La muerte y todas sus aristas
Nunca he llegado a conectar al completo con la saga Persona. Si bien es verdad que mis únicas experiencias han sido Persona 5 Royal y Persona 5 Strikers. Con ambos juegos he tenido una experiencia similar a la tercera entrega. Comienzo con ganas, disfrutando de cada combate, conversación y vínculo social. Sin embargo, al ser juegos tan largos la sensación de monotonía aumenta cuando el contador de horas llega cotas muy elevadas. No deja de ser una saga centrada en el día a día, y como en la vida misma, la rutina puede hacer mella en algún punto. Aun así, tengo la sensación de que este juego me ha entrado bastante mejor que la quinta entrega y voy a tratar de explicar el porqué.
Para empezar, Persona 3 Reload es un Remake de Shin Megami Tensei: Persona 3, título lanzado en 2006 para PS2. Más tarde Atlus creó Persona 3 Portable para PSP que incluía la expansión de Persona 3 FES y un remozado gráfico y jugable. Esta versión se relanzó en 2023 para Switch, PS4, PC, Xbox One, Xbox Series X/S con traducción en castellano incluida, algo que Atlus no comenzó a incluir hasta Persona 5 Royal. Con esto vemos que esta nueva entrega es la tercera y parece que esta vez sí, la definitiva. Aunque hay que decir que hasta septiembre con la salida del DLC Episode Aigis, que se vende por separado, no estará realmente completa.
La historia comienza con nuestro protagonista, al que pondremos nombre nosotros, descubriendo la Hora Oscura. Durante esta hora, la mayoría de humanos quedan encerrados en tumbas y solo unos pocos son capaces de transitar de manera normal durante este tiempo. Al acabar, los individuos que estaban en tumbas despiertan y para ellos la sensación es de que no ha ocurrido nada. El protagonista, al que daré el nombre que ha tenido en mi partida, Sánchez, entra en la Hora Oscura, donde las sombras acechan. Ahí aprende a invocar a su primera Persona de una manera muy peculiar en esta entrega. Para hacerlo, hay que dispararse un tiro en la sien. Sí, tal cual. Con esto ya se deja a las claras que Persona 3 es un juego mucho más oscuro que lo que pudo ser Persona 5.

Tras introducirte mínimamente en la parte más de combate, el juego opta por presentarte a los primeros compañeros de aventuras. Estos son Yukari, Kirijo, Junpei y Akihiko. Una lista que irá en aumento a medida que avancemos en la historia. Vivirás con ellos en una residencia y entrarás en el SEES (Sociedad Extraescolar de Ejecución de Sombras) al ver que tienes la capacidad, igual que ellos, de deambular por la Hora Oscura. A partir de aquí el juego te dará libertad para gastar los días de cada mes de la forma que quieras.
Durante el día toca socializar. Tienes a tu disposición una gran cantidad de personas de todo tipo para interactuar con ellas y conocerlas mejor. Estas estarán localizadas tanto en el instituto en el que estudias, como en el resto de la ciudad. Cada una corresponde a un arcano diferente de una baraja de tarot. Puedes subir el nivel de cada vínculo hasta el 10, lo que te dará mucha experiencia cuando fusiones a una Persona de ese arcano.
Si eres muy completista y quieres tener todos los vínculos al máximo antes de acabar el juego, vas a tener que escoger la respuesta idónea en todos los diálogos. Si tienes algún fallo te puedes olvidar de maxearlos todos. Esto en mi opinión es un pequeño fallo, ya que sin guía es muy muy difícil acertar todas las respuestas. Esto se debe a que varias son muy aleatorias y no se te ocurriría nunca que fuese justo esa la solución. Aun así, cuando más se disfruta el juego es aceptando la libertad que te da y dejándote llevar por donde tú creas que es el mejor camino. Estar todo el rato mirando las soluciones le quita mucha naturalidad al día a día.

Durante la noche toca Rock and Roll. El instituto se convierte en una torre kilométricamente alta con más de 200 plantas en su interior. A esta torre se la conoce como Torre del Tártaro y es uno de los elementos más discordantes de todo el juego. Cada una de las plantas se crea de forma procedural, es decir, no están diseñadas a mano como si lo estuvieran las mazmorras de Persona 3. En ellas encontrarás enemigos débiles y algunos fuertes, cofres del tesoro, objetos brillantes y de vez en cuando una puerta Monad. Cada cierto número de plantas habrá un combate contra un enemigo más poderoso, a modo de Mini-Jefes. Te preguntarás si es posible hacerse todas las plantas en los primeros días, la respuesta es no. Cada X número de plantas habrá un bloqueo que solo se abrirá cuando avances el día de luna llena de cada mes.
En los días de luna llena es cuando la trama avanza de verdad, se nos van contando revelaciones y los mejores combates se suceden. Es un bucle jugable muy adictivo. Haces los vínculos del día, por la noche entras al Tártaro o tienes conversaciones con algunas Personas nocturnas, cada 30 días tienes evento especial y te enfrentas a grandes jefes finales. Todo esto no se sostendría por sí solo si fallase lo que es, para mí, uno de sus grandes pilares. El magnífico sistema de combate RPG por turnos que atesora.
Sánchez tiene a su disposición la capacidad de tener un alto número de personas en su poder, mientras que sus compañeros solo tienen una. A esto se le da cierta explicación argumental que no revelaremos aquí. Esto puede recordar mucho a Pokémon o cualquier juego en el que llevemos a varias criaturas para combatir con ellas. Este sistema, que tiene su base en las debilidades elementales y físicas, tiene una alta capacidad de personalización. Esto es, en gran parte, gracia a la fusión de personas. En la habitación Terciopelo, algo clásico en la saga, podrás obtener Personas muy poderosas a través de la fusión de 2 o más criaturas. Si consigues un equipo equilibrado donde puedas adaptarte a cualquier debilidad del enemigo, la victoria está asegurada.

Tus otros compañeros también son fundamentales en la batalla y una buena composición para abarcar el máximo de debilidades posibles es clave. Yo utilicé al mismo prácticamente durante toda la aventura y no necesité probar al resto. Algo que no me ha acabado de convencer es que hay un momento que entran casi de golpe varios compañeros y ni te enteras casi de que se han añadido. Me ha faltado más introducción a cada nueva unión, ya que le resta fuerza, aunque poco a poco los irás conociendo mejor a todos gracias a las actividades secundarias que puedes hacer con ellos. Cada uno tiene una personalidad muy marcada, aunque hay alguno que noto muy similar a otros de Persona 5.
Como ya he mencionado antes, este es un juego bastante oscuro. Todo gira alrededor de la muerte y cómo cada uno de los personajes la afronta de un modo u otro. Por si no era evidente el hecho de tener que dispararte para invocar a las Personas y los humanos se metan en tumbas durante la Hora Oscura. La mayoría de vínculos sociales están relacionados con la pérdida. Tratas de ayudarles a seguir su camino aunque lo estén pasando mal por decenas de motivos diferentes.
Son historias duras que se sienten tremendamente reales. Esto no es Yakuza donde apartas la seriedad de la trama principal y vas a divertirte en el contenido secundario. Aquí todo el mundo sufre por algo, pero la mayoría consigue salir adelante de una forma u otra. Aun así conserva algunos momentos divertidos y alegres, tampoco es un juego que te haga sentir mal, ni mucho menos. La sensación de camaradería sigue existiendo y conocer a todas las personas que hay dentro es su gran virtud para perpetuar en tu memoria.

Artísticamente es una delicia. Empezando por unos menús por los que da gusto navegar, con unas transiciones y estética que dotan de mucha originalidad y estilo a todo el conjunto. Esto está acompañado con unos gráficos rehechos en esta versión, asemejándose mucho a lo ya visto en Persona 5. No es un portento técnico, pero no le hace falta para ser un juego visualmente precioso y con unos diseños de personajes, Personas y escenarios cuidados al mínimo detalle.
Todo este maravilloso conjunto visual es acompañado con una de las mejores bandas sonoras de la historia de los videojuegos. Así, tal cual. Las más de 60 canciones acompañan cada momento de forma sublime. Las canciones del día a día son tranquilas y te relajan para estar leyendo con un ritmo suave de fondo. En combate se desata, con varios temazos que se te meten en la cabeza por varios días y dotan de un enfrentamiento simple en algo adrenalínico y divertido.
Agradezco que esta entrega no se vaya a mucho más de las 50 horas. Entiendo que son juegos que tienen que llevar su tiempo para dotar de profundidad a los personajes y a la trama, la cual se cuece a fuego demasiado lento para mi gusto. El hecho de que tengas que pensar en qué gastar el tiempo de cada día, le da cierto grado de estrategia, haciendo que quieras seguir para avanzar en todos los frentes que tienes abiertos.

La aventura no se me ha acabado haciendo larga, en gran parte por lo divertido del sistema de combate, pero también porque la duración no se le va de las manos, haciendo que no haya ratos vacíos y estés constantemente haciendo actividades interesantes. Otro motivo es que los diálogos no caen en conversaciones inútiles, son diálogos más cortos y al grano, provocando que no haya algunas escenas que se alarguen hasta la extenuación.
En conclusión, Persona 3 Reload me parece un magnífico JRPG. Con un arte que supura estilo por todos sus poros, un combate adictivo y tremendamente personalizable, unos personajes con mucho carisma y una historia algo lenta pero bastante interesante en la recta final. Por contra, la Torre del Tártaro acaba haciéndose tediosa, los niveles acaban siendo iguales y estás deseando llegar al final de cada bloque de pisos para dejarla atrás y pasar a lo importante. Sega y Atlus están en un momento inmejorable y ojalá siga así en el futuro, aunque deberían cambiar algunas políticas externas de monetización. El siguiente juego que tienen entre manos es Metaphor: ReFantazio y esperemos que siga con la misma línea que les ha llevado a este merecido estatus.