Un juego nacido del aislamiento
La industria del videojuego vivió la pandemia de forma diferente a otras del mundo del entretenimiento. Por un lado, las ventas digitales aumentaron notablemente, pues otros tipos de ocio como el deporte, el cine o los viajes eran inaccesibles. Esto lo aprovecharon numerosos estudios para hacer unos números a los que no hubiesen llegado sin esta anómala situación.
Por el contrario, numerosos estudios se vieron afectados a la hora de desarrollar videojuegos. El teletrabajo se volvía casi obligatorio, retrasando el proceso de muchos equipos que no estaban acostumbrados a esta forma de trabajo. Esto provocó varios retrasos tanto en grandes producciones (Hogwarts Legacy o God of War: Ragnarok) como en pequeñas (Tunic o 12 Minutes).

La historia que traemos hoy es la de un estudio que se aprovechó de este momento para nacer. Gatera Studio se creó, como dicen en su propia web, tras conversaciones en Discord entre personas de distintas disciplinas, pero con un gusto conjunto por la música y los juegos de plataformas. De esta forma, el estudio se fundó en 2022 con un objetivo en mente: Antro.
Su atractivo visual y narrativo atrajo apoyo financiero del Ministerio de Cultura, del programa Next Generation EU y finalmente dos publishers como Selecta Play y Astrolabe Games. Las ideas se convirtieron en realidad, pues Antro estará disponible a partir de este 27 de junio en PC, Xbox Series X|S y PlayStation 5.
Rebeldía en un mundo sin libertad
En Antro controlamos durante toda la aventura a Nittch, un joven que está harto del mundo en el que vive. Y es que no es para menos. Habita en una Barcelona distópica (o no tanto) en la que un régimen totalitario ha cortado de raíz toda libertad al ciudadano. Las relaciones sociales son casi inexistentes, el único ocio proviene de unas gafas de RV que ellos mismos producen, donde introducen más propaganda propia, y las máquinas cobran más criptomonedas (sí, el euro también murió) que los propios humanos.
Nittch vive en el estrato social más bajo, en un distrito 3 en el que solo hay precariedad, a todos los niveles. Nuestra misión comienza con un paquete. No sabemos lo que contiene, pero sí estamos seguros de que ayudará a acabar con la Cúpula, el ente que lo controla todo. Y es que, siempre que hay un mal que lo abarca todo, habrá unos rebeldes capaces de derrocarlo.

En este caso son los Discordantes, un grupo con nada que perder y mucho que ganar. Se reúnen a escondidas, pues las reuniones sociales están prohibidas, para concretar un plan en el que nosotros somos la pieza clave. Esta es la premisa de una trama que hemos visto ya en numerosas ocasiones en obras legendarias como V de Vendetta o Akira, pero que cuenta con un sello propio que la desmarca de todas ellas.
Para empezar, su ambientación me ha parecido todo un acierto. Es opresiva, sucia, dan ganas de salir de allí y no volver jamás. El mundo ha sufrido el Colapso, por lo que la superficie es inhabitable y los pocos humanos que sobrevivieron lo hacen bajo tierra. Por eso el cambio visual que sufre el juego según subimos de distrito me ha parecido fantástico. El mundo se siente creíble y esto involucra al jugador en una causa que me cuesta pensar que haya alguien que no quisiera sumarse a ella.
Plataformeo al ritmo del rap
Pasando a la parte jugable, estamos ante un título en 2.5D que alterna niveles rítmicos con otros más pausados pensados en el plataformeo y algún puzzle. De primeras, recuerda a juegos como Inside o Limbo, en los que llevamos a un personaje vulnerable en un mundo hostil. Sin embargo, Antro es un juego más frenético y menos reflexivo que aquellos. En este caso sí podemos defendernos con un palo con el que golpear a enemigos y objetos del escenario para abrirnos paso.
Por contra, apenas hay puzzles y exploración por los escenarios. Una exploración que se reduce a encontrar 15 coleccionables que no son nada complicados de encontrar. Eso sí, son muy útiles y casi imprescindibles para comprender al 100% esta distópica sociedad.

Lo que más destaca de Antro son sus niveles rítmicos. Con temas de rap cantados en castellano (la primera vez que veo algo así en un videojuego), tendremos que saltar, golpear o deslizarnos en el timing correcto para superar unas fases que se me han hecho más cortas de lo que me gustaría. Aun así, me han gustado tanto que las he repetido varias veces para superarlas sin sufrir daños y ganar el logro pertinente.
Las canciones me han parecido realmente buenas. No suelo escuchar este tipo de música, aunque sí me gustan unas batallas de gallos que sigo desde hace más de 10 años. Si odias por completo la música urbana, seguramente este no sea tu juego, aunque recomiendo escuchar alguno de sus temas, pues pueden sorprenderte. Además, no son canciones que funcionan bien y poco más, sino que otorgan una capa más en lo narrativo.

Es la mejor forma que tiene Antro para mostrarnos lo que siente Nittch, su rabia, tristeza y ganas de luchar para acabar con un mundo que le prohíbe hasta lo que más ama, escuchar música. Estos niveles están muy bien acompasados con el beat, tanto en lo visual, con ciertos elementos que se activan en el momento justo, como la posición de enemigos y obstáculos.
Son tan divertidas estas fases que me hubiese encantado que todo el juego fuese así, o al menos que tuviese un par de ellas más. Logran transmitir y eso es algo que cada vez parece que cuesta más.
Conclusión
Antro nació de la revolucionaria idea de unos jóvenes que aprovecharon la pandemia para juntarse a través de Discord y posteriormente fundar Gatera Studio. Tres años después, y tras lograr ayuda en la financiación por su potente narrativa y estilo visual, han dado a luz un primer proyecto que logra algo muy complicado: transmitir.
Lo consigue, principalmente, con su narrativa y su música. Ambientado en una Barcelona distópica en la que la superficie es completamente inhabitable por el Colapso que acabó con la mayoría de la humanidad, los que aún viven lo hacen en un régimen totalitario bajo tierra. Allí, Nittch, nuestro protagonista, se embarca en la misión de trasladar un paquete de vital importancia para derrocar la Cúpula, el ente que controla todo a base de tecnología y censura.
La ambientación está muy cuidada, especialmente en los fondos, que aportan profundidad y reflejan con precisión el mundo subterráneo, reforzado mediante coleccionables y cinemáticas. Eso sí, el mejor elemento narrativo es la propia música. A través de ciertas fases rítmicas, varias canciones de rap nos cuentan qué siente Nittch, su rabia, impotencia y deseo de cambio. Son los mejores momentos jugables del juego: son divertidas, frenéticas… y quizás algo breves para lo brillantes que son.
El resto del juego ofrece secciones más pausadas, con puzzles y plataformas algo más discretos y menos memorables.
En definitiva, Antro es una aventura corta, de unas dos horas de duración, que da justo lo que promete: una buena trama, ambientación y niveles rítmicos. El conjunto funciona mejor que cada parte por separado, y todo suma para consolidar una experiencia que se sitúa, sin duda, entre los mejores debuts del videojuego español reciente.
Lo Mejor:
- ✅ Sus niveles rítmicos con canciones de rap son frenéticos y muy divertidos.
- ✅ La ambientación de los escenarios es justo la que necesita su trama: opresiva, sucia y cambiante según avanzamos.
- ✅ La trama mantiene el interés en todo momento, te involucra en la causa de los Discordantes.
Lo Peor:
- ❌ Las fases rítmicas se me hacen escasas y algo cortas para lo buenas que son.
- ❌ Algún bug que impide lograr el 100%.
- ❌ A los niveles que no son rítmicos les hacen falta algo de inspiración en lo jugable.
* Hemos analizado el Antro gracias a una copia de prensa otorgada por Selecta Play a través de Keymailer.