar ahí horas y horas recorriendo las Tierras Intermedias. Porque ese es el gran valor de Elden Ring, la exploración. Claro que los combates contra jefes siguen siendo espectaculares y te ponen al límite de una capacidad como jugador. Sin embargo, los momentos que te desencajan la mandíbula vienen tras entrar en una zona opcional gigante que se ocultaba tras una estatua o en descubrir cámaras ocultas en grandes castillos.
Es ahora, más de dos años después de su salida, cuando Miyazaki y su equipo, nos traen más de 25 horas de contenido de todo lo bueno que nos apasionó en el juego base. Volver tras tanto tiempo a un juego tan exigente como este, complica un poco el asunto en las primeras horas. No saber ni cómo se abre el mapa hace que hasta los enemigos más débiles de este DLC te puedan explicar un poco cómo funciona la película. Comencé la aventura en nivel 150 y con una build con Uchigatana y escudo de tortuga, la cual acabé cambiando en el segundo jefe del juego. Me decanté por ir con Uchigatana y Ríos de sangre, con mucha destreza y arcano para infligir el máximo daño de sangrado. Y es a partir de ahí cuando empecé a disfrutar del combate.
Y es que el combate sigue teniendo las mismas virtudes. Un montón de opciones de personalizar el personaje, haciendo que cada uno juegue de una forma diferente. Esto es algo que puede gustar mucho, aunque a mí el tema de la personalización no es algo que me apasione. Quizás por eso le tengo tanto cariño a Sekiro y su única arma, la katana. Los enfrentamientos contra enemigos normales siguen siendo anodinos, alguno que otro de las mazmorras principales te puede poner en aprietos, pero el resto caen de manera sencilla. Es en el combate contra jefes, donde Elden Ring sigue brillando como siempre.
En Shadow of Erdtree no han escatimado en batallas contra bosses. Hay cerca de 80 jefes nuevos, sumando principales, opcionales y menores, siendo algunos de ellos de los mejores combates de todo FromSoftware. Apenas hay jefes que se repitan en las mazmorras secundarias, como sí que pasaba en Elden Ring, por lo que cada uno te dará una experiencia intensa diferente. Es verdad que la dificultad ha aumentado bastante respecto al original. Donde en aquel eran la mayoría un paseo a la mínima que subieras de nivel a tu personaje, sacando algunos como Malenia, que sí te exigía lo máximo. Esto es algo habitual en todos los DLC de la compañía, así que no debería cogernos de nuevas.
Para tratar de bajar un poco la dificultad, el DLC cuenta con su propio sistema de subida de nivel. Aparte del nivel normal, que apenas se nota en niveles altos, existen dos tipos de nuevos objetos que servirán para mejorar tu personaje y tus invocaciones. El primero son los fragmentos de árbol umbrío, los puedes encontrar en diferentes zonas del extenso mapa y también en algunos enemigos específicos. Son 50 en total y podrás subir un total de 20 veces de nivel.
El otro son las cenizas de espíritu venerado, las cuales mejorarán tus invocaciones y a Torrentera, el cabrallo. Son 25 en total y te dejarán subir el nivel 10 veces. Estos dos tipos de objetos son imprescindibles si no quieres que cualquier jefe te mate prácticamente de un golpe. Además, desde el último parche han recibido una pequeña. Esto se debe a las quejas que estaban recibiendo de la comunidad, por la alta dificultad de muchos de los combates.
El mapa de esta nueva región, El Reino de las Sombras, es gigantesco. En un primer momento, me parecía que iba a ser mucho más pequeño viendo el mapa sin tener las ubicaciones aún señaladas. Sin embargo, a medida que exploras te das cuenta de que esconde zonas opcionales por todos lados. El camino principal te lo puedes completar, yendo directo, en unas 10-12 horas si no te atascas en exceso en los jefes. Misión muy complicada, ya que si solo vas a los jefes de historia, significa que no habrás cogido muchos fragmentos de árbol umbrío y tu nivel estará muy bajo.
Aquí lo recomendable es perderse. Los mejores momentos que he tenido en este DLC son, sin duda, a lomos de Torrentera. Un ejemplo es el estar en una zona del mapa donde parece no haber mucho más que una explanada y darte cuenta de que hay todo un mundo subterráneo enorme que te acaba llevando a uno de los combates más difíciles de todo el juego. Encontrar las numerosas mazmorras secundarias, enfrentarte a increíbles jefes opcionales o simplemente contemplar los preciosos escenarios que se encuentran fuera del camino principal.
Explorar el Reino de las Sombras es todo una gozada. Artísticamente, es de lo más bonito que ha hecho nunca FromSoftware. Siempre se han caracterizado por hacer mundos oscuros y depresivos; sin embargo, aquí hay zonas muy luminosas y con una paleta de colores que parece sacada de otra franquicia. Alterna grandes mazmorras oscuras, con niebla y la luna encima, con campos de flores brillantes y grandes explanadas llenas de fauna y preciosa vegetación. Es un DLC muy rico en escenarios, tanto por lo visual como en diseño de niveles. Esto último se explota, como nunca antes, en unas enormes mazmorras con mil recovecos donde perderse un buen rato. Alguna de ellas está al nivel de las grandes de la saga Dark Souls. Esto demuestra que el mundo abierto no le resta complejidad a sus niveles principales.
Aunque a nivel visual sea precioso, los gráficos siguen siendo algo justos para un juego de nueva generación. Obviamente, no se ve mal, pero algunas texturas y modelados podrían estar a más nivel con todo lo que ha crecido el estudio. Además, el rendimiento del juego con una RTX 3080 y un Ryzen 7 3700x se resiente a veces en algunos puntos del mapa y en combates contra jefes con muchos efectos. Sin embargo, la mayoría del tiempo se juega perfectamente y no se convierte en un lastre.
Obviamente, en este DLC se añaden numerosos tipos de armas y equipamiento nuevos. Desde puños para golpear cuál monje, garras para combatir como una bestia o hasta botellas de perfume explosivo. Esto provoca que cada dos por tres tengas el gusanillo de probar nuevas builds, lo que da mucha riqueza a todo el combate. También existen nuevos encantamientos, hechizos e invocaciones, para dar aún más personalización a tu Sinluz.
La historia está algo mejor narrada que en anteriores ocasiones, aunque me ha decepcionado la falta de una cinemática inicial y de alguna más antes del comienzo de batalla contra ciertos bosses. Aun así, las pocas que hay son espectaculares y dan una épica única a los combates. Hay nuevos NPCS que tendrán misiones secundarias. Como siempre, se tratan de una cadena de recados más o menos rebuscados que hacen necesario el uso de guías para no perdérselas. Me han parecido que son personajes bastante interesantes y que para todos aquellos que quieran expandir el lore, son tareas bastante recomendables.
La banda sonora sigue siendo magistral. Hay canciones contra bosses que ya solo por escucharlas en bucle querrás pegarte el tiempo que haga falta. En los momentos de exploración se adapta perfectamente al entorno en el que estemos y a la situación del mismo, si estamos en combate o simplemente explorando. Es un juego que no solo brilla en lo jugable, sino que todo su apartado artístico es de pieza de museo y la música no es menos.
Parecería mentira, pero FromSoftware ha conseguido que Elden Ring siga sorprendiendo. El mapa es una clase magistral de cómo hacer un mundo creíble, perfectamente cohesionado, con constantes cambios de biomas y repleto de secretos por metro cuadrado. Un preciso diseño de niveles, que brilla aún más en unas mazmorras principales y secundarias, donde echan el resto. Con una apabullante creatividad en el diseño de jefes, siendo algunos de ellos de los mejores combates que ha hecho la compañía en toda su historia. Las nuevas armas y equipo le darán un giro de tuerca a lo ya conocido, instándote a estar constantemente en plena redefinición de tu Sinluz. Es un más y mejor de algo que ya era insuperable. La reafirmación de que FromSoftware no es solo el padre del género Souls, sino el único rey legítimo al que nadie se atreve a destronar.
9.25
Muy buena crítica. A mí me costó muchísimo pasármelo