Una secuela que devuelve emociones perdidas
Pixar lleva tiempo intentando reencontrarse consigo misma. Desde Coco en 2017 no ha conseguido crear una película que marcara tanto en el público como solían hacer con prácticamente todos los primeros estrenos. Iban casi a obra maestra por película. Conseguían crear unos mundos y personajes con tanta personalidad, que se hacían iconos de la animación en todo el mundo. Todos conocemos a Woody y Buzz, Nemo y Dory, Sulley y Mike Wazowski o a Rayo Mcqueen, Remy, Wall-E y a la familia Increíble. Sin embargo, en las últimas películas apenas recordarás el nombre de alguno de sus personajes. De las últimas 8 películas solo puedo acercar al nivel de las primeras a Soul. No quiero decir que sean malas, ni mucho menos, la mayoría son buenas películas y totalmente disfrutables (Lightyear, tú no).
Dos de las últimas películas son secuelas. Ni Increíbles 2 ni Toy Story 4 se acercan al nivel de sus anteriores entregas. De hecho, todas las secuelas de la historia de la compañía empeoran a la anterior, salvo Toy Story 2 y Toy Story 3. Es por eso que el reto de volver a crear una segunda parte de un éxito como fue Inside Out era enorme. Aquella cinta fue magnífica, un desborde de imaginación que ponía en pantalla conceptos completamente abstractos y los dotaba de una personalidad como solo ellos saben. Ya lo hicieron con juguetes, coches, monstruos, peces o hasta insectos. Pues con esas, se atrevieron a subir el listón y hacer lo propio con las emociones humanas.
Inside Out 2 es una de esas secuelas que tienen razón de ser desde el mismo concepto básico de la película. Obviamente, los humanos vamos adquiriendo complejidad a medida que crecemos, es algo natural y con lo que juega esta película con un gusto exquisito. Riley ya no es aquella niña que estaba feliz, triste, enfadada, aterrorizada o asqueada, ahora se preocupa de cómo la ven los demás, de hacerse hueco en un mundo muy competitivo. Ya no tendrá a sus padres todo el tiempo cuidando de ella. Será, poco a poco, cada vez más independiente y ello llevará al aumento de sus inseguridades. Es aquí donde entran Ansiedad, Envidia, Vergüenza y Aburrimiento, las nuevas emociones que se cuelan en el centro de mando de su cabeza.
La nueva Riley.
Al comienzo de la película, nos reintroducen al personaje de Riley. En Del Revés 1, era solo una niña de once años. Entre el estreno de la primera parte y de la secuela ha habido un lapso de nueve años, sin embargo, para Riley solo ha transcurrido un período de dos. Te preguntarás cuánto puede cambiar o crecer una persona en un bienio. La respuesta es demasiado y a una velocidad vertiginosa.
La Riley de Inside Out 1 se acababa de mudar a San Francisco por el trabajo de su padre. La película sigue a Riley intentando adaptarse a su nueva vida y sufriendo en el proceso. Le cuesta hacer amigos, acostumbrarse al colegio y le coge asco a la pizza con brócoli. Por su parte, sus emociones, atraviesan sus propias dificultades. Alegría y Tristeza se embarcan en un viaje para evitar que las islas de la personalidad de Riley se desmoronen, mientras que, Asco, Miedo e Ira quedan al frente de la consola de mandos.
Del Revés 1, ofrece una premisa sencilla con una reflexión final útil. Al igual que la segunda parte, nos transmite que los cambios no son fáciles, pero a veces son necesarios, inevitables y ajenos. Riley no puede controlar que los jefes de su padre decidan trasladarle a otra ciudad, pero sí puede esforzarse para que el intervalo de adaptación no sea tan duro y escoger quedarse con la parte buena. Cuántos niños no se habrán mudado de ciudad o país y visto obligados a dejar su vida atrás, a renunciar a sus amigos y a cambiar de entorno. Pasa un mensaje muy sano y acertado a los peques. Creo que este punto es muy importante y habla maravillas de las dos entregas de Inside Out, ya que la mente infantil es más influenciable y sensible que las cinco emociones de Riley juntas.

En la primera escena nos topamos con una niña de trece años, rubia, con coleta, aparato dental y granos decorándole el rostro. El primer pensamiento lógico es; ¡Qué mayor se ha hecho Riley! Efectivamente, ha cruzado el umbral de la adolescencia y ha dejado atrás la infancia. La animación y la apariencia de su físico están tan logradas que, si no fuera porque sabes que son dibujos animados en formato 3D, te creerías que es una adolescente más.
Hay que saber dos cosas principales sobre Riley para entender la película. La primera es que, aunque su cuerpo esté empezando a cambiar y crecer, por dentro sigue siendo una niña y aún conserva los gustos propios de su edad. La segunda nos muestra su faceta más competitiva y agresiva en forma de hockey sobre hielo, el deporte por el que ha desarrollado pasión y talento. Todos los eventos que suceden en el filme de hora y media están relacionados con estos dos aspectos.
Habiendo estipulado y recalcado que Riley no es la misma que en la primera película, nos disponemos a conocer a su nueva versión. Es cercana, amable y considerada con sus padres. Todavía no ha llegado a la edad en que le cause vergüenza que la lleven al colegio, que la llamen cariño o que se sienta irritada solo porque le den los buenos días. Tiene dos mejores amigas, Bree y Grace. Por lo visto, hacen todo juntas y comparten los mismos gustos, además de jugar en el mismo equipo de hockey.
El conflicto de la película se desata cuando Riley se entera de que sus amigas van a asistir a un instituto diferente y se lo han ocultado. Tras esa revelación, Riley finge que no ocurre nada y que todo va como la seda. Pero, en su interior, brotan nuevos miedos y emociones, que le hacen justicia a la exageración y dramatismo propios de la etapa adolescente, en la cual perder amigos y no pertenecer a un círculo social puede parecer el fin del mundo.
Alerta roja, pubertad.
La mañana en que Riley se despierta para ir al campamento de hockey, se enciende una alarma y una luz roja empieza a parpadear en la consola de mandos. La pubertad ha llegado. Las emociones de Riley no saben qué hacer para acallar ese sonido infernal. Intentan deshacerse de ella, arrojarla lejos y recuperar la paz mental, pero un grupo de obreros irrumpe en la sala de control. Vienen a hacer remodelaciones. Las emociones están más confundidas que la propia Riley ingresando en la etapa adolescente.
Se sabe que la adolescencia es como las arenas movedizas. Esos memorables días en los que no sabes quién eres ni tampoco quién quieres ser, en los que sientes que no encajas en ningún lado y, a la par, que nadie es afín a ti, en los que no ansías destacar por algo malo, pero tampoco buscas volverte invisible e irrelevante. Riley se tira de cabeza a la piscina de los cambios y comienza a desarrollar facetas que, hasta el momento, no tenía.

Inside Out 2 hace un muy buen trabajo exponiendo ese tema. Lo maneja con delicadeza, sin pasarse de la raya y manteniéndose en el lado blanco del humor, porque no podemos olvidar que es una película destinada a un público infantil. En otras palabras, está hecho para que los niños lo entiendan y los adultos lo disfruten mediante la nostalgia. Retrata de forma certera las partes más feas de cruzar el limbo entre la infancia y la pubertad, tales como; la envidia, la falsedad, la conveniencia y lo que se conoce como ser un «bienqueda«. No escatima en ensalzar el lado bonito, volcándose en demostrar la importancia de la amistad, el valor del trabajo en equipo y la relevancia de pedir perdón y rectificar al cometer un error.
En general, ofrece una lección bastante positiva a los más pequeños. Crecer da miedo y los cambios no siempre son agradables, pero es una etapa de la vida a la que debemos enfrentarnos. Nuestro cuerpo, emociones y entorno evolucionarán con nosotros. Situaciones como pasar del colegio al instituto y entrar a un sitio en el que no conoces a nadie, porque tus mejores amigas van a asistir a otro centro (tal y como le ocurre a Riley), pueden parecer una minucia para un adulto como yo. Pero, a esas edades, se siente como si fuera el fin del mundo. Del Revés 2 transmite con satisfacción esa sensación de asfixia, angustia y ansiedad social que suponen unos cambios tan agresivos y repentinos para un adolescente que hace dos días era un niño.
Emociones de la madurez.
Hasta ahora, Riley, ha tenido emociones convencionales, hermosas e infantiles. Pero, con el crecimiento, llegan las emociones feas. Aquí, se planta y arraiga la simiente de, los quebraderos de cabeza, que predominan en el mundo adulto. Primero, vamos a disertar un poco sobre las emociones antiguas de Riley.
Tenemos a alegría, representada por el color amarillo, que es la emoción predominante de Riley. Alegría es la encargada de preservar la sonrisa en su rostro y los recuerdos felices en su mente. Tristeza, caracterizada por una tonalidad azul, solo ve el lado negativo de las cosas y fomenta la sensibilidad de Riley. Miedo es una emoción lánguida y coloreada de morado. Es la responsable de proteger a Riley de accidentes o imprevistos y de ponerla en situación de alerta.

Asco no podría ser retratada por otro color que no fuera verde. Esta emoción expresa el desagrado de Riley frente a determinados acontecimientos, como entrar en un vestuario que huele mal o comer brócoli. Y, mi favorita, ira es de un rojo pasión o furia. Ira toma el control cuando se altera demasiado y es de suma utilidad para evitar que otros se aprovechen de Riley o la pisoteen. Aunque, si se enfada mucho es contraproducente.
Las nuevas emociones o lo que yo catalogo como emociones feas, son cinco polizones que se han colado en el barco para quedarse durante todo el viaje. Alegría, Tristeza, Asco, Miedo e Ira tendrán que aprender a aceptarlas y a convivir con ellas, si no quieren ser delegadas a un segundo plano. A estas emociones extrañas vamos a dedicarles un poco más de tiempo.
- Ansiedad es de un naranja vivaz y la principal antagonista de la película y de la mente de Riley. Tiene el aspecto de una persona que se ha tirado y arrancado compulsivamente el pelo. Posee demasiada energía, preocupaciones sobre el futuro y las posibles consecuencias de una decisión y aluviones de pésimas ideas. Me gusta la reflexión que se presenta con esta emoción; sobre como, si dejas que tu ansiedad te domine, puedes llegar a convertirte en tu peor enemigo y detractor número uno. También se hace referencia al autosabotaje y a la proyección de pensamientos intrusivos que impiden vislumbrar con claridad una resolución.
- Nostalgia es mencionada de pasada y caracterizada como una señora mayor. Esta emoción sí que es propia de la adultez y hará acto de presencia más adelante en la vida de Riley. En España, le da voz la entrañable Gemma Cuervo. Para todo aquel que haya nacido o crecido durante la década de los 2000, sabe que esta mítica integrante de «Radiopatio» es la figura personificada de una de nuestras abuelas. Me parece un homenaje muy emotivo a la trayectoria profesional de esta mujer y un reconocimiento muy necesario para alguien de su edad y de su categoría. Como española que soy, no podía hablar de nostalgia y no mentar a esta maravillosa mujer, que ojalá sea eterna.
- Envidia es de un tono azul verdoso y muy chiquitita. Da la impresión de parecerse a una niña pequeña, que vocaliza lo que quiere sin pensar en las consecuencias. Es como una urraca que ve algo brillante y se ciega con ello. No es una emoción muy relevante o que influya en exceso sobre Riley, pero, al igual que Ansiedad, llevada al extremo puede ser una auténtica villana de medio palmo de altura.
- Ennui o aburrimiento es del mismo color que Miedo. Es la representación del sarcasmo, el pasotismo y la pereza que adquieren muchos adolescentes frente a determinadas situaciones de la vida. Su función se reduce a estar tirada en un sofá y manejar la consola de mandos desde un control remoto.
- Vengüenza es del mismo matiz rosado que adquieren nuestras mejillas cuando nos ruborizamos. Tiene una sudadera con capucha gris, tras la que oculta el rostro cuando se siente avergonzado. El gradullón es el sentido del ridículo de Riley, que hace que se sonroje o que sea consciente de que está quedando mal delante de otras personas.
Las cinco emociones forman un equipo de asalto con evidentes carencias. Ahora mismo, me siento como el Profesor Utonio cuando decía eso de «y así nacieron las supernenas» (las chicas superpoderosas para mis amigos de Latinoamérica). Riley pasa de tener cinco emociones básicas a diez más complejas, ya que las emociones clave adquieren complejidad conforme avanza la película. Por ejemplo, Alegría se siente sobrepasada y se pone a llorar cuando lo da todo por perdido, Ira demuestra que tiene su sensibilidad y corazoncito y Tristeza prueba ser más fuerte que las lágrimas. Las emociones enfrentan sus propios dilemas. Es como si, dentro de sus cabecitas, hubiera otra sala de control y más emociones.
Una conclusión desde la nostalgia.
Yo ya he pasado el umbral de la adolescencia y la etapa juventud imprudente. Me encuentro más cerca de la treintena. Por lo tanto, puedo contemplar la película con los ojos de mi niño interior y los físicos de adulto. Si habla la parte infantil, esa que consumía Disney Channel y dibujos animados por un tubo, pienso que la peli es muy entretenida, cómica y que me gustaría ver una tercera parte (pero, que no tarden diez años en sacarla). Si se manifiesta la adultez, opino que, tal vez, no es la película que habría escogido ir a ver al cine. Aunque, eso se reduce a una preferencia personal. Inside Out 2 es una peli familiar, con lo cual, se disfruta más en el sofá de casa con un bol de palomitas.
Es una película muy buena, pero mi sensación es que ya hemos visto cien producciones similares y con un mensaje idéntico. Las reflexiones parecen parafraseadas entre un desenlace y otro. Al final, es el mismo texto pero con diferentes palabras, el mismo contenido en un envase distinto. Eso puede llegar a saturar y a aburrir un poco cuando buscas ver cosas nuevas. Tal vez, los adultos no deberían opinar sobre la película, porque, esencialmente, no está hecha para ellos. En resumen, es muy recomendable y divertida para los niños y, como ya he mencionado, disfrutable para los adultos.
En ocasiones, es agradable despojarse de la tirantez y el asfixia que supone ser un adulto y recordar que nosotros también podemos soñar. Aunque, como Dumbledore le dijo a Harry en La Piedra Filosofal; «no te dejes arrastrar por los sueños y te olvides de vivir.» Nuestra versión infantil puede resucitar o emerger durante hora y media y trasladarnos de regreso a la infancia. Eso es algo que, Del Revés 2, logra sin esforzarse.
Es una película bastante increíble y yo le pongo un 10 , es triste pero yo no llore la verdad 🗿 pero tremenda película no se si me gusta más que la uno incluso 🧜🏻♂️🧜🏻♂️