Atención: la siguiente crítica contiene spoilers y opiniones personales sobre el desarrollo y final de la primera temporada de Solo Asesinatos en el Edificio.
Solo Asesinatos en el Edificio (Only Murders in the Building) es una serie que, hasta la fecha, cuenta con cuatro temporadas y ha sido renovada para una quinta entrega. Cada temporada tiene diez episodios y algunos no superan la media hora de duración, con lo cual, es una serie que puede verse en ratos muertos o en un maratón intensivo. Podemos verla en el amplio catálogo de Disney Plus. Sus creadores son Steve Martin, que también interpreta a Charles, uno de los protagonistas, y John Hoffman. La serie entra en los géneros de comedia, drama y un poco de suspense. Aunque, por lo que he visto hasta ahora, que se reduce a la temporada uno, el misterio se ataca desde un tono jocoso.
Los personajes principales
Tenemos a un trío de protagonistas que viven en el mismo edificio. Coinciden por primera vez en el ascensor y se topan con otro vecino, Tim Kono, que parece estar teniendo una acalorada discusión por teléfono. Nos da la sensación de que Tim es un maleducado y nuestros protagonistas se escandalizan ante su comportamiento y sus formas. Los tres vuelven a encontrarse cuando empieza a sonar una alarma y los residentes del edificio Arconia tienen que ser evacuados. Entran cada uno por su cuenta en el mismo restaurante y acaban compartiendo mesa, porque el local está lleno. Se dan cuenta de que son fans del mismo pódcast de crímenes reales y se ponen a discutir animadamente sobre uno de los casos investigados.
Entonces, ocurre algo que parece planeado metódicamente. Los tres se enteran de que ha habido una muerte en el edificio y deciden que es una buena idea colarse para curiosear. La identidad del fallecido es Tim Kono. La policía dice que todas las evidencias apuntan a un suicidio y zanjan el caso así. Los vecinos, con complejo de Sherlock Holmes, discrepan. Los tres han visto y oído a Tim manteniendo una conversación agresiva por el móvil. Además, descubren que Tim había adquirido un anillo de compromiso. Y, como dice Charles: “¿Quién se suicidaría horas después de estar tan desesperado por conseguir esto?” Toman la decisión de investigar juntos el caso de Tim y de fundar un pódcast con el nombre de Solo Asesinatos en el Edificio.

Imagen extraída de aquí.
Charles-Haden Savage
Charles es una vieja gloria de la actuación. En sus años dorados interpretó al detective Brazzos y, en la actualidad, aunque se ha vuelto más anónimo e irrelevante, le siguen reconociendo por aquel papel. Charles-Haden Savage es un hombre de relaciones fallidas y soledad. En esta temporada tendrá una sobredosis de ambas, al menos hasta que trabe amistad con Mabel y Oliver. Le cuesta dejarse conocer y le invade la ansiedad social. Todo viene del temor a quedarse solo. No es el hecho de ser independiente o de vivir solo, sino el miedo a que las personas de su vida se levanten un día y se vayan sin avisar.
Ha experimentado ese dolor en una previa relación amorosa. En los primeros capítulos, algunos vecinos le preguntan por una tal Lucy. Se nos da a entender que Lucy era su difunta esposa o que abandonó a Charles y por eso a él no le gusta hablar del tema. Luego, descubrimos que, Lucy, es la hija de la exnovia de Charles, Emma. Esta me parece una revelación brillante, incluso más que la de la identidad del asesino, porque hemos estado creyendo que Charles estaba tocado por una ruptura o el abandono, cuando, en realidad, echaba de menos a su hijastra.
A Emma le gustaba pasar tiempo de calidad con Charles, pero él tenía la manía de incluir a Lucy y a la señora no le parecía bien. Organizaron un viaje en crucero al que se podía asistir con niños y, cuando el barco atracó en la primera isla, Emma y Lucy se borraron del mapa. Charles se quedó solo y confundido. La madre de Lucy impidió que su hija contactase con Charles, quien acabó cayendo más y más en su pozo de soledad y de prácticas autodefensivas.
Lleva viviendo en el Arconia desde hace treinta años. Ese edificio y ese apartamento, de una calle céntrica de Nueva York, se han convertido en parte de su persona, de su rutina y de su coraza. Charles es un hombre de costumbres y manías. Aprecia las cosas bien hechas y le gusta hacer lo mismo todos los días. Su personaje demuestra ser el de un señor que se está haciendo viejo, pero que no tiene problema en aceptarlo. Hace tiempo que abrazó esos hábitos como mecanismo de defensa contra la soledad y que se incorporó al discurso de las almas viejas y sus portadores en esta vida.
Oliver Putnam
Oliver es toda una aparición en sí. El típico que te cruzarías en la calle y dirías: “menudo personaje”. Es un tipo al que le gusta vestirse bien, arreglarse y tener buena presencia. Y, todas las veces que le vemos en pantalla, lo consigue, ya sea con un batín de seda, un traje caro o un chándal. Oli es excéntrico, refinado, de fuerte autoestima y notoria presencia. Solía ser director de teatro. Sin embargo, se encuentra arruinado, porque ninguna de sus obras tuvo el éxito esperado.
Su mayor fiasco fue Splash. El musical costó mucho más de lo planeado y Oliver le pidió prestado dinero a Teddy Dimas, además de invertir los ahorros para la universidad de su hijo, Will. La noche del estreno hubo un problema con la parte hidráulica que movía el escenario. Oliver decidió ignorarlo, pensando que no sería nada. Se produjo un accidente sin fallecidos, pero con varios heridos graves. Se podría decir que, aquella noche, la vida de Oliver se fue al garete; su gran proyecto fracasó por su cabezonería, su mujer le pidió el divorcio y traicionó la confianza de su familia.
Will acabó ejerciendo de veterinario, casándose y teniendo hijos. Mantiene una relación incómoda y tirante con su padre. Esto queda estipulado desde el primer capítulo, cuando Oliver va a llevar un regalo de cumpleaños a su nieto y le pide dinero a su hijo. Parece ser que no es la primera vez. No me extraña, viendo la tensa situación económica de Oliver. Debe ocho meses de comunidad y le están amenazando con desalojarle del Arconia si no paga.
A pesar de ser el hombre que puso en juego el futuro universitario de su hijo, Oliver nos demuestra que no es una mala persona. Tampoco creo que sea egoísta o egocéntrico. El único delito que cometió fue confiar a ciegas en su proyecto y luchar para que saliese adelante. Se equivocó al no parar el estreno de la obra y llamar a los técnicos para arreglar el fallo y al utilizar el dinero reservado para Will. Pasaría los próximos años pagando con creces por sus errores.
El Oliver que nosotros conocemos en la primera temporada es entrañable, divertido, simpático y sensible. Tiene algún momento en el que practica la táctica de la rata, como cuando intenta convencer a Ted Dimas para que financie el pódcast. Su objetivo ahí es sacar dinero para poder pagar lo que debe. Pero, lo hace a espaldas de sus dos compañeros de micrófono y grabadora; Charles y Mabel.
Mabel Mora
De Mabel, lo primero que puedo decir es que es interpretada por Selena Gómez, a la que recuerdo haciendo de Alex en “Los magos de Waverly Place” en los tiempos en que Disney Channel aún emitía series buenas. Selena es una actriz y cantante fantástica. En igual medida, Mabel no palidece si la ponemos al lado de Selena.
Mabel Mora es una chica de veintiocho años que vive temporalmente en el apartamento de su tía, que está en reformas. Su madre le ha dejado mudarse allí para que se enfoque en trabajar en sus dibujos. Al igual que Charles, Mabel parece ser un poco reticente al contacto social y al intenso esfuerzo que supone hacer amigos. Al principio, la vemos como una chica independiente, que entra y sale de su piso sin rendir cuentas a nadie. Cuando conoce a Oliver y Charles, descubrimos que hay más complejidad detrás de la fachada que tendencias asociales y la afición de escuchar pódcast de true crime.
Con Mabel el desarrollo es menos ambiguo que con Charles y Oliver. Su papel es más protagónico y relevante que el de sus dos compañeros, ya que forma parte directamente de la trama. Mabel, aunque en un inicio lo oculta, conocía a Tim Kono. Por lo tanto, hay tres investigaciones paralelas; la de la policía, que muere pronto, la de los miembros de Solo Asesinatos en el Edificio, que se prolonga hasta el final, y la de los recuerdos de Mabel. Ella va realizando sus propias conjeturas y preguntándose qué diablos le ocurrió a Tim.
Hardy Boys
Los antiquísimos tomos de The Hardy Boys, que datan de 1920-1930, cuentan la historia de dos hermanos adolescentes que investigan misterios en su ciudad natal. Mabel tiene una fotografía de cuatro personas, dos chicos y dos chicas, con el rótulo My Hardy Boys. Uno de los chicos es Tim Kono, el otro es Óscar Torres, el hijo del conserje. La chica a la que todos reconocemos es Mabel Mora y la desconocida es Zoe Cassidy. Zoe era una chica de dinero. Sus padres eran los dueños de la undécima planta del Arconia.
Los primeros en conocerse fueron Tim y Mabel. Tim vivía en el Arconia y Mabel iba regularmente a visitar a su tía. Mabel interrumpió un juego al que Tim dedicaba parte de su tiempo todos los días. Se cayeron bien enseguida, porque, aunque la presencia de Tim no fuese del agrado de la mayoría, a Mabel le gustaba la sinceridad de la que gozaba su carácter. Tim decía lo que pensaba cuando era recomendable hablar y cuando era preferible callarse. Por eso a las personas les desagradaba aquel niño repelente que no decía más que impertinencias. Ambos se hicieron amigos y emplearon sus veranos, vacaciones y fines de semana en resolver misterios en sus pisos.
Con el tiempo llegaron Óscar y Zoe, completando el grupo de Los Hardy Boys. Los cuatro formaban un grupo equilibrado. Zoe era la presumida, Óscar el rebelde, Tim el prepotente y Mabel la artista. Se complementaban a la perfección. Óscar y Zoe iniciaron una relación amorosa. Por su parte, Tim y Mabel eran solo amigos.
Algo que no entendí fue que, cuando Óscar reaparece hacia la mitad de la primera temporada, Mabel y él empiezan a salir juntos rápidamente. Da la impresión de que llevaban enamorados mucho tiempo o de que estaban esperándose el uno al otro, ya que él acaba de salir de la cárcel. No se dan indicios de que existiera un romance entre ellos cuando eran jóvenes y, de repente, se reencuentran de adultos y se involucran en una relación formal. Fue un aspecto que me chirrió un poco. No es un shippeo desacertado, pero sí mal construido por esa razón.
El misterio de Zoe
El grupo de Los Hardy Boys se separó por algo. El artífice fue la muerte de Zoe en una fiesta de Año Nuevo. El grupo había planeado acudir en conjunto a la celebración que se realizaría en el Arconia. Todos se habían puesto sus mejores galas y emperifollado más de lo necesario. Acuden a la fiesta y en mitad del caos, la música y las rondas de bebidas, alguien empuja a Zoe por la azotea. Zoe cae al vacío y muere por el impacto.
El sospechoso evidente es Óscar Torres, su novio, ya que habían discutido antes de que Zoe se marchase enfurecida y fue el primero en llegar a la escena. La parte que se omitió fue que, aquella noche, había alguien más allí y Tim lo vio. Óscar no fue quien empujó, accidental o premeditadamente, a Zoe. El asesino era Theo Dimas, el hijo de Teddy Dimas.
El asunto se remonta a cuando Los Hardy Boys se colaron en la casa de los Dimas. Zoe tenía acceso a un manojo de llaves de la planta, gracias a sus padres, y a los chicos les encantaba resolver misterios y rebuscar en lo desconocido. Lo que ninguno de ellos sabía era que Theo estaba en casa. Se escondió, justo a tiempo, tras un hueco en la pared con una ranura para espiar. Sin embargo, Zoe, se dio cuenta de que el chico estaba allí. Le confirmó mediante lengua de signos, ya que Theo es sordo, que le parecía guapo (cosa que había mencionado en voz alta minutos antes y a Theo se le da bien leer los labios).
Zoe, coqueta y vanagloriosa como era, le echó el ojo a una sortija y la robó ante la atenta mirada de Theo. De camino a la fiesta se encuentra en el ascensor con Theo y con su padre. Teddy le pregunta si sabe hablar lenguaje de signos y, mientras Zoe gesticula, repara en el anillo con la gema esmeralda en el dedo de Zoe. Ella se marcha con sus amigos y Teddy le reclama a su hijo qué ha hecho con el anillo.
Una vez en la fiesta, Theo presencia la discusión de Zoe y Óscar. Cuando Zoe se va enfurecida, él la persigue. Mantienen una conversación en la que Theo trata de aconsejarla sobre su tormentosa relación con Óscar y opina que él no la merece. Le pide que le devuelva el anillo, porque su padre se ha dado cuenta de que ha desaparecido y se ha enfadado. Cuando Theo le sugiere que, si ella lo desea, algún día le regalará un anillo tan hermoso como ese, Zoe se ríe. Le devuelve el anillo de mala manera y se burla de sus intenciones.
Zoe parece harta de que todos le digan lo que debe hacer, de los consejos parentales e hipócritas y nos demuestra lo cruel que puede llegar a ser. El consejo que Theo le da es válido, beneficioso si lo hubiese escuchado. Pero, Zoe escoge arrojarle el anillo y pelearse con él. Se enzarzan en una batalla de empujones y manotazos, de la que Zoe sale perjudicada. Theo la tira por accidente desde la azotea, convirtiéndose en un asesino o en un tipo con muy mala suerte, según se mire.
El papel de Tim entra en juego ahí, porque es testigo de como Theo arroja a Zoe al vacío. Sin embargo, Theo, no solo recurre a su padre, sino que prueba ser un sucesor digno de Teddy Dimas. Le amenaza con matarle y con hacerle daño a Mabel, comprando así el silencio de Tim. A Tim Kono no le queda otra opción que ver como su mejor amigo va a la cárcel, como se diluyen sus amistades y aguardar con paciencia el momento de la venganza.
Todos odian a Tim Kono
A la pregunta; ¿quién era Tim Kono?, cada personaje ofrece una respuesta distinta. El conocimiento popular dice que cada vecino tenía una razón diferente para odiarle. Uno le cogió asco porque a Tim no le gustaban sus gatos. Otro, porque Tim tenía asma y durante varios años estuvo prohibido encender las chimeneas del edificio. Nuestros investigadores no se encuentran más que barreras a la hora de intentar averiguar cosas sobre Tim. Es como si él hubiese sido un fantasma o, quizá, el espíritu de las navidades pasadas que aterrorizaba a Ebenezer Scrooge.

Imagen extraída de aquí.
La única que podría haber aportado claridad en el asunto era Mabel. Al principio, esconde la información de que conocía a Tim y que habían sido buenos amigos. Ella le conoce más que el noventa y nueve por ciento de los habitantes del Arconia, aunque llevasen años sin hablar, y también es a la única a la que le importa un ápice el funesto destino de Tim. Charles y Oliver empiezan a sospechar que Mabel oculta algo y acaban por descubrir los secretos que su compañera de pódcast ha estado guardando.
Tim, como hemos hablado, fue un niño impertitente, pedante, pesado y con el trágico don de la sinceridad innecesaria. De adulto seguía siendo el mismo personaje. Tal vez un poco más despectivo, serio, grosero y mal educado. Al menos, así le perciben sus vecinos y así se nos presenta en los primeros episodios. Choca, lo que nos enseñan de su personalidad, con los aspectos que Mabel conoce de él.
En un primer momento, su muerte es considerada un suicidio y la policía abandona el caso a la velocidad de la luz. El móvil que barajan Charles, Oliver y Mabel es que, algún vecino que le odiase, le hubiera matado de un disparo. Después se tuerce y queda en duda que el asesino fuera un inquilino resentido del Arconia. Cuando descubren que Tim robaba joyas para, a continuación, venderlas piensan que pudo ser un ajuste de cuentas o un trato que no se cerró como es debido.
El entramado de las joyas resulta ser mucho más enrevesado de lo que parecía en un principio. Tim no era un ladrón de joyas, sino un buscador y coleccionista. De hecho, perseguía una sortija en específico. El anillo que, varios años atrás, le supuso una condena penitenciaria a su amigo, Óscar Torres. El objetivo del frío y prepotente de Tim era demostrar la inocencia de su mejor amigo y sacarle de la cárcel. Luchaba por cumplir una promesa que se hizo a sí mismo y, cuando finalmente dio con la joya, le mataron.
El anillo pertenecía originalmente a la familia del magnate Teddy Dimas. Con lo cual, que Tim hubiera estado buscando desesperadamente un objeto que era posesión legítima de los Dimas y que después apareciese muerto, era sospechoso. Mabel, Charles y Oliver reconstruyen el puzzle, pero aún hay incógnitas que no casan en la escena. ¿Por qué Teddy Dimas quería ver muerto a Tim? No tenía sentido que le disparase a bocajarro por una simple joya.
Los interlocutores de Solo Asesinatos en el Edificio dan con el clavo suelto. El negocio de los Dimas es bastante más oscuro de lo que deja entrever desde la superficie. Por debajo de la mesa, se dedican a hurtar joyas a personas fallecidas y a venderlas al mejor postor. Se destapa el pastel de lo que sucedió con Zoe y de las actividades ilícitas de los Dimas. Mabel, Charles y Oliver graban un último episodio para el pódcast, en el que aseguran haber resuelto el caso y acusan formalmente a Theo y Teddy Dimas.
Los sospechosos
La mitad de los habitantes del edificio Arconia odiaban a Tim y la otra mitad tenían razones para querer matarle. Viendo este panorama, es un poco difícil acotar el número de sospechosos. En estos casos, el asesino siempre suele ser quién menos te lo esperas o el personaje que parece más ingenuo. Por eso, yo apostaba por Howard. El tipo obsesionado con los felinos, que había perdido recientemente a su gata, Evelyn, y guardaba su cadáver en el congelador para que le hiciesen una autopsia.
Los candidatos a asesino eran unos cuantos:
- Howard. Era uno de los que odiaban a Tim con todo el alma. Sospechaba que había envenenado a su gata y farfullaba que Tim Kono no paraba de quejarse sobre los ruidos y el pelo de los gatos. Los podcasteros tenían la teoría de que Howard podría haber envenenado a Tim y luego le habría pegado un tiro. Evelyn era una víctima colateral, ya que habría ingerido parte del veneno. Sin embargo, Howard en vez de sentirse culpable, pensaba que Tim era el único responsable.
- Sting. El guitarrista y cantante es toda una celebridad en el Arconia. Tim trabajaba para él y, días antes de su muerte, Sting le despidió, porque Tim le había ocasionado fuertes pérdidas económicas. El grupo empieza a sospechar de él, porque Sting estaba planeando adelantar su gira y parecía que tenía muchas prisas por marcharse. Sin embargo, esa huida premeditada no viene impulsada por la necesidad de encubrir un asesinato, sino por evadirse de la culpa. Después de dejar a Tim de patitas en la calle, Sting le gritó que «debería quitarse de en medio«. Entonces, se hizo público que Tim Kono se había suicidado y Sting pensó que era por su culpa.
- El psicólogo. Uno de los vecinos del edificio, que se dedica a la rama de la psicología, no para de ofrecer su consulta a todos los afectados de la muerte de Tim Kono. No es un sospechoso per se, pero me parece digno de mención, porque sacaría bastante provecho del desafortunado incidente de Tim.
- Theo y Teddy Dimas. Ya hemos hablado de la turbia naturaleza de sus negocios. Hay muchos indicios que apuntan a que están implicados en la muerte de Tim. De hecho, son detenidos por ello y durante unos minutos creemos que fueron los que apretaron el gatillo.
Nada más lejos de la realidad
El asesino no es la versión masculina de la loca de los gatos, ni los mafiosos que trafican con las joyas de los difuntos. Es otro personaje, que se ha introducido en la trama como amiga más que como sospechosa. Estamos hablando de la fagotista, Jan Bellows. Jan es el interés amoroso de Charles. Ambos tienen en común su soledad, amor por la música y por la elegancia. Jan conecta con Charles de una forma profunda y le conquista.

Imagen extraída de aquí.
Sin embargo, algo empieza a oler mal cuando, de manera súbita e intrusiva, Jan se interesa por las investigaciones de Charles, Mabel y Oliver. Para el desencanto de Mabel y Oliver y la aprobación de Charles, Jan se pone a hacer preguntas y a lanzar sugerencias sobre las teorías y los sospechosos. Para ese momento, conocemos otra información relevante. Y, es que, Tim, mantenía una relación amorosa con alguien del edificio. Mabel y Oliver encontraron juguetes sexuales en su apartamento. La agraciada no era otra que Jan.
Parece ser que Jan se topó con la sortija esmeralda que Tim había comprado en el mercado negro y pensó que la engañaba con otra mujer. Poco después, Tim rompió con ella y la fagotista no supo encajar la noticia. Invitó a Tim a su piso para tomar una copa y charlar. Lo que Tim ignoraba era que Jan había añadido una dosis letal de veneno a su bebida. Él se fue a casa y cayó al suelo, drogado, confuso y mareado. Jan acudió a completar el trabajo y le remató de un disparo. Colocó la pistola en la mano de Tim para simular un suicidio y huyó de la escena.
Charles y Jan tienen una pelea importante. Ella decide ir a su apartamento para disculparse y tomar una copa con Charles. Él la deja pasar, sin embargo no prueba ni gota del brebaje que ella ha servido. Charles le recrimina que sabe que ella mató a Tim Kono y Jan lo confiesa todo, haciendo alusión a que por fin son sinceros el uno con el otro. Charles está asustado y cree haber esquivado una bala mortífera, pero Jan no ha puesto veneno en su copa, sino en el pañuelo que Charles siempre lleva encima. Al igual que hizo con Tim, le abandona para que el veneno haga su efecto. Pero, en esta ocasión se asegura de que no queden cabos sueltos. Provoca una fuga de gas, que no solo acabará con Charles, sino con todo el edificio.
Mal está lo que mal acaba
Mabel y Oliver rescatan a Charles, que no para de balbucear tonterías y no puede caminar sin ayuda. Consiguen cortar la fuga de gas que ha provocado Jan y sobrevivir de algún modo. La policía arresta a Jan y parece que el asesinato de Tim ha quedado resuelto. El misterio de la primera temporada se ha zanjado y el telón ha caído. Pero, con la confirmación de una segunda temporada, hay que sentar los precedentes para que el argumento de la trama tenga sentido.
Charles, Oliver y Mabel están celebrando la resolución del crimen y brindando por el éxito de su pódcast. Aunque, Mabel, tiene la sensación de que se han dejado algunas cosas por el camino, Se quedan sin champán y Mabel se ofrece para ir a su apartamento en busca de una botella. Mientras tanto, a Oli y Charles les llega un mensaje avisándoles de que salgan del edificio lo antes posible. El mensaje parece ser anónimo o una difusión para todos los vecinos. Los dos salen disparados hacia el piso de Mabel. No piensan dejarla allí.
La escena que se encuentran no pone a Mabel en muy buen lugar. Ella está arrodillada en el suelo y con la ropa encharcada de sangre. A sus pies, el cadáver de Bunny, la presidenta del Arconia, yace inmóvil. Tiene una de las grandes agujas de hacer punto, que pertenecen a Mabel, clavada en el pecho. Charles y Oliver miran a Mabel sin entender nada y ella dice que, al abrir la puerta, Bunny se le cayó encima.
Por alguna razón que no sabemos, Bunny debió de colarse en el apartamento de Mabel y alguien la asesinó. Ya tenemos asesinato en el edificio para una segunda temporada. Sin embargo, en el final de esta, Charles, Oliver y Mabel tienen toda la pinta de ser los perpretadores de la muerte de Bunny. Sobre todo, Mabel. La policía los detiene y todos los vecinos y los fans del pódcast observan como los investigadores se han convertido en sospechosos de un crimen.
Escena a destacar
Mi escena preferida se encuentra en el primer episodio. Al principio, el personaje de Mabel se nos presenta como un carácter fuerte, independiente, desafiante y de pocos amigos. Es la impresión que me produjo a mí cuando coincidió en el ascensor con Oliver y Charles e ignoró por completo a Oliver. También es verdad que Oliver puede ser un plasta. Sin embargo, conforme van pasando los capítulos, no solo entendemos mejor a Mabel, sino que su personaje va perdiendo fuerza. No es una cuestión actoral o de cómo está escrito el personaje. Para mí, es la sensación de; esto no fue lo que nos vendieron en un primer momento.
Mabel protagoniza la escena de la que voy a hablar en este apartado. Más que de un hecho real, se trata de un sueño recurrente. Mabel está tumbada en la cama, cuando un extraño se cuela en su casa y se queda observándola. Ella le pega un rodillazo en sus partes íntimas y le apuñala con una aguja de hacer punto hasta acabar con él. Es curioso, porque Mabel habló de ello en el pódcast y así es, exactamente, como aparece asesinada Bunny.
Me gusta esa escena por dos razones. La primera, es porque me impacta ver a Selena Gómez, a quién yo conocí como «chica Disney«, apuñalando a alguien. La segunda, porque, como es algo que ocurre nada más arrancar el episodio y la serie, piensas; «esto empieza fuerte«.
Mi opinión a gran escala
Tenía pendiente ver Solo Asesinatos en el Edificio desde hacía un tiempo. Como tuve que enseñar a mi madre a poner Disney Plus y soportar que me taladrase la cabeza durante media hora con que quería ver una serie de misterio, puse el primer episodio. Mi madre la abandonó a los dos días, así que la seguí por libre.
Los primeros capítulos me engancharon mucho y me dejaron con ganas de más. Pero, conforme se aproximaba la mitad de temporada, me encontré distrayéndome más y más durante los episodios. Me empezaban a aburrir, porque era todo el rato más de lo mismo y me veía venir que al final el asesino iba a ser el vecino menos esperado. La típica idea de que, si haces que el asesino sea ese que parece inocente y que no mataría ni a una mosca, te sorprenderá la revelación. Precisamente por eso, la gente suele sospechar de esos personajes.
La verdad es que me equivoqué, porque el asesino no resultó ser Howard (la inocencia de Sting estaba más que clara). Mi pareja, que es más inteligente de lo que le gusta admitir, caló a Jan desde el minuto uno. Yo no me tomé en serio a Jan, porque me gustó el romance entre ella y Charles. Pensé que, si su relación se construía y se desarrollaba, ella no podría ser la asesina, porque después no habría manera coherente de que continuasen juntos. Cometí un error de principiante, ya que esta serie no se llama Solo Amor en el Edificio.
Jan, como asesina, es una buena e impactante revelación. Sus motivos no terminan de convencerme del todo, pero son válidos y están bien presentados. Catalogaría la relación que mantenía con Tim de inapropiada, predadora y una gran bandera roja ondeante. Es como si Charles u Oliver iniciasen una relación con Mabel. Las vibras son de abuelo-nieta, no de romance. Lo mismo pienso de Tim y Jan.
Cambiando de tema, me parece original que los episodios que estamos viendo desde casa sean idénticos a lo que escuchan los oyentes de Solo Asesinatos en el Edificio. Me asusta un poco que la serie haya sido renovada para una quinta temporada, porque no sé si la trama de los asesinatos que se producen dentro de un edificio da tanto de sí. Quiero decir que, al final, te quedas sin vecinos que culpar. Debería destacar que, en el momento en que estoy escribiendo esto, solo he visto la temporada uno.
¿Recomendaría esta serie?
La respuesta es un rotundo sí. Dejando de lado mis opiniones e impresiones, es una serie muy buena. Disfrutable para cualquier rango de edad, exceptuando a los más pequeños. No olvidéis que es una comedia de investigación de asesinatos. No estamos viendo Csi Miami, Hawai 5.0 o Cold Case. Yo lo olvidé en algunos puntos y eso ha concidionado mi impresión general de la primera temporada.
Si decidís darle una oportunidad o si la habéis visto ya, seguro que os habréis reído, enfadado y querido tirar de los pelos. No creo que nadie haya llorado. Pero, no está escrito en ningún lado que una serie tenga que hacerte llorar para ser buena. Nos veremos comentando la segunda temporada. Me intriga saber si los misterios continuarán siendo lineales, es decir, si seguirán el patrón establecido en la temporada uno, o si nos sorprenderán de otras maneras. Desde luego, espero que nos pillen a todos desprevenidos.