En lo que a sagas cinematográficas se refiere, Harry Potter, es una de las más potentes, conocidas y populares de principios de los 2000. Los libros marcaron a una generación de niños, que crecieron esperando cumplir once años y recibir su carta de Hogwarts. Las películas trajeron puntos de vista diferentes y la posibilidad de llegar a otros públicos. Si hay algo que define al universo de Harry Potter, es que no tiene un límite de edad establecido. Entre sus fans te puedes encontrar desde señoras de setenta años hasta críos que no miden más de seis palmos. Harry Potter y la Piedra Filosofal es solo el comienzo.
Quiero pensar que, cada vez que vuelva a leer los libros o reproducir las cintas, seguiré amando esta franquicia como si acabase de descubrirla y no me aburriré de ella jamás. En cierto modo, siento celos de aquellos que aún no se han aventurado en las páginas que surgen de la mano de J.K. Rowling. No envidio a los que se han limitado a consumir las películas, ya que los libros son cien mil veces mejores. Lo cierto es que, aunque ambos productos se diferencien, poseen la misma esencia y son dignos de apreciar.
Harry Potter y la Piedra Filosofal fue dirigida por Chris Columbus. Columbus, que es conocido por películas como Solo en casa, estuvo al frente de la dirección de las dos primeras películas de una saga de ocho. La Piedra Filosofal y la Cámara de los Secretos son bastante similares y poseen la misma connotación infantil. En mi opinión, Chris Columbus hizo justicia a los libros y le dio a la llegada de Harry Potter a la gran pantalla el mejor aspecto posible. A partir de El Prisionero de Azkaban, Alfonso Cuarón da un do de pecho y cambia las reglas. Las películas venideras de la saga tendrían un tono mucho más oscuro y adulto. Si queréis leer en más profundidad todo lo relacionado con Harry Potter y la Piedra Filosofal, podéis pinchar aquí para acceder al análisis completo (aviso, es muy extenso).
Los inicios de una saga
Harry Potter y la Piedra Filosofal es quizá la más floja junto con Harry Potter y la Cámara de los Secretos, pero es una muy buena introducción al mundo mágico. Como toda película que adapta un libro que supera sus márgenes de duración, se deja muchos detalles, escenas y conceptos fuera. Sin embargo, no se queda corta. Cualquiera que vea la película y no lea el libro, entenderá a la perfección la historia, quién es Voldemort, qué es un muggle y por qué Harry Potter es una leyenda. Tal vez, yo peque de ser demasiado quisquillosa al tener los siete libros en un pedestal tan alto.
La película dura dos horas y media. Nos muestra un breve fragmento de Hagrid, Dumbledore y McGonagall confiando al pequeño Harry al cuidado de sus tíos y nos hace comprender por qué Albus optó por depositar al niño que vivió en el felpudo de entrada de los Dursley con una carta en la mano. El argumento de Dumbledore es que Harry crecerá más sano y seguro lejos del foco, ya que ser famoso por algo que ni siquiera recuerdas podría inflar el ego de cualquiera. Otra de las intenciones ocultas del director de Hogwarts es preservar la protección con la que Lily Potter embadurnó a su hijo cuando se sacrificó por él. Dicha magia solo está vigente en casa de los Dursley, porque Petunia y Lily eran hermanas y el insondable embrujo del amor se relaciona con los lineajes de sangre.
Harry, quiera o no, comparte sangre y parentesco con Petunia. Los Dursley, conformes o no, no tienen más opción que aceptar que Harry es su sobrino y que desciende de una larga línea de magos. Es tan sencillo odiar a Vernon, Petunia y Dudley en la peli como en el libro. Los Dursley viven en el número cuatro de Privet Drive, que es una calle atestada de viviendas unifamiliares idénticas. Me parece un guiño muy acertado a la simpleza y sobriedad que caracteriza al núcleo familiar de los Dursley.
Son personas corrientes, que detestan ser la comidilla del barrio y llamar la atención. Vernon vive feliz con ir a trabajar en su empresa de taladros, regresar a casa y encontrarse la mesa puesta. Petunia se conforma con desempeñar sus quehaceres y entrometerse en la vida de los vecinos. Dudley se sacia con ser un malcriado, patalear, gimotear y bombardear con exigencias a sus padres, romper juguetes y acosar a Harry con su pandilla de matones.
Cuando Hagrid, uno de los personajes más queridos y entrañables de toda la saga, aparece en la vida de Harry, le pone el mundo patas arriba. Harry descubre verdades sobre sí mismo y su familia que le habían sido ocultadas. De la noche a la mañana, pasa de ser un futuro alumno del instituto Stonewall a un mago. Harry posee una visión tan torcida y opaca de sí mismo, que se considera incapaz de hacer magia. Los Dursley le han sometido a un maltrato tan denigrante y asqueroso, que llega a pensar que le están gastando una broma.
Mientras Dudley se llevaba toda la atención y cuidados de sus padres, a Harry le caían encima las tareas de la casa y los castigos. Dormía con las arañas en la famosa alacena de debajo de las escaleras y sus tíos no experimentaron remordimientos de conciencia en ningún punto. Es un aspecto que me indigna bastante y, al mismo tiempo, me hace admirar todavía más a Harry, ya que, a pesar de las adversidades, se mantiene humilde, generoso y honesto. Esa es la principal razón por la que Harry considera a Hogwarts como su primer hogar real y los Weasley se convierten en lo más parecido a una familia que ha tenido. A veces pienso que Molly quiere más a Harry que a sus propios hijos.
La amistad
Se dice que en Hogwarts se hacen amigos para toda la vida y, en el caso de Harry, es verdad. Ron Weasley es la primera persona a la que Harry conoce en el Expreso de Hogwarts y ahí se marca el comienzo de una gran amistad. Hermione tarda un poco en unirse al equipo. Debemos tener en cuenta que, antes de Hogwarts, Harry no había tenido ningún amigo permanente. Como mucho uno o dos ocasionales, si cuentas a la Señora Figg y a sus gatos.
Ronald Weasley en los libros es una persona y en las películas es una versión completamente distinta. En la gran pantalla le juegan bastante sucio a su personaje. Mientras que sobre el papel es sensible, valeroso, gracioso y firme defensor de sus amigos, en el cine le convierten en el alivio cómico del grupo. Muchas de sus frases y escenas importantes le son entregadas a Hermione, haciéndole parecer aún más bobo y torpe. Sin embargo, aunque el envoltorio cambie, Ron sigue siendo Ron y se le quiere de igual manera.
El mejor ejemplo de Harry Potter y la Piedra Filosofal de las escenas robadas a Ron, ocurre en las pruebas para obtener la piedra. Cuando los chicos saltan por la trampilla, caen sobre un lecho de Lazo del Diablo, que es una planta similar a una enredadera y a los troncos espinosos de los rosales. Los tres quedan atrapados en sus ramas y Hermione emplea su intelecto para tratar de dar con una solución para escapar. Hermione recuerda la lección de Herbología y sabe que el enemigo natural del lazo del diablo es la luz del sol. Harry le dice que encienda un fuego y Hermione se bloquea, porque no tiene madera ni material para producir una fogata. Entonces, es Ron quien le grita; «¿Te has vuelto loca? ¿Eres una bruja o no?«, y Hermione resuelve justo lo que debe hacer.
Al arrebatarle ese momento a Ron, no solo le están quitando una frase muy buena, sino que también le están despojando de uno de los instantes y acciones que demuestran por qué Ron Weasley es una parte vital del trío dorado. Por eso pienso, y nadie me hará bajarme de ese burro, que a Ron le jugaron muy sucio en las películas. El robo indiscriminado de escenas y oraciones no es un hecho aislado. Se repite y empeora en futuras entregas.
Hermione Granger es virtuosa, talentosa, inteligente y demasiado pedante. En Harry Potter y la Piedra Filosofal, su personaje es insufrible durante la primera mitad de la película. Cuando afianza su amistad con los chicos y se relaja, se convierte en un personaje más interesante y relevante. Al principio, su única utilidad es soltar factores curiosos sobre el mundo mágico, levantar la mano en clase y corregir las equivocaciones de Ron y Harry («es Leviosa, no Leviosá«). Pero, después, todo su ingenio y brillantez se tornan hacia Harry y su cruzada.
He leído teorías sobre por qué el personaje de Hermione se esfuerza tanto siempre. Algunas dicen que, al ser hija de muggles y no haber crecido en el mundo mágico, siente la necesidad de extenuarse más que la mayoría con tal de demostrar su valía e inteligencia y de ser aceptada por sus compañeros. Ambas tienen sentido. Especialmente, la de buscar la aceptación de sus compañeros y profesores. Por eso ayuda a Neville a encontrar a Trevor en el tren, aconseja a Harry y a Ron como si fuera una especie de Molly Weasley en miniatura y levanta la mano en clase cada vez que el profesor formula una pregunta. Puedo estar de acuerdo con que Hermione quiere hallar su lugar en Hogwarts, con que piensa que tiene algo que probar por venir de un mundo completamente distinto y con que desea hacer amigos.
Sin embargo, no asumo ninguna de estas teorías como ciertas. Para mí, Hermione es una perfeccionista, caritativa, desinteresada y empedernida, devoradora de libros. No creo que busque encajar a toda costa, sino que su personalidad es así. Claro que quiere sacar buenas notas y tener amigos en Gryffindor, pero no cambia para conseguirlo. Durante los siete libros, Hermione es una sabelotodo, correctora nata de errores, testaruda y, a menudo, la voz de la razón. Hermione es esa amiga que te dice la verdad y no lo que quieres oír. Si las teorías no estuvieran desencaminadas, Hermione no habría sido como Pepito Grillo para Ron y Harry en la primera mitad de Harry Potter y la Piedra Filosofal.
Durante las ocho películas, Hermione es indispensable y de vital importancia para los planes del trío dorado. Sin su inteligencia, talento nato para los hechizos y las pociones y su vasto conocimiento del mundo muggle y del mágico, los chicos no habrían sobrevivido ni a un solo asalto contra Voldemort. Por más suerte que Harry porte sobre sus hombros, la buena fortuna y los adultos dispuestos a protegerte se acaban. Sin embargo, Hermione nunca abandona a Harry.
Me gusta que la amistad entre los miembros del trío dorado tarde en desarrollarse, porque le da una apariencia más real. No se hacen amigos para siempre en el tren y ya, tienen sus discusiones, desavenencias y puntos en común. Lo que hace su amistad aún más sincera y bonita es que se aceptan tal y como son. Los tres identifican sus defectos propios y los ajenos, pero aprenden a vivir con ellos. Por ejemplo, Harry es muy impulsivo y saca conclusiones demasiado deprisa. Esa es una cualidad que Hermione detesta, ya que ella es de las que piensan antes de actuar. Sin embargo, a Ron le gusta esa parte de Harry, porque impulsa sus locuras, dándole ese soplido en las alas que necesita para ser más decidido y valiente y, porque es esa clase de amigo que camina a tu lado, aunque no esté conforme con tus elecciones.
Dos ejemplos perfectos de las virtudes de Ron se muestran en Harry Potter y la Cámara de los Secretos y en El Prisionero de Azkaban. En la Cámara de los Secretos, Ron, que padece un temor paralizante a las arañas (poco más hay que decir, aparte de que son su boggart) acompaña a Harry a adentrarse en el Bosque Prohibido, siguiendo el rastro de los arácnidos, y a visitar la guarida de Aragog, una acromántula que solía ser una de las mascotas de Hagrid. En el Prisionero de Azkaban, Ron se interpone entre Harry y Sirius Black y le grita al prófugo que, si quiere matar a su amigo, tendrá que matarte a él también. Esa es una de las escenas que, por alguna razón, el director de la película consideró oportuno traspasar a Hermione.
El principal defecto de Ron es que, a menudo, actúa de forma irracional y que es el menor de cinco hermanos. Todas sus pertenencias son heredadas y sus logros ya han sido alcanzados previamente por Bill, Charlie, Percy, Fred o George. Por eso, tiende a sentirse desplazado. Esto queda ilustrado con exactitud en la imagen que Ron vislumbra en el Espejo de Oesed, ya que se ve a sí mismo obteniendo todos los méritos posibles. Harry suele saber sobrellevar las tempestades de su amigo y hacer gala de una paciencia infinita. Mientras que, Hermione, es el polo opuesto de esta faceta de Ron Weasley y lo tiene un poco más difícil para mostrar empatía con él.
En ocasiones, Hermione es demasiado exigente, sabionda y dura. Esas características irritan por igual a Harry y Ron. Harry es paciente, comprensivo y agradecido con su amiga, aunque se rebela cuando Hermione o él mismo son ligeramente intransigentes. A Ron le cuesta un poco más. En los libros, evoluciona y cobra ritmo. En vez de meterse con su amiga por ser lista e impertinente, la glorifica, valora y reconoce su inteligencia y la defiende de los ataques de los miembros de su casa rival. Las películas cuentan otra historia y convierten a Ron en un personaje que asiente y se ríe de las burlas dirigidas a su mejor amiga.
Al final del día, los tres mantienen una amistad muy sana, positiva y honesta. Desde aquel Wingardium Leviosa que tumbó al troll, pasan a ser inseparables. Sufren sus altibajos y peleas como todos los grupos de amigos, pero se respaldan y se apoyan siempre que la adversidad es mayor. Uno de los principios básicos y lecciones, no solo de Harry Potter y la Piedra Filosofal, sino de todas las entregas, es el valor de la amistad y la fuerza del amor. De hecho, aunque los de Gryffindor no presuman de ser tan leales como los de Hufflepuff, poseen la valentía de sacrificarse por sus amigos si fuera necesario.
Los profesores
En Harry Potter y la Piedra Filosofal, se nos presenta al cuerpo de profesores que acompañará y facilitará el desarrollo intelectual y crecimiento mágico de los estudiantes. Hay una asignatura destacada y un puesto de trabajo maldito que será ocupado por un maestro diferente cada año escolar; Defensa Contra las Artes Oscuras. El resto de materias no experimentan cambios hasta el tercer curso, que es cuando se amplia el abanico de opciones y los alumnos deben empezar a escoger cuáles serán útiles para su carrera futura.
La asignatura de Pociones es impartida por el lúgubre y cetrino Profesor Snape. Serevus Snape es uno de los personajes más odidados y queridos por todo el fandom. En la película que nos atañe, muestra un innegable favoritismo hacia la casa Slytherin y un desprecio sin precedentes hacia Harry Potter. En su juventud, Snape, fue un estudiante de Slytherin y de adulto se hizo con el título de Jefe de la Casa. Snape es un mago y experto en pociones muy competente, sin embargo como profesor en Hogwarts deja bastante que desear. Sorprendentemente, se ha ganado el respeto de varios miembros del profesorado, como McGonagall o Dumbledore.
En Harry Potter y la Piedra Filosofal se dedica a vigilar a Quirrell y Harry desde una distancia moderada, a meterse con Harry e insultarle por, según él, ser un pretencioso y un egocéntrico absorbido por la fama. Neville Longbottom es otra de sus víctimas preferidas, que recibe humillación tras humillación, mientras que los alumnos de Slytherin son agraciados con puntos extra. J.K. Rowling se empeña en decir que Snape no es un villano y, tomando como base esta peli, es un poco difícil de creer. Tal vez, Severus Snape no haya sido atraído por el lado oscuro, pero es una persona amargada, solitaria y triste que paga con sus estudiantes la escasa y pésima suerte que ha tenido en la vida.
Una de las razones por las que Snape es tan querido es por el actor que le interpreta. Alan Rickman, que tristemente falleció en 2016, posee vida eterna como Severus Snape. A Rickman le ofrecieron el papel y, en un principio, no quiso aceptarlo, ya que en su currículum ya había suficientes villanos. J.K. Rowling mantuvo una conversación privada con él y le mostró cuál sería el futuro de Snape y cuáles eran sus motivaciones con el propósito de convencerle de que Severus no es un antagonista. Y, lo consiguió, porque Alan Rickman aceptó el papel.
McGonagall es la subdirectora, la Jefa de Casa de Gryffindor y la profesora de Transfiguración. Además, también es una animaga y adquiere a voluntad la forma de un gato atigrado. Enseña a sus alumnos a transfigurar objetos o animales, por ejemplo a convertir ratones en tazas de té. Es una gran forofa de quidditch y recluta a Harry para el puesto de buscador. Creo que es imposible que McGonagall pueda caerle mal a alguien. Es cierto que es una mujer muy seria, severa y exigente, pero tiene un corazón enorme. Su principal motivación es impartir una educación mágica decente y proteger a los alumnos de Hogwarts.
El Profesor Flitwick enseña Encantamientos, asignatura en la que Hermione destaca y en la que Seamus Finnigan no para de hacer explotar cosas. Curiosamente, el personaje de Filius Flitwick cambió de apariencia a partir de la tercera película, debido a que el director quería darle un aspecto diferente. La Profesora Hooch da clase de vuelo y comparte un ligero parecido con un ave rapaz, en especial por sus ojos amarillos. Después de Defensa Contra las Artes Oscuras, esta es la materia que más disfruta Harry. La Profesora Sprout imparte Herbología y el más talentoso de sus pupilos no es otro que Neville Longbottom.
El Profesor Dumbledore no es realmente un maestro. Lo fue, en su día. Pero, esos tiempos ya han quedado atrás. En la actualidad es el director de Hogwarts y muchos personajes le definen como el mejor director que Hogwarts ha conocido en su larga historia. En esta película, tiene un papel bastante secundario. Se reduce a guiar y aconsejar a Harry en varios momentos clave, como con el Espejo de Oesed, con la capa de invisibilidad que le envía de forma anónima o con la charla del final sobre las marcas que deja el amor. En La Piedra Filosofal, Albus tiene una apariencia de anciano sabio y experimentado en la vida que no contrasta con sus futuras apariciones, como el berrinche del Caliz de Fuego o la batalla del Departamento de Misterios.
La función de Dumbledore y de la mayoría de personajes masculinos muy cercanos a Harry, como Hagrid (Snape desde luego no), es ejercer de figuras paternas y guiar al niño que vivió en su travesía por el mundo mágico. Harry tiene muy mala suerte con algunos adultos, como los Dursley, Snape y Quirinus Quirrell. Hablo solo de la primera película. Pero, también cuenta con la buena fortuna de que personas como Dumbledore, Hagrid y McGonagall velen por él. Con el tiempo, el número de seres queridos irá aumentando y Harry comprenderá que no está solo y que el amor no reside exclusivamente en la cicatriz que le quedó tras el sacrificio de su madre.
Pruebas
Como bien sabemos, Harry, Ron y Hermione no afianzan su amistad hasta Halloween. Cuando Quirrell suelta al troll en las mazmorras del castillo para aprovechar la distracción y acceder al pasillo prohibido del tercer piso. Snape y la necesidad de que el libro no acabe en el capítulo seis se lo impiden. Desde aquel día, los chicos se vuelven inseparables. Empieza la complicada búsqueda de un objeto al que no le ponen nombre. Saben que Hagrid lo retiró de la cámara 713 de Gringotts y que, posteriormente, alguien intentó entrar a robarlo.
Cuando por fin averiguan que se trata de la Piedra Filosofal, reliquia que permite a su portador fabricar el Elixir de la vida y, en esencia, ser inmortal, les desconcierta pensar en quién puede querer adueñarse de ella. De hecho, se confunden de sospechoso. Harry está convencido de que Severus Snape es el responsable del robo fallido en Gringotts, de la liberación del troll y de intentar tirarle de la escoba en su primer partido de quidditch. Según Harry, la motivación de Snape sería robar la piedra para resucitar a Voldemort. La realidad era bien distinta, ya que Dumbledore le había entregado al profesor de Pociones la misión de monitorear la piedra y vigilar sus defensas para saber quién estaba tratando de llevársela.
A fin de curso, como ocurren todas las batallas finales contra Voldy, a Harry comienza a arderle la cicatriz y el trío dorado resuelve que «Snape» ya ha averiguado como pasar delante de Fluffy. Así que, siguen su camino y se adentran de lleno en la secuencia de pruebas que protegen la piedra y que parecen hechas a medida para su equipo.
La prueba de Herbología diseñada por Pomona Sprout, que habría sido perfecta para un alumno como Neville, consiste en un nido de lazo del diablo. Esta planta odia la luz del sol y Hermione se devana los sesos para idear alguna manera de prender una fogata. No tardan mucho en superarla, aunque es divertido ver a Hermione tirándose de los pelos y tratando de hacer memoria de todos los conjuros y conceptos que ha estudiado. La prueba de las llaves voladoras fue ideada por el profesor de Encantamientos, Flitwick. Es perfecta para alguien como Harry con las habilidades natas y la agudeza visual de un buscador y con la agilidad de un jugador de quidditch.
El ajedrez mágico compone la siguiente prueba. La Profesora McGonagall ha encantado el tablero y sus correspondientes piezas. Para continuar, se necesita ganar el juego y hacer jaque mate al rey del contrincante. Afortunadamente, tenemos a un experto en ajedrez mágico; Ron Weasley. Ron logra vencer, pero debe sacrificarse para que Harry y Hermione puedan seguir adelante. Esta es mi prueba favorita, ya que es la más peligrosa y la más creativa. Impresiona ver un juego de ajedrez a gran escala y de piezas que sobrepasan la estatura de los humanos. En la película está muy bien recreado y enel libro te lo imaginas de forma similar.
La prueba final es la establecida por Snape. La única persona del trío dorado con capacidad para resolverla es Hermione. Se trata de unos cuantos frascos sin etiqueta que contienen diversas pociones. Solo una de ellas te permite atravesar las llamas que bloquean el camino. Es un ejercicio de lógica y para alguien con la paciencia necesaria de meditar con detenimiento (ese no es Harry). Eventualmente, Hermione lo resuelve y solo Harry puede avanzar hacia la Piedra Filosofal, porque alguien ya había pasado por allí y bebido parte de la poción.
La Piedra Filosofal
La Piedra Filosofal es un invento brillante. Si Voldemort fuera la mitad de inteligente de lo que presume, habría creado algo similar y no un Horrocrux. Sin embargo, de poca utilidad le es la piedra en esta película a no ser que tenga algún cuerpo al que poseer. Pero, como Voldemort es presumido, engreído, pretencioso, egocéntrico y está absorbido por su propio poder, no se conforma con un objeto simple y mediocre como una piedra. Necesita que sus reliquias signifiquen algo y, sobre todo, que representen una burla para sus adversarios.
Tras la noche del 31 de octubre de 1981 y el asesinato de los Potter, Voldemort desaparece y se convierte en un fantasma. Su cuerpo terrenal y sus poderes se desvanecen. No llega a morir, ya que se ha asegurado de tener recursos en caso de enfrentarse a una situación parecida. Por lo tanto, se transforma en un espectro que vaga y vaga hasta encontrar la forma de volver. En la película de Harry Potter y la Piedra Filosofal, Voldemort comparte cuerpo con Quirinus Quirrell, profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Quirrell se marchó de investigación a los bosques de Albania, lugar en el que se ocultaban los restos del alma del Señor Oscuro. Voldemort le prometió gloria, fama y grandeza si le ayudaba a regresar. Esto, para alguien que ha sido menospreciado y ridiculizado toda su vida, es como si le ofreciesen en bandeja la Copa del torneo de los Tres Magos. En parte, El-que-no-debe-ser-nombrado, manipula y se aprovecha de Quirrell para ocupar su cuerpo y convertirse en un parásito.
La estrategia de Dumbledore de ocultar la Piedra Filosofal en el Espejo de Oesed y de que solo pueda acceder a ella alguien que busque la piedra, pero que no planee usarla es brillante. De hecho, el propio Abus dice que ha sido una de sus ideas más geniales. También tiene mucha lógica que sea Harry quien obtenga la piedra, ya que a él le dan igual las cuestiones de la inmortalidad. Si cualquier otro alumno de Hogwarts hubiese pasado frente al espejo, solo habría visto sus deseos reflejados. No habría recibido la piedra, porque no conocería de su existencia. Me divierte pensar que, sin Harry, Quirrell se habría podido quedar ahí, mirándose en el espejo de Oesed y buscando la Piedra Filosofal, hasta el séptimo año.
Como comenté en el análisis, estoy de acuerdo con la teoría que Irvin Khaytman expone en su libro «Dumbledore: The Life and Lies of Hogwarts’s Renowned Headmaster«. Según él, Dumbledore planeó minuciosamente todas las pruebas para el trío dorado y el enfrentamiento final entre Harry y Quirrell. Albus quiso darle a su pupilo la oportunidad de luchar contra Voldemort en solitario. De paso, aprovechó para poner en tela de juicio sus sospechas sobre la protección que el sacrificio de Lily había otorgado a Harry. Cuando dejó al pequeño Harry Potter al cuidado de los Dursley no estaba convencido de sus elucubraciones, eran solo un pensamiento lógico, una intuición.
Dumbledore, el poder y la maravillosa magia del amor están muy conectados, pero de eso ya hablaremos más adelante. Por ahora, todo marcha acorde al plan de Albus y confirma sus estimaciones. El enfrentamiento entre Quirrell y Harry es solo la confirmación de que Lord Voldemort sigue vivo y un paso más en la búsqueda de un modo para derrotarle. Harry culmina su primer año en Hogwarts feliz. Un poco entristecido por tener que retornar a casa de los Dursley y por despedirse de sus amigos, pero contento de haber encontrado por fin su lugar en el mundo.
Casting
Otro tema que pasé por alto en el análisis es el casting. No causa impresión que en muchas películas y series destaque su elenco. El mundo está lleno de artistas, de actores que dan la talla siempre y pueden interpretar cualquier papel. Con la saga de Harry Potter, ocurre algo muy especial. Resulta que J.K. Rowling puso una condición a la hora de escoger a los responsables de dar vida a los personajes de sus libros. Quiso que todos fueran de origen británico o irlandés. Me parece una regla respetable. Es una manera de mantener el producto autóctono y de preservar su esencia natural. Además de que ayudó a actores jóvenes de su país a hacerse un nombre, tales como Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint, Tom Felton, etc y dio trabajo a otros que ya estaban curtidos en la profesión.
No sé vosotros, pero yo no puedo imaginarme a una Minerva McGonagall que no sea Maggie Smith, a un Hagrid que no sea Robbie Coltrane, a un Snape que no sea Alan Rickman o a una Molly Weasley que no sea Julie Walters. Creo que lo voy a tener un poco difícil para ver y aceptar la nueva serie del universo de Harry Potter, especialmente si modifican la etnia, las edades o los rasgos más distintivos de los personajes. Se supone que el objetivo de grabar una nueva serie es adaptar los libros en condiciones y ser más fiables y extensos con el material original.
Aunque, empiezo a creer que eso es capitalismo disfrazado. Nadie puede negar que Harry Potter es una mina de oro y una fuente de ingresos asegurados, a pesar de sus defectos narrativos y de las polémicas de la autora. Pero, ya cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él.
Por el momento, Harry Potter y la Piedra Filosofal nos demuestra que el reparto de actores está muy bien seleccionado. A los más jóvenes aún les queda mucho trabajo y trayectoria por delante. No se puede comparar su actuación en la Piedra Filosofal con la de Harry Potter y la Orden del Fénix. Con el avance de las películas, la identidad de los actores infantiles se va formando y sus capacidades evolucionan. Este era un casting bastante difícil de formar y el resultado final es fantástico.
Peli vs libro
Poco puedo añadir en este apartado que no haya dicho ya. Los libros son infinitamente mejores que las pelis. Estoy segura de que muchos fans estarán de acuerdo conmigo. Pero, no es porque las películas sean malas. Sino, por la cantidad de detalles que su duración limitada les obliga a excluir. Si te lees los libros, adquieres una perspectiva mucho mayor de los acontecimientos de las producciones cinematográficas. Además de conocer conceptos, personajes, como Peeves el poltergeist, y disfrutar de escenas que, simplemente, no caben y no existen en las películas.
En el caso de Harry Potter y la Piedra Filosofal, película y libro son parecidos. En la película se recorta mucho la vida de Harry con los Dursley y su caracterización previa a descubrir que es un mago, se reduce el año escolar en Hogwarts y se siente muy apresurado. Tan pronto llegan al castillo como es Halloween, Navidad y, cinco minutos después, fin de curso. Eso no me gusta, pero no es culpa de los directores. Es un aspecto del que se quejan muchos fans en diversas franquicias, no solo en Harry Potter.
Para los que solo habéis visto las películas, os recomiendo dar una oportunidad a los libros. Pienso que no os defraudarán. Y, para aquellos que se han limitado a leer los libros, os aconsejo ver las películas. Tampoco decepcionan y ofrecen una perspectiva diferente. Yo empecé viendo en el cine Harry Potter y la Cámara de los Secretos, allá por el 2002, y no me gustó. Vi más películas de la saga que, en aquel entonces, tampoco fueron de mi agrado. En 2020 llegó la pandemia mundial del Covid-19 y la cuarentena, y me vi en la necesidad desesperada de buscar algo que leer. Me decanté por unos libros que no había abierto jamás; los de Harry Potter. En menos de tres meses me había leído los siete libros, visto las ocho películas y quedado con un vacío existencial.
Los libros de Harry Potter no solo me hicieron evadirme durante una época particularmente complicada en el mundo, sino que me devolvieron esa chispa, esa ilusión que tienes cuando algo te apasiona y te gusta mucho. Soy una persona que siente una gran pasión por la escritura, se me dé mejor o peor, y que sueña con ser escritora algún día. En aquellas fechas, atravesaba un bloqueo del escritor descomunal y batallaba con una falta de inspiración que me asfixiaba por dentro. Tal era la angustia, que llevaba años sin escribir. En parte, había renunciado a ello y tomado la decisión, consciente o inconsciente, de que nunca iba a ser lo suficientemente buena. Harry Potter y las páginas surgidas de la imaginación de J.K. Rowling me devolvieron las ganas de escribir, de crear, visualizar y soñar.
Por eso, para mí, Harry Potter es mucho más que un universo mágico, un éxito de ventas y un producto. Harry Potter me devolvió algo que había perdido y que era una parte vital de mi persona. Estaré eternamente agradecida por haber decidido abrir aquel libro en mitad del aburrimiento, ya que, desde aquel lejano 2020, no he parado de escribir. La magia existe, siempre y cuando estés dispuesto a creer en ella.
Lo Mejor:
- ✅ La fantástica recreación de todo el mundo mágico.
- ✅ Un casting irrepetible que quedará para siempre en el recuerdo.
- ✅ La película más luminosa y familiar de la saga, una a la que siempre apetece volver.
Lo Peor:
- ❌ Se deja muchos detalles de los libros.