Inspirado por los clásicos del género
Ruffy and the Riverside es el primer título desarrollado por Zockrates Laboratories, un estudio alemán creado en 2017 que consiguió llamar mi atención desde que vi su primer tráiler. Y es que el género de los plataformas 3D siempre ha sido mi favorito, pues he crecido con juegos como Crash Bandicoot, Super Mario Galaxy o Spyro, por lo que trato de que mi radar no se salte ninguno, pues no abundan últimamente.
Es una alegría que nuevos estudios opten por este género, pues creo que es suficientemente escalable para hacer todo tipo de aventuras sobre él: cortas o largas, centradas en el desafío o en la exploración, sin límites en el apartado artístico, etc. Eso sí, las sensaciones al jugar siempre tienen que ser satisfactorias, los saltos precisos y, en lo personal, tiene que tener un aura alegre que te inste siempre a volver y a no dejar el mando una vez entras en su universo. Ruffy and the Riverside cumple con todo ello.
Sus grandes inspiraciones se pueden apreciar en un primer vistazo. El estilo artístico nos lleva directamente a la saga Paper Mario, con personajes planos similares a un papel, aunque hay algunos que se saltan esta norma, sobre todo los más grandes. En su estructura, funciona como un collectathon, es decir, un título abierto muy centrado en la exploración y recolección de todo tipo de coleccionables. La clara inspiración es el creador del género, Super Mario 64, aunque también hay bastante de Banjo-Kazooie en los cómicos diálogos y excéntricos personajes.
Con todo, esto solo se queda en una inspiración que ellos mismos mencionan en una zona oculta del inicio del juego, lo realmente importante son todas sus ideas propias que mezclan genial con las clásicas.
El “Canje”: una mecánica sobre la que fluye la aventura
Qué gusto dar enfrentarse a un juego y ver que cuenta con una mecánica que nunca has probado antes. Ruffy and the Riverside basa casi todo el sistema de puzles y exploración en el “Canje”. Esta habilidad que Ruffy tiene por ser el “elegido” es muy sencilla de usar. Primer escaneamos cualquier cosa del escenario, puede ser un río, una enredadera, madera, acero… todo lo que puedas ver. Esto nos permite almacenar durante unos segundos el material del que está hecho lo que acabamos de escanear. Después, podemos aplicárselo a otra cosa para transformar su materia.
Con ejemplos concretos será más fácil de entender. Si hay un lago con agua y queremos pasar por encima, tendremos que escanear un trozo de hielo que haya cerca y lanzarle estas propiedades al agua, haciendo que se congele y podamos andar por encima. Pues bien, esta idea se explota constantemente durante las más de 11 horas que he tardado en completarlo casi al 100% (me faltan dos y me tienen desesperado).

No siempre son elementos básicos, sino que podremos coger letras, números, colores o formas geométricas. Las posibilidades son casi infinitas y se vuelve más divertido según vamos dominando esta mecánica. Al principio puede resultar un poco tosca, pero pronto fluyes con ella y se vuelve una de las mejores que he visto nunca en un plataformas 3D.
Si algo brilla en Ruffy and the Riverside son sus puzles. De hecho, apenas hay enemigos y los jefes no superan los dedos de una mano. Tampoco hay excesivo plataformeo y los saltos no son tan satisfactorios como en otros juegos del género. No hay doble salto y lo único que tenemos es la capacidad de planear colgándonos en nuestra compañera Pip, la abeja.
Prácticamente, vamos de puzle en puzle, la mayoría de ellos muy sencillos de superar en apenas minutos. Hay varios que se repiten, aunque siempre con distintas soluciones que te harán o bien darle al coco o, por contra, explorar el escenario que tengamos alrededor. Es curioso ver un juego que no abusa del combate ni de oleadas de enemigos para alargar artificialmente la duración. No he sentido en ningún momento estar haciendo algo aburrido o que sobrase, y eso lo agradezco enormemente, pues no es sencillo que ocurra.
Riverside, una isla repleta de secretos
La premisa del juego es sencilla: un oscuro mal acecha Riverside y nosotros, con nuestro poder del “Canje”, somos los únicos capaces de frenarlo. Lo mejor a nivel de guion son las pequeñas conversaciones que tenemos con decenas de NPCs que hay esparcidos por el escenario. Ruffy y Pip forman un dúo muy divertido y traen siempre una alegría especial allá donde van. Hay más diálogos de los que suele haber en un juego de este tipo, aunque no se hacen pesados porque suelen ser cortos y concentrados en la historia principal. Una que cuenta con algún giro que da frescura a la recta final.

En lo visual me ganó desde el primer momento. El color del mundo y el enorme carisma de sus personajes, gracias a unas animaciones que no cesan en ningún momento (Ruffy está bailando todo el tiempo), le dan mucha alegría a cada partida. Además, su banda sonora sigue esta línea, con temas muy pegadizos que no se vuelven repetitivos. Por contra, he visto algunos fallos visuales en su versión de PC, pero son bastante puntuales y no desmerecen el conjunto.
El mundo se abre rápidamente, a los pocos minutos ya tendremos disponible la parte central del mapa, que concentra la mayoría de coleccionables y misiones secundarias. Puedes perderte ahí durante horas antes de ir a la misión principal, que es justo lo que hice. Un buen collectathon tiene que ser adictivo, y este lo es. El mapa no es tan grande como parece al abrirlo, pero sí es muy denso en contenido. No hay zonas “muertas”, si no hay un coleccionable, hay un puzzle y si no una misión secundaria.

He disfrutado mucho de la exploración y recolección de coleccionables. Los hay de todo tipo: gemas para nuestro amigo topo Eddler; acertijos de una serpiente para abrir una zona secreta; estructuras en forma de patata con un código que hay que encontrar por el escenario; los etoi, criaturas que se camuflan en objetos del escenario y que hay que estar muy atento para encontrarlas, etc. No es tan complicado de encontrarlas todas, aunque agradecería que al final nos dieran pistas en el mapa, pues me han faltado dos coleccionables que me siguen volviendo loco.
Podremos usar la moneda del juego para aumentar nuestros corazones y las capuchas que nos aportan mayor resistencia al correr y regeneración de vida. Hay pocas ocasiones en las que podamos morir, pues apenas hay amenazas, por lo que los corazones y su regeneración están casi de adorno. No hay más mejoras aparte de estas, por lo que los coleccionables, más allá de un poco de lore que aportan algunos, son más por llegar al 100% que por desbloquear algo especial.
Una historia principal más grande de lo esperadomi
La historia principal de Ruffy and the Riverside es más grande de lo que parecía que iba a ser en un principio. Tardé tanto en adentrarme en ella por todo el contenido secundario que hay, que pensé que el mapa que vemos es donde se desarrolla todo. Y es así, pero a la vez no. Hay varias fases más lineales que nos llevan a nuevas zonas más concentradas y donde se innova más a nivel de gameplay.
Por ejemplo, hay carreras de pacas de paja, un vehículo muy útil para posteriormente explorar Riverside, zonas de sigilo con fantasmas u otras más plataformeras con pruebas a lo Indiana Jones en una pirámide. En estas fases, la exploración se deja más aparcada y los puzzles y los saltos sacan su mejor versión. El diseño de niveles está muy logrado y saca todo el máximo partido «Canje».

La variedad también lo es de entornos, con zonas heladas, otras costeras o tétricos cementerios. Su duración es bastante alta para ser un indie de plataformas, aunque esto es así si exploramos, pues si vamos a tiro hecho la aventura puede durar la mitad facilmente. Pero si tienes pensado jugarlo, es imprescindible ir con la mente de explorar todo lo posible, pues es como está pensado para sacarle todo el jugo.
Conclusión
Zockrates Laboratories irrumpe con fuerza en la industria del videojuego con su primer título: Ruffy and the Riverside. Un plataformas 3D con personajes creados en 2D al más puro estilo Paper Mario, pero con una identidad propia y unos personajes que rebosan carisma. Las animaciones y la sensación de estar pintados a mano les llena de vida gracias a un estilo artístico muy colorido y agradable. A este se le suma una banda sonora del mismo estilo, que te hará mover la cabeza al mismo tiempo que exploras su denso mapa.
Como buen collectathon te pasas más de la mitad de la aventura explorando Riverside para encontrar todos sus coleccionables y realizar todo tipo de puzles y misiones secundarias. Es adictivo: siempre hay algo que hacer en cada rincón. No hay zonas vacías; siempre encontrarás un NPC con el que hablar, una gema que recolectar o un pequeño desafío que afrontar.
Todo el juego está sustentado en una mecánica, el “Canje”. Con él, podemos cambiar las texturas de cualquier cosa del escenario por la de otra. Así, podemos cambiar una paca de paja a una de acero y hacerla caer para que sea una palanca o coger una flecha hacia abajo y colocarla en una puerta para que se abra. Las posibilidades son enormes y están muy bien explotadas para que no se haga repetitivo, y eso que apenas hay combate y el plataformeo está en zonas muy concretas.
La aventura es variada, con varias sorpresas a nivel de gameplay y una historia que va de menos a más, con algún giro muy divertido en su tramo final. Es una brisa de aire fresco para los que amamos el género: un juego que se disfruta con una sonrisa constante. No busca complicarse ni complicarte, simplemente quiere que te diviertas cada vez que le dedicas tu tiempo. Y esa es, precisamente, la esencia más pura de los clásicos a los que rinde homenaje.
Lo Mejor:
- ✅ Su apartado visual y sonoro desprende una alegría enorme.
- ✅ La mecánica del 'Canje' funciona genial y sabe reinventarse para que no se haga repetitiva.
- ✅ La exploración y los puzles opcionales son muy adictivos para conseguir 100%.
- ✅ La aventura principal es muy variada, con varios entornos y sorpresas a nivel de gameplay.
Lo Peor:
- ❌ Algún fallo visual en algunas texturas.
- ❌ Su parte plataformera está lejos de ser tan precisa como los grandes del género.
* Hemos realizado esta crítica gracias a una copia de prensa para Steam ofrecida por Zockrates Laboratories y Pirate PR a través de Keymailer.