Crítica de The Midnight Walk (PC) – Un oscuro viaje por un cuento hecho de arcilla

Moon Hood Studios, herederos del imaginario oscuro de Tim Burton

The Midnight Walk es el primer videojuego de Moon Hood Studios tras su fundación en 2023. Está formado por antiguos integrantes de Zoink Games, actualmente llamado Thunderful Games. Anteriormente, crearon juegos de aventura para un jugador en los que destaca su atmósfera atrapante y original, como Fe (2018) o Lost in Random (2021). Ambos títulos apoyados por el programa EA Originals de Electronic Arts.

Tuve la oportunidad de jugar ambos juegos, pareciéndome Lost in Random el mejor que han hecho hasta la fecha, incluyendo The Midnight Walk. Es una aventura de acción en tercera persona con cierto toque de plataformas. Su estética es similar a la que tenemos en este último, con el aspecto gótico y caricaturesco que tanto recuerda a Tim Burton. Es más colorido, aunque también trataba algunos temas duros en ciertas partes del juego. Es una pena que Thunderful Games se haya decantado a hacer el enésimo rogue-lite del mercado con una IP que, creo, daba para mucho más.

El equipo está localizado en Gotemburgo, Suecia y destaca por su trabajo artesanal con la arcilla. No solo cuentan con los programadores, desarrolladores o artistas clásicos en todos los estudios, sino que lo componen también escultores de arcilla tradicionales. Este es su valor diferencial, pues ya adelanto que le dota al juego de un encanto que nos recuerda al mejor Tim Burton. Una estética que impresiona más aún cuando ves cómo está hecha, a través de figuras reales y un Stop Motion muy bien integrado.

Siento que el juego está muy pensado para jugarse con VR. Está disponible tanto en PC como en PS5 en esta modalidad, aunque yo lo he jugado normal. Hay ciertos aspectos en el gameplay, que ya comentaremos, que sí he echado en falta esa inmersión que te dan las gafas. Aun así, me parece completamente disfrutable de esta forma, así que si no las tenéis no os preocupéis. Por otro lado, el precio me parece excesivo de salida, 40 euros, para un título de 4 horas de duración cuando hemos tenido casos como Clair Obscur: Expedition 33 a 50 euros recientemente.

Un mundo oscuro repleto de personajes torturados

The Midnight Walk es un juego que se disfruta mucho como Walking Simulator. Empezando por su estilo artístico, creado con arcilla real, en Stop Motion le da un toque único a cada personaje y escenario. Un proyecto totalmente artesanal que hace el simple hecho de caminar toda una experiencia para los sentidos. Es como caminar por una enorme maqueta. A esto le acompaña una banda sonora genial, que sabe cuando apretar para intimidarte solo con el sonido y cuando pasar a ser una onírica para sumergirte en un universo más rico de lo que parece.

Nosotros somos El Quemado, un ser que parece que solo vive por y para su amigo Arcillo. Este es el verdadero protagonista del juego, pues nuestro objetivo es llevarlo al final del The Midnight Walk para que vuelva a encender un sol apagado desde hace mucho tiempo. El juego se divide en 6 capítulos, cada uno de ellos ambientado en una localización distinta con diferentes personajes. Todos cuentan con pequeñas historias bastante dramáticas de unos seres que no son lo que aparentan. A veces el que parece bueno no lo es tanto y el que parece terroríficamente malvado es un trozo de pan.

Las hay verdaderamente buenas, como una guerra entre las cabezas con sus cuerpos a raíz de un monstruo aparentemente siniestro. También las hay más dramáticas, como la de un artesano que perdió a su hija y quiso sustituirla creando cientos de seres iguales que ella, ninguno llegando a satisfacerle. Eso sí, todo sigue un hilo conductor: la oscuridad y la pérdida sin capacidad de superarla, haciendo de los personajes unos atormentados y tristes.

Un juego de terror anclado en el pasado

Si antes he dicho que lo que más disfruto es caminar, ver, sentir y escuchar su precioso y tétrico mundo es porque a nivel de gameplay me ha sido mucho más difícil. Estamos ante un juego de terror en primera persona muy centrado en el sigilo de hace ya muchos años. Con armarios en los que esconderse cuando te persigue una criatura, luces por las que no puedes pasar o ir agachados para no hacer ruido. Es tan arcaico y poco satisfactorio que estas secciones se acaban haciendo repetitivas. El sigilo y yo nunca vamos de la mano, pero puedo disfrutar de él si está bien implementado y con mecánicas que lo apoyen. No es el caso.

Todos los capítulos tienen zonas así, que no son nada amplias y simplemente con aguantar sin moverte unos segundos y avanzar cuando toca lo tienes todo resuelto. Eso sí, ha conseguido ponerme nervioso en más de una ocasión cuando me perseguía alguna criatura con el objetivo de devorarme como un si fuese un aperitivo. Los que más miedo me han llegado a dar son los sonrientes, las criaturas más desagradables del juego con seis patas rapidísimas que van directas a tu yugular.

Hay dos mecánicas principales durante toda la aventura que sirven para superar la mayoría de obstáculos que se nos presentan:

• Cerrar los ojos: Al jugar sin VR, esta mecánica se activa como un botón. Lo que hace es cerrar los ojos y permitirte captar sonidos que antes no escuchabas. También activa ciertas puertas u otro tipo de objetos, además de evitar a algunos enemigos. Creo que con VR y el eye tracking, esta faceta brillaría mucho más. Seríamos nosotros mismos quienes cerrarían los ojos de forma literal, sintiendo aún más la opresión del mundo, sumándole una tecnología 3D que se sería más envolvente.
• Dar órdenes a Arcillo: Nuestro mejor amigo, Arcillo, es el único personaje que no habla, pero sí se comunica gracias a unas expresiones muy graciosas. Para avanzar, necesitamos actuar juntos, por lo que el sistema que nos permite llevar esto a cabo, son las órdenes. Podemos indicarle qué quemar con su fogosa cabeza en forma de volcán o decirle en qué lugar exacto posicionarse. De esta forma, podemos activar botones para abrir puertas o hacer arder cuerdas, velas o lo que se nos ponga por delante.

A estas mecánicas, se le suma una pistola de cerillas y las propias cerillas sin pistola. Al haber tanta oscuridad, nosotros somos los que ponemos un poco de luz a este mundo. Las cerillas son un instrumento clave repartido por todos los niveles, permitiéndonos a nosotros quemar y encender objetos por nuestra cuenta.

Todos estos elementos van en favor de intentar hacer puzles sencillos, pero que aporten variedad al resultado final. Sin embargo, hay pocos que verdaderamente me hayan parecido originales, pues la mayoría los hemos visto en muchos juegos antes. Eso sí, es una faceta mucho mejor implementada que el sigilo, pues al menos te hace comerte un poco la cabeza.

Por último, hay que hablar de los habituales coleccionables. En The Midnight Walk tenemos 3 tipos de ellos, discos de música, muñequitos de arcilla de los distintos personajes que aparecen en la aventura, teléfonos en forma de concha en los que escuchamos diálogos de otros personajes que han pasado por la misma ubicación en la que estamos y cintas de vídeo. Todos ellos se pueden ver en la casa, una que tiene patas y nos irá acompañando entre capítulos. Es como la base donde tomarse un descanso y repasar qué coleccionables tenemos y cuáles nos faltan.

Los más interesantes son las cintas de video, pues entre todas forman una pequeña película que nos explica el camino del Murkle, una criatura que realiza una aventura similar a la nuestra y que está muy relacionado con nosotros. Por esto, sí creo que merece la pena al menos encontrar las 15 cintas para tener una idea más global de la historia de The Midnight Walk.

Conclusión

The Midnight Walk es un gran debut para Moon Hood Studios, nacidos en 2023 tras separarse de Zoink Games (actual Thunderful Games), estudio al que pertenecían sus fundadores. Está por debajo de Lost in Random (2021), al menos como videojuego. Ahora bien, si algo hace especial al estudio es su apuesta por el trabajo artesanal utilizando la arcilla para modelar tanto personajes como escenarios. Después, los escanean en 3D para llevarlos a un videojuego que precisamente tiene esto como punto fuerte, su potente identidad artística.

Es una delicia caminar por su oscuro pero encantador mundo. Ese estilo tan Tim Burtoniano que tan atrapante resultaba en películas como Pesadilla antes de Navidad (1993) o La novia Cadáver (2005) es llevado aquí en forma de videojuego y no puede funcionar mejor. Cada criatura que aparece es más tétrica que la anterior, aunque los hay más graciosos, como nuestro gran amigo Arcillo. Es el gran protagonista de la aventura, pues nuestro cometido será llevarlo al final del The Midnight Walk para volver a prender un sol apagado hace tiempo.

Más que la historia global, lo que están bien escritas son las pequeñas tramas que hay en cada uno de los 6 capítulos. Son muy dramáticas y habla de seres que han sido incapaces de sobrellevar la pérdida. Ahora bien, con el mando en las manos (o la VR en la cara) es donde más se ven sus carencias. Un sigilo muy anticuado basado en esconderse en armarios de los monstruos o unos puzles poco originales y repetitivos lastran lo que habría sido un Walking Simulator redondo con un poco más de ambición en lo jugable.

Es una aventura cortita de unas 4-5 horas de duración que nos hace caminar a paso tranquilo por unas ubicaciones impresionantes en lo visual y con una banda sonora envolvente y un diseño de sonido brillante . Hay momentos para el terror, no son pocos los sustos que me he llevado, y otros para la contemplación y rompecabezas. Seguro que disfrutarlo en VR mejoraría mi perspectiva del título en lo jugable, pues hay mecánicas muy pensadas para llevar las gafas. Aun así, es totalmente disfrutable sin ellas. The Midnight Walk ha conseguido prender la primera llama de un estudio que, a poco que mejore en ciertos aspectos, puede construir un camino con muchas más luces que sombras.