Nostalgia superheroica
Hay películas a las que tienes un cariño especial y te cuesta distinguir si son realmente buenas o te lo parecen por el momento en que las viste. Aprovechando que próximamente tendrán una nueva versión para el MCU, he revisitado una de las películas que más nostalgia me trae en cuanto a cine de superhéroes se refiere. Lo es junto a la maravillosa trilogía del Spider-Man de Sam Raimi y es que, para los nacidos en el 90 (98 en este caso), fueron una bendición aquellas películas que traían a alguno de los mejores superhéroes a la gran pantalla. Sin embargo, echando un ojo a las calificaciones de prensa y público, veo que la opinión general es muy distinta a la que tenía yo en su momento.
No puedo imaginar la cantidad de veces que la vi en su momento, cada vez que la ponían en la televisión, aquel mini Jaime de menos de 10 años no podía quitar la vista de la pantalla mientras degustaba su exquisito sándwich de Nocilla. Tanto, que recuerdo perfectamente la ilusión con la que fui a alquilar su segunda parte en nuestro videoclub de confianza. Aunque el recuerdo que tengo de aquella película con Silver Surfer como gran invitado, no es tan bueno como el de la que tenemos hoy entre manos. Pero esa crítica no es la que toca hoy.
Para añadir un poco más de buenos recuerdos, esta misma película tuvo una adaptación a videojuego para PS2 que disfruté mucho en su momento. Si giro la vista hacia mis tres torres de juegos de la consola, puedo ver como me llama para echar una partida con él. Tenía cooperativo a 2 jugadores, algo que nos permitía a mi hermano y a mí convertirnos en cualquiera de los cuatro carismáticos protagonistas. Cogía la premisa original de la película, aunque se inventaba gran parte de los acontecimientos, añadiendo multitud de nuevos enemigos y localizaciones. Fue desarrollado por 7 Studios y publicado por Activision. No tuvo una gran acogida en prensa y público, aunque yo le guardo bastante cariño, y eso que nunca lo completé.
Con todo esto en mi cabeza, vengo a hablar de los cuatro fantásticos de 2005 tras haberla visto en 2024. ¿Habrá mejorado como el buen vino o, por el contrario, se me ha caído como la casa de paja de los 3 cerditos? Veamos pues.
Un origen espacial
El origen del poder en los superhéroes es un momento siempre especial para aquellos que conocen al personaje por primera vez. Nunca olvidaré la picadura de la araña a Peter Parker, el experimento de supersoldado en Steve Rogers o el accidente que cegó a Daredevil. En este caso, tenemos un imprevisto con nubes de energía cósmica. No es el más recordado, pero es una buena forma de dar habilidades únicas hasta a cinco personas al mismo tiempo.
Todo comienza con Reed Richards (Ioan Gruffudd), un genio de la física pero con poco éxito en lo económico, que descubre que unas nubes cósmicas capaces de evolucionar al ser humano pasarán por el espacio cercano a La Tierra próximamente. Su noble intención es utilizarlas para curar enfermedades y alargar la vida humana. Para ello tendrá que pedir ayuda financiera a su compañero universitario Victor Von Doom (Julian McMahon), quien acepta pero implicándose directamente en el experimento.
En esta misión participarán, además: Sue Storm (Jessica Alba), expareja de Reed, su irresponsable hermano menor Johnny Storm (Chris Evans) que trabajaba como subordinado del último integrante, Ben Grimm (Michael Chiklis) en la Nasa, pero que aquí será al revés, lo que será el inicio de una oleada de bromas que no cederá hasta el final de la película. Desde estos primeros instantes podemos ver claramente la personalidad de cada uno y la relación que tienen entre ellos. El cast de los cuatro protagonistas encaja perfectamente en los personajes, dando momentos muy divertidos desde el principio.
La misión parece que será completada con éxito cuando, de repente, las nubes llegan antes de lo que predijo Reed Richards. Esto sucede mientras Ben está realizando trabajos en el exterior de la nave como astronauta, lo que provoca que sus otros tres compañeros salgan de la zona segura para salvarle. Víctor podría haber parado todo, pero la idea de perder dinero tontamente le detuvo completamente. Como no podía ser de otra manera, la nube acaba alcanzando a todos, Víctor incluido. Es una escena que me gusta bastante, sobre todo viendo cómo la nube afecta de manera distinta a cada uno. Por ejemplo: se aprecia cómo estira la cabeza de Reed, prende a Jhonny o invisibiliza a Sue. Son detalles que, aunque el CGI no haya envejecido del todo bien, suman para saber el porqué todos tienen poderes diferentes.
Tras esto, todos despiertan en La Tierra mientras son puestos en cuarentena para analizar las secuelas del accidente. Poco a poco todos irán viendo cambios en ellos mismos. A Reed le saldrán unas pequeñas canas en los laterales de la cabeza, Jhonny casi rompe el termómetro de la temperatura corporal a la que está o a Víctor le aparece una primera cicatriz en la cara. Que sea progresivo hace que tengas cada vez más ganas de que tengan los poderes y verles en plena acción. Algo que no tardará mucho más, puesto que veremos a Reed por fin estirarse para coger una botella, a Sue hacerse invisible en esa misma cena con Reed, a Jhonny prender en llamas mientras esquía o a Ben transformarse definitivamente en La Cosa.
En menos de media hora de película ya tienes a todos con sus poderes, sabes qué relación tienen entre ellos y el villano va aumentando su ira al ver a sus accionistas perderle la fe. Con esto podemos dar pie al segundo acto, los conflictos superheroicos.
Dar marcha atrás
Todos obtienen poderes, pero no cambian físicamente, salvo Ben. De hecho, prenderse en llamas y volar, poder estirar cualquier parte de tu cuerpo, o hacerte invisible y crear campos de fuerza, son poderes muy molones que cualquiera de nosotros querría tener. Sin embargo, convertirte en un armario empotrado hecho de piedras, tanto por fuera como por dentro, no es tan agradable de primeras. Por mucha fuerza y resistencia que tengas, ese aspecto monstruoso te complicará la vida desde el minuto uno. Es justo lo que le pasa a Ben, quien queda con su mujer, Debbie, y esta, al ver su aspecto actual, sale corriendo y temerosa. Aun así, por muy feo que sea ahora, esa señora no se merece al cacho de pan que es Ben. No le da ni una mísera oportunidad sabiendo todo lo que está sufriendo.
Posteriormente, tendremos el primer acto heroico del grupo. Ben reflexiona sobre lo que le sucede en lo alto del puente de Brooklyn, mientras una paloma le caga encima. Entonces, ve a un hombre que intenta suicidarse. Al tratar de evitarlo, provoca que esta caiga al puente, lo que provocará un accidente en cadena que los 4 Fantásticos tendrán que evitar. Cada uno usando sus poderes para salvar a todas las personas allí presentes, consiguen que nadie salga herido y acaban vitoreados por el público. Es su primera aparición pública y la que será la semilla de la idea de ser un grupo de superhéroes. Esta buena y divertida escena de acción, termina con Debbie soltando su anillo. Por fin, Ben se librará del verdadero monstruo de la relación.
Aunque Jhonny esté encantadísimo con su nueva vida y la prensa y público les vea como unos héroes, Reed reunirá al grupo en su laboratorio dentro del edificio Baxter para hacer pruebas y tratar de revertir los poderes. Todos estarán en cuarentena y tendrán que convivir los unos con los otros. Esta es mi parte favorita de la película. Veremos las múltiples bromas de Jhonny a Ben, la creciente tensión amorosa entre Sue y Reed y múltiples situaciones cómicas causadas por los poderes de cada uno de ellos. Es casi como una sitcom, algo que me encantaría ver con este grupo de personajes.
Una irresponsabilidad de Jhonny, como salir a participar en un concurso de motoristas, provocará la ira de Ben, quien le mandará a Parla de un puñetazo. Las tensiones en el grupo comienzan, naciendo siempre del dúo Ben-Jhonny, polos tan opuestos acaban incendiando todo. Ben acabará en un bar donde conocerá a su futura pareja, una artista ciega llamada Alicia Masters, quien será vital para aceptarse con su nuevo aspecto definitivamente. Por otro lado, Sue y Reed tienen una cita en el cine donde aclaran su relación. Volverán a ser una parejita feliz tras mucho tiempo.
Un villano que no está a la altura de sí mismo
El Doctor Muerte es uno de los villanos más aterradores y con más presencia de todo el universo Marvel. Sin embargo, a día de hoy no tenemos una gran versión del mismo en pantalla. Tanto el de esta película, como el da la innombrable de 2015, son burdas representaciones que no hacen honor al personaje de los cómics. Aquí tenemos a Julian McMahon interpretando a Victor Von Doom. Los papeles más reseñables de este actor son este mismo y Cole Turner en Embrujadas. No es un gran actor y aquí lo demuestra con creces. Se pasa toda la película con una cara de amargado que no se quita en ningún momento, no tiene carisma alguno e impone menos que una patata al sol.
Aquí vemos su origen durante toda la película. Es dueño de Industrias von Doom, una empresa que perderá a sus accionariados a causa del fracaso de la misión espacial. Esto irá cabreando a un Víctor que comenzará a asesinar a todo aquel que se ponga en su camino. Entre ellos, al dueño del banco que retira su oferta pública o al médico que tiene la idea de contar lo que le ocurre a Víctor, ya que puede ser una amenaza. Los poderes que tiene son los de dominar la energía eléctrica gracias a que se está transformando en un ser de metal orgánico muy resistente. Al ver como todo su imperio se está derrumbando, jura vengarse de Reed al estar convencido de que todo esto ha ocurrido por su culpa.
Su plan para acabar con Los 4 Fantásticos pasa por devolver la forma humana a Ben, ya que lo ve como la gran amenaza. Pero no sin antes crear una pequeña guerra civil en el grupo, poniendo a Ben contra Reed por no poder completar la máquina que les devuelva la humanidad. Esto hace que Reed no duerma por completar su obra, una que acaba quedando incompleta por falta de energía. Esto lo descubre Víctor, quien mete a Ben en la máquina y le aplica su gran poder eléctrico para hacer que finalmente funcione. Su objetivo está conseguido, se ha quitado de encima al integrante más fuerte de Los 4 Fantásticos.
Con las piezas sobre la mesa, comienza la gran batalla entre Doctor Doom y Los 4 Fantásticos.
Es la hora de las tortas
Víctor captura a un Reed muy debilitado tras haber probado su máquina consigo mismo y no dar los resultados que esperaba. Su intención no es otra que congelarle para poder romperle en mil cachitos. Sue decide acudir a su rescate aprovechando la invisibilidad, algo que acaba resultando inútil por lo poco sigilosa que acaba siendo. Mientra tanto, Jhonny está atrayendo un misil teledirigido hacia el mar para que no hiera a nadie. Parece que el Dr. Muerte tiene las de ganar, sin embargo, Ben acude al edificio Baxter para volver a meterse en la máquina y transformarse en La Cosa de nuevo.
Con estas, se enfrenta en el cara a cara al Dr. Muerte en las calles de Nueva York, lo que da tiempo al resto del grupo a recuperarse para poder entrar en la batalla. Todos se reúnen y da comienzo un despliegue de tortas de un lado y otro. Es muy espectacular la forma de coordinar sus poderes entre todos. Mr. Fantástico le consigue atrapar, Jhonny crea una Supernova y Sue la contiene con un campo de fuerza. Después, Ben rompe una boca de incendios y le escupe el agua a un Víctor que queda completamente solidificado.
No es el final más épico de la historia de los superheroes, aunque es divertido y ver cómo cada uno tiene su momentito de brillar, lo hace al menos digno. Aunque el villano sea bastante soso y su demostración de poder no son más que cuatro chispitas, la escena en sí cumple con su cometido. Por cierto, aquí ya tienen todos sus trajes oficiales, que no son otros que los que llevaron en la misión espacial pero con el símbolo del 4 en el pecho (salvo la cosa que solo lleva pantalón así que lo tiene ahí). Son simples pero los encuentro bastante decentes, con el clásico color azul, se asemejan a los que tienen en los cómics.
Final feliz para los 4F, que lo celebran en un crucero por todo lo alto como verdaderas estrellas de Rock. Reed cesará de buscar una cura para lo que les sucede, abrazando todos los poderes que ahora atesoran, incluído Ben. Antes de finalizar la cinta, vemos una escena en un carguero que nos hace saber que Víctor no está muerto y que volverá en la secuela lanzada en 2007.
Conclusión
Es una película que no ha perdido nada de la diversión que me ofrecía hace casi 20 años, aunque ahora le veo muchas más flaquezas, sigue siendo un lugar seguro gracias a unos personajes entrañables y divertidos. Sé que a veces son muy caricaturescos, el guion es simple como una aceituna sin hueso y el villano hace que tengas ganas de apagar la televisión cada vez que sale. Sin embargo, las situaciones cómicas entre ellos, la gran caracterización de La Cosa y unos efectos visuales que no están nada mal, hacen que las cerca de 2 horas que dura se me pasen volando.
Soy consciente de que se pueden hacer unos 4F mucho mejores, por eso tengo mucha fe puesta en el próximo proyecto dentro de Marvel Studios. Aun así, este imperfecto grupo siempre tendrá el honor de haber sido quien me diese a conocer a la primera familia. De hecho, son 20 años en los que si pienso en estos personajes, esta película se aparece en mi cabeza. Son los primeros héroes de la historia de Marvel y merecen un recorrido mucho mayor en el cine, algo que deseo que comience con muy buen pie en julio de 2025.
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