Crítica de Viuda Negra (2021) – Un trágico thriller que marca un cambio generacional

Una película muy castigada por su contexto

Viuda Negra fue una película con muy mala suerte. Su estreno estaba previsto para mayo 2020, fecha que, como todos sabemos, no se pudo concretar por el COVID-19. Llegó a retrasar su lanzamiento hasta 3 veces, haciendo que el público cada vez tuviese menos expectativas por una cinta que tampoco era de las que más tenía de primeras. La muerte del personaje en Vengadores: Endgame (2019) y el saber que se trataba de una precuela, eran elementos que quitaban expectación a la cinta.

Otros de los puntos que la lastraron en taquilla, fue su estreno simultáneo a través del difunto Premiere Access de Disney +. Era una forma de afrontar la pandemia por parte de Disney, que no triunfó en absoluto, pues era pagar por la película un precio muy elevado, además de la propia suscripción al servicio. De hecho, esto molestó mucho a la propia Scarlett Johansson, pues le produjo pérdidas estipuladas en su contrato que venían de la taquilla que hiciese la película. Después de denunciarles, acabaron llegando a un acuerdo. No es la salida más amable de una actriz que hemos tenido en el MCU, desde luego.

Para concretar, la recaudación a nivel mundial fue de menos de 380 millones de dólares con un presupuesto de 200 millones, esto la coloca como la quinta peor película del MCU a nivel de recaudación. Números que no creo que hagan justicia a una película que está muy por encima de ser la quinta peor. Desde luego, fue un inicio complicado de una Fase 4 que llegaba con varios cambios en la política de Marvel Studios sobre cómo afrontar sus producciones. Más series y películas no demasiado cohesionadas entre ellas y presentando cada vez más personajes de cara al futuro.

Cate Schortland fue la elegida para dirigir la segunda película del MCU con una mujer como protagonista tras Capitana Marvel (2019). Tras dirigir películas como Lore (2012) o El síndrome de Berlín (2017), se la escogió para dar más profundidad dramática al personaje de Natasha Romanoff. Eso sí, su papel fue bastante limitado como en la mayoría de películas de estudio que se hacen en Hollywood. Desde esta película, no ha vuelto a dirigir otra hasta el día de hoy.

* A partir de aquí habrá spoilers de la trama de Viuda Negra (2021). Si queréis una opinión libre de ellos, id directamente a la conclusión.

Un dramático arranque que se impone como lo mejor de la película

Me lo pareció en 2021 cuando vi la película en el cine y me lo vuelve a parecer ahora. El inicio de Viuda Negra es lo mejor que tiene la película. Marca perfectamente el tono dramático que tiene todo el trasfondo de Natasha Romanoff a través de un flashback de unos 15 minutos de duración. Nos transporta a 1995 con una familia que, de primeras, aparenta ser una feliz y normal. Vemos a dos niñas, una de ellas Natasha y la otra su “hermana” Yelena Belova. Viven con “sus padres” Alexei Shostakov (David Harbour) y Melina Vostokoff (Rachel Weisz) en Cuba.

La verdad se destapa rápidamente: los cuatro son agentes encubiertos con la misión de robar información a S.H.I.E.L.D. Digo cuatro cuando en verdad debería decir dos, pues las niñas, de 11 y 6 años, poco tendrían que ver en todo esto. Una noche, tras 3 años fingiendo ser una feliz familia, son descubiertos y escapan en una trepidante persecución. Al final, el general y jefe Dreykov, envia a ambas niñas a la Habitación Roja para ser entrenadas como Viudas Negras. Aquí la actuación de la joven Natasha (Ever Anderson Jovovic) te rompe con la desesperación que muestra la pobre niña al preocuparse más por su hermana que por ella misma.

La escena pareciese la de un dueño enviando a su perro al matadero, con la única diferencia de que a los “padres” que las han criado todo este tiempo, no se les nota demasiada tristeza. Esto funciona en realidad como un prólogo, pues justo después tenemos los mejores créditos iniciales de todo el MCU. Con la canción “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana y un cúmulo de imágenes de cómo entrenan a las Viudas y de ciertas misiones en las que se utilizan de asesinas. Me recuerda al inicio de la película El Increíble Hulk (2008) en la que nos explicaban en la propia intro el origen del personaje.

La misión sobre la que orbita Viuda Negra

El contexto temporal de Viuda Negra nos lleva a la época justo post Civil War, en 2016, para ser exactos. Una época en la que tanto ella como todos aquellos que se negaron a firmar los Acuerdos de Sokovia son perseguidos por el gobierno. Es una fugitiva, aunque ya está acostumbrada a vivir en las sombras. Ahora bien, esto solo sirve de excusa para localizar la película en una época concreta, pues quitando el principio, no se le da mucha más relevancia al hecho de estar fuera de la ley.

La trama principal nos la introduce el personaje de Yelena Belova (Florence Pugh). La elección de esta actriz, que supondrá el relevo generacional de Viuda Negra dentro del MCU me parece perfecta. Ya aquí me pareció de las mejores noticias de la cinta y me lo volvió a confirmar en Thunderbolts* (2025) liderando un proyecto más ambicioso de lo que fue este. Volviendo a la película, Yelena se encuentra Marruecos y está siendo controlada mentalmente, instada a acabar con otras Viudas que portan unos frascos con una esencia roja en su interior. Ella los recupera y se los envía a Natasha, esperando que junto a los vengadores solucionen el problema.

Se trata de un antídoto a este control, por suerte, Yelena es rociada con él y recupera su consciencia. Su misión ahora es clara: liberar al resto de Viudas con la ayuda de Natasha. Una Naty a la que se le nota que no lo está pasando bien en casi ningún momento. El tono dramático de la película ella lo encarna a la perfección, tanto en las expresiones de su rostro como en la ausencia de maquillaje. Su rostro es más natural que en otra ocasiones, mostrándonos su lado más íntimo y humano.

Quien le ayuda a esconderse es el exagente de S.H.I.E.L.D. Rick Mason (O. T. Fagbenle), un secundario que aparece por primera vez en esta película y que más allá de algún chiste es un Deus ex Machina que sirve para que Natasha tenga todo lo que necesite con solo pedírselo. Pues bien, Natasha recibe un maletín con los viales y no se da ni cuenta, llevándonos al primer enfrentamiento contra “la villana” de la película.

El desperdicio de Taskmaster

Una de las grandes decepciones de la película es su villana, o al menos la que actúa en combate como tal. Voy a desvelar el pastel desde ya, aunque se van dando ciertas pistas a lo largo de la película antes de la revelación final. Se trata de Antonia Dreykov (Olga Kurylenko), hija del General Dreykov a la que se dio por muerta, al igual que a su padre, en la mítica operación Budapest de Natasha y Clint Barton de la que nunca llegaron a revelar los detalles. Fue un daño colateral para terminar de una vez por todas con la Habitación Roja, pues Dreykov era el malvado líder de la misma.

Pues bien, resulta que ninguno de los dos murió en aquella explosión, algo que me parece muy cogido con pinzas para contar una historia que sin esto no existiría. Hubiese preferido que se centrasen en alguna operación más lejana en el tiempo, ya que esta película se siente forzada en la cronología.

Centrándonos en Taskmaster, que le cambien el sexo respecto a los cómics, pues ahí nunca fue mujer en ninguna versión, lo puedo entender para que se adapte mejor a la historia de Viuda Negra. Ahora bien, no creo que esté llevado demasiado bien su personaje. En combate no llega a ser lo espectacular que podría, pues su habilidad de aprender los movimientos de los demás, Los Vengadores en este caso, está bien de primeras pero tampoco llega a intimidar en exceso.

Después, como personaje, es prácticamente un títere sin emociones ni pensamiento propio. Obviamente, está siendo controlada por su padre, pero esto la convierte en un villano sin alma y que pasa tan de puntillas que su futura aparición en Thunderbolts* confirma que ha pasado por el MCU sin pena ni gloria. Su mejor escena es la primera aparición en combate contra Natasha, pues ahí sí tiene un par de movimientos muy buenos con el escudo y el gancho.

El significado de familia para las Viudas Negras

Entremos a hablar de la parte más sentimental de la película, una que sí me parece bien tirada. Yelena y Natasha se reencuentran tras 21 años sin verse. Eso sí, no esperéis un abrazo y dos besos, lo primero que hacen es darse de palos. Es lo que las han enseñado y es lo que son ahora. Poco a poco, van intimando y abriéndose la una a la otra. Es una relación realmente bonita, pues ambas saben lo que ha vivido la otra y sí veo una química de hermanas real, aunque no la sean. Natasha siempre actuando como la mayor, se le nota más madura y con más responsabilidad.

Por el otro lado, a Yelena la veo más encallada en el pasado. Mientras Natasha ha logrado formar una familia en Los Vengadores, ella ha estado completamente sola todo este tiempo. Por eso siente un ligero resentimiento por todo el tiempo que ha pasado sin que Natasha se preocupara por ella. Y es que para una Yelena de 6 años, aquella familia era real y, en parte, sigue siéndolo. Ambas charlan y se dan cuenta de que las dos siguen rotas por dentro. Su pasado les sigue atormentando y que siga la Habitación Roja operando en las sombras es algo que evitarán, juntas, a toda costa.

El primer paso es encontrar a Dreykov, y para ello necesitarán la ayuda de su “padre” Alexei. Este personaje es uno de los más anárquicos de todo Marvel. Es un hombre descuidado, que añora su pasado como Guardián Rojo, quedándose anclado en un sueño imposible. Es un desastre, casi todo lo que toca lo estropea, también por su gran fuerza, no solo física, que le hace arrasar con todo. Ahora bien, no creo que tenga mal fondo. Simplemente, es bastante descerebrado y con muy poca inteligencia emocional.

Su rescate de la prisión rusa en la que está encerrado es de las mejores escenas de acción de la cinta, con una Natasha entrando en modo diva como dice Yelena. Es impecable en lo visual, siendo una secuencia rodada de día y con una avalancha de nieve y el estilizado traje blanco de Viuda Negra. Además, aquí la banda sonora le da mucha épica a la escena.

El reencuentro con Alexei es lo esperado, con mucho rencor hacia él, pues no hizo nada para evitar que se las llevaran. Al final él siempre pensó por él mismo, quería un mejor puesto y tampoco le importaba demasiado nadie más. Lo peor es que como es tan limitado, las sigue viendo como sus hijas, tratándolas como si lo fuesen. No es el lápiz más afilado del estuche. La próxima parada es San Petesburgo, lugar donde se oculta la granja de Melina Vostokoff, la “madre”.

Melina es mucho más fría que el resto de la “familia”. De hecho, es la científica responsable de la creación del control mental sobre las Viudas. El ejemplo de hacer que un cerdo se quede sin respiración durante varios segundos muestra lo cruel que puede llegar a ser. Es bastante desagradable la relación que tiene con Alexei, ambos me siguen pareciendo personas horribles aún viendo el final. Yelena fue una de las que sufrió ese control mental y que su única idea de familia sea la que tiene con ellos, la rompe por dentro. Melina acaba traicionándoles y avisando a Dreykov de su paradero.

El fin de la Habitación Roja, esta vez de verdad

La recta final, además de parecerme demasiado alargada, es un enorme cliché del género. Para resumir: el villano te atrapa, te cuenta su plan, te escapas y le vences dejando una gran explosión detrás de ti, fin. Pues todo dura casi 40 minutos. El gran giro para escapar es que Melina no era tan mala como parecía, haciendo un cambio de rostro con unas máscaras faciales que ya utilizó la propia Viuda Negra en Capitán América: El Soldado de Invierno (2014).

De esta forma, Natasha logra tener un cara a cara con Dreykov mientras Milena puede rescatar a Yelena y a Alexei. Dreykov es uno de los villanos más desagradables que he visto últimamente. Es el arquetípico hombre encorbatado de alrededor de 60 años que busca tener todo controlado. Sobre todo a las mujeres, pues las recluta para utilizarlas como asesinas y espías, robándoles toda humanidad hasta el punto de inutilizar su consciencia. Es un personaje claramente enfocado al machismo, como se ve en la escena que amaga con golpear el rostro de una Viuda que no puede hacerle nada por unas feromonas que desprende.

Algo cogido un poco cogido con pinzas y que sirve para posteriormente lanzar un mensaje feminista: no dejarse controlar por los hombres o tenerles miedo, demostrando que pueden ser más fuertes que ellos. Así, logra liberarse de ese control cerciorándose un nervio de su cabeza para darle una buena paliza. Aunque esto no podía ser tan fácil, ya que Dreykov le lanza a todas las Viudas a por ella. Es cuando comienza la última gran secuencia de acción, una realmente buena.

La base de la Sala Roja está oculta en el cielo, aunque no por mucho tiempo. Con tanta pelea, con Yelena, Alexei y Milena combatiendo también contra Antonia, está cerca de explotar por los aires en millones de pedazos. Una secuencia que sí brilla en lo visual, con un gran CGI (salvo en una escena de Yelena que es nefasta) repleto de artefactos cayendo del cielo, al mismo tiempo que Natasha salta de plataforma en plataforma como la heroína que es. ¿Es inverosímil? Sí, ¿lo mola todo?, también. Una pena que esta secuencia, la más espectacular de Viuda Negra, fue spoileada en tráilers previos.

Total, que llegan al suelo todos vivos (Dreykov no, él muere quemado por Yelena) y da lugar al último enfrentamiento contra Antonia. Lo de que se llame Antonia me sigue pareciendo surrealista, por cierto. El modo de derrotarla es uno que se puso muy de moda a partir de esta Fase, que es el hacer que los malos pasen a ser buenos. En este caso sí tiene sentido, pues estaba siendo controlada mentalmente y simplemente con rociarla con el gas rojo su efecto se disipa.

Final feliz, Yelena se encargará de liberar al resto de Viudas y cada uno se irá por su lado. Al final, vemos como Rick Mason le entrega un Quinjet para que libere al resto de Vengadores encarcelados.

Lo más importante de la película de cara al futuro del MCU lo vemos en la escena postcréditos. En ella volvemos al presente, con Natasha muerta y una visita a su tumba, la de Yelena. Se despide de ella al mismo tiempo que una mujer misteriosa aparece. Se trata de Valentina Allegra de Fontaine, directora de la CIA y de operaciones secretas al margen de la ley. Tiene a Yelena como una de sus espías y su próximo objetivo es claro: acabar con el hombre que le quitó la vida a Natasha, Clint Barton. Esto nos llevará directamente a la serie Ojo de Halcón (2021).

En definitiva, la película sirve de cara al futuro, principalmente, para presentarnos a un personaje que puede ser de los mejores en este MCU moderno: Yelena Belova.

Conclusión

Viuda Negra (2021) fue una película que salió en un contexto muy complicado. Para empezar, fue retrasada hasta en tres ocasiones por los estragos que hizo el COVID-19 a la industria del cine. A esto se le sumó que Disney decidió lanzarla en su fallido servicio Premiere Access de Disney + por el que había que pagar un sobrecoste muy elevado para verla. Además, su situación dentro del MCU tampoco era de lo más atractiva. El personaje estaba muerto y para dar comienzo a una nueva fase, hacer una película que se encargue de cerrar tramas pasadas en vez de avanzar, le quitaba más expectación aún.

Centrándonos en la película, es una con un componente muy dramático y con un enfoque en cerrar una etapa y dar comienzo a otra. Natasha Romanoff se despide con un thriller con dos secuencias de acción muy espectaculares dentro de una historia de venganza contra Dreykov y su Habitación Roja. La cinta comienza con la mejor escena, un flashback de 1995 en el que vemos la infancia de Yelena y Natasha como hermanas ficticias en una operación de espionaje. Poco a poco, iremos conociendo a la primera, sus miedos e inseguridades, pero también sus increíbles capacidades como Viuda Negra.

La relación de hermanas está muy bien traída, ambas se entienden perfectamente, aun con sus diferencias, haciendo un dúo que sostiene la mayor parte de la trama. Sus padres ficticios son personajes muy grises, puedes odiarlos en una escena y que en la siguiente sientas cierta empatía por ellos. Por otro lado, el villano busca ser una representación del machismo, no se le puede tocar y controla a cientos de mujeres para sus propios intereses. Utiliza a Taskmaster, del que no revelaré su identidad, pero que diré que es una de las grandes decepciones de la película.

En definitiva, una película bastante cogida por pinzas por su contexto, pues se siente como un añadido artificial, ambientándose justo después de los hechos ocurridos en Capitán América: Civil War (2016) y pasando de puntillas por ellos. El drama y la acción mezclan bien y Florence Pugh se atisba como una de las caras más importantes durante los próximos años en el MCU. Es una buena despedida para la Viuda Negra que nos ha acompañado durante 11 años, dejando un relevo que tiene visos de incluso superar a la original. Y si no, al tiempo.