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Crítica de El Juego del Calamar 3: Un cierre agridulce, pero adictivo hasta el final

El ¿final? de un fenómeno mundial

El Juego del Calamar 3 es el esperado final de una de las series más exitosas a nivel mundial de Netflix. Tanto, que ya forma parte de la cultura popular, pues ejemplos como las indumentarias de los guardias con máscaras de formas geométricas o la muñeca que dicta sentencia en el juego “Luz verde, luz roja”, son conocidas por medio planeta. Un fenómeno que parece haber pasado, en esta temporada, más desapercibido, pues no ha generado tanta conversación en redes sociales. Sin embargo, la realidad es muy distinta a la que reflejan las redes sociales.

Poco después de su estreno, la temporada ha logrado colocarse en el puesto número uno en 93 países, incluyendo Corea del Sur, país de origen de la serie, o Estados Unidos. La serie sigue teniendo tirón, algo que no han desaprovechado al anunciar, justo al estrenarse la temporada, que un spin-off centrado en USA está ya de camino. Y es normal, pues me parece que la idea tiene posibilidades muy interesantes para expandirse, por lo que si este proyecto sale bien, esperaría varias ramificaciones más de la serie madre.

Para entender El Juego del Calamar 3, es imprescindible haber visto su segunda temporada, pues es un arco claramente dividido en dos. Al contrario de una primera que me sigue pareciendo la mejor hasta el momento: era una trama redonda, los juegos se sentían más frescos y era capaz de contar todo en 9 episodios. Me parecen dos historias muy similares, llenas de paralelismos. No han buscado innovar, sino darnos más de lo mismo con otros personajes y pruebas, profundizando un poco más en qué hay detrás de estos juegos, aunque dejando bastantes subtramas en el aire para retomarlas en el futuro.

¿Ha estado a la altura de las expectativas o se queda a medias? La respuesta corta es que depende de qué esperases. Es una temporada que devoras con la misma ansiedad que las anteriores, que te mantiene constantemente en tensión, sufriendo con cada muerte inesperada y en la que los episodios de una hora de duración se sienten como si duraran la mitad. Eso sí, es un cierre que no se siente como tal, y quizás esto pueda traer polémica, además cuenta con algunas tramas muy desaprovechadas. Entremos a analizar más en profundidad estos 6 episodios con los que termina El Juego del Calamar, que siguen siendo dirigidos y guionizados por su creador, Hwang Dong-hyuk.

* A partir de aquí habrá SPOILERS sobre El Juego del Calamar 3, si queréis una opinión sin ellos, id directamente a la conclusión.

Todo sigue igual tras la fallida revolución

La segunda temporada acabó con tres tramas abiertas: el fracaso del plan de Seong Gi-hun de enfrentarse, junto a su equipo, a los responsables del juego, la del policía Hwang Jun-ho buscando la isla donde se celebran los juegos y la de Kang No-eul infiltrada como guardia con el objetivo de salvar al padre de una niña enferma. Aquí el problema viene cuando la más interesante, con diferencia, sigue siendo la de los propios juegos, mientras que la del policía cuenta con bastantes minutos para lo desaprovechada que está y la de No-eul, que es la que mejor cierra, es la más aburrida.

Vemos a un Gi-hun muy cambiado esta temporada. Su vida tras los primeros juegos consistía en buscar la forma de derrocar a sus creadores, por eso volvió con un plan que parecía infalible. Sin embargo, ni desde dentro, donde fue engañado por el anfitrión Hwang In-ho, ni desde fuera, con un Jun-ho muy decepcionante, han sido capaces de mover mínimamente los cimientos de una organización que parece tener todo siempre bajo control.

Gi-hun en el inicio de El Juego del Calamar 3.
Gi-hun no es el mismo en esta temporada. Su vitalidad está completamente esfumada y ya no tiene motivos para seguir adelante. /Netflix

Está derrotado. Su propósito se ha esfumado y parece más un muerto viviente que el radiante ser humano que entró en los juegos en el primer capítulo de la serie. Ya no razona, pues lo único que tiene es rabia, echándole la culpa al falso marine, el jugador 388, por no haber llevado la munición que necesitaban sus compañeros que acabaron muertos. Además, son colgados en el centro de las escaleras que conducen a nuevos juegos, un nuevo mensaje del control absoluto que muestran los organizadores.

Llaves y puñales, el juego más duro de la temporada

Los juegos continúan como si no hubiese pasado nada. El siguiente es “Llaves y puñales”, el mejor y más cruel de este segundo arco de la serie. Es una mezcla entre el “pilla-pilla” y el “escondite”, aunque en este caso los que la llevan portan un puñal y los que huyen una llave. El objetivo de los primeros es acabar con uno de los segundos, mientras que los que escapan tienen que aguantar 30 minutos vivos o encontrar una de las salidas ocultas tras las puertas.

Como es habitual en El Juego del Calamar, los juegos mentales ocurren antes de que inicie el propio juego, pues es posible intercambiar el rol antes de la partida. Tratos, traiciones y alianzas inesperadas siguen siendo lo mejor de la serie. Hay personajes que deseas que mueran lo antes posible, como la profeta jugadora 044 o el sádico y loco jugador 124. Mientras que otros son muy difíciles que te caigan mal, como es el caso de la anciana jugadora 149 o la fuerte jugadora 120. Eso sí, guste o no, ninguno saldrá con vida, como ya deberíamos saber tras ver la primera temporada.

Escenario previo al juego Llaves y puñales de El Juego del Calamar 3.
La fotografía sigue dando imágenes muy potentes. /Netflix

Subtramas personales que fueron desarrolladas en la segunda temporada, aquí tienen el clímax final. La anciana y su desastroso hijo o la embarazada jugadora 222 y su relación con el ausente padre y jugador 333. El trío que forman las jugadoras 222, 149 y 120 es lo mejor del capítulo. Y es que no había mejor momento para ponerse de parto que en un juego en el que te persiguen decenas de jugadores con el objetivo de rajarte el cuello.

Uno de los partos más surrealistas de la ficción se da en este juego, con la anciana haciendo de matrona y la jugadora trans hace de guardaespaldas. La tensión se mantiene durante la hora y media de metraje que se lleva “Llaves y puñales”. Está muy bien rodado para mostrar un terreno confuso, laberíntico y lleno de peligros en cada esquina en forma de psicópatas, aún más peligrosos según avanzan los juegos.

Son 35 jugadores los que caen aquí, entre los que se encuentran algunas de las muertes más dolorosas de toda la serie. Para empezar, la jugadora 120 cae tras encontrar la salida y volver para rescatar a sus dos amigas y al bebé. Por el camino, es apuñalada por el padre del recién nacido, que estaba demostrando ser un monstruo al matar más gente de la cuenta para ganar más dinero, aunque esto era solo el principio. Además, el hijo de la anciana es asesinado por ella misma, pues fue incapaz de llevarse la vida de otra persona y tenía planeado hacerlo con la 222.

Jang Geum-ja y su hijo Park Yong-sik tratan de sobrevivir juntos.
El aire de Reality Show, con alianzas, familiares y traiciones, está más presente que nunca en esta temporada. /Netflix

Esta decisión, pensada fríamente, puede ser incomprensible, pero hay que verla en el momento. Creo que lo hace sin impulsivamente, ve a una madre que acaba de dar a luz a punto de ser asesinada y ella actúa por puro impulso. Además, su hijo ha demostrado ser un desastre en todas y cada una de las pruebas, con decisiones muy cuestionables como querer continuar jugando aunque su madre estuviese aquí metida. Eso sí, el llanto de la madre al ver a su hijo morir te pone la piel de gallina, es desgarrador.

Hay otras muertes que nos pueden alegrar un poco más, como la de la profeta a manos del tímido y empastillado jugador 125 o la del jugador 388 a manos de Gi-hun, más por ver sobrevivir a este último que por lo que haya hecho el falso marine.

El juego acaba y el juego continúa. Próxima parada: la comba sobre las vías del tren.

Un bebé que lo cambia todo

Esta temporada sufre un antes y un después del nacimiento del bebé de la jugadora 222. A partir de aquí, se convierte casi en la principal protagonista dentro de los juegos, pues es una participante más. Gi-hun recibe un nuevo propósito para continuar, sobre todo tras triste charla que le da la anciana sobre la relación que tenía con su hijo. Al final, se pueden contar con los dedos de una mano las buenas personas que han llegado hasta estas instancias del juego, y estos dos forman parte de ellas.

Por desgracia, antes del próximo desafío, la jugadora 149 amanece colgada por unas sábanas. Decidió quitarse la vida tras lo que le hizo a su hijo, sus motivos para vivir se habían disipado. Uno de los mejores personajes de toda la serie, sin duda.

El bebé en El Juego del Calamar 3.
El bebé se convierte en el gran protagonista de la segunda mitad de la temporada. Lo malo: un CGI que canta demasiado en algunas escenas. /Netflix

El siguiente juego es uno de pura habilidad: saltar a la comba mientras se avanza por las estrechas vías de un tren. A nivel de producción, la serie sigue siendo una maravilla, sobre todo en los escenarios dedicados a sus juegos, y este es un ejemplo de ello.

Gi-hun se propone salvar al bebé y a su madre, llevando primero al recién nacido para volver más tarde por la jugadora 222. Un acto heroico que vuelve a encauzar a un personaje que parecía completamente perdido. Consigue poner a la niña a salvo en una escena cargada de intriga, con ciertos planos en primera persona que mostraban la terrible altura que había respecto al suelo.

Como no podía ser de otra manera, el segundo jugador en llegar se creyó el más listo, quedándose en el otro extremo para empujar a todos los jugadores y quedarse con el premio gordo. Con lo que no contaba es que Gi-hun era el otro que había pasado, por lo que su plan cae tan bajo como lo hizo él al caer desde metros y metros de altura.

Escenario de la comba en el Juego del Calamar.
Este es el escenario mejor recreado a nivel visual de toda la temporada. /Netflix

Este juego es el más corto de la temporada, pero no por ello menos intenso. 16 son los jugadores que caen en esta prueba, aunque la más relevante será la de una jugadora 222 que se rinde para salvar a Gi-hun con la idea de que cuide a su bebé en su ausencia.

Los vips, de los que hablaremos más adelante, deciden que la jugadora 222 ahora es el bebé, contando como un jugador más y llevándose parte del premio. Esta es la excusa perfecta para que seis desalmados se unan con el objetivo de eliminar al bebé. Están liderados por un jugador 100 que es el más ruin de todos, pero que sabe jugar sus cartas a la perfección. La violencia se prohíbe y los 9 jugadores restantes se dirigen a una lujosa última cena antes del juego final, como ya sucedió en la primera temporada.

“No somos caballos, somos personas, seres humanos”

Antes del último juego, Gi-hun recibe una interesante oferta por parte del líder, Hwang In-ho. Un puñal y una larga noche para acabar con todos los que amenazan la vida el bebé. Esto es algo que el propio anfitrión parece haber vivido ya, pues vemos un pequeño flashback donde el sí ejecuta a sus compañeros de celda. Sin embargo, Gi-hun es muy diferente a él, como hemos visto durante estas temporadas. Aunque sí tenía intención de hacerlo en un principio, se arrepiente y no cruza una línea que solo ha cruzado cuando no había elección.

La última prueba es puramente mental, llamada El Juego del Calamar en las alturas, consta de elegir un mínimo de tres jugadores para ser eliminados, votando entre todos los participantes. Eso sí, es a una altura enorme sobre tres plataformas con las formas clásicas del círculo, el cuadrado y el triángulo. Además, primero hay que pulsar un botón y después expulsar al menos a un jugador. Haciendo lo propio en cada una de las plataformas.

El Juego del Calamar en las alturas.
El Juego del Calamar en las alturas es el último juego de la serie. Un baile de alianzas y traiciones. /Netflix

Parece que el jugador 333 muestra, por primera vez, algo de humanidad por su hija y decide que el primero en caer no sea ella, sino el ausente jugador 125. En la segunda es cuando todo se descontrola. El 333 se une a Gi-hun y juntos acaban con los otros cinco en una batalla muy intensa. La serie sabe llevar estos momentos de manera impecable, siempre te tienen con un nudo en la garganta y los giros están muy bien metidos.

En este caso, el 333 tenía unas intenciones muy distintas a las que parecía en un primer momento. Él decide cruzar la plataforma y trata de quitar de las manos a su hija de Gi-hun con el objetivo de lanzarla al vacío en la última ronda y llevarse íntegro el premio. Su humanidad es completamente inexistente, al contrario que la de Gi-hun, que le gana la pelea pero sin pulsar el botón que daba inicio al temporizador.

Esta situación nos deja a dos jugadores de los cuales solo puede quedar uno. ¿Tirará Gi-hun al bebé por el precipicio o se lanzará él mismo, cumpliendo la promesa y haciendo nuevamente lo más bondadoso? No tenía ninguna duda que iba a ser lo segundo. Es lo que más cuadra con el personaje. El ya ganó y su vida fue peor de lo que ya estaba antes. Su misión ha fracasado y su último objetivo vital era cuidar de esta niña.

Los Vips en El Juego del Calamar 3.
Los Vips representan a las personas más huecas de toda la serie. Son caricaturescos y algo sobreactuados, pero son necesarios para comprender el tipo de gente que apoya los juegos. /Netflix

Su última frase define perfectamente lo que han sentido los 912 jugadores que hemos visto caer en estas tres temporadas: “No somos caballos, somos personas, seres humanos”. Es el último reducto de humanidad que los impasibles vips contemplan tras sus extravagantes máscaras que no ocultan la bajeza moral que demuestran en cada aparición. Esta frase tiene relación con su pasado, que le llevó a la bancarrota tras gastarse su dinero en apuestas de caballos y que le acabó llevando a este matadero. Se cierra el círculo.

No es el final que esperaba del personaje cuando comencé a ver la segunda temporada. Creí que sería capaz de hacer daño a esta organización de un modo u otro, que todo por lo que ha pasado tendría un fin mayor. Sin embargo, si algo nos ha enseñado esta serie es que el mal casi siempre gana. No es un final feliz para ninguno de los 456 jugadores que entraron con la falsa ilusión de salir de allí con la vida resuelta tras haberlo hecho muy mal fuera de aquí. Solo el futuro dirá si el único con un final feliz será un bebé huérfano pero millonario.

El único reducto de luz lo tenemos en las otras dos tramas secundarias que han ido rellenando cada uno de los seis capítulos.

Un policía con la trama más desaprovechada de toda la serie

Mientras el plan de Gi-hun fracasaba en los juegos, había la esperanza de que el policía Hwang Jun-ho encontrase la isla y encerrase a los responsables. Si no es por su compañero Choi Woo-seok no habría logrado absolutamente nada en toda la temporada. Su olfato es imprescindible para darse cuenta de que el capitán Park está compinchado con los organizadores de El Juego del Calamar. Actúa como un auténtico policía sin serlo, encontrando pruebas en su casa y jugándose el cuello por un Jun-ho que tarda una vida en darse cuenta de la verdad.

Al final, acaba encontrando la isla. Por supuesto, muy tarde. Llega cuando la autodestrucción está iniciada, por lo que apenas le da tiempo a ver a su hermano, apuntarle y gritarle pero sin obtener absolutamente nada. No entiendo por qué gastar tantos minutos en esta trama, pues no se inició en esta temporada, sino que la llevamos viendo desde el inicio de la serie cuando se infiltró en los primeros juegos.

El policía Hwang Jun-ho en El Juego del Calamar 3.
Hwang Jun-ho demuestra muy poco olfato y capacidad como policía. /Netflix

No tiene ningún sentido que 6 meses después la sensación que tengan es la de haber cumplido su misión. ¿Se creen realmente que aquella explosión acabó con toda la organización? ¿son tan ilusos? Literalmente no han hecho nada salvo acabar con Park que no puede tener menos importancia.

Además, Jun-ho recibe un inesperado regalo de su hermano: el bebé y una tarjeta con el millonario premio que ganó. ¿De repente va a ser padre de un bebé que no sabe ni quién es? En fin, una trama que sí es decepcionante y lo que más emborrona un final que habría sido mucho mejor si se hubiese planteado de otra forma.

Las niñas son las verdaderas ganadoras de El Juego del Calamar

Son cuatro las niñas que tienen un final mucho más feliz que el resto de personajes. De la primera ya hemos hablado y es el bebé. Será rico y parece que va a tener a alguien sano mentalmente que se dedicará a cuidarla. La segunda es la hija del propio Gi-hun, quien recibe la herencia millonaria de su padre, aunque también la triste noticia de su fallecimiento. Por último, falta hablar de la niña enferma de la sangre que conocimos en la segunda temporada y que es la protagonista de la última trama de la que falta por hablar.

Es otra historia que parece que va a tener mucha relevancia en el global de la serie pero que acaba reducida a un simple rescate. Kang No-eul actúa como guardia con una misión: salvar al padre de la niña para que pueda tratar su enfermedad. Está bien ver la perspectiva de esta gente, así aprendemos que experimentan con órganos de algunos jugadores aún vivos y cómo es su rutina y la clase de personas que son.

Kang No-eul borrando información del padre de la niña.
Kang No-eul es la única que cumple su cometido: salva al padre de la niña y ambos siguen su vida. Además, parece que acaba encontrando a su hija perdida. /Netflix

Con todo, me parece también bastante desaprovechada, pues No-eul no modifica un ápice de su plan para fastidiar a la organización. Simplemente le salva la vida al hombre, borrando todo rastro para que no le localicen y llevándole de vuelta con su hija. Es el final más feliz de todos, pues a esto se le suma que Kang No-eul ha conseguido localizar a su hija perdida, que es la cuarta niña a la que se atisba un buen destino.

El Juego del Calamar 3 aprieta pero no ahoga gracias a estas cuatro niñas que sí tendrán, o eso espero, un futuro mejor que el 99% de los personajes que hemos visto en la serie.

Un adelanto del Spin-Off de El Juego del Calamar

El Juego del Calamar 3 es el final de la serie, pero no de este universo. Me adentré al último capítulo a sabiendas de que ya habían anunciado un spin-off centrado en Estados Unidos. Por eso no me sorprendió en absoluto ver en Los Ángeles cómo una mujer interpretada por Cate Blanchett jugaba al Ddakji con un vagabundo. Es un primer vistazo del que será un spin-off que espero que nos cuente más sobre esta organización.

Cate Blanchett en su cameo para El Juego del Calamar.
Cate Blanchett es el cameo estelar que da pie al futuro spin-off de El Juego del Calamar. ¿Será en Los Ángeles? /Netflix

En esta temporada hemos vuelto a ver a los vips, los cuales son claramente de raza occidental, a diferencia del resto del cast. Lo horrendos que son como personas ya nos ha quedado claro, ahora esperemos que exista alguien capaz de hacerles frente como por desgracia no lo ha sido ninguno de los personajes que hemos tenido en estas tres temporadas.

Conclusión

El Juego del Calamar 3 pone el broche final a una de las series más exitosas a nivel internacional de Netflix. Su primera temporada cosechó tantos éxitos que se volvió un fenómeno cultural como pocas veces ocurre con una serie. El dilatado tiempo que pasó entre la primera y la segunda temporada (más de 3 años) no empequeñecieron sus cifras, logrando ser el mejor debut televisivo de la historia de la plataforma.

Esta tercera temporada hay que entenderla como la otra mitad de un arco narrativo que se abrió en la segunda. Comienza justo donde acabó aquella, por lo que no hay medio minuto para reposar la masacre que fue aquel final de temporada. Son seis capítulos que mantienen los puntos buenos de la serie: juegos originales e imprevisibles en los que cualquiera puede morir, un ritmo frenético y personajes carismáticos tanto para lo malo como para lo bueno. Sigue siendo una de las series que más atrapantes e idóneas para maratonear.

Por contra, existen dos tramas secundarias que fueron abiertas en la anterior temporada, la del policía Hwang Jun-ho y la de la guarda Kang No-eul que suman demasiados minutos para lo intrascendentes que resultan. Lo más interesante siguen siendo los juegos y todo lo que hay fuera de ellos, si no vas a llevarlo a ningún sitio, deja una sensación demasiado agridulce para lo que podría haber sido un gran final de serie.

Es una temporada dura, con varias muertes que aún siguen doliendo, pero que sigue dejando demasiadas dudas sobre lo que rodea al propio Juego del Calamar. Es un final que se queda a medias, pues el objetivo de la temporada parece más el encauzar la trama hacia su próximo spin-off, centrado en Estados Unidos, que en dar un final a la altura de los personajes que ya conocemos.

Las opiniones en redes están muy polarizadas hoy en día, o todo es blanco o negro. Por esto, no se ha tardado en tachar esta temporada de una decepción o de incluso una aberración. A mí me parece que, juntándola con la segunda, es muy similar a la trama que ya tuvimos en la primera y que tanto gustó. Quizás ha faltado algo más de riesgo y aportar algo nuevo, pero sigue siendo tan entretenida y adictiva como lo fue en su debut.

Sea como fuere, si este es el nivel mínimo que va a tener la franquicia a partir de ahora, yo estoy dentro. Continúa siendo uno de los mejores entretenimientos que tiene Netflix en su catálogo, por lo que espero que tengamos muchos juegos más por delante.

Lo Mejor:

  • ✅ Tensión constante y juegos imprevisibles: puro entretenimiento, con pruebas que enganchan y sorprenden.
  • ✅ Momentos emocionales muy potentes: ciertas muertes son los momentos más duros de la serie.
  • ✅ Buen nivel de producción: dirección, escenarios y puesta en escena a la altura.

Lo Peor:

  • ❌ Subtramas que se llevan muchos minutos de metraje y que no llevan a ningún lado.
  • ❌ Se profundiza poco en qué es realmente El Juego del Calamar y quiénes lo llevan, con unos Vips demasiado sobreactuados y caricaturescos.
  • ❌ Poca innovación: la estructura del arco narrativo es demasiado similar al de la primera temporada.

Autor

  • Avatar de Jaime - Sora de Kingdom Hearts

    Comencé con una Game Boy Color y el Tetris, desde entonces no he soltado los mandos. Desde Crash Bandicoot a Elden Ring, cada día con más juegos completados que el anterior. Amante de Perdidos, Juego de Tronos y Como Conocí a Vuestra Madre. Metido en el mundo superheroico con El Caballero Oscuro y Vengadores: Infinity War como mis favoritas. También está en mi top: La vida es bella, Toy Story 3, La La Land y Mad Max: Fury Road.

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