Crítica de Eriksholm: The Stolen Dream (PC) – Una joya del sigilo narrativo

Cuando sí se nota que un estudio es de veteranos

Eriksholm: The Stolen Dream es el primer título de River End Games, estudio ubicado en Suecia y fundado en 2020. Lo forman 18 personas, en su mayoría veteranas, algo que se nota desde el primer vistazo que le echas al título, ya sea en tráilers, imágenes o directamente jugando. Muchos de ellos provienen de EA tras participar en títulos como Battlefield 2 MC, Need for Speed o Mirror’s Edge, aunque también los hay de otras compañías que han desarrollado juegos como Little Nightmares 1 & 2 o Metal: Hellsinger.

Es por esto por lo que me cuesta denominar este proyecto como uno indie. Está más cerca de un doble A, por su pulido acabado técnico, así como por su precio de salida de 40 € en todas las plataformas en las que ha sido lanzado (PC, Playstation 5 y Xbox Series X/S).

Lo importante es utilizar bien tus recursos, algo que River End Games borda en este primer proyecto. Sacan mucho partido a dos tecnologías que explican su brillante apartado visual: Unreal Engine 5 como motor gráfico y MetaHuman para las animaciones faciales en las cinemáticas. El primero luce en sus grandes y detallados escenarios, mientras que el segundo es lo que más sorprende de todas las escenas de video, que son tan buenas, que podrían ser de cualquier triple A que sale hoy en día en el mercado.

Adelanto desde ya que Eriksholm: The Stolen Dream es una de las grandes sorpresas del año. Un videojuego que ha llegado con poco ruido, aunque esperamos que el boca a boca ayude a que se dé a conocer para que tengamos una segunda parte o un nuevo proyecto de un estudio que ha demostrado un enorme potencial en su primer videojuego.

Una historia de revolución y compañerismo

Entré a Eriksholm: The Stolen Dream por su historia, pues lo primero que vi fueron fragmentos de unas cinemáticas con una calidad técnica a la que pocos estudios logran llegar. Y no erré el tiro, pues es de lo mejor que tiene el juego, tanto en la forma de presentar su trama como por lo que quiere contar.

Se ambienta en la ciudad ficticia de Eriksholm, inspirada en la elegante Escandinavia de principios del siglo XX. Allí viven los huérfanos Herman y Hanna hasta que un día, el hermano pequeño desaparece y nuestro objetivo será encontrarle mientras somos perseguidos por todos los guardias de la ciudad. Ha robado algo y no sabemos qué es y tampoco por qué ha desaparecido. Se plantea un misterio que atrapa desde el primer minuto, aunque es a mitad de juego donde se pone realmente interesante.

Una trama que me ha recordado mucho a lo que vimos en la saga A plague Tale, pues vivimos escondidos mientras buscamos a nuestro hermano y conocemos más del mundo que nos rodea. Incluso hay una peste que acecha también esta ciudad, llamada “del corazón”, capaz de acabar con cualquier humano en apenas días. Poco a poco veremos que no todo es lo que parece y que las ansias de revolución contra la tiranía impulsará la segunda mitad, mucho más brillante.

Para ello, hacen falta aliados, y es ahí donde entra el factor más humano del juego. La relación de Hanna con los otros dos personajes controlables, Alva, líder de un gremio de ladrones, y Sebastian, un humilde trabajador, es el hilo conductor de toda la trama. Nuestra protagonista quiere hacerlo todo sola, hasta tal punto que creo que se excede en la enorme autoconfianza que tiene, por lo que sus amigos serán vitales para conducirla por el buen camino. Son personajes reales y bien escritos.

Su narrativa no solo se basa en cinemáticas, pues en las poco más de ocho horas que he tardado en completarlo, hay apenas 23 minutos de las mismas. Están colocadas en los momentos más importantes de la historia, dotando de gran emoción a escenas muy impactantes. Fuera de ellas, la aventura sigue desarrollándose a través de múltiples diálogos y cinemáticas in-game, que aunque no son tan espectaculares como las otras, dotan de buen dinamismo y hacen avanzar, sin cansar, la historia.

Eriksholm, una ciudad preciosa y variada

Como hemos comentado antes, su apartado técnico está sustentado en Unreal Engine 5, lo que permite sacar todo el provecho de su cámara isométrica. Una vista en la que siempre hay un elemento que ha de destacar por encima del resto: los escenarios. Son un deleite en lo artístico: grandes exteriores e interiores repletos de detalles, una iluminación idílica de día y envolvente por la noche y una cantidad y variedad de ellos que evitan toda sensación de hastío. Lo hemos jugado en PC y no nos hemos encontrado con ningún problema de rendimiento o bug. Está muy pulido.

La ciudad se siente viva en gran parte por unos NPC que se comportan de manera muy humana. Ves a la gente hacer su vida normal, algunos incluso te hablan si no son guardias, los movimientos de estos últimos también son muy realistas, dando ciertas vueltas y charlando con sus compañeros. Hay muchos diálogos de fondo, el diseño de sonido es muy inmersivo y la banda sonora se escucha ligeramente de fondo, aunque sabe apretar en los momentos más intensos.

Es una ambientación muy inmersiva que te mete de lleno en su mundo mientras estás jugando, algo que me parece difícil de conseguir cuando la cámara está tan alejada de nuestro personaje.

Existen ciertos caminos secundarios que esconden los dos tipos de secretos del juego: las notas y los coleccionables. Son el principal reclamo del título para su rejugabilidad y exploración. No son excesivamente difíciles de conseguir, pues brillan a lo lejos y las pequeñas bifurcaciones son sencillas de apreciar. Aun así, me he acabado dejando unos cinco en total. Por suerte, se pueden repetir capítulos en secciones concretas de los mismos para buscar los que nos falten. Son interesantes, con pequeños textos que aportan aún más al lore del juego.

Un juego de sigilo muy accesible en constante reinvención

Nunca me han gustado los juegos de sigilo. Es una mecánica que no he conseguido disfrutar, salvo en muy contadas ocasiones. Tener que estar quieto varios segundos para avanzar dos metros y otra vez a plantarse como un cactus otros tantos segundos, es algo que no está en mis genes pasarlo bien con ello. Es por eso que le doy un valor gigante a Eriksholm: The Stolen Dream por haberme entretenido desde el primer hasta el último minuto con un juego exclusivamente de sigilo táctico.

Sus mecánicas son muy sencillas de primeras: esconderse detrás de coberturas para que no te vean los guardias, mover algunas palancas para mover plataformas y ocultarse tras ellas y realizar algún sencillo puzle con grúas. Poco a poco, vamos teniendo más posibilidades: recibimos una cerbatana con la que dormir a los enemigos, se agregan nuevos personajes con sus propias habilidades, como lanzar piedras para distraer o nadar para acceder a nuevos lugares.

Es ahí donde el juego se vuelve adictivo, cuando tenemos la posibilidad de usar a tres personajes al mismo tiempo. No se vuelve en ningún momento complicado de más, pues cuenta con un sistema de puntos de control muy generoso. Prácticamente cualquier acción que nos haga avanzar, aunque sea acabar con un guardia, se queda guardada para que, si nos pillan, volvamos a esa misma posición. El juego no busca que te frustres, quiere que avances sin demasiados problemas y eso es algo que he agradecido enormemente.

Los objetivos van variando entre capítulos, incluso dentro de los mismos. Por ejemplo, hay una misión en la que debemos hacer que tres personas distintas pidan vino para que un guarda active un teleférico para pedir más vino y nosotros colarnos en él. U otra en la que debemos seguir unos conductos para activar la palanca que abra una puerta de las cloacas.

Es un título muy variado para las pocas mecánicas que tiene, algo que favorece a tener una interfaz completamente limpia. Las habilidades de los tres personajes combinan genial, llegando momentos en los que tenemos que utilizar todas al mismo tiempo para acabar con los enemigos más fuertes.

La recta final es espectacular a todos los niveles: la trama acelera y se revelan los últimos misterios, las mecánicas jugables son explotadas al máximo y los últimos escenarios tienen un diseño delicioso. Deja un sabor de boca fantástico que solo nos hace desear que tengamos una nueva entrega en el futuro.

Conclusión

Eriksholm: The Stolen Dream es uno de esos juegos que llegan de repente sin conocer mucho de ellos y te ganan desde el primer momento en que los pruebas. Está desarrollado por el nuevo estudio River End Games, formado por apenas 18 personas, en su mayoría veteranos de la industria. Es un videojuego indie, aunque su calidad le acerca más a un doble A, pues cuenta con un apartado técnico y artístico impresionante, sustentado en Unreal Engine 5.

Las cinemáticas son de primer nivel, con unas animaciones faciales y actuaciones que te meten de lleno en su mundo, personajes e historia. Una que se desarrolla a fuego lento en la primera mitad, mientras controlamos a Hanna en la búsqueda de su hermano Herman a través de la preciosa, pero opresora ciudad de Eriksholm. Se plantean varios misterios muy interesantes de primeras para explotar en una segunda parte y una recta final más centradas en la revolución y el compañerismo con otros que sufren las decisiones de los más poderosos.

Es un videojuego de sigilo táctico con vista isométrica, pero que estas palabras no os asusten si no estáis familiarizados con ellas. Es muy accesible, tanto, que alguien como yo que detesta este género, he acabado enganchado a unas mecánicas sencillas pero muy bien aprovechadas. Los puntos de control son muy generosos y los puzles son sencillos. Los enemigos tampoco son demasiado inteligentes, aunque tienen algunos comportamientos muy humanos que aportan realismo. La experiencia se enriquece notablemente al controlar a los tres protagonistas, cuyas habilidades complementarias exigen coordinación y cierta estrategia.

En sus ocho horas de duración, la aventura destaca por su variedad visual y jugable. Cada capítulo ofrece algo nuevo, evitando la repetición y manteniendo siempre el interés. Eso, tratándose de un juego de sigilo, es digno de aplauso.

Una prueba más de que importa más el buen hacer, cariño y dedicación que le insufles al proyecto por encima del presupuesto o enormes cantidades de personal. A veces, con muy poco se pueden sacar juegos de una calidad tan alta como este Eriksholm: The Stolen Dream. Desde hoy, mi juego de sigilo favorito.

* Hemos podido completar el juego gracias a un clave de prensa para steam proporcionada por Nordcurrent Labs a través de Keymailer.