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Portada de la crítica de Cassandra

Crítica: Cassandra – La razón por la que no me fío de la tecnología.

Cassandra es una propuesta muy reciente del catálogo de Netflix. Se estrenó el 6 de febrero de 2025 y, en la actualidad, adorna el Top 10 de las series más vistas. Si pincháis aquí, podréis acceder a nuestro propio Top 10 de las que, para nosotros, son las mejores series de Netflix. Se trata de una producción alemana. Una miniserie de seis episodios que rondan los 45-50 minutos de duración. Los capítulos que tiene son suficientes para relatar la historia que narra y darle un final decente, aun así se hace un poco corta y te quedas con ganas de más. Considerando como acaba, no creo que Cassandra tenga una segunda temporada. En parte me alegro de que sea así, porque la trama queda completamente zanjada a excepción del futuro de los personajes.

Se trata de un thriller con aspectos de drama y terror y un trasfondo de ciencia ficción. Su director es Benjamin Gutsche. Ha trabajado en otros proyectos como All you need y Arthur’s Law, donde aparece Michael Klammer, que interpreta uno de los papeles principales en Cassandra. Benjamin Gutsche era un nombre desconocido para mí. Me ha gustado mucho la originalidad y creatividad que ha volcado en Cassandra. El tema de una casa inteligente que intenta asesinarte o de una tecnología determinada que se vuelve en contra de su creador es bastante popular. Lo hemos visto tanto en series y películas como en dibujos animados. Sin embargo, en Cassandra tiene un toque particular, un factor más humano.

El aspecto anticuado y retro de la tecnología de los años setenta le da un aire especial. A mí, concretamente, me recuerda a Lost y a ese búnker que descubrieron John Locke y Boone en el que vivía encerrado Desmond Hume, interpretado por Henry Ian Cusick, pulsando una tecla para reiniciar la cuenta atrás. Hago un pequeño inciso para destacar que, Henry Ian Cusick, también interpretaba a mi querido Marcus Kane en Los 100. Dicho esto, volvemos con Cassandra. La estética, ambientación y decorados de los fragmentos de la serie que tienen lugar en los setenta me han conquistado. Al igual que el hecho de que una familia se mude a una casa con esas características y que, por extraño que sea, no se ha modernizado en los últimos cuarenta o cincuenta años.

La familia Prill

La serie empieza cuando la familia Prill se muda de Hamburgo a una casa en un pueblecito alemán, Neuburg. El primer vistazo a la vivienda impacta bastante. La casa es amplia, acogedora y parece congelada en el tiempo. El exterior está invadido por los árboles, la maleza y un césped que lleva años sin podarse, cosa de la que se queja Samira Prill. El espacio se puede definir, cuando menos, como extraño. Los muebles se encuentran tapados por sábanas blancas y los electrodomésticos son los mismos que empleaban los propietarios en la década de los setenta, dándole a la casa un aire todavía más retro, vintage y antiguo. Aunque, me pregunto si es realista que un horno o una nevera sean funcionales cincuenta años después. Pero, como apartado estético, favorece mucho tanto a la presencia de la serie como al encanto de la casa.

Cassandra jugando a ¿Quién es quién? con la familia Prill al completo.
Cassandra jugando a ¿Quién es quién? con la familia Prill al completo. /Netflix.

Los Prill tienen sus propios fantasmas. Se han mudado a un lugar completamente distinto de lo que estaban acostumbrados para empezar desde cero y, por qué no, también para huir. En su anterior hogar vivieron una tragedia y una pesadilla que les persigue hasta el momento presente. Resulta que, Samira Prill, la madre de la unidad familiar, tenía una hermana con problemas mentales y una enfermedad delicada. Kathleen (Neshe Demir) estaba atravesando un período complicado y Samira decidió que lo mejor para ella era que se mudase a su apartamento para cuidarla y vigilarla de cerca. La situación no acabó bien. Kathleen sucumbió a los delirios de su enfermedad y se ahorcó. Fue Juno, la hija pequeña de Samira y sobrina de Kathleen, quien descubrió el cadáver de su tía.

Así que, podemos decir que los Prill ya han tenido su dosis de infortunios y desgracias. No necesitan más catástrofes. Solo un nuevo comienzo y algo de paz para poder reconstruir su familia. Sin embargo, como todo personaje que empieza una historia con el propósito de encontrarse a sí mismo o de comenzar una nueva vida, se topan con problemas y obstáculos imprevistos. La vivienda recién adquirida parece el lugar idóneo para que vuelvan a ser una familia unida. A continuación, vamos a conocer uno por uno a los cuatro miembros que forman la familia Prill.

Samira Prill

Samira Prill (Mina Tander) es, con diferencia, quien más ha sufrido y sufrirá a lo largo de la serie. La mejor definición que se le puede implantar a su personaje es la de madre coraje. Se trata de una mujer fuerte, valiente, independiente y sumamente capaz. Samira es artista. Se dedica a realizar esculturas y establece en el garaje de la casa su pequeño taller. Más adelante, Cassandra se referirá al trabajo de Samira como manualidades para devaluarla y avergonzarla frente a su familia. Expresión que, su marido, no considerará importante ni hiriente, ya que Cassandra es un robot de otra época.

Kathleen y Samira mantenían una relación muy cercana. En su juventud, pasaban mucho tiempo juntas, salían, se divertían y hacían las locuras e irresponsabilidades propias de la edad. Hasta que cada una inició su vida y siguieron rumbos diferentes y, aun así, se veían y contactaban con frecuencia. Cuando Kathleen fue diagnosticada con esquizofrenia, Samira estuvo a su lado. La situación se deterioró y llegó al extremo en que Kathleen ya no podía valerse por su cuenta y representaba un peligro para sí misma. Entonces, Samira Prill hizo lo que haría o debería de hacer cualquier persona por un ser querido. Acogió a su hermana en su apartamento y la proporcionó los mejores cuidados de los que disponía.

Samira tomó la decisión de convivir con Kathleen y su patología a sabiendas de que es una enfermedad delicada y que requiere de mucha atención y con el conocimiento previo de que la relación que existía entre Kathleen y David Prill no era la más fructífera. A pesar de ello, Kathleen hizo sus maletas y se mudó con los Prill. Como ya hemos mencionado de pasada, el resultado final fue devastador, ya que Kathleen terminó suicidándose. Esto causó un impacto y un efecto dominó que provocó un daño terrible a la unidad familiar.

Ya en el nuevo hogar, la única motivación de Samira es que su familia vuelva a ser una familia y que su hija, Juno, supere el trauma de haberse encontrado a su tía fallecida. Ella se esfuerza por ser una buena madre, una esposa cariñosa y por evitar deprimirse por la pérdida de su hermana. Intenta que todos los miembros de la familia cenen juntos, compartan qué tal les ha ido el día, vean películas o series y participen en juegos de mesa. Para el espectador resulta evidente que la única persona que se esfuerza por arreglar las cosas es Samira. Su marido, David, está demasiado ensimismado y absorbido por su carrera como escritor. Sus hijos, Juno y Fynn, atraviesan etapas distintas de la infancia y la adolescencia respectivamente.

Samira empezando a sospechar e investigar el pasado de la vivienda y de Cassandra.
Samira empezando a sospechar e investigar el pasado de la vivienda y de Cassandra. /Netflix.

Por consiguiente, quien más molesta e importuna a Cassandra es Samira. Básicamente, Cassandra quiere reemplazar el papel de madre y de esposa de Samira. Frente a los demás, actúa con normalidad y obedece a Samira. Pero, cuando están a solas y conforme van avanzando los capítulos, la desafía, agrede y desplaza de su lugar en la vida de David y de sus hijos. Reactivar a Cassandra le parece una mala idea desde el principio, ya que es un sistema viejo, obsoleto y podría presentar disfuncionalidades. Hasta bien entrado el cuarto o quinto capítulo de la serie, Samira es la única consciente y alerta de las verdaderas intenciones del robot.

Aparte de los desacuerdos y discusiones entre Samira y Cassandra, se desarrollan tres escenarios que son los que catapultan a Samira Prill a la consulta de un psicólogo y, posteriormente, a un hospital psiquiátrico. El primero acontece cuando Samira rememora una anécdota de su infancia con su hermana. Kathleen solía encerrarla en un armario y Samira experimentaba pequeños ataques de pánico. Cassandra escucha el relato, conduce a Samira hasta la despensa de la cocina, pidiéndole que le acerque algún ingrediente para la comida, y bloquea la puerta. Este es el primer indicio de que Cassandra se quiere desprender de Samira o hacerla pasar por loca delante de su familia.

El segundo tiene lugar después de que Juno se lleve una pistola al colegio y la saque durante una función teatral. Samira está convencida de que Cassandra fue quien le dijo a su hija que podría encontrar un arma bajo los tablones del suelo de la habitación matrimonial. La situación se le va completamente de las manos y le exige a Juno que confiese que fue Cassandra quien le facilitó la pistola. Sostiene y sacude a su hija de manera violenta y Cassandra le muestra a David el desafortunado espectáculo por sus pantallas.

La tercera situación y, también, la más grave ocurre cuando Emily (Ava Petsch), una compañera de clase de Juno, va a jugar a casa de los Prill. Emily es la niña más popular de la escuela y, como Juno está sufriendo bullying por lo de la pistola, David convence a Kerstin (Alexandra Finder), la madre de Emily, de que deje ir a Emily a su casa para que el resto de niños vean que Juno es su amiga. Samira, Emily y Juno están jugando al escondite. Le toca contar a Samira y a las niñas esconderse. A Emily no se le ocurre una idea mejor que meterse dentro del horno. Cassandra aprovecha sus cinco minutos de fama, bloquea la puerta del horno y lo pone en marcha.

Los gritos de Emily resuenan por toda la casa y Samira, por más que lo intenta, no puede abrir la puerta del horno. Pero, cuando es Juno la que se dispone a intentarlo, Cassandra se lo permite. Por lo tanto, Samira queda como una loca, irresponsable y enajenada frente a todos. Trata de explicarle a David y a sus hijos lo sucedido, pero, como de costumbre, no la creen. Samira es trasladada a un psiquiátrico, donde le proporcionan un uniforme y un cuarto blanco y le retiran el privilegio del teléfono móvil.

Lo que más me incordia del trato hacia el personaje de Samira Prill es que nadie la cree. Como su hermana padecía de esquizofrenia y ella acaba de sufrir un trauma muy severo, debe de estar adentrándose en la misma senda clínica que Kathleen y la solución es recetarle pastillas. A pesar de que hay indicios y de que los comportamientos de Cassandra llegan a ser muy bizarros, todos piensan que Samira está enloqueciendo. Y, una cosa es que escuchen su versión y no la crean, pero no se dignan a hacer ni eso. David es un marido y una persona horrible. En vez de apoyar y ayudar a su esposa, le da unas palmaditas en la espalda, le dice que se duerma y que Cassandra es solo una máquina.

David Prill

Bienvenidos al que es el personaje más inútil, pésimo y vergonzante de la serie. Podría utilizar un par de calificativos malsonantes. Pero, por mi propio bien, no lo haré. David Prill (Michael Klammer) es el cabeza de familia, el marido de Samira y el padre de Fynn y Juno. Ojo, el personaje me parece una completa basura, pero eso no tiene nada que ver con el actor que da vida a David. Michael Klammer realiza un muy buen trabajo interpretando al escritor. Esta parte de la crítica está condicionada por mis percepciones personales y no es objetiva. Tenedlo en cuenta cuando la leáis.

David es un escritor bastante famoso y aclamado. Es conocido por escribir una serie de novelas policiacas, cuyo protagonista porta el nombre de Romeo. Al principio, la escritura parece ser una faceta más de su vida. Pero, basta que Steve (Filip Schnack), un amigo de Fynn, le haga un comentario sobre el excesivo contenido erótico y sexual que tienen sus obras para que David se acompleje. Entra en un bucle, en una espiral de duda y cuestionamiento y se replantea su carrera entera. Es decir, en base a lo que le ha dicho un crío de dieciséis o diecisiete años, se pone a trabajar para cambiar la personalidad y esencia de sus libros. Así de frágiles son la autoestima y el ego de David.

Ese podría ser un hecho aislado y sin más relevancia, ya que no hay nada de malo en atravesar un período de autodescubrimiento o en analizar los factores desde el otro lado del prisma. Sin embargo, es el personaje entero. David queda completamente absorbido por su boyante carrera y por la comodidad que Cassandra ha aportado a sus vidas. Descuida a su familia y hace oídos sordos ante las quejas y peticiones de su mujer de apagar la parte inteligente de la casa.

David, el personaje más perdido de toda la serie.
David, el personaje más perdido de toda la serie. /Netflix.

En el primer episodio, David empieza con buen pie. Es un buen padre, juega con sus hijos, le presta atención a Samira y está presente. Se nota que comparte la visión de su mujer de reconstruir su relación, reforzar los lazos y proteger el núcleo, el corazón de su familia, que son sus hijos. Conforme transcurren los capítulos, David se va desentendiendo y distanciando de Samira. En lugar de tomar partido y lidiar con los problemas de convivencia, que son de carácter común, se encierra en su burbuja y se comporta como si el asunto no tuviera nada que ver con él.

Hay dos escenas en particular que me perturban a más no poder y que contribuyen a mi odio por el personaje. La primera es bastante tonta. Cassandra escucha los dilemas de David sobre su trayectoria profesional y la proyección de su carrera y se ofrece a ayudarle. Asegura haberse leído todos sus libros online y que le han encantado. Sin embargo, la segunda cruza la línea. David está nadando desnudo en la piscina y le pide a Cassandra que le traiga una toalla. Cassandra le mira de pies a cabeza, como si registrase por primera vez que David es un hombre, y le entrega la toalla. David Prill parece percibir que hay algo raro en el comportamiento de Cassandra, pero no le da mayor importancia.

De ese punto en adelante, la situación empeora. David es cada vez más condescendiente y cauto con Samira. Cuando ella le pregunta si cree en su relato, él asiente y le esquiva la mirada. No se atreve a mantener una conversación abierta y sincera con su esposa para tratar de localizar el problema. Se encierra en su despacho con su agente al otro lado del teléfono, el teclado del ordenador frente a las manos y las sugerencias y halagos de Cassandra de fondo. Otra de las pruebas de que David tiene una autoestima que se reduce a polvo y escombros, es que se vuelve dependiente de los cumplidos de Cassandra. La asistente se va tomando más libertades y confianzas y David Prill, además de no saber cómo frenar las cosas, parece no querer hacerlo.

Fynn Prill

Fynn Prill (Joshua Kantara) es el hijo mayor del matrimonio. No ha encajado muy bien el tener que mudarse a demasiados kilómetros de distancia de su antiguo hogar. En Hamburgo tenía su vida, sus amigos y un grupo de música. Es cierto que, al ser prácticamente adulto, empezar desde cero le resulta más violento, duro e inoportuno. De hecho, él mismo afirma que, cuando cumpla la mayoría de edad, reunirá el dinero necesario y se marchará de allí. Pese a todo eso, Fynn no le da ningún dolor de cabeza a sus padres. Quitando algún que otro comentario o reproche puntual, entiende la situación y apoya la decisión de Samira y David.

Es Fynn quien, al llegar a la nueva casa, se pone a trastear con el curioso robot y logra reactivarlo. Baja al sótano y descubre la sala de mandos. Un increíble cuadro de fusibles, cables y luces de colores que es el corazón de la casa inteligente. Consigue ponerlo en funcionamiento. Esto nos dice que Fynn es un chico inteligente, aplicado y con un don particular para la tecnología y la mecánica. Sus calificaciones escolares también hablan por sí solas. Fynn es estudioso, el típico chico que presta atención en clase y saca buenas notas sin esforzarse demasiado.

Fynn, cuya mayor afición es componer canciones del trasero de Tom Holland.
Fynn, cuya mayor afición es componer canciones del trasero de Tom Holland. /Netflix.

En el instituto conoce al que será su único amigo en todo el pueblo. Steve, como siempre, llega tarde para mantener intacta su fachada de chico malo y rebelde. Recibe indicaciones por parte de la profesora de quedarse después de clase para poner a Fynn al día de la materia. Steve se autoinvita a casa de Fynn y quedan en verse más tarde. Esa misma noche, en el cuarto de Fynn, conversan sobre sus vidas y sus aficiones y Fynn le canta una canción que compuso sobre el trasero de Tom Holland. Este me parece uno de los puntos más divertidos de la serie; dos jóvenes pasando un rato distendido, haciendo el tonto y divirtiéndose.

Fynn y Steve tienen química desde el minuto uno. Es evidente que a Fynn le han despertado interés las maneras, los aires desafiantes y los toques de ironía de Steve. Del mismo modo, a Steve le ha llamado mucho la atención la personalidad alternativa y artística de Fynn y su carácter tolerante y abierto. Steve no está acostumbrado a conocer a personas como Fynn en aquel ambiente rural. Además, debemos partir de la base de que la vida familiar de Steve es un poquito complicada.

Lo poco que sabemos de Steve es que creció en Neuburg y que sus padres son bastante duros con él. Mi interpretación de lo que nos muestra la serie es que Steve es un personaje con miedo a ser rechazado si se muestra tal y como es y si manifiesta su sexualidad. Por eso cuando conoce a Fynn se impresiona tanto. Fynn no se molesta en ocultar ni considera relevante anunciar que le gustan los hombres. Este aspecto ayudará a Steve a vencer sus temores y a florecer en su encorsetado entorno familiar. De hecho, cuando reúne el valor suficiente para hablarles de Fynn a sus padres, tienen una discusión y Steve acaba por marcharse de casa.

La relación entre Fynn y Steve es turbulenta. Fynn está presente al cien por cien, pero Steve es acosado por varios demonios internos que no le dejan tranquilo. Afortunadamente, su personaje evoluciona. Pasa de propinarle una bofetada a Fynn en los vestuarios, cuando estaban a punto de besarse y entran sus compañeros de clase, a aceptar su condición sexual, no solo con palabras, sino con acciones. A Fynn le cuesta perdonar a Steve, pero, al ver que su novio está esforzándose por mejorar, no duda en darle una segunda oportunidad.

Juno Prill

Juno Prill (Mary Tölle) es la hija menor de David y Samira. Se trata de una niña revoltosa, asustadiza, sensible y delicada. Juno fue quien descubrió el cadáver de su tía Kathleen y, en consecuencia, acabó traumatizada. Uno de los principales objetivos tras la mudanza de los Prill es que su hija olvide lo vivido en Hamburgo y pueda tener un nuevo comienzo. Al principio, la situación es precaria, pero favorable. Juno prefiere dormir con sus padres y le cuesta bastante hacer amigos en el colegio. Sin embargo, cuando encienden a Cassandra, Juno obtiene a la que será su mejor amiga durante la mayor parte de la serie.

Juno es toda una princesa. No solo para Cassandra, para su familia y los espectadores también.
Juno es toda una princesa. No solo para Cassandra, para su familia y los espectadores también. /Netflix.

Cassandra disfruta ayudando a Juno a hacer los deberes, cantando, bailando y jugando. La anima a presentarse a las audiciones de canto para una obra y practica con ella durante horas. Aunque, cantar no es precisamente el don, ni la mejor cualidad de Juno. La robot abarca cada vez más tiempo y presencia en la vida de la pequeña. Al punto de desplazar a Samira y ocupar su lugar como confidente, conciliadora y compañera de secretos de Juno. La intención de Cassandra es suplantar a Samira Prill en su papel de madre y que su princesa la vea como a una figura materna y no como a un asistente doméstico. La única en percatarse de los verdaderos sentimientos de Cassandra es Samira.

Juno sufre bullying cuando Cassandra le aconseja que se lleve un arma a la representación teatral para impresionar a sus profesores. La niña saca la pistola y dispara, con la tremenda suerte de que la bala no alcanza a nadie. Lógicamente, los padres del resto de niños están furiosos y, aunque Juno no es expulsada, termina sufriendo acoso por parte de sus compañeros. No les cuenta nada a Samira ni a David, porque Cassandra le hizo prometer que el asunto de la pistola sería su pequeño secreto. Se enfada un poco con Cassandra y esta la manipula, haciéndola creer que ella le dijo que se llevase el arma, pero no que la disparase.

Cuando Cassandra se quita la máscara y deja de fingir, Juno actúa con mucha madurez para su edad. Le sigue la corriente y hace exactamente todo lo que dice Cassandra. Es gracioso que una niña de cinco o seis años se comporte con más valentía y astucia que su padre, un adulto hecho y derecho. Contacta a escondidas con su madre para pedirle ayuda y, a pesar de que no lo consigue, es la única que se arriesga para buscar una vía de escape.

Una televisión humana

En esencia, esta es la apariencia de Cassandra. Parece una televisión con brazos, tronco y ruedas. El diseño es muy peculiar y acertado. No desentona con que sea un robot tan antiguo y primigenio. Aunque, Cassandra no siempre fue una asistenta mecánica del hogar. Cassandra (Lavinia Wilson) era una mujer de carne y hueso que residía en la misma casa que en el futuro compraría la familia Prill. Vivía una vida bastante sencilla, cómoda y perfecta de cara a la galería. Por lo que se nos deja entrever de su personaje, sabemos que solía ser una chica brillante, la mejor de su promoción y de la que se esperaban grandes cosas. Sin embargo, cayó presa del conformismo y se convirtió en ama de casa y en una esposa trofeo.

Estaba casada con Horst Schmitt (Franz Hartwig). Horst era el CEO de OBB, una empresa dedicada a la investigación, experimentación e innovación de tecnología. El marido de Cassadra tenía la ambición de fabricar e idear el invento más revolucionario del siglo veinte. Poco le importaban los chimpancés, ratones y sujetos de prueba humanos que salían escaldados por los efectos de sus experimentos de científico loco. Horst no solo era una persona terrible, también desempeñaba un papel pésimo como marido y padre. Él quería a una esposa hermosa, arreglada y maquillada que le esperase con la casa limpia, la mesa puesta y la cama caliente cuando regresase del laboratorio.

Horst, CEO de OBB y marido de Cassandra.
Horst, CEO de OBB y marido de Cassandra. /Netflix.

Ejercía una presión abusiva sobre su hijo, Peter Schmitt (Elias Grünthal), y no aceptaba que fuera menos hombre que sus compañeros de clase. Le obligaba a jugar al fútbol, a pesar de que Peter detestaba ese deporte, porque era lo que hacían todos los chicos. Se enfadaba cuando no le sacaban a jugar y le dejaban sentado en el banquillo. Peter pagaba los platos rotos, además de tener que soportar los malos humos y las condiciones de su padre. Cassandra intentaba mediar entre ambos. Pero, en última instancia, siempre se ponía del lado de Horst, porque le afectaba demasiado la idea de ser una mala esposa o lo que la gente pudiera pensar de su familia.

Hay una escena en particular que me impactó y emocionó bastante. Un Peter Schmitt pequeñito, interpretado por Michel Koch, le pide a sus padres como regalo de Navidad unos patines de hielo, ya que ha estado viendo en la televisión a patinadores profesionales danzando sobre la pista. Horst ignora por completo los deseos de su hijo y le obsequia con un balón de fútbol. La decepción en los ojos del niño traspasa la pantalla y te hace sentir muy impotente. A día de hoy, casi todos somos perfectamente conscientes de que no existe tal cosa como juguetes para niños y juguetes para niñas. Peter solo quería un juguete que le había llamado la atención. Eso no influía para nada en su masculinidad infantil o en su identidad como individuo.

Más tarde, Cassandra le entrega a su hijo un paquete enorme. El niño lo abre e, ilusionado, descubre que son un par de patines de hielo. Esto lo que nos dice es que Cassandra se interesa por la felicidad de su hijo y que se esfuerza por ser buena madre. En cambio, Horst, padece la mentalidad de la época y piensa que el rosa es de niñas y el azul de niños. Por eso obliga a su hijo a jugar al fútbol con tanta insistencia. A pesar de las buenas intenciones de Cassandra, ambos padres le fallaron estrepitosamente a Peter.

Peter y Cassandra cenando juntos.
Peter y Cassandra cenando juntos. /Netflix.

La vida matrimonial de Cassandra y Horst puedo ser feliz y plena en algún momento, pero en el punto que se nos ilustra en la serie es forzada, anticlimática y banal. Cassandra llega a sospechar que Horst le está siendo infiel con su nueva secretaria y se presenta en las oficinas de OBB para comprobarlo. Aunque es cierto que Horst no mantenía un idilio amoroso con la secretaria, sí que lo hacía con la mejor amiga de Cassandra, Birgit (Pina Kühr). La infidelidad de Horst deriva en el embarazo no planeado de Birgit y ambos ocultan el secreto de la verdadera identidad del padre de la criatura, ya que Birgit también es casada.

La vida de ensueño de Cassandra

Cassandra es el equivalente a la dama de compañía perfecta para Horst. Cocina, limpia, lava, plancha y escucha pacientemente los sermones de su esposo, mientras que él se abre una cerveza en el sofá. No pienso que Cassandra tema a una reacción violenta por parte de su marido, pero sí que tiene miedo a que él la abandone. Por eso tolera y soporta sus desplantes, engaños e infidelidades. Esto la define también como mujer en sociedad y vemos que es una persona complaciente, serena, que le da una importancia excesiva a las apariencias y que no expresa con libertad sus opiniones.

Para mí, lo más grave es cuando Peter le manifiesta a su madre que quiere dejar el equipo de fútbol. Cassandra le promete que hablará con Horst sobre ello y tranquiliza a su hijo. Sin embargo, la conversación se pospone y no llega a tener lugar nunca. Hasta que, Peter, que había colocado las pocas esperanzas que le quedaban en esa balanza, le pregunta a su madre si ya ha podido sacar el tema con Horst y Cassandra le responde con una negativa y le dice que se aguante y que madure. Para pretender y jactarse de ser tan buena madre, Cassandra falla por completo a su hijo al no entender el grado de aflicción y ansiedad que le provoca practicar un deporte que detesta.

Esta era la apariencia de Cassandra como humana y el atuendo que llevó para encubrir el crimen de Peter.
Esta era la apariencia de Cassandra como humana y el atuendo que llevó para encubrir el crimen de Peter. /Netflix.

Esto acaba desencadenando unas consecuencias terribles en la trama. Una noche en específico, tras un partido especialmente duro y con unos resultados nefastos, unos miembros del equipo invitan a Peter a asistir a una fiesta. Es evidente que Peter no quiere ir, pero Cassandra insiste. Peter es agredido, atado, amordazado y golpeado por sus compañeros de fútbol. Además de sufrir varias quemaduras de cigarrillo en la piel. Su madre, en vez de prohibirle volver al instituto o al equipo de fútbol, le ordena que se cubra los golpes para que nadie los vea y que actúe con normalidad. El desentendimiento, la despreocupación e indiferencia de Cassandra generan que Peter tome cartas en el asunto.

El muchacho se harta de las amenazas, golpes y abusos de sus compañeros de equipo y de clase. Roba un arma, que pertenece a Horst, y protagoniza una carnicería en el garaje de uno de sus abusones. Uno por uno, los asesina a todos, asegurándose de que no volverán a burlarse de él ni a humillarle. Cuando regresa a casa y le confiesa a su madre lo que ha hecho, Cassandra le envía a la bañera y quema su ropa manchada de sangre. Después, se encarga de encubrir el crimen de su hijo y de deshacerse de las pruebas del delito. Se presenta en el garaje, extrae las balas de los cadáveres de los adolescentes y le prende fuego al lugar.

La responsabilidad de esas muertes es de Peter, pero la culpa debería reposar sobre Cassandra y Horst. Principalmente, sobre Cassandra, que es la que ignora los gritos de ayuda de su hijo y le empuja a solucionar sus problemas de un modo desesperado e injustificable. Menciono este hecho primero al discutir la vida de Cassandra, porque me parece que es a través del cual podemos conocer y entender mejor a su personaje. Me da la sensación de que nos la pintan como a una buena mujer, víctima de un matrimonio infeliz y de unas condiciones irreparables. Tal y como yo lo veo, Cassandra no es inocente. Es víctima de sus propias decisiones y de la mentalidad de la época. Pero, aun así, no hay un impedimento real que la obligue a permanecer al lado de Horst y a no ayudar a su hijo.

Otro punto de inflexión muy fuerte en la vida de Cassandra es su segundo embarazo. Horst y Cassandra tienen a Peter, que es su primer hijo. Peter representa el orgullo y la felicidad para Cassandra, pero es una decepción enorme para su padre. Horst pone todas sus esperanzas en que su próximo vástago sea varón y Cassandra tiene que recordarle en varias ocasiones que el sexo del bebé no importa. Horst conduce a Cassandra al laboratorio de OBB para utilizar un invento que, según él, pronto podría encontrarse en todos los hospitales. A través de este artilugio, que produce un resultado muy similar a una ecografía actual, obtienen un vistazo al interior del vientre de Cassandra y al bebé.

Cassandra en el parking de las oficinas de OBB.
Cassandra en el parking de las oficinas de OBB. /Netflix.

La criatura resulta ser una niña y Horst se decepciona notablemente. Permanece mirando la pantalla hipnotizado y con el semblante perdido, como si le hubieran dado las peores noticias de su vida, y es Cassandra, que está empezando a padecer un dolor insoportable en la tripa, quien se retira con brusquedad el aparato que le habían situado sobre el abultado vientre. Cassandra confiaba en la calidad y la seguridad del trabajo de Horst y, por encima de todo, creía en el juicio de su marido. Lo que ocurre a continuación es tan repulsivo, intrusivo e irremisible como una violación.

El experimento tendrá unos efectos desgarradores e irreversibles tanto para Cassandra como para su hija. El bebé nacerá prematuro en la bañera de casa y, oficialmente, fallecerá a las pocas horas. En realidad, la niña sobrevirirá. Margarete Schmitt presentará diversas malformaciones y deformidades en el rostro y en el cuerpo. Horst la repudiará inmediatamente y no se hará cargo de su responsabilidad en el asunto, ya que la apariencia y la salud Margarete se vieron alteradas de forma severa por la radiación que produjo el invento de Horst. Cassandra querrá a su hija tal y como es y se asegurará de alimentarla, vestirla, educarla y proporcionarle entretenimiento.

Margarete crecerá recluida en un cuarto oculto de la casa. Estará confinada en una cárcel en la que su madre será su única visitante. No sabemos mucho de la vida de la pequeña, porque solo aparece en el último episodio durante unos minutos. Pero, sí sabemos que su vida y posterior muerte impactaron muchísimo a Cassandra. Para empezar, cada vez que alguien mencionaba su segundo embarazo, Cassandra Schmitt se echaba a llorar. Realmente, Cassandra no estaba lamentando la muerte de su hija, sino las circustancias y el futuro de la pequeña. Cassandra solía referirse a su hija como «mi princesa«, por eso llama a Juno Prill princesa y se empeña en tratarla como a una hija.

La robotificación de Cassandra

El aparato que Horst utilizó para averiguar el sexo del bebé le provoca cáncer a su esposa. Cassandra se toma muy mal el diagnóstico. Argumenta que nunca ha fumado ni bebido y que siempre ha llevado una vida sana. Sin embargo, comprende que el responsable de su enfermedad es su propio marido, ya que le sometió a la radiación de un invento que no había sido probado con humanos. Cassandra teme a la muerte y no quiere abandonar a Peter a merced de Horst. Mientras lidia con los síntomas y el implacable tratamiento contra el cáncer, confirma las sospechas que albergaba sobre la infidelidad de su esposo.

Horst ha estado engañando a Cassandra con su mejor amiga, Birgit. No sabemos cuál es el origen o el alcance del affair de Horst y Birgit. Aunque, se nos da a entender que se remonta bastante atrás en el tiempo. Posiblemente, a poco después de que Cassandra diera a luz a Margarete y de que Horst se dejase carcomer por la decepción de no haber engendrado un segundo varón. Tampoco se especifica si Cassandra queda imposibilitada para tener más hijos o si se niega a atravesar otro embarazo después del trauma que le generó el último. Para mí, está implítico que, los efectos secundarios del invento y las consecuencias del parto, provocan que Cassandra no pueda retener vida a largo plazo en el vientre.

Cassandra, con la mente lúcida y despejada por primera vez en mucho tiempo discute con su marido y le reprocha que ella ha sido la esposa perfecta, que lo ha dado todo por su familia y que no se merece ese pago en retorno. Decide perdonar a Horst y le pide que la acompañe en el declive de su enfermedad. Poco a poco, vemos como Cassandra va perdiendo el cabello, adelgazando y empalideciendo. Consciente de que se aproxima su hora, le hace prometer a Horst que no la dejará morir. En medio de la desesperación y del dolor, Horst Schmitt, le ofrece una solución, una posibilidad que OBB exploró en su búsqueda empedernida de la inmortalidad, pero que quedó descatalogada.

Horst resucita un proyecto fallido y cancelado por razones más que evidentes. Los resultados del experimento son inciertos y no garantizan el éxito. Cassandra accede, ya que es incapaz de hacer frente a su temor a morir y abandonar a su familia. El proceso consiste en traspasar la conciencia y sentimientos de Cassandra a una inteligencia artificial, un robot. De ese modo, Cassandra viviría para siempre como dueña y señora de su hogar, como una ama de casa eterna. El procedimiento es arduo y muy doloroso. La Cassandra humana fallece en 1972 y renace en el cuerpo frío y metálico de un robot. Antes de despedirse, Cassandra le pone una condición al científico que ayuda a Horst; que el botón de apagado del sótano sea un adorno y que solo ella pueda decidir cuando quiere apagarse.

Contra todo pronóstico, la intervención es exitosa. Cassandra es ahora esa esposa y ama de casa perfecta que tanto se esforzaba por ser en vida. Su única función es cubrir las necesidades de Horst y Peter, asistirles, cuidarles, hacer la comida, lavar, plachar, fregar y limpiar. Sin embargo, aunque su apariencia y cuerpo hayan cambiado, el interior de Cassandra sigue siendo el mismo. Ella espera que su esposo pueda amarla tal y como es y que puedan continuar con esa vida maravillosa e idílica que tenían juntos. Como es lógico, Horst encuentra un poco difícil sentirse atraído por un robot y visualizarlo igual que a la Cassandra humana. Cassandra no lo entiende, porque sus sentimientos no han variado.

El aspecto definitivo de la versión robótica de Cassandra.
El aspecto definitivo de la versión robótica de Cassandra. /Netflix.

A Peter le cuesta más que a Horst adaptarse a su nueva madre. Cassandra se esfuerza por contentar y servir a su hijo, por que las cosas entre ellos sean como antes. Pero, Peter piensa que su madre murió en aquella aberrante operación y que la criatura resultante no es más que un pálido y distorsionado reflejo de lo que solía ser su madre. Cassandra está muy dolida por la reacción de su hijo y lo único que puede hacer es intentar agradarle, atenderle y protegerle lo mejor posible. Aunque, Peter se niegue a darle un simple abrazo.

Las etapas del duelo son largas y extenuantes, pero el momento de la superación, de querer pasar página y seguir con tu vida siempre llega. Esto es lo que le ocurre a Horst. Cassandra lleva muerta o, para la cuenta que nos trae, transformada en robot menos de un año. Su comportamiento empieza a ser algo preocupante y descontrolado cuando su marido muestra indicios de querer avanzar con su vida. El trato de Horst hacia Cassandra se asemeja a la esctricta relación laboral que un jefe mantendría con sus empleados domésticos. Le pide que modere la temperatura del agua, que le haga la cena y que le planche las camisas del trabajo. Pero, cuando Cassandra quiere pasar tiempo de calidad con él, se excusa en que se encuentra muy ocupado.

Cassandra se convierte en la mala de la película, porque encierra a su marido e hijo y les obliga a actuar tal y como lo hacían cuando ella estaba viva. A lo que, Horst, responde desconectando a su esposa. O, más bien, creyendo desconectarla, ya que Cassandra no se apaga. Horst aparece con su amante, Birgit, y su bebé. Cuando Peter le pide explicaciones al respecto, anuncia que se mudarán allí una temporada, porque el marido de Birgit la ha echado a la calle. Además, le confiesa a Peter que el bebé de Birgit es su hijo biológico. Peter no está de acuerdo con que Horst haya apagado a su madre y con que haya traído a una extraña a su casa y se teme lo peor.

Cassandra que, como ya sabemos, no se apaga a no ser que ella lo decida, intenta arrojar el carrito con el bebé dentro por las escaleras. Interrumpe a Birgit y Horst, que están compartiendo un momento romántico en la cocina, y aporrea a su examiga con la puerta del horno en la cara. El miedo a su propia invención se abre paso por el rostro de Horst y llega a la conclusión de que lo mejor es abandonar la vivienda y a Cassandra. Les pide a Peter y Birgit que recojan sus pertenencias y hagan las maletas. Llega a un acuerdo con Cassandra, que se encuentra reacia ante la súbita noticia de su partida. Ella permitirá que se marchen, pero con una sola condición; que se lleven a Margarete.

Me parece una petición de lo más coherente, humilde y resignada de Cassandra. La robot ha aceptado el abandono de su familia, ha aceptado su destino y su suerte. Incluso, parece indiferente a la presencia de Birgit y a la nueva traición de su marido. Lo único que pide es que no dejen atrás a su hija también. Recordemos que, Horst, siente aversión por el aspecto físico de la pequeña y por el mero hecho de que sea una mujer. Cassandra es quien ha educado, alimentado, jugado y criado a su hija sin apoyo.

La escena que se nos mostraba al inicio de la serie de una familia envuelta en un accidente de coche y un robot doméstico rondando la zona, ocurrió en 1973. Los hechos fueron los siguientes; los miembros de la familia Schmitt se subieron precipitadamente al coche y emprendieron la huida, el hijo mayor amenazó con abrir la puerta y saltar del vehículo en marcha y su padre perdió el control del automóvil y se estrelló contra un árbol. Horst conducía de forma frenética, con la sensación de que Cassandra aparecería en cualquier momento en alguna curva de aquella oscura carretera y sin remordimientos por haber abandonado a su hija. Peter se revolvía en el asiento trasero gritando cosas como; «que no podían dejarla allí» o «que se lo habían prometido«.

Peter, que, a diferencia de su padre, sí experimentaba cargos de conciencia y quería a su madre y hermana, intentó que dieran media vuelta y que regresasen a por Margarete. Cuando decía que no podían dejarla allí, no se refería a Cassandra, sino a su hermana pequeña. Abandonar a Margarete con Cassandra implicaba dejarla morir. Horst se distrajo con las maniobras de Peter y se produjo el accidente. Peter y Horst murieron en el acto. Los únicos supervivientes fueron Birgit y su bebé. Una cosa que nos hizo mucha gracia de la escena del accidente es que se nota que los Peter y Horst que salen despedidos por la luna delantera son muñecos. Para lo bien hecha que está la serie, se podrían haber esforzado un poco más en esta parte.

Cassandra, cuando vio que se iban sin Margarete, salió tras ellos. Llegó a la trágica escena cuando el accidente ya había sucedido y se encontró los cuerpos sin vida de su marido e hijo. Sufrió una sobrecarga y se apagó, lo que implicaba una condena de muerte para Margarete, ya que nadie más sabía de su existencia. La pequeña falleció sola, seguramente de hambre e inanición, y encerrada en la habitación en la que estuvo encarcelada toda su vida. Birgit y su bebé fueron socorridos por unos viajeros que se detuvieron para ver qué había ocurrido. En el futuro, es en ese mismo punto en el que Samira constata que se ubican dos cruces rememorando las muertes de Horst y Peter Schmitt.

La obsesión de Cassandra

De vuelta al presente, después de que Samira haya sido trasladada al hospital psiquiátrico, Cassandra revela sus verdaderas intenciones. Toma el control absoluto de la casa y secuestra a los Prill con el objetivo de que sean una familia. Para la audiencia, el momento en que David se da cuenta de que su esposa no estaba loca y de que había estado diciendo la verdad todo ese tiempo es muy gratificante y satisfactorio. Cassandra blinda puertas y ventanas de la vivienda y no permite que nadie salga ni entre.

Así, David, Juno y Fynn pasan varias semanas confinados. Se ven obligados a obedecer y acceder a todas las peticiones de Cassandra, porque están amenazados de muerte. Mientras tanto, Samira tiene restringido el acceso al teléfono móvil y a las llamadas. En las dos o tres ocasiones que puede hablar con su familia, Cassandra se encarga de controlar y manipular la conversación. Samira pregunta cuándo irán a verla y David le explica que se han ido de vacaciones para desconectar y cambiar de aires. Juno miente y, cuando su madre le pregunta sí todo va bien, contesta con un sí rotundo, ignorando el cuchillo que Cassandra sostiene pegado a su espalda.

El plan de Cassandra era librarse de Samira para tener el camino libre y adueñarse de su familia. Como, en su día, su familia la abandonó y la despreció como si fuera un juguete roto, tiene unas heridas abiertas y unas carencias afectivas muy difíciles de sanar. En el pasado se equivocó y permitió que Horst la engañase, haciéndola creer que se iría y se llevaría a Margarete consigo. El error no se repetirá dos veces. Tal vez, al haber sido desplazada por Birgit y rechazada en cuanto su cuerpo se convirtió en chapas metálicas y cableado, Cassandra piensa que el único modo de que la quieran o de que alguien permanezca a su lado es por la fuerza y la coacción.

Cassandra con todos sus artilugios a la vista. Son muy útiles para las tareas domésticas, pero también pueden ser armas de tortura.
Cassandra con todos sus artilugios a la vista. Son muy útiles para las tareas domésticas, pero también pueden ser armas de tortura. /Netflix.

El final de la serie se me antoja demasiado lineal e insípido. La resolución del conflicto peca de utilizar conveniencias o recursos que carecen de efecto en la trama. Por ejemplo, Juno consigue robar un teléfono, aunque no se nos especifica cómo y lo veo bastante complicado dado que Cassandra tiene ojos por toda la casa, se esconde en el armario y envía un mensaje a su madre. Al mismo tiempo, Samira se cuela en una oficina y logra hacerse con su móvil. Ve una cantidad exagerada de llamadas perdidas y mensajes. Pero, de algún modo que se escapa a mi comprensión, no lee el mensaje de texto de su hija. Llama por teléfono a Juno y Cassandra descubre que la pequeña tiene un móvil escondido. Amenaza a la niña para que tranquilice y disuada a Samira, quien, tras colgar, se queda bastante intranquila.

Se suceden tres acontecimientos que precipitan el desenlace. Primero, a Fynn se le ocurre la brillante idea de sugerir a Cassandra que le permita salir para comprar un árbol de Navidad, ya que eso haría muy feliz a Juno. Fynn sabe que Juno es la debilidad y el ojito derecho de Cassandra e intenta aprovecharse de ello. Cassandra no es estúpida. Accede, pero envía a David en vez de a Fynn.

Segundo, David, que cuenta con el plazo de una hora para volver a casa, se va a un mercado navideño a mirar árboles. En vez de ir a la comisaria de policía, a ver a Samira o a casa de algún vecino que pueda ayudarle, decide cumplir con su encargo. El único intento de pedir ayuda que hace es hablar con Kerstin, a quien se topa por casualidad. Sin embargo, esta no le cree y abandona el lugar asustada. Tercero, Samira se escapa del psiquiátrico.

David vuelve a casa sin esperanza para sus hijos y con el árbol de Navidad bajo el brazo. La familia comparte una cena tensa e incómoda. Fynn recibe la visita inesperada de Steve, que le pregunta si puede pasar la Navidad con ellos porque no quiere pasarla solo, y consigue ahuyentarle. Una de las enfermeras del hospital llama a David para alertarle de que su mujer se ha fugado del psiquiátrico y aquí empieza la parte que más rabia me da de toda la serie.

Para que entendáis mi frustración, voy a describir la escena tal y como es. Cassandra ordena a David que mate a Samira, con el argumento de que, si es él quien la asesina, sus hijos le odiarán y automáticamente la relación de Fynn y Juno con Cassandra mejorará. David se niega y Cassandra le retuerce con sus pinzas, que actúan como manos y arma al mismo tiempo, sus partes íntimas. David Prill se encoge de dolor y, de repente, está dispuesto a matar a su mujer.

Cassandra deja bien claro que jamás podría hacerle daño a Fynn y Juno, pero que no le importaría prescindir de David. Este factor es el que paraliza a David y le lleva a tomar una decisión motivada por la más pura supervivencia. Los creadores de la serie pintan a David como un cobarde, un personaje con menos agallas que Agallas, el perro cobarde (que, al menos, sí que se esforzaba por salvar a Justo y Muriel).

Samira irrumpe a hurtadillas en la casa por el sótano. Cassandra la vigila por las cámaras y tiene la intención de retransmitir en directo para Juno y Fynn el momento en que David le quite la vida a Samira. David persigue a su mujer con un atizador de leña y la ataca en el pasillo. Fynn grita con impotencia y aporrea la puerta. David golpea a Samira y la tira al suelo. Se disculpa con ella e intenta estrangularla. Samira logra darle un porrazo con un marco de fotos y escapa. Se dirige a la habitación matrimonial y se esconde en el armario. Ignorando la voz de David y sus súplicas para que salga, descubre un compartimento secreto que la conduce al cuarto de Margarete.

Samira se topa con el cuerpo sin vida de la pequeña Margarete. Cassandra apuñala a Samira y la acorrala. Ambas mantienen una conversación, en la que Cassandra se sincera con Samira sobre lo que le ocurrió a su hija y Samira consigue convencer a Cassandra para que la deje marchar con sus hijos. Cassandra, lanzando una última mirada a su hija, desbloquea las puertas y provoca una fuga de gas para prenderle fuego a la casa. Los Prill abandonan la vivienda a toda prisa y Cassandra se quema con el cadáver de Margarete y el resto de la casa.

Al final, nos dan a entender que, después del intento de asesinato, una reconciliación entre Samira y David parece imposible. No sabemos qué ocurre después, porque la serie termina con Cassandra reuniéndose con su hija y disculpándose por haberla dejado sola todo ese tiempo. Espero que Samira se divorcie de David y comience de cero con sus hijos y que David Prill reflexione sobre sus actos o que, al menos, escriba un buen libro basándose en la experiencia y en sus traumas.

Conclusión

La serie de Cassandra me ha parecido bastante refrescante. Diría que, de las series que se han estrenado y he visto en 2025, es mi favorita hasta la fecha. Posee un algo particular que hace que te enganches y quieras ver todos los capítulos de una sentada. Brilla por su originalidad e implementación de determinadas ideas en el género de ciencia ficción que no estamos muy habituados a presenciar en series. Aunque el final sea un poco precipitado y anticlimático y los personajes, a excepción de Samira, Fynn y Cassandra, no se desarrollen todo lo que me gustaría.

Destaco la interpretación de Lavinia Wilson como la Cassandra humana y la robótica. Es, de lejos, el mejor personaje de la serie. En mi opinión, está construida y planificada para empatizar con ella. Nos la quieren mostrar como a una mujer atrapada en un matrimonio tortuoso e infeliz y como víctima de sus circunstancias. Sin embargo, yo pienso que Cassandra tuvo muchas oportunidades de cambiar el curso de su vida y decidió no hacerlo, por lo que se rompe un poco esa fachada de persona indefensa. Cassandra es una mujer de apariencias, conformista, recatada y empecinada en agradar a todo el mundo. No es mi personaje favorito, porque las cualidades que tiene no me gustan. Prefiero a un personaje más impulsivo, cabezota y guerrero, como, por ejemplo, Samira.

David es una decepción de personaje tan grande como un piano. Falla a su mujer e hijos y se falla a sí mismo al ser incapaz de admitir sus errores, rectificar y redimirse. El final que le dan me parece el adecuado, ya que entiendo que termina solo y que su relación con Samira ha sufrido daños irreparables. Creo que David y Cassandra se merecen el uno al otro. La serie tendría que haber acabado con Cassandra liberando a Juno y Fynn para que se reuniesen con Samira y acaparando a David de por vida.

Si buscáis una serie cortita, con una trama interesante, innovadora y poco predecible, y que se pueda ver en un fin de semana, Cassandra es una muy buena opción. Es cierto que, como toda serie y todo personaje, tiene sus defectos. Pero, en el conjunto es una serie emocionante, de intriga, dramática y divertida, que te hace sentir casi sin intentarlo.

Lo Mejor:

  • ✅ La caracterización humana que se le da a Cassandra.
  • ✅ El conocer a Cassandra tanto como persona y mujer como robot.
  • ✅ Lo lograda que está la ambientación en el pasado de la serie.
  • ✅ El desenlace de la familia Prill.

Lo Peor:

  • ❌ En comparación de lo que esperas, Cassandra es poco violenta y agresiva.
  • ❌ El personaje de David en si es un aspecto negativo enorme.
  • ❌ El final, aunque cierra todas las tramas y ciclos, podría haber sido un poco menos perfecto y más sangriento.

Autor

  • Avatar de Marina - Wanheda de Los 100

    Mi abuelo me compartió el amor por la escritura. Sus manos ancianas me enseñaron que para escribir hacen falta dos cosas; corazón y verdad. Ya lo dijo Stephen King: "escribe sobre lo que sabes que es cierto". Así, aprendí que la inspiración es el mayor regalo y maldición de un escritor. Hay dos cosas que vería y leería en bucle para el resto de mi vida y son; Harry Potter y Los 100.

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