Crítica de Little Kitty Big City

Un gatuno sandbox que casi siempre cae de pie.

Tras el éxito del videojuego Stray en 2022, una aventura en la que controlabas a un gato en un mundo ciberpunk, una pregunta me rondó la cabeza; ¿Cómo a nadie antes se le había ocurrido hacer un juego sobre controlar a un gato? Es probablemente el animal que más viral se hace en internet y parecía una apuesta segura hacer un simulador del mismo. Por otro lado, se han creado numerosos simuladores de otras especies animales. Encontramos el juego del ganso, Untitled Goose Game, Goat Simulator, el simulador de la cabra y hasta uno de controlar una abeja, Bee Simulator. Ahora nos llega Little Kitty Big City, un simulador gatuno que busca una experiencia distinta a lo que pudo ofrecer Stray, acercándolo más a lo que pudieron mostrar los títulos antes mencionados.

El juego comienza con nuestro gatete cayendo desde la terraza de su piso, que se encuentra en lo más alto del bloque. Iniciando el objetivo principal, para terminar la aventura, de volver a casa sano y salvo. Para ello tendremos que encontrar cuatro pescados para comérnoslos y tener suficiente energía para trepar por unas zarzas cada vez más altas. Esta clave para volver a nuestro hogar nos la da un cuervo que comienza exigiendo 25 objetos brillantes, lo que viene siendo la moneda del juego, la cual encontraremos explorando todos los rincones del escenario. Una vez obtengas esa cantidad, podrás trepar las primeras zarzas que harán que la pequeña zona del principio, que sirve como tutorial, se expanda a toda la ciudad, donde comienza el verdadero sandbox.

Gatete trepando por zarzas

El control puede ser algo incómodo al principio, es bastante rígido y los saltos que puedes realizar son cortos. No dejas de ser un gato y a diferencia de Stray, donde los saltos se hacían de manera automática al acercarse a la plataforma donde querías saltar, aquí puedes mantener pulsado el botón y apuntar el lugar exacto donde caer. Esto permite una mayor flexibilidad a la hora de elegir por donde moverte. Algunos saltos son imprecisos y te puede llegar a frustrar si te caes de una altura muy elevada. Esto se debe a que no hay daño por caída y te tocaría volver a trepar todo de nuevo. Aun así, a medida que avanzas te vas haciendo con el control del felino. Sabiendo donde puedes y donde no saltar, haciendo que el juego fluya para realizar las múltiples tareas que nos vamos encontrando.

Y es aquí donde está la chicha de verdad, en la exploración y en la lista de tareas secundarias a realizar. Te encontrarás con un máximo de 15 animales con los que hablar, los cuales te darán pequeñas sub misiones que desbloquearán sombreros para nuestro minino. Desde frutas y verduras hasta gorros de bruja y de vaquero, todo por el bien de hacer a nuestro minino el más mono del barrio. Algunos ejemplos de estas tareas son encontrar los cuatro hijos perdidos de un pato por toda la ciudad, encontrar a un camaleón que se cree invisible, pero no paras de verle en todo tipo de lugares o llevarle plumas a un tanuki para que te desbloquee las alcantarillas y así tener viaje rápido entre ellas.

A las actividades de los animales se suman otras de escenario. Entre ellas están; meter balones de colores en sus respectivas porterías, meterse en cubos de basura para encontrar objetos brillantes y así comprar más sombreros en distintas máquinas de bolas repartidas por las calles, o echarse la siesta en distintos lugares que brillan con la luz del sol. Todos estos pequeños estímulos están perfectamente colocados por la ciudad. Haciendo que tengas algo que hacer a cada paso, convirtiendo los paseos a cuatro patas en algo muy satisfactorio. Esto provoca que durante las 2 o 3 horas que dura, dependiendo de las tareas secundarias que realices, estés con una sonrisa en la boca.

En conclusión, la experiencia que tienes con Little Kitty Big City es de un juego relajante. No busca nada más que hacer que pases un buen rato paseando con un travieso felino, dejándote libertad para hacer lo que quieras. Hasta molestar a los humanos tirándolos al suelo para posteriormente robarles el móvil. Aunque tenga sus problemillas con el control, estoy seguro de a poco que te gusten los gatos y busques un juego sin pretensiones, pero que te entretenga durante unas pocas horas, esta opción es purrrfecta.

Autor

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Jaime Sánchez García.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Piensa Solutions que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.