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Crítica de Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra (2003): una oda sublime al mar y un canto a la libertad

Yo ho, yo ho, un gran pirata soy

Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra o, en su título original, Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl es una película de acción, fantasía y aventuras sobre la mar. Se estrenó el 28 de junio de 2003 y cuenta con una duración de dos horas y veintitrés minutos. Es la primera de la franquicia de un total de cinco películas y una hipotética, aunque bastante dudosa, sexta entrega. Fue sucedida por Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto (Pirates of the Caribbean: Dead Man’s Chest) en 2006 y por Piratas del Caribe: En el fin del mundo (Pirates of the Caribbean: At World’s End) en 2007, que completan la trilogía original.

La cinta de Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra se inspira directamente en la atracción de Piratas del Caribe o Pirates of the Caribbean de los parques de Disneyland. Si os interesa, podéis acceder a este enlace para leer nuestra experiencia en Disneyland París. No todas las atracciones de Piratas del Caribe son exactamente iguales. Comparten similitudes y difieren en otros aspectos. Yo puedo dar fe de que la de Disneyland París es impresionante, además de mi favorita. Desde la tematización del exterior, hasta el aroma a marea y embarcación que te sobrecoge cuando desciendes las escaleras.

Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra fue dirigida por Gore Verbinski, que estuvo al frente de la trilogía original de Piratas del Caribe. También es conocido por haber dirigido La señal (The Ring) en 2002, El Llanero Solitario (The Lone Ranger) en 2013 y La cura del bienestar (A cure for wellness) en 2017. La película fue producida por Jerry Bruckheimer y guionizada por Stuart Beattie, Ted Elliot y Terry Rossio. La música y la banda sonora fueron compuestas por Klaus Badelt y por Hans Zimmer, que también estuvo involucrado en las partes 1 y 2 de Dune, 12 años de esclavitud (12 Years a Slave), Batman Begins de Nolan y El espantatiburones (Shark Tale).

La primera entrega de Piratas del Caribe fue distribuida por The Walt Disney Company y producida por Walt Disney Pictures y Jerry Bruckheimer Films. Fue la primera película de Walt Disney Pictures en contar con una clasificación para mayores de trece años. Lo cual es lógico si observamos la violencia de determinadas escenas, la imprescindible presencia del ron en la vida de un pirata y el desarrollo del romance entre Will Turner y Elizabeth Swann. Principalmente, creo que es bueno que Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra no esté enfocada a un público tan infantil, ya que es una película que retrata a la perfección que los piratas no son buenas personas.

En un principio, no se esperaba gran cosa de la película. Contó con un presupuesto de 140.000 dólares y recaudó unos 650.000, que es una completa locura. Piratas del Caribe funcionó muy bien entre la audiencia. Y, menos mal que lo hizo, porque nos ha brindado una saga de tres películas inolvidables, dos de carácter más mediocre, pero apreciables y una banda sonora que se reproduce en mi mente cada vez que oigo hablar de piratas. Ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que he visto las tres primeras películas, pero deben rondar la decena.

La auténtica estrella de Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra y de toda la franquicia realmente es Jack Sparrow (Johnny Depp). Johnny Depp es un rostro entrañable y controversial en los últimos años, además de uno de mis actores favoritos. Ha protagonizado películas como Eduardo Manostijeras (Edward Scissorhands), Charlie y la fábrica de chocolate (Charlie and the Chocolate Factory) y la versión de Tim Burton de Alicia en el país de las maravillas (Alice in Wonderland). En general, Johnny Depp ha trabajado mucho con Tim Burton. Sin embargo, opino que su papel más reconocido es el del infame pirata Jack Sparrow.

Disney tuvo la maravillosa idea de expulsar a Johnny Depp de Piratas del Caribe en 2018 por las acusaciones de violencia doméstica que hizo su exesposa, Amber Heard. Esta fue la misma razón por la que Warner echó al actor de Animales Fantásticos, donde interpretaba a Gellert Grindelwald. Fue reemplazado por Mads Mikkelsen. En 2022, se celebró el juicio por el caso de Johnny Depp y Amber Heard y Depp resultó inocente. Ese momento fue sumamente satisfactorio para mí.

Pienso que Disney debe estar dándose cabezazos contra la pared por haber perdido a uno de sus mayores íconos y fuentes de dinero por unas simples acusaciones (que resultaron ser falsas). Johnny declaró que no volvería a Disney ni por 300 millones de dólares y un millón de alpacas. Promesa que, parte de mí, espera que cumpla, ya que la manera en que Disney le trató fue muy injusta y, por otro lado, me gustaría volver a ver a Jack Sparrow en esa hipotética «Piratas del Caribe 6» con el retorno de Orlando Bloom y Keira Knightley.

Análisis de la trama de Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra

Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra comienza con el viaje de Inglaterra a Port Royal del gobernador, Weatherby Swann (Jonathan Pryce), su hija de doce años, Elizabeth Swann (Lucinda Dryzek), el comodoro, James Norrington (Jack Davenport) y su tripulación. Se encuentran flotando sobre un trozo de madera en mitad del océano a un niño, que resulta ser Will Turner (Dylan Smith). Le rescatan y le suben a bordo. Después, se topan con una embarcación devastada y en llamas. Deducen que se habrá producido una explosión en la santabárbara y el Sr. Joshamee Gibbs (Kevin R. McNally) aventura que ha podido ser obra de piratas.

La teoría del Sr. Gibbs se confirma cuando Elizabeth descubre que el niño lleva un medallón dorado con una calavera engastada. La joven esconde el colgante con intención de proteger a Will Turner, ya que sabe que su destino será la horca. En la lontananza divisa un navío de velas negras con la bandera pirata ondeando en el mástil. A la pequeña Elizabeth le fascinan las historias de piratas, sus aventuras y canciones. En contraposición e irónicamente, el Sr. Gibbs parece detestar la piratería.

Varios años después y ya en la comodidad de su fortaleza en Port Royal, una Elizabeth Swann adulta (Keira Knightley) oculta el medallón en un doble fondo del cajón de su mesita de noche. Toma la decisión de ponérselo y ocultarlo bajo su vestido. El gobernador envía a las doncellas para que vistan a Elizabeth con «la última moda de Londres», que consiste en un imposiblemente apretado corsé, para la ceremonia de ascenso de capitán a comodoro de James Norrington, quien alberga un afecto especial por Elizabeth.

Las doncellas visten a Elizabeth Swann con el vestido que le ha regalado el gobernador.
Escena en la que Elizabeth expresa que «las mujeres de Londres deben haber aprendido a no respirar» por la fuerza con la que las doncellas le atan el corsé.

Will Turner (Orlando Bloom) visita el palacio del gobernador para entregarle la espada que había encargado para Norrington. El que fuera un niño a la deriva en el mar se ha convertido en un herrero con bastante talento. Elizabeth se alegra mucho de volver a ver a Will y le pide que la llame por su nombre, en vez de Señorita Swann. Desde el primer instante en que aparecen juntos en pantalla, es evidente que entre ambos existe una química y una conexión particular.

El más fiero, astuto y traidor de los piratas llega a Port Royal sobre una barca que se está yendo a pique. Sinceramente, creo que esta es una de las escenas más icónicas. Jack Sparrow (Johnny Depp) pone los pies en suelo portuario cuando la embarcación está terminando de hundirse.

Jack se pasea por el puerto de Port Royal y se dedica a ojear barcos. Discute con dos guardias, que parecen bastante estúpidos, sobre qué nave es mejor. Ellos defienden al Interceptor, un barco de la marina real, mientras que Sparrow menciona la velocidad y magnificencia de la Perla Negra. Uno de los guardias dice haber visto un navío de velas negras, pero sin las almas en pena y el malvado capitán.

A su vez, la ceremonia de ascenso de Norrington ha comenzado. Todos le observan con orgullo y el comodoro recibe con mucho honor su título y su espada. Elizabeth se siente ahogada por la moda de Londres y se abanica el rostro con la esperanza de que el aire llene su cavidad pulmonar. El comodoro James Norrington decide que es el mejor momento para expresar sus sentimientos y conversar de matrimonio con Elizabeth Swann. Ella, que se está ahogando por culpa del corsé, cae por un acantilado al mar.

Jack, al ver que nadie se lanza a rescatarla, se quita sus efectos personales y salta al agua. Claro que, para otras cosas, ya es demasiado tarde. El medallón de Elizabeth ya ha alertado a los mares de su presencia y a los tripulantes de la Perla Negra de su ubicación. El pirata la saca del fondo del mar y le desabrocha el corsé para que pueda respirar. Jack repara en el medallón de la mujer. Los guardias salen como balas de cañón y les rodean, apuntando a Sparrow con sus espadas.

Jack Sparrow rescata a Elizabeth Swann de las profundidades del mar.
Jack Sparrow no es precisamente un buen samaritano. Pero, rescatar a Elizabeth, le cuesta llamar la atención de toda la guardia real.

La hija del gobernador intercede por Jack, ya que le ha salvado la vida. El comodoro descubre el brazo de Jack y observa una marca que es un recordatorio de un altercado con la Compañía de las Indias Orientales. James le reconoce como el Capitán Jack Sparrow y Weatherby Swann ordena que le manden a la horca. Le quitan todas sus posesiones, entre ellas una brújula rota que no señala al norte.

Jack utiliza a Elizabeth como escudo para que le devuelvan sus pertenencias y le quiten las cadenas. Se marcha diciendo su mítica frase; «siempre recordaréis este día como el día en que casi atrapáis al Capitán Jack Sparrow». Avanza por las calles de Port Royal mientras la guardia real le pisa los talones y se cuela en la forja para buscar el modo de romper las cadenas que le mantienen inutilizado. Se enzarza en un enfrentamiento de espada con Will Turner. Will, que es el herrero, un considerable detractor de los piratas y bastante habilidoso con la espada, vence.

El dueño de la herrería le rompe una botella a Jack en la cabeza y lo deja inconsciente. La Marina Real apresa a Jack y le encierran en la prisión, donde un perro sarnoso y peludo custodia las llaves. El resto de prisioneros intentan llamar la atención del animal para que se acerque a ellos y poder arrebatarle las llaves. Jack les advierte de que es inútil.

Un aire extraño invade Port Royal. Will Turner continúa trabajando con sus espadas y Elizabeth conversa con su doncella de la petición de matrimonio del comodoro y no parece muy entusiasmada. El gobernador y Norrington pasean por el muelle, cuando una bala de cañón pasa rozándoles el hombro. Desde su celda, Jack reconoce el fuego de artillería de la Perla Negra. Los piratas descienden en manada del navío y provocan el caos en las calles. Un grupo de ellos, incluyendo a Ragetti (Mackenzie Crook) y Pintel (Lee Arenberg), se adentran en la mansión del gobernador en busca del medallón que atesora Elizabeth. Ragetti tiene un ojo de madera y Pintel un cráneo de proporciones descomunales.

Los piratas Ragetti y Pintel intentan robar el medallón de Elizabeth Swann.
Ragetti y Pintel se acuerdan de que existe un código de la conducta pirata cuando Elizabeth lo menciona.

Elizabeth, que es una mujer de armas tomar, golpea a Pintel con el brasero y deja caer las brasas sobre el rostro de Ragetti. Sugiere a la doncella que se esconda y escapa. Los piratas encuentran a Elizabeth y ella invoca el parlamento, que es una norma del código pirata impuesto por Morgan y Bartholomew que obliga a llevar al prisionero frente al capitán sin herirle.

Will Turner, que está defendiendo las calles como puede, observa como los piratas se llevan a su amada Elizabeth. Uno de ellos le golpea con un objeto contundente en la cabeza y Will cae inconsciente. Al mismo tiempo, una bala de cañón impacta contra los muros de la prisión y todos los presos, menos Jack, pueden huir. Jack Sparrow utiliza un hueso para sobornar al perro, pero no lo consigue. El pirata Twigg (Ralph P. Martin) y su compañero encuentran a Jack. Cuando la luz de la luna ilumina las extremidades de Twigg, Jack se da cuenta de que la maldición que pesa sobre ellos es real.

Elizabeth Swann es llevada a bordo de la Perla Negra frente al Capitán Hector Barbossa (Geoffrey Rush). La prisionera pretende negociar el fin de las hostilidades contra Port Royal. Petición a la que Barbossa se niega. Elizabeth hace amago de arrojar el medallón por la borda y, aunque inicialmente la tripulación intenta comportarse con indiferencia, cuando el oro se escurre entre los dedos de Elizabeth se asustan.

El Capitán Hector Barbossa conoce a Elizabeth Swann, que se presenta como Elizabeth Turner.
Barbossa se sorprende de que Elizabeth recordase haber visto la Perla Negra ocho años atrás en su viaje desde Inglaterra.

Barbossa pregunta a Elizabeth cuál es su nombre. Ella miente y dice ser Elizabeth Turner, una doncella en casa del gobernador. Sin saberlo, les proporciona una identidad que es de sumo valor para los piratas y también la razón por la que no van a permitir que regrese a su cómoda vida en Port Royal. Al oír el apellido Turner, Pintel menciona a Bill el Botas.

Barbossa se interesa por averiguar de dónde ha sacado el medallón y le propone un pacto; a cambio del colgante, zarparán lejos de Port Royal y no volverán. Elizabeth confía y cumple su parte del trato, pero el capitán ordena que leven anclas y cesen el fuego. Elizabeth le recrimina que cumpla su parte del acuerdo. Barbossa, que tiene lo mismo de astuto que de recio pirata, argumenta que el regreso de la señorita a tierra no estaba entre las condiciones del trato y que para poder aplicar o recurrir al código de los piratas es necesario ser un pirata, cosa que Elizabeth no es.

A la mañana siguiente, Will despierta y acude a alertar a James Norrington de que han raptado a Elizabeth. Uno de los guardias menciona que Jack Sparrow habló de la Perla Negra y Will sugiere que hagan un pacto con él para llegar hasta Elizabeth. El comodoro se niega con la válida excusa de que los piratas dejaron a Sparrow atrás y que, por tanto, no es uno de los suyos. James intenta poner a Will en su sitio, pero Turner posee la voluntad y la desesperación de un hombre enamorado y no pretende quedarse de brazos cruzados.

Will Turner busca a la única persona que puede ayudarle, Jack Sparrow. Jack explica que la Perla Negra echa el amarre en la Isla de Muerta, un lugar que solo son capaces de encontrar los que ya han estado allí. Will propone sacar a Jack de la celda a cambio de que le conduzca hasta la Perla y Elizabeth. El pirata, que también está familiarizado con el apellido Turner, accede.

Jack Sparrow y William Turner forman equipo para escapar de Port Royal.
El amor de William por Elizabeth es tan grande que es capaz de convertirse en lo que más odia solo para rescatarla.

Juntos, recuperan los efectos personales de Jack y planean requisar, que no robar, un barco. En una escena de lo más cómica, emplean un bote del revés para sumergirse en el océano sin ser vistos y conservar una burbuja de aire para poder respirar. Ambos trepan a bordo de la embarcación y expulsan a los tripulantes, que con aire socarrón y divertido les advierten de que ese barco no puede ser tripulado solo por dos hombres.

Sin embargo, no contaban con la astucia de Jack. La Marina Real se aproxima a bordo de otro navío completamente aprovisionado y listo para zarpar en un largo viaje. Los soldados lanzan cabos y saltan a la otra embarcación para capturar a Sparrow y Turner. En un movimiento brillante, William y Jack se lanzan al navío de la guardia real y cortan las cuerdas. Para cuando el comodoro se percata, el pirata y el herrero están al timón del Interceptor. La Marina Real no puede virar para emplear los cañones, ya que Jack ha bloqueado la cadena del timón.

Una vez en alta mar, William relata que de niño vivía en Inglaterra, pero que, tras la muerte de su madre, embarcó en busca de su padre. Will, que no es menos inteligente y avispado que Jack, se da cuenta de que el pirata solo accedió a ayudarle al escuchar su apellido.

Jack admite que conoció al padre de Will bajo el nombre de William Turner y que, más tarde, solo sería reconocido por el apodo de Bill el Botas. Según Jack, el padre de Will era un buen hombre y pirata. Will defiende que su padre era un marino mercante y un hombre de ley. Jack insiste en que Bill el Botas era un pirata y hace hincapié en que por las venas de Will corre sangre pirata.

Ponen rumbo a la Isla de Tortuga, donde planean reclutar una tripulación. El primero en ser reclutado es el Sr. Gibbs, que está borracho como una cuba y durmiendo con los cerdos. Se adentran en la taberna. Los cuchillos, las balas y los improperios vuelan en todas direcciones. Jack explica que van tras la Perla Negra y Barbossa. En cuanto menciona que su compañero es Will Turner, hijo de Bill el Botas, Gibbs cambia de parecer y en su rostro se dibuja una sonrisa optimista. Se compromete a conseguir una tripulación.

El Sr. Gibbs es despertado por Jack Sparrow y Will Turner.
Esta imagen sucia y harapienta del Sr. Gibbs contrasta con la del oficial impoluto que llegó a Port Royal hace ocho años con el gobernador.

La Perla Negra, con sus velas negras y raídas y su sirena en el casco, avanza por las aguas. Ragetti y Pintel informan a Elizabeth de que va a cenar con el capitán Barbossa. Presentan un banquete espectacular y Elizabeth, que está sumamente hambrienta, come como no lo haría una dama refinada y educada de la corte. Cuando ya ha ingerido más alimento del apropiado y Barbossa le ofrece una copa de vino y una manzana (esto me recuerda a Blancanieves y los siete enanitos), Elizabeth se preocupa por que la comida esté envenenada.

Barbossa se burla de las sospechas de Elizabeth y dice que no tendría sentido matarla. El capitán procede a explicarle que el medallón pertenece a una de las ochocientas ochenta y dos piezas de oro azteca que le entregaron a Cortés en un arca de piedra. El tesoro tenía la función de frenar los asesinatos y matanzas de los ejércitos de Cortés, pero su codicia era equiparable a su carácter despiadado.

Razón por la cual el botín está manchado de sangre y maldito por los dioses paganos. Sobre el tesoro pesa una antigua maldición que condena a cualquier mortal que extraiga oro del arca a una vida maldita, a media vida, a estar vivo, pero sin estarlo para toda la eternidad.

Barbossa y su tripulación descubrieron el tesoro en la Isla de Muerta y se llevaron todas las piezas. Las malgastaron en bebida, mujeres y comida. Sin embargo, conforme más ingerían, consumían y derrochaban, menos saciados se sentían. La maldición les convirtió en muertos vivientes. Incapaces de morir, pero también incapaces de vivir. El único modo de anular la maldición es devolver el oro azteca a su arca y sellar la ofrenda con sangre. El plan es utilizar la última pieza, que estaba en posesión de Elizabeth, y su sangre, ya que piensan que es una Turner.

El verdadero aspecto de los muertos vivientes que tripulan la Perla Negra.
Elizabeth descubre la verdad sobre la tripulación de la Perla Negra. A la luz de la luna, muestran su verdadera apariencia.

La prometedora tripulación que el Sr. Gibbs ha reclutado para Jack se compone del Sr. Cotton (David Bailie), un hombre mudo que porta un loro, Ana María (Zoe Saldaña o nuestra querida Gamora en Guardianes de la galaxia del MCU), una mujer a la que Jack le robó el barco, Marty (Martin Klebba), un pirata enano y otros tantos hombres de los que no se menciona el nombre ni la profesión. El Sr. Gibbs alerta de que llevar a una mujer a bordo es de mal fario. Al igual que a su llegada desde Inglaterra creía que hablar de piratas atraía a los bucaneros.

El Interceptor navega a través de tormentas y olas gigantescas con rumbo a la Isla de Muerta. La tripulación se guía gracias a la brújula de Jack, que, como bien dice Will, parece estar rota. Gibbs explica que la brújula no indica el norte. La realidad es que la brújula apunta hacia el mayor anhelo de su portador. El Sr. Gibbs comparte un poco de la historia de Jack Sparrow con Will, ya que sus fechorías y hazañas previas a ser capitán de la Perla son desconocidas.

Los que hayáis visto Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto, sabréis que Davy Jones sacó a la Perla Negra de las profundidades para entregársela a Jack a cambio de cien años de servicio a bordo del Holandés Errante. Sin embargo, la condición de capitán de Jack Sparrow en la Perla Negra duró tres días. En cuanto Jack reveló el rumbo hacia la Isla de Muerta, Barbossa y el resto de piratas se amotinaron contra Jack.

Le abandonaron en una isla desierta con una pistola que contenía una sola bala. Según Jack, logró escapar de la isla atando con un lazo, fabricado a partir de pelo humano de su espalda, a un par de tortugas marinas. Todavía conserva la pistola con intención de emplear la bala para asesinar a Hector Barbossa.

Así, acaban llegando a la Isla de Muerta y divisando a la Perla Negra a lo lejos. Jack y Will desembarcan mientras que el resto de tripulantes permanecen en el Interceptor. Se ocultan y escuchan a Barbossa dar un discurso sobre el tesoro maldito de Cortés, castigos desproporcionados y piezas extraviadas. Jack le pide a Will que confíe en él y que se quede al margen, pero William Turner sabe que la palabra de un pirata no vale nada comparada con su ambición. Golpea a Jack con un remo en la cabeza y se dispone a rescatar a su amada.

Barbossa y Elizabeth Swann con el gran tesoro de Cortés en la Isla de Muerta.
El tesoro de Cortés en la Isla de Muerta. De espaldas Barbossa y Elizabeth, cuando los miembros de la Perla Negra planean sacrificar a Elizabeth para romper la maldición.

Barbossa le arranca el medallón del cuello a Elizabeth y le corta la palma de la mano para cerrar la ofrenda con sangre. Para comprobar si el pago por el agravio ha bastado para disipar la maldición, Barbossa dispara a Pintel en el pecho. Pintel no muere, así que la maldición continúa vigente. El capitán de la Perla Negra sacude a Elizabeth y le pregunta si su padre era William Turner. Ella lo niega con satisfacción y Barbossa insiste en averiguar dónde se encuentra el hijo de Turner que navegó desde Inglaterra hace ocho años. Es decir, Will.

William rescata a Elizabeth y se llevan el medallón. La tripulación de muertos vivientes discute con su capitán y propone degollar a Elizabeth para comprobar si con toda su sangre es suficiente para saldar la deuda. Al darse cuenta de que la mujer no está, los piratas rastrean el lugar en busca de Elizabeth Swann. En vez de encontrar a la dama, se topan con Jack Sparrow, que, con mucho esfuerzo, consigue decir la palabra parlamento para invocar el cumplimiento del código.

Will y Elizabeth llegan al Interceptor. Turner explica que Jack se ha quedado atrás y, según el código, deben partir. Jack Sparrow se las ve con Barbossa y negocia con él, ya que sabe que necesitan la sangre de William Turner y que harán cualquier cosa para romper la maldición. Elizabeth le devuelve el medallón a Will y él lo reconoce como un regalo de su padre.

Ella explica que lo cogió para protegerle, porque le daba miedo que fuera un pirata y sabía que, aunque solo fuese un niño, su destino habría sido la horca. William entiende que los muertos vivientes necesitaban su sangre y no la de Elizabeth, la sangre que descendía de la de su padre, la sangre de un pirata.

La Perla Negra persigue al Interceptor. A pesar de haber intentado alcanzar un buen acuerdo con Barbossa, Jack termina en el calabozo. Aquí podría discutirse que intenta proteger a Will o que busca sacar provecho de la situación y que la Perla alcance al Interceptor no le favorece, ya que pierde su moneda de cambio. La más probable es la segunda opción. El Interceptor trata de soltar lastre para perder a la Perla en unos bancos de arena. La Perla Negra saca los remos y los cañones, preparados para hundir al Interceptor.

Los tripulantes del Interceptor cargan los cañones con los pocos objetos útiles que les quedan. Elizabeth propone un plan un tanto alocado; el Interceptor echa el ancla y se encara con la Perla. A los gritos de «fuego» la munición vuela en todas direcciones. Una bola de cañón golpea la celda de Jack, liberándole. Will va en busca del medallón, pero el mono de Barbossa se le adelanta y Will queda atrapado en la bodega del barco que se está inundando. Jack regresa con su tripulación y va tras el mono. Barbossa recupera el medallón, rapta a la tripulación y vuela los restos del Interceptor.

William Turner se intercambia como rehén para salvar la vida de Elizabeth.
Will amenaza con quitarse la vida si Elizabeth resulta herida. A los piratas no les queda más remedio que ceder, ya que necesitan la sangre de un Turner.

Will, que ha logrado sobrevivir a la explosión, extorsiona a Barbossa para que libere a Elizabeth. Se apunta con la pistola al cuello y confiesa ser el hijo de Bill el Botas. Las únicas condiciones de Will para entregarse son que la tripulación no sufra daños y que suelten a Elizabeth. Barbossa cumple su parte del acuerdo con alguna trampa. Hace a Elizabeth caminar por la tabla y arrojarse al mar. Jack va detrás, ya que es prescindible para ellos y le odian bastante. Les abandonan en la misma isla en la que dejaron a Jack cuando se amotinaron.

Aquí descubrimos la verdad sobre cómo escapó Jack de la isla la primera vez y no fue amaestrando a tortugas marinas. Unos contrabandistas de ron escondían su alijo allí y Jack negoció con ellos para que le sacasen de la isla. Al caer la noche, Jack y Elizabeth se emborrachan y prenden una gran hoguera. Sin embargo, Elizabeth solo está fingiendo para dejar a Jack fuera de combate y quemar todas las provisiones de ron. Elizabeth pretende crear una señal para que los miembros de la Marina Real les rescaten. Jack solo se pregunta por qué no queda ron.

El gobernador en persona y varios soldados se presentan en la isla, apresan a Jack y se empeñan en regresar a Port Royal. Elizabeth insiste en que deben ir tras la Perla Negra para salvar a Will, prometiendo al comodoro que se casara con él si recuperan a Will con vida. James Norrington pone a Jack al timón para llegar a la Isla de Muerta.

Elizabeth se deshace del ron de los contrabandistas y Jack llora la pérdida de su licor favorito.
Elizabeth quema las provisiones de ron para crear una columna de humo que alerte a la Marina. Mientras tanto, el pobre Jack solo quiere saber por qué no queda ron.

Mientras tanto, a bordo de la Perla Negra, William Turner averigua que su padre le envió una pieza del tesoro de Cortés para torturar a la tripulación, ya que no estaba de acuerdo con el motín contra Jack y pensaba que merecían permanecer malditos. Barbossa y sus hombres dejaron a Bill el Botas a merced del mar y observaron cómo se hundía en ese abismo azul verdoso. Posteriormente, descifraron que la sangre de Bill Turner era necesaria para romper la maldición y se lamentaron por haberse desecho de él.

La Marina Real atraca en la Isla de Muerta. Elizabeth es encerrada en el camarote del capitán por consejo de Jack Sparrow al comodoro. Intenta advertirles de que los piratas son inmortales, pero no la prestan atención. Los mercenarios de la Perla Negra preparan a William Turner para ser sacrificado y recuperar su condición de humanos. Jack salva la vida de Will avisando a Barbossa de que, si le hiere, morirá, ya que la nave de su majestad, denominada el Impávido, está fondeada en el exterior de la cueva.

Jack Sparrow hace lo que mejor sabe hacer; jugar a dos bandas. Por un lado, acuerda con los soldados que hará salir a los piratas de las cuevas para que puedan acribillarles con los cañones de su flota. Por otro, negocia con Barbossa para que posponga el acabar con la maldición hasta derrotar a los hombres de Norrington y que le nombre capitán de la Perla. Jack promete que le entregará el diez por ciento de sus ganancias y le plantea la idea de presentarse a comodoro. Barbossa parece tentado y acepta la propuesta de Jack.

Los muertos vivientes trepan a bordo de el Impávido mientras Ragetti y Pintel crean una distracción disfrazándose de mujeres. Los marineros descubren el engaño y los disparos, los golpes y las espadas empiezan a volar por todas partes. La batalla se salda con víctimas del bando mortal y nos regala escenas tan cómicas como la del gobernador peleándose con un esqueleto por recuperar su peluca de aristócrata.

Elizabeth escapa por la ventana y toma un bote de remos. Se cuela en la Perla Negra, esquivando la vigilancia, y libera a la tripulación prisionera de Jack y Will. Trata de convencerlos para que la ayuden a rescatar a Will, pero la tripulación se escuda en que tienen la Perla Negra y en que Jack les debe una nave. Así que, abrazan la más antigua y noble tradición de los piratas y huyen. Dejan a Elizabeth sola en el mismo bote en el que llegó.

Jack traiciona a Barbossa y le lanza una espada a Will. Ambos se enzarzan en un combate. Jack intenta matar a Barbossa, pero, por razones evidentes, Barbossa no puede morir. El capitán inmortal de la Perla responde ensartando a Sparrow con su espada. Sin embargo, Jack se ha anticipado y tiene en las manos uno de los doblones de oro del tesoro de Cortés, formando parte de la maldición.

Barbossa no puede matar a Jack Sparrow, porque también padece la maldición del tesoro de la Isla de Muerta.
Jack Sparrow actúa con el ingenio que le caracteriza y se sirve de la maldición en el momento propicio.

La pelea continúa a bordo del Impávido y en el interior de las cavernas. Los soldados combaten con admirable valentía y coraje, considerando que sus adversarios son no muertos. Entre ellos están los recurrentes Murtogg (Giles New) y Mullroy (Angus Barnett), que también aparecen al principio de la cinta debatiendo sobre si el Interceptor es la nave más rápida del Caribe. No les pega mucho luchar contra corsarios, pero son rostros conocidos y bienvenidos.

Elizabeth entra en las cuevas y auxilia a Will. Jack zanja la pelea con Barbossa disparándole con la pistola que él le dio al abandonarle en la isla. Al mismo tiempo, Will retorna la última pieza del tesoro de Cortés embadurnada con su sangre al arca de piedra. La maldición se rompe. Las heridas de Barbossa son bastante graves. El hombre sonríe alegando sentir frío, algo que no ha sentido en más de diez años, y cae sobre el oro aparentemente muerto. Los piratas que estaban batallando contra la Marina Real vuelven a ser humanos y se rinden.

Jack sale esperanzado por recuperar su Perla, pero se encuentra con que su tripulación le ha traicionado. Sorprendentemente, no se enfada con ellos y entiende que han hecho lo que han estimado acertado. Will parece resignado ante la supuesta boda de Elizabeth y el comodoro y ella no podría estar más decepcionada, ya que a quien ama en realidad es a William Turner.

Los tres protagonistas son llevados de vuelta a Port Royal. Jack se enfrenta a la horca por todos sus delitos. Will toma la drástica decisión de ayudar a Jack y para ello pone en riesgo su futuro como ciudadano libre y exento de cargos criminales. Ante los atentos ojos del comodoro y del gobernador, le confiesa a Elizabeth el amor que siente por ella desde el día en que la conoció.

Elizabeth finge desmayarse para desviar la atención. Will y Jack combaten codo con codo, pero acaban rodeados por los soldados. Will se interpone entre Jack y el comodoro, asegurando que ya sabe cuál es su lugar y aceptando la piratería que corre por sus venas como parte de su ser. Elizabeth se sitúa junto a Will y James Norrington se cuestiona si es ahí donde reside el corazón de su prometida.

Elizabeth y Will se interponen entre la Marina Real y Jack Sparrow en Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra.
Una escena preciosa que habla de la hermandad, familiaridad y amistad entre piratas. Pueden ser los más traicioneros, avariciosos e interesados, pero también saben cuándo serlo.

A las órdenes del gobernador, los soldados bajan las armas. Jack Sparrow se aprovecha de los sentimentalismos para huir y se reúne con la tripulación de la Perla Negra, ocupando su cargo legítimo como capitán. Marchan rumbo al horizonte, hacia una nueva aventura. Por otra parte, el comodoro se retira como pretendiente y candidato para Elizabeth y respeta los sentimientos de la mujer a la que ama. El gobernador da el visto bueno a la relación de Will y su hija, a pesar de que William Turner no es más que un herrero. Aunque, Elizabeth Swann y nosotros bien sabemos que Will es un auténtico pirata.

Conclusión

Piratas del Caribe y la maldición de la Perla Negra se encuentra en un nivel inferior a las dos secuelas que completan la trilogía; Piratas del caribe: el cofre del hombre muerto y Piratas del Caribe: en el fin del mundo. La primera película nos presenta dos cosas imprescindibles para entender y encariñarse con el mundo de Piratas del Caribe, a Jack Sparrow y la Perla Negra. La Perla Negra puede ser solo una nave, un barco más como el Interceptor o el Impávido, pero representa mucho más que un navío de velas negras. Es la gran obsesión de Jack, ya que su mayor deseo es capitanear la Perla.

Hay otros dos personajes que están a la altura de Jack, tanto en protagonismo como en genialidad, y son Elizabeth Swann y William Turner. Lo que para mí más destaca de Elizabeth es su cabezonería, su fuerza de voluntad y su negativa a aceptar o conformarse con un destino que no quiere.

William Turner es un personaje igual de interesante. Empieza siendo un hombre noble, dedicado a la herrería, respetuoso y contrariado por cuestiones como la piratería y acaba aceptando el legado de su padre. Una de las cosas más duras que Will debe enfrentar es la ruptura de la imagen que guardaba de su padre. Will creía que Bill era un marino mercante. La realidad es que abandonó a su familia para hacerse pirata.

Podría pasarme horas hablando sobre lo que esta película significa para mí. La habré visto más de una decena de veces y no me canso de ella jamás. Me genera unas emociones y sensaciones que ninguna otra película ha podido igualar. En parte, creo que es por la magistral banda sonora. Pero, por otro lado, me transmite la libertad del mar, de una vida pirata sin bandera ni ley, ese aire aventurero y misterioso de partir hacia un lugar inexplorado y, sobre todo, la esencia de un personaje que intenta aferrarse a sus raíces y costumbres piratas y acaba siendo el más noble de todos, Jack Sparrow.

Francamente, Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra me ha hecho sospechar que en otra vida debí de ser pirata y de amar tanto los siete mares como Jack a su Perla. Volviendo a lo que nos atañe, recomendaría esta película a mi mejor amigo y a mi peor enemigo. Tiene más de veinte años y, a pesar de que muchas de sus escenas están ambientadas de noche, cuenta con unos efectos y partes elaboradas a ordenador bastante convincentes.

Los puntos más fuertes de la película son la personalidad de Jack Sparrow, el idílico romance entre Elizabeth y William, la caracterización de los piratas, desde el maquillaje hasta las actuaciones, las espectaculares batallas navales y, por último, la trama de la maldición por el tesoro de Cortés. Cabe destacar que lo que más me emocionó de la cinta no fue que Jack recuperase su Perla o que Barbossa pagase por sus actos, sino que William Turner aceptase su mitad pirata y que el gobernador pusiera la felicidad de su hija por encima del decoro, la nobleza y sus absurdas normas sobre lo que es y lo que no puede ser.

Lo Mejor:

  • ✅ Indudable e indiscutiblemente, la banda sonora compuesta por Hans Zimmer.
  • ✅ La magnética y ridícula personalidad de Jack Sparrow, que se extiende a las cuatro próximas películas.
  • ✅ La trama es sencilla, fácil de seguir y sin agujeros de guion.

Lo Peor:

  • ❌ La historia de amor de Will y Elizabeth no acapara mucho tiempo de pantalla.
  • ❌ Hector Barbossa merecía un poco de contexto y más protagonismo como villano.
  • ❌ Hubiera estado bien ver un flashback sobre el motín en la Perla Negra.

Autor

  • Avatar de Marina - Wanheda de Los 100

    Mi abuelo me compartió el amor por la escritura. Sus manos ancianas me enseñaron que para escribir hacen falta dos cosas; corazón y verdad. Ya lo dijo Stephen King: "escribe sobre lo que sabes que es cierto". Así, aprendí que la inspiración es el mayor regalo y maldición de un escritor. Hay dos cosas que vería y leería en bucle para el resto de mi vida y son; Harry Potter y Los 100.

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